Y llegó el día de la venganza
1964 

6.3
579
Thriller
Una vez terminada la guerra civil española (1936-1939), Manuel Artíguez (Gregory Peck), un popular miembro del maquis, abandona España y se refugia en Francia. Veinte años más tarde, el hijo de su mejor amigo, atraviesa la frontera para pedirle que vuelva a España y mate a Viñolas (Anthony Quinn), un capitán de la Guardia Civil responsable de la muerte de su padre. Pero Artíguez, hastiado de todo, no atiende la petición del chico. Sin ... [+]
9 de enero de 2024
9 de enero de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por esas cosas que ocurren en el cine, Fred Zinneman, sin casi ninguna película mala o regular, no disfruta del prestigio de otros compañeros suyos mucho más discretos. 'Behold a Pale Horse' (traducida casi como un spaguetti-western como 'Y llegó el día de la venganza') es, sin duda, uno de sus filmes menos conocidos debido a su temática: los maquis en la postguerra civil española. En nuestro país, claro, se prohibió hasta la muerte del dictador lo que ha provocado que poca gente la conozca. Y es una pena, porque los actores son estupendos, incluyendo los magníficos secundarios, y toca hacer un poco de justicia a esos luchadores por la libertad que se resistieron a perder la guerra contra el tirano. La historia es simple, quizás demasiado: un maqui refugiado en Francia vuelve a España para vengar la muerte de sus padres a manos de un guardia civil. Estos maquis fueron exterminados uno a uno, en cacerías de la Guardia Civil, y sus cadáveres exhibidos en plazas y tabernas como si fuesen 'piezas de caza' como los llaman los cazadores.
Solo me sobra el episodio de la chica de la taberna, algo forzado, pero es un mal menor a un filme que retrata la miseria pasada y actual de nuestro país: traiciones, curas por todas partes, vino, chorizo y, sobre todo, muerte entre hermanos, que para eso somos así.
Solo me sobra el episodio de la chica de la taberna, algo forzado, pero es un mal menor a un filme que retrata la miseria pasada y actual de nuestro país: traiciones, curas por todas partes, vino, chorizo y, sobre todo, muerte entre hermanos, que para eso somos así.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La secuencia final es estremecedora: el cadáver del guerrillero queda al lado del de su madre y el de los guardias civiles que ha asesinado. Todo un resumen de nuestra guerra.
1 de abril de 2016
1 de abril de 2016
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película que un servidor ha de reconocer que desconocía de su existencia hasta que un buen día el Canal Hollywood tuvo a bien emitirla allá por Semana Santa de 2016.
Lo primero que llama la atención es su poco sugerente título ( al menos para mi ) que más que en una película ambientada en la dictadura franquista hace pensar en un spaguetti western de Lee Van Cleef o algo así pero bueno casos peores han llegado a mis oídos.
Después es el hecho de estar ambientada durante la dictadura franquista, ya que Hollywood no ha mirado mucho hacia España durante la guerra civil española y post-guerra a la hora de ambientar sus películas, apenas recuerdo Por quién doblan las campañas y poca cosa más, aunque seguro que algún ejemplo más habrá sobre el tema.
Otra cosa a destacar es su trio protagonista con un Gregory Peck magnífico como siempre, aunque lleve la misma boina de pueblerino que un Alfredo Landa o un Paco Martinez Soria cualquiera pero claro, al sr. Peck le queda un poco menos pueblerino ( es broma). Y siguiendo por un Anthony Quinn impagable como guardia civil ( con tricornio incluido ) en el papel menos relevante de los tres pero siempre es un placer verle en pantalla y acabando con un Omar Shariff sorprendente en el papel de un cura con dudas morales y una interpretación contenida pero efectiva.
El director de la cosa es el gran Fred Zinnemann al que debemos clásicos como Solo ante el peligro o Un hombre para la eternidad y que a día de hoy parece que no se le considera más que un simple artesano, definición con la que no puedo estar más es desacuerdo.
Me llama la atención que este basada en una novela ( que no he leído ) de Emmeric Persburger, con una amplia carrera como director de cine junto a Michael Powell.
La fotografía en blanco y negro es sucia por definirla de alguna manera pero muy adecuada por la historia que nos cuenta y sobretodo el momento histórico que retrata.
La película fue prohibida en sus momento por la censura franquista a la que no le debió gustar ciertos detalles como que el guardia civil tuviera una amante, que se retratará a un maqui como una persona intachable, o la actitud del cura.
Vista hoy incluso se puede pensar que el film no toma partido por ningún bando y si es cierto que no hace mucha sangre contra el franquismo pero en 1964 debió ser impensable estrenarla en España.
De hecho fué estrenada tardíamente en 1979 en nuestro país cuando la censura habia dejado de existir.
Presupongo que debió ser un fracaso es su día aunque creo que es una obra menor de su autor pero si que tiene los suficientes alicientes para verla y disfrutarla, y por qué no, ver cómo nos retratan los yanquis a los españolitos, tópicos incluidos .
Lo primero que llama la atención es su poco sugerente título ( al menos para mi ) que más que en una película ambientada en la dictadura franquista hace pensar en un spaguetti western de Lee Van Cleef o algo así pero bueno casos peores han llegado a mis oídos.
Después es el hecho de estar ambientada durante la dictadura franquista, ya que Hollywood no ha mirado mucho hacia España durante la guerra civil española y post-guerra a la hora de ambientar sus películas, apenas recuerdo Por quién doblan las campañas y poca cosa más, aunque seguro que algún ejemplo más habrá sobre el tema.
Otra cosa a destacar es su trio protagonista con un Gregory Peck magnífico como siempre, aunque lleve la misma boina de pueblerino que un Alfredo Landa o un Paco Martinez Soria cualquiera pero claro, al sr. Peck le queda un poco menos pueblerino ( es broma). Y siguiendo por un Anthony Quinn impagable como guardia civil ( con tricornio incluido ) en el papel menos relevante de los tres pero siempre es un placer verle en pantalla y acabando con un Omar Shariff sorprendente en el papel de un cura con dudas morales y una interpretación contenida pero efectiva.
El director de la cosa es el gran Fred Zinnemann al que debemos clásicos como Solo ante el peligro o Un hombre para la eternidad y que a día de hoy parece que no se le considera más que un simple artesano, definición con la que no puedo estar más es desacuerdo.
Me llama la atención que este basada en una novela ( que no he leído ) de Emmeric Persburger, con una amplia carrera como director de cine junto a Michael Powell.
La fotografía en blanco y negro es sucia por definirla de alguna manera pero muy adecuada por la historia que nos cuenta y sobretodo el momento histórico que retrata.
La película fue prohibida en sus momento por la censura franquista a la que no le debió gustar ciertos detalles como que el guardia civil tuviera una amante, que se retratará a un maqui como una persona intachable, o la actitud del cura.
Vista hoy incluso se puede pensar que el film no toma partido por ningún bando y si es cierto que no hace mucha sangre contra el franquismo pero en 1964 debió ser impensable estrenarla en España.
De hecho fué estrenada tardíamente en 1979 en nuestro país cuando la censura habia dejado de existir.
Presupongo que debió ser un fracaso es su día aunque creo que es una obra menor de su autor pero si que tiene los suficientes alicientes para verla y disfrutarla, y por qué no, ver cómo nos retratan los yanquis a los españolitos, tópicos incluidos .
24 de octubre de 2024
24 de octubre de 2024
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez que una película de Fred Zinnemann me incomoda o aburre un poco. O me cuesta entrar en ella. Ya me sucedió recientemente con "Tres Vidas Errantes" (1960), generalmente bien considerada e incluso ensalzada por críticos de profesión y de afición. No conseguí que me interesara aquella historia familiar ambientada en la inmensidad y el silencio de las estepas australianas, por bien filmada y fotografiada que estuviese y cuidada que fuese su factura. La minuciosidad de la narración y su ritmo melancólico terminaron por encresparme.
O puede que sean películas que, como ésta, están tan bien hechas y son tan realistas y, en cierto modo planas, que incomodan y echan un poco para atrás. Porque, y dejo Australia y me centro en el Pirineo y en la España de Franco en el umbral de los años 60, de lo que no cabe duda es de que este filme refleja muy bien lo que debió ser la desesperanza y frustración de los últimos maquis, aunque se centre solo en el último de ellos.
Y tal vez su problema sea, y no quiero hacer 'spoilers' fuera de zona, que cualquiera que conozca un poco la historia de España, y más si sabe que la película está inspirada en hechos reales, sabe mientras la está viendo que la peli no terminará muy bien. Entre otras cosas, porque, como escribió Jaime Gil de Biedma, "de todas las historias, la peor es la de España, porque termina mal". Y el filme parece abonarse claramente a esa máxima desde el inicio, sin dejar apenas hueco a la esperanza.
Aunque, afortunadamente, la historia más reciente de España, gracias a la Transición a la democracia, se ocupara de desmentir al poeta y a los pésimos augurios que (aunque lo matizaré en zona Spoiler) parecen desprenderse de esta peli de 1964: que España es un país sin remedio, víctima de una especie de maldición cainita.
Y es que está claro que esta película, pese a (o a través de) su ritmo algo cansino, puede remover muchas cosas en el interior de cualquier espectador. Y por eso, aunque pueda incomodarnos, o precisamente por ello, es buena.
Por lo demás, la fotografía es encomiable y saca un gran partido de las localizaciones; la interpretación del trío protagonista y de todos los secundarios es excelente; y la puesta en escena es elegante y sin alardes, quizá algo seca, pero eficaz. El desarrollo de la trama, ya se ha dicho, es algo minucioso, y todo lo preside la melancolía. Los diálogos quizá sean demasiado lacónicos, pero adecuados.
Y, por cierto, no hay apenas mujeres en la película. O solo en papeles muy secundarios, como consecuencia de ese realismo sin concesiones que comentaba.
En definitiva, y hay que admitirlo, una gran película injustamente olvidada. Aunque haya que ponerse un poco en situación y prepararse para lo que se va a ver. Y se entiende que fuera imposible, como inicialmente se pensó por sus autores, rodarla en España. Y que no se pudiera exhibir hasta 1979. Sobre todo, por todo lo tocante a la Guardia Civil.
Aunque sería incierto decir que la peli solo crítica al bando vencedor de nuestra contienda fratricida. De hecho hay en ella también una crítica fortísima al anticlericalismo del bando perdedor a través del personaje de Gregory Peck.
O puede que sean películas que, como ésta, están tan bien hechas y son tan realistas y, en cierto modo planas, que incomodan y echan un poco para atrás. Porque, y dejo Australia y me centro en el Pirineo y en la España de Franco en el umbral de los años 60, de lo que no cabe duda es de que este filme refleja muy bien lo que debió ser la desesperanza y frustración de los últimos maquis, aunque se centre solo en el último de ellos.
Y tal vez su problema sea, y no quiero hacer 'spoilers' fuera de zona, que cualquiera que conozca un poco la historia de España, y más si sabe que la película está inspirada en hechos reales, sabe mientras la está viendo que la peli no terminará muy bien. Entre otras cosas, porque, como escribió Jaime Gil de Biedma, "de todas las historias, la peor es la de España, porque termina mal". Y el filme parece abonarse claramente a esa máxima desde el inicio, sin dejar apenas hueco a la esperanza.
Aunque, afortunadamente, la historia más reciente de España, gracias a la Transición a la democracia, se ocupara de desmentir al poeta y a los pésimos augurios que (aunque lo matizaré en zona Spoiler) parecen desprenderse de esta peli de 1964: que España es un país sin remedio, víctima de una especie de maldición cainita.
Y es que está claro que esta película, pese a (o a través de) su ritmo algo cansino, puede remover muchas cosas en el interior de cualquier espectador. Y por eso, aunque pueda incomodarnos, o precisamente por ello, es buena.
Por lo demás, la fotografía es encomiable y saca un gran partido de las localizaciones; la interpretación del trío protagonista y de todos los secundarios es excelente; y la puesta en escena es elegante y sin alardes, quizá algo seca, pero eficaz. El desarrollo de la trama, ya se ha dicho, es algo minucioso, y todo lo preside la melancolía. Los diálogos quizá sean demasiado lacónicos, pero adecuados.
Y, por cierto, no hay apenas mujeres en la película. O solo en papeles muy secundarios, como consecuencia de ese realismo sin concesiones que comentaba.
En definitiva, y hay que admitirlo, una gran película injustamente olvidada. Aunque haya que ponerse un poco en situación y prepararse para lo que se va a ver. Y se entiende que fuera imposible, como inicialmente se pensó por sus autores, rodarla en España. Y que no se pudiera exhibir hasta 1979. Sobre todo, por todo lo tocante a la Guardia Civil.
Aunque sería incierto decir que la peli solo crítica al bando vencedor de nuestra contienda fratricida. De hecho hay en ella también una crítica fortísima al anticlericalismo del bando perdedor a través del personaje de Gregory Peck.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tal como el Guardia Civil Viñolas enuncia en la secuencia de cierre, el motivo por el que Artigues (Gregory Peck) vuelve a España para inmolarse, sabiendo que su madre ya ha fallecido, es un misterio envuelto en un enigma. Queda abierto a las especulaciones del espectador.
También es necesario decir que, pese a ser tan grande la desesperanza respecto al futuro de nuestro país que proyectaba la peli, sí dejaba al menos algún resquicio a través de la figura del sacerdote. También, a través de las nuevas generaciones que no conocieron la guerra, tal como indica la visión al morir de Artigas del chaval Paco jugando con el balón blanco (el color de la paz y la reconciliación, además del de el Real Madrid!).
Y no olvidemos esos planos de la gente de a pie, tal como los ve el sacerdote desde la ventana, tras irse el coche de la Guardia Civil, antes de que aparezca la palabra "Fin".
También es necesario decir que, pese a ser tan grande la desesperanza respecto al futuro de nuestro país que proyectaba la peli, sí dejaba al menos algún resquicio a través de la figura del sacerdote. También, a través de las nuevas generaciones que no conocieron la guerra, tal como indica la visión al morir de Artigas del chaval Paco jugando con el balón blanco (el color de la paz y la reconciliación, además del de el Real Madrid!).
Y no olvidemos esos planos de la gente de a pie, tal como los ve el sacerdote desde la ventana, tras irse el coche de la Guardia Civil, antes de que aparezca la palabra "Fin".
24 de abril de 2025
24 de abril de 2025
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sensacional y extraña película producida y dirigida por Fred Zinnemann tomando como referencia una novela de Emeric Pressburger que en España se tituló "Envejece El Guerrillero".
La película comienza con imágenes extraídas de un documental previo de Frédéric Rossif sobre la Guerra Civil Española. Son escenas duras para un inicio que cuando pasa a la ficción apenas pierde tal desabrimiento en un blanco y negro expuesto con un sobresaliente trabajo de cámara, tanto de Zinnemann como del fotógrafo Jean Badal.
Estamos en 1964, pero la cinta parece una obra neorrealista de los años 40.
Zinnemann humaniza a todos los personajes principales enfrentados y censura con las acciones exhibidas el prejuicio, evitando las fobias y las filias ideológicas que tanto devalúan tendenciosas películas similares.
El director de "Solo Ante El Peligro" (1952) huye de la caricatura, evita el histrionismo, y en un tratamiento maduro e incluso lírico muestra a cada personaje manifestando sus propias valoraciones del contexto en el que viven y las consecuencias de su participación en el conflicto.
Los ambientes son generalmente sórdidos, y la utilización tanto de exteriores como de interiores resulta admirable en un conjunto caracterizado por un tono crepuscular, lleno de sombras...
Las interpretaciones son excelentes, incluida la del joven Marietto Angeletti, con un magistral progreso de motivaciones y evocaciones poéticas.
La película comienza con imágenes extraídas de un documental previo de Frédéric Rossif sobre la Guerra Civil Española. Son escenas duras para un inicio que cuando pasa a la ficción apenas pierde tal desabrimiento en un blanco y negro expuesto con un sobresaliente trabajo de cámara, tanto de Zinnemann como del fotógrafo Jean Badal.
Estamos en 1964, pero la cinta parece una obra neorrealista de los años 40.
Zinnemann humaniza a todos los personajes principales enfrentados y censura con las acciones exhibidas el prejuicio, evitando las fobias y las filias ideológicas que tanto devalúan tendenciosas películas similares.
El director de "Solo Ante El Peligro" (1952) huye de la caricatura, evita el histrionismo, y en un tratamiento maduro e incluso lírico muestra a cada personaje manifestando sus propias valoraciones del contexto en el que viven y las consecuencias de su participación en el conflicto.
Los ambientes son generalmente sórdidos, y la utilización tanto de exteriores como de interiores resulta admirable en un conjunto caracterizado por un tono crepuscular, lleno de sombras...
Las interpretaciones son excelentes, incluida la del joven Marietto Angeletti, con un magistral progreso de motivaciones y evocaciones poéticas.
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