Seis días corrientes
2021 

6.6
2,444
Comedia
Relata una semana en la vida de Valero, Moha y Pep, trabajadores de una pequeña empresa de fontanería y electricidad de las afueras de Barcelona. Formada por seis capítulos que narran las situaciones que surgen cuando los protagonistas se enfrentan a una reparación. Cada capítulo corresponde a un día de su semana laboral y se construye alrededor de la relación que se establece entre los protagonistas y los clientes que han solicitado sus servicios. (FILMAFFINITY) [+]
9 de febrero de 2022
9 de febrero de 2022
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una tarde oscura y fría, bien regada por esa lluvia tan pertinaz que nos ha acompañado en las últimas semanas como en el franquismo nuclear nos acompañaba la pertinaz sequía , he ido al cine y he visto ( visionado, que dicen los neo-pijos) "Seis días corrientes" ,de la directora catalana Neus Ballús.
Al salir y retomando esa vieja costumbre del cine-club en formato mini que es tomar una caña comentando la película, no he podido evitar dar cuenta de que había visto algo nuevo, en el sentido más estricto de la palabra, pero también en el más tópico, pero de cuando los tópicos sirven , como casi siempre , para expresar algo con claridad y distinción.
Pues , lejos de trascendencias almodobolivarianas o de nuevos y cegatos brindis al sol, "Seis días corrientes" plantea una novedosa narración directa de la vida cotidiana de tres personajes muy representativos de la sociedad proteica en la que nos movemos y que son tres fontaneros: Pep, catalanoparlante y a punto de jubilarse; Valero, un currante típico y tópico castellanohablante y Moha(med), un inmigante marroquí en contrato de pruebas. Curiosamente cada uno habla en su idioma, pero acaban entendiéndose – y quien ve el film lo puede hacer en subtítulos- por mor del trabajo que se llevan entre manos y que les lleva a visitar casas y gentes variopintas … ¡ Quién no necesita alguna vez un fontanero¡
Pero asimismo, la novedad estricta en el contexto cinematográfico realmente existente que supone Seis días corrientes, no lo es tal, no lo puede ser, pues «nihil novum sub sole»,y la referencia inmediata anterior no parece ser sino aquella «nouvelle vague» que desde el cine francés de los años 60 del siglo pasado, supuso una marca de fábrica del cine europeo aportando frescura y dando trascendencia a lo inmediato de cada día.
En su crónica semana de La Vanguardia, Jordi Évole dedica todo un artículo a este film, destacando su tono humorístico , pues «la misma historia, en manos de otra directora, podría haber sido un drama devastador». Y sí, probablemente en el humor de sonrisa que no de carcajada radica el eje de articulación de esta forma de hacer cine que acaso sea novedosa porque fue ya novedad hace muchos años, como diría aquel francésida hoy tan olvidado que fue Roland Barthes ( ¡ Ah, su Sistema de la moda!)
«Les aviso: es tan buena que durará poco en los cines. No tarden», termina diciendo Évole. Y efectivamente, poco está durando, pues como dice el crítico cinematográfico Juan Zapater, a pesar de que el film de Ballús proporciona «la satisfacción de saber hacer reír y pensar sin histrionismos ni máscaras», el maltrato que está recibiendo comercialmente, ejemplifica «el estado de salud del cine español y de quienes rigen su destino»…Seis días corrientes…¡excepcionales!
EL PASEANTE-DEIA 12/12/2021
https://blogs.deia.eus/el-paseante/2021/12/12/seis-dias-corrientes-excepcionales/
Al salir y retomando esa vieja costumbre del cine-club en formato mini que es tomar una caña comentando la película, no he podido evitar dar cuenta de que había visto algo nuevo, en el sentido más estricto de la palabra, pero también en el más tópico, pero de cuando los tópicos sirven , como casi siempre , para expresar algo con claridad y distinción.
Pues , lejos de trascendencias almodobolivarianas o de nuevos y cegatos brindis al sol, "Seis días corrientes" plantea una novedosa narración directa de la vida cotidiana de tres personajes muy representativos de la sociedad proteica en la que nos movemos y que son tres fontaneros: Pep, catalanoparlante y a punto de jubilarse; Valero, un currante típico y tópico castellanohablante y Moha(med), un inmigante marroquí en contrato de pruebas. Curiosamente cada uno habla en su idioma, pero acaban entendiéndose – y quien ve el film lo puede hacer en subtítulos- por mor del trabajo que se llevan entre manos y que les lleva a visitar casas y gentes variopintas … ¡ Quién no necesita alguna vez un fontanero¡
Pero asimismo, la novedad estricta en el contexto cinematográfico realmente existente que supone Seis días corrientes, no lo es tal, no lo puede ser, pues «nihil novum sub sole»,y la referencia inmediata anterior no parece ser sino aquella «nouvelle vague» que desde el cine francés de los años 60 del siglo pasado, supuso una marca de fábrica del cine europeo aportando frescura y dando trascendencia a lo inmediato de cada día.
En su crónica semana de La Vanguardia, Jordi Évole dedica todo un artículo a este film, destacando su tono humorístico , pues «la misma historia, en manos de otra directora, podría haber sido un drama devastador». Y sí, probablemente en el humor de sonrisa que no de carcajada radica el eje de articulación de esta forma de hacer cine que acaso sea novedosa porque fue ya novedad hace muchos años, como diría aquel francésida hoy tan olvidado que fue Roland Barthes ( ¡ Ah, su Sistema de la moda!)
«Les aviso: es tan buena que durará poco en los cines. No tarden», termina diciendo Évole. Y efectivamente, poco está durando, pues como dice el crítico cinematográfico Juan Zapater, a pesar de que el film de Ballús proporciona «la satisfacción de saber hacer reír y pensar sin histrionismos ni máscaras», el maltrato que está recibiendo comercialmente, ejemplifica «el estado de salud del cine español y de quienes rigen su destino»…Seis días corrientes…¡excepcionales!
EL PASEANTE-DEIA 12/12/2021
https://blogs.deia.eus/el-paseante/2021/12/12/seis-dias-corrientes-excepcionales/
27 de octubre de 2021
27 de octubre de 2021
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hibrido entre el documental y la ficción, los actores no profesionales construyen el guion con sus conversaciones y vicisitudes cotidianas y propias de su oficio: chapuzas dedicados a arreglar cañerías, aparatos de refrigeración y lo que se preste, charlando con la fauna de clientes variada y rica de cualquier ciudad.
Un experimento cinematográfico interesante que nos ha descubierto a un gran actor en potencia, alguien con una enorme vis cómica: Valero. Valero Escolar. “Yo soy como vosotros”, nos decía al salir de la sala de cine. Y es verdad.
Un experimento cinematográfico interesante que nos ha descubierto a un gran actor en potencia, alguien con una enorme vis cómica: Valero. Valero Escolar. “Yo soy como vosotros”, nos decía al salir de la sala de cine. Y es verdad.
21 de abril de 2025
21 de abril de 2025
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En construcción + Colomo + Catalán para principiantes.
El que habla exclusivamente en español (ni una palabra en catalán) es un cabrón, un faltón, un abusón, un humillador, un pesado, un vago, un adefesio, un desfachatao, un inútil, un caradura, astroso, perro pulgoso, el que habla en catalán creo que exclusivamente es un viejo adorable, gruñón y cascarrabias pero encantador, un tipito, atractivo, ama al débil o inmigrante, el que habla bereber y un poco o algo de español y también catalán (de hecho, lo estudia con todo el inusitado entusiasmo ahínco del mundo) es una bella persona, santo job, santo inocente, santo varón, como un cervatillo herido, bambi, animalito bueno, buen salvaje, y un brazo de mar, musculoso, guapetón o guapete, precioso, límpido, claro, por supuesto, y los que hablan exclusivamente árabe o bereber y se descojonan de él, del compañero que estudia ese idioma tan raro o extranjero para ellos, son unos vagos, unos jetas, se pasan la vida viendo la tele, el furbo, groseros, ineducados, irrespetuosos, lógicamente, así son las cosas y así se las hemos contado, no hay otra, seguramente todo ello por puta casualidad, azar, mala suerte, la rueda de la fortuna, ley de probabilidad, estadística, no se podía esperar, España y nada más, plurinacional, los idiomas como frontera o baremo moral, más acá del bien y el mal, el catalán como centro irradiador de la bondad y la belleza y la verdad, luz pura que emana, en los extremos todo lo demás, purrela, la cerrazón, el prejuicio, la burricie, el egoísmo, la insensibilidad, la mala educación, tal cual, una visión, por lo tanto, de la sociedad, del mundo, de la realidad, empática, la mar de inclusiva y ponderada, comprensiva y justa, amplia de miras y generosa, y, sobre todo, antidiscriminatoria y nada prejuiciosa, de hecho, lucha a marchas forzadas y brazo partido contra todo eso, con lo que nos quiere demostrar que todos somos iguales (aunque tal vez, como se ve, unos quizás un poquito más que otros, lástima, fallido intento) sin que importe ni tu procedencia ni tu religión ni tu sexo ni tu raza ni, como consecuencia necesaria de todo lo anterior, obvio, faltaría menos, tu lengua o idioma esencia (bueno..., corramos un estúpido velo sobre todo eso).
Película hecha por I (cualquier inteligencia, sea o no robótica, nos vale, también la natural, ¿se busca, en combate desparecida, como dios muerta, en paradero desconocido?, no discriminamos) A, sea, unas gotitas de conciencia social (que aunque nos sobra o adorna, siempre está bien recordar o adecentar, una buena puesta a punto, actualizar, reiniciar), otras de humor popular (por eso de la ternura y la condescendencia tan buenas), unas cuantas de racismo, más o menos encubierto o disimilado poco oculto, a cholón (la denuncia tan necesaria de esas conductas, hay que enseñar a la ciudadanía que anda perdida, prestarles algo de nuestra sabiduría y buena crianza, enseñarles de una vez por todas valores y derechos humanos que ya les iban haciendo falta, compartir es vivir), algunas contrastadas de/sobre diferentes clases sociales (sin necesidad siquiera de que haya luchas intestinas y tan desagradables entre ellas) o cosas y casas, las comparaciones (no) son odiosas (ilustran, deleitando enseñan), abajo y arriba, otras de variopinto costumbrismo anecdótico y hasta domótico (las clases bajas, los currelas u obreretes, en el fondo del fondo, aunque a veces no nos lo parezca, son seres encantadores, entrañables, ositos peluches, mimosines, miau miau, ronronean, dan ganas de llevarse uno a casa más pronto que tarde, a todo correr si a ello te pones o te da un buen aire, buena gente), un detallito de matrimoniadas, metes a ser posible todas las edades, apta para todos los públicos, desde cero hasta los cien años, dieta mediterránea, y hasta introduces alguna broma levemente erótica o picantona para terminar de aliñar la sala como dios manda, así mejor con todo entra, y ya lo tienes, de todo un poco, purrusalda, gazpacho, sobrasada o, mejor, esto no es Mallorca, pan con tumaca, agítese antes de usarla, y a gozar a todo dar, a la crítica libre e independiente (es decir, toda, que cunde con el ejemplo ya que ninguna de las maneras forman o convocan una opinión única o masiva, a la búlgara -o a la española-, totalitaria, ni mucho menos, justo todo lo contrario, democrática, cada crítico es un mundo, de su padre y su madre, y es imposible completamente prever su veredicto, juicio o dictamen a todo este respecto, la sorpresa e irreverencia como norma, y, a más a más, entre todos ellos hay una increíble y asombrosa y hasta exagerada diversidad de sensibilidades y criterios, de sutilezas y matices, de visiones y perspectivas y miradas o disquisiciones, como selva tropical, acojonante, gloria en la tierra, maná, viva la pluralidad) tan abigarrada y promiscuamente multicultural (la patriota nuestra está formada concretamente por gentes de toda índole y condición, de todo pelaje o variación, ni hablar del sinfín de razas, sexos, géneros, confesiones o credos, orígenes o ámbitos que la componen o alimentan) sideral le encantará o fascinará, a los festivales que lo parten tan elevados humana y artísticamente les chiflará y al gran público en general que desgraciada inexplicablemente a verla no irá, los dedos de una mano, le volará la cabeza, le reconciliará con la condición humana, con la suya, tan querida, de oro pepita, y mina, win and win, todos a una, por donde la mires, no te la pierdas, vota, circula.
El que habla exclusivamente en español (ni una palabra en catalán) es un cabrón, un faltón, un abusón, un humillador, un pesado, un vago, un adefesio, un desfachatao, un inútil, un caradura, astroso, perro pulgoso, el que habla en catalán creo que exclusivamente es un viejo adorable, gruñón y cascarrabias pero encantador, un tipito, atractivo, ama al débil o inmigrante, el que habla bereber y un poco o algo de español y también catalán (de hecho, lo estudia con todo el inusitado entusiasmo ahínco del mundo) es una bella persona, santo job, santo inocente, santo varón, como un cervatillo herido, bambi, animalito bueno, buen salvaje, y un brazo de mar, musculoso, guapetón o guapete, precioso, límpido, claro, por supuesto, y los que hablan exclusivamente árabe o bereber y se descojonan de él, del compañero que estudia ese idioma tan raro o extranjero para ellos, son unos vagos, unos jetas, se pasan la vida viendo la tele, el furbo, groseros, ineducados, irrespetuosos, lógicamente, así son las cosas y así se las hemos contado, no hay otra, seguramente todo ello por puta casualidad, azar, mala suerte, la rueda de la fortuna, ley de probabilidad, estadística, no se podía esperar, España y nada más, plurinacional, los idiomas como frontera o baremo moral, más acá del bien y el mal, el catalán como centro irradiador de la bondad y la belleza y la verdad, luz pura que emana, en los extremos todo lo demás, purrela, la cerrazón, el prejuicio, la burricie, el egoísmo, la insensibilidad, la mala educación, tal cual, una visión, por lo tanto, de la sociedad, del mundo, de la realidad, empática, la mar de inclusiva y ponderada, comprensiva y justa, amplia de miras y generosa, y, sobre todo, antidiscriminatoria y nada prejuiciosa, de hecho, lucha a marchas forzadas y brazo partido contra todo eso, con lo que nos quiere demostrar que todos somos iguales (aunque tal vez, como se ve, unos quizás un poquito más que otros, lástima, fallido intento) sin que importe ni tu procedencia ni tu religión ni tu sexo ni tu raza ni, como consecuencia necesaria de todo lo anterior, obvio, faltaría menos, tu lengua o idioma esencia (bueno..., corramos un estúpido velo sobre todo eso).
Película hecha por I (cualquier inteligencia, sea o no robótica, nos vale, también la natural, ¿se busca, en combate desparecida, como dios muerta, en paradero desconocido?, no discriminamos) A, sea, unas gotitas de conciencia social (que aunque nos sobra o adorna, siempre está bien recordar o adecentar, una buena puesta a punto, actualizar, reiniciar), otras de humor popular (por eso de la ternura y la condescendencia tan buenas), unas cuantas de racismo, más o menos encubierto o disimilado poco oculto, a cholón (la denuncia tan necesaria de esas conductas, hay que enseñar a la ciudadanía que anda perdida, prestarles algo de nuestra sabiduría y buena crianza, enseñarles de una vez por todas valores y derechos humanos que ya les iban haciendo falta, compartir es vivir), algunas contrastadas de/sobre diferentes clases sociales (sin necesidad siquiera de que haya luchas intestinas y tan desagradables entre ellas) o cosas y casas, las comparaciones (no) son odiosas (ilustran, deleitando enseñan), abajo y arriba, otras de variopinto costumbrismo anecdótico y hasta domótico (las clases bajas, los currelas u obreretes, en el fondo del fondo, aunque a veces no nos lo parezca, son seres encantadores, entrañables, ositos peluches, mimosines, miau miau, ronronean, dan ganas de llevarse uno a casa más pronto que tarde, a todo correr si a ello te pones o te da un buen aire, buena gente), un detallito de matrimoniadas, metes a ser posible todas las edades, apta para todos los públicos, desde cero hasta los cien años, dieta mediterránea, y hasta introduces alguna broma levemente erótica o picantona para terminar de aliñar la sala como dios manda, así mejor con todo entra, y ya lo tienes, de todo un poco, purrusalda, gazpacho, sobrasada o, mejor, esto no es Mallorca, pan con tumaca, agítese antes de usarla, y a gozar a todo dar, a la crítica libre e independiente (es decir, toda, que cunde con el ejemplo ya que ninguna de las maneras forman o convocan una opinión única o masiva, a la búlgara -o a la española-, totalitaria, ni mucho menos, justo todo lo contrario, democrática, cada crítico es un mundo, de su padre y su madre, y es imposible completamente prever su veredicto, juicio o dictamen a todo este respecto, la sorpresa e irreverencia como norma, y, a más a más, entre todos ellos hay una increíble y asombrosa y hasta exagerada diversidad de sensibilidades y criterios, de sutilezas y matices, de visiones y perspectivas y miradas o disquisiciones, como selva tropical, acojonante, gloria en la tierra, maná, viva la pluralidad) tan abigarrada y promiscuamente multicultural (la patriota nuestra está formada concretamente por gentes de toda índole y condición, de todo pelaje o variación, ni hablar del sinfín de razas, sexos, géneros, confesiones o credos, orígenes o ámbitos que la componen o alimentan) sideral le encantará o fascinará, a los festivales que lo parten tan elevados humana y artísticamente les chiflará y al gran público en general que desgraciada inexplicablemente a verla no irá, los dedos de una mano, le volará la cabeza, le reconciliará con la condición humana, con la suya, tan querida, de oro pepita, y mina, win and win, todos a una, por donde la mires, no te la pierdas, vota, circula.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por lo demás..., no acaba de encontrar el tono, se pierde entre tantas partes contratantes, tantos pitos que quiere tocar, a tantas bocas (o estómagos agradecidos) que hay que dar de comer (de bien nacidos es ser agradecidos), a tantas cosas ideas personas o estamentos instituciones (bueno, en definitiva, a los pagadores, a los que ponen la pasta, haberla hayla, del cielo no cae precisamente), siempre con las mejores intenciones, que quiere agradar, es demasiado buena chica, cum laude, empleada del año, tiene la lección demasiado bien aprendida, más que una película o arte o ficción o lo que sea como artefacto audiovisual, es una calculadora echando humo, haciendo números, dosificando, pesando, pensando, penando, promediando, alquimia, albricias, magia potagia, maravilla, la receta de la abuela.
El vejete centenario es majete, la leche, la fotógrafa, cachonda, la mujer o esposa parienta, estupenda, el psicólogo, parodia, las musculocas, sosas, los rusos, romos, las crías o gemelas, escasas, en/el conjunto, nada y menos, ellos, el malo es un pelmazo, pero tiene algo de reprís, empuje, gracia o salero mastuerzo (es como la idea platónica del famoso cuñado, ese término que solo utilizaría otro cuñado que a su vez solo... Harlem, que no Manhattan, Transfer, Leo), el bueno anda pisando el pobre huevos todo el tiempo, aquí huele a muerto, a podrido, debe ser el grifo, el feo (que no) o viejo, neutro, ni Pinto ni Valdemoro, se parece a Pepe, Ruiz, eso, y el resto, menos que cero.
Película corta, parca, simpática, agradable, inane, cerebral, mamadora, insustancial, amistosa, cabrona.
Y al final (como en toda obra que se precie)... se casan.
¡Vivan los novios!
El vejete centenario es majete, la leche, la fotógrafa, cachonda, la mujer o esposa parienta, estupenda, el psicólogo, parodia, las musculocas, sosas, los rusos, romos, las crías o gemelas, escasas, en/el conjunto, nada y menos, ellos, el malo es un pelmazo, pero tiene algo de reprís, empuje, gracia o salero mastuerzo (es como la idea platónica del famoso cuñado, ese término que solo utilizaría otro cuñado que a su vez solo... Harlem, que no Manhattan, Transfer, Leo), el bueno anda pisando el pobre huevos todo el tiempo, aquí huele a muerto, a podrido, debe ser el grifo, el feo (que no) o viejo, neutro, ni Pinto ni Valdemoro, se parece a Pepe, Ruiz, eso, y el resto, menos que cero.
Película corta, parca, simpática, agradable, inane, cerebral, mamadora, insustancial, amistosa, cabrona.
Y al final (como en toda obra que se precie)... se casan.
¡Vivan los novios!
6 de abril de 2022
6 de abril de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sis dies corrents juega con la apariencia semidocumental, para realizar un brillante retrato de personajes y situaciones cotidianas con evidente mirada social.
Neus Ballús consigue una mirada honesta, que bajo una aparente ligereza y naturalidad, implica un formidable trabajo de dirección de actores, y una ambiciosa y compleja elaboración de un subtexto, mucho más profundo y inteligente de lo que aparenta.
Espectacular la construcción del personaje de Valero Escolar, que consigue inspirar ternura y empatía en su proceso de aceptación de su coprotagonista Moha. Es una delicia poder asistir al día a día de la clase trabajadora, sin cargar las tintas en el drama social, pero sin renunciar ni un ápice a plantear temas como la integración de la inmigración, o las oportunidades de ascenso social de la clase trabajadora.
Ballús consigue todo eso, y encima nos hace pasar un buen rato con su propuesta, honesta y cargada de subtexto social.
Neus Ballús consigue una mirada honesta, que bajo una aparente ligereza y naturalidad, implica un formidable trabajo de dirección de actores, y una ambiciosa y compleja elaboración de un subtexto, mucho más profundo y inteligente de lo que aparenta.
Espectacular la construcción del personaje de Valero Escolar, que consigue inspirar ternura y empatía en su proceso de aceptación de su coprotagonista Moha. Es una delicia poder asistir al día a día de la clase trabajadora, sin cargar las tintas en el drama social, pero sin renunciar ni un ápice a plantear temas como la integración de la inmigración, o las oportunidades de ascenso social de la clase trabajadora.
Ballús consigue todo eso, y encima nos hace pasar un buen rato con su propuesta, honesta y cargada de subtexto social.
4 de junio de 2022
4 de junio de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La directora Neus Ballus, propone una película que roza el documental por estar protagonizada por personajes reales pero manteniendo claves de ficción. Se acerca a un equipo de fontaneros en su día a día profesional donde se entra a las casas y se interactúa con quienes allí habitan. El tono respetuoso y cariñoso que adopta la directora con sus protagonistas hace que se disfrute mucho. Además lo hace desde el humor donde tan difícil es moverse si se quiere hace con exquisito respeto. Por ello, Seis días corrientes es una propuesta atrevida en el panorama actual.
Trata temas como las relaciones entre las personas trabajadoras en sus propios trabajos. El tema de la incorporación de personas de orígenes diversos a los trabajos que se ofrecen. También muestra un enfoque profesional en retroceso frente a la profesionalización ligada a la subcontrata y a un mercado global. Las grandes empresas gestionan con los seguros sin la relación de cercanía con los usuarios. Una relación que se pierde en las ciudades aunque sean barrios con identidades propias.
Muy interesante que además de narrar momentos profesionales, también nos introduce en la intimidad de las familias, de sus espacios de ocio así como en la vida de la gente a la que arreglan las averías. Neus Ballús realiza una película que engancha, con mucha verdad y humanidad, un contenido que se agradece que tenga su espacio en las producciones actuales.
Otro elemento reseñable está la voz en off del trabajador de origen marroquí, Mohamed Mellali. Sus reflexiones ocupan buena parte de la película y aunque la directora ha apostado por la coralidad, tiene muy en cuenta el universo de Mohamed, clave para profundizar en el tema social que desea tratar.
Neus Ballús, como directora, ha generado productos tan sobresalientes como La Plaga, que ya se sitúa como película reverenciada. También puede cambiar de registro como en El viaje de Marta (Staff only). En cualquier caso, desde lo social refleja un cine propio, con un estilo característico y una sensibilidad cinematográfica muy contemporánea donde lo documental ocupa una pasión central.
www.cineparatodas.wordpress.com
Trata temas como las relaciones entre las personas trabajadoras en sus propios trabajos. El tema de la incorporación de personas de orígenes diversos a los trabajos que se ofrecen. También muestra un enfoque profesional en retroceso frente a la profesionalización ligada a la subcontrata y a un mercado global. Las grandes empresas gestionan con los seguros sin la relación de cercanía con los usuarios. Una relación que se pierde en las ciudades aunque sean barrios con identidades propias.
Muy interesante que además de narrar momentos profesionales, también nos introduce en la intimidad de las familias, de sus espacios de ocio así como en la vida de la gente a la que arreglan las averías. Neus Ballús realiza una película que engancha, con mucha verdad y humanidad, un contenido que se agradece que tenga su espacio en las producciones actuales.
Otro elemento reseñable está la voz en off del trabajador de origen marroquí, Mohamed Mellali. Sus reflexiones ocupan buena parte de la película y aunque la directora ha apostado por la coralidad, tiene muy en cuenta el universo de Mohamed, clave para profundizar en el tema social que desea tratar.
Neus Ballús, como directora, ha generado productos tan sobresalientes como La Plaga, que ya se sitúa como película reverenciada. También puede cambiar de registro como en El viaje de Marta (Staff only). En cualquier caso, desde lo social refleja un cine propio, con un estilo característico y una sensibilidad cinematográfica muy contemporánea donde lo documental ocupa una pasión central.
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