Vale que no es algo totalmente nuevo, vale que tiene algunos fallos. Pero, desde mi punto de vista, la serie sigue funcionando y dandote ganas de seguir con ella capítulo a capítulo. Quizás en este mundo un tanto insensible necesitemos que se nos recuerde la humanidad por encima del resto de cosas.

Un despropósito de serie se mire por donde se mire. Completamente surrealista, con situaciones que mas bien se corresponden con una realidad paralela. Dejando de lado el guión infantil y los escenarios supraequidistantes, los actores no responden, y se entregan a ese infantilismo que impregna toda la serie.

Mala.

Sus personajes están embarcados en esta moda hospitalaria en la cual los casos, al igual que en House se van complicando a medida que ingresa el paciente y la pretensión de los guionistas es que estemos pendientes de la resolución del caso. En House el mayor atractivo es el complejo carácter del protagonista que da nombre a la serie. En The Good Doctor el protagonista salva la serie, aunque se echa en falta mayor protagonismo del mismo, aprovechando su autismo y lo excepcional de su papel como cirujano.
La elección de los demás actores podría haberse mejorado ya que su apariencia médica brilla por su ausencia y encajarian más en una serie de bailarines de funky o hip hop. Aún así a medida que vas viendo episodios les coges simpatía y te acostumbras a verlos como médicos o cirujanos.
Con todo se ha de decir que no es en absoluto una mala serie.

No es una buena serie. Ni visualmente, ni argumentalmente (requetevisto todo).
Los actores son horriblemente televisivos: caras vulgares, actuaciones mecánicas...
La única baza supuestamente a su favor era Freddie Highmore, un actor excelente y muy simpático.
Sin embargo, su interpretación es un cliché escandaloso. Comparemos su actuación con el actor de Atypical. Se nota a la legua que Highmore pone caras, recurre a tics y no es creíble para nada.
Resulta muy llamativo que una serie tan mediocre sea el éxito de la temporada.

Serie mediocre con una gran premisa. Un joven doctor aspirante a cirujano con autismo y sindrome del sabio que pese a sus grandes dificultades para relacionarse socialmente es todo un genio, tan genio como House (con esta comparte creador y sí es un pedazo de serie) pero con personalidades totalmente diferentes. Despues de ver varios capítulos e de decir que me parece una serie familiar del montón, no muere ningún paciente, los medicos son los mejores y mas buenos, siempre sale todo bien en el último instante y cada capitulo es igual al anterior. Todo muy previsible llegando a aburrir. En definitiva una gran premisa echada a perder.