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A 20 pasos de la famaDocumental

Documental Un homenaje a las coristas, que siempre han permanecido en un segundo plano respecto a los cantantes famosos. Bruce Springsteen, Stevie Wonder o Mick Jagger miran al coro y piden más marcha. Sus voces proporcionan armonía a las mejores bandas de la música popular, pero sobre la vida de esas cantantes secundarias no habíamos sabido nada hasta ahora. (FILMAFFINITY)
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6
21 de mayo de 2014 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El artista visual Isidoro Valcárcel Medina posee dos grandes citas célebres: “el arte es una acción personal que solo puede valer como ejemplo, pero nunca tener un valor ejemplar” y “cualquier puede ser artista”. Él asume que el talento es algo que no debería ser comprado ni transferido a través de una propiedad o posesión. El mercantilismo es una lacra que se apropia de nuestro espíritu creativo más libérrimo. A menudo, los verdaderos artesanos de su propio arte se esconden, se ocultan en segundas filas. Ayudan a otros a eclipsarse. Sin embargo, sin esos hombres y mujeres que se muestran alérgicos a la fama, algo faltaría. Algo se echaría de menos sobre un escenario.

El reciente documental ganador del Oscar en dicha categoría, A 20 pasos de la fama, persigue a las voces que permanecen en un espectro sonoro de frecuencia inferior al de los artistas principales, los laureados, los que solemos venerar. Sus coros no son un mero complemento musical sino también la estilización y potenciación del groove, el zénit de la lógica armónica. Tal y como versaba Searching for a Sugar Man, triunfador de la antepenúltima edición, el documentalista enfoca su tesis de investigación en la mirada hacia los seres desconocidos, los poco valorados o directamente los aislados en el panorama del éxito. Rompiendo barreras y prejuicios, se nos destapa la venda de los ojos para poder poner rostro y belleza a los encargados de convertir una buena canción en una experiencia sonora extraordinaria.

Enérgica y vivaz, la pieza avanza con un contagioso vitalismo, realizada con el espíritu de un musical de Broadway. En ningún momento oculta sus cartas al convertir a estas cantantes negras en auténtica heroínas desconocidas de la música popular, otorgándoles crédito simple y llanamente por el torrencial instrumento del que hacen gala. Pese a ello, el director Morgan Neville lima las pretensiones de reivindicación, motivando meramente el gozo por la melomanía y por las encargadas, en este caso, de provocarla. Durante este recorrido pendular, no faltan rostros conocidos del mundo del rock en ofrecer su admiración incondicional a todas aquellas cantantes que ponen la guinda lírica tras el escenario. Bruce Springsteen, Mike Jagger, Sting y otras leyendas vivas no hacen engrandecer el carácter mediático del documental.

La narración se articula en torno a las entrevistas a las protagonistas, el seguimiento que hacen de su labor, tanto en su terreno artístico como personal, y el montaje de diversas grabaciones correspondientes a conciertos de los más grandes intérpretes de cada género, véase Ray Charles en el jazz. Un tributo tan desmedido a la par que cegado de sus creadores, los cuales apenas han incidido en ninguna vertiente dramática ni giro argumental para potenciar las partes del discurso. Tan solo existe admiración y devoción, algo que finalmente se antoja limitado y sesgado en sus plasmaciones técnico-expresivas.

Decir que este documental, en sus valores totales, es mucho menos decisivo, penetrante y desgarrador que The Act of Killing, competidor por la pugna al Oscar en su categoría, resulta una licencia caprichosa de asumir. Se echa en falta que la progresión y la cadencia de este relato de profesionales olvidados ahonde un poco más en los recursos gramaticales del cine en vez de mirarse el ombligo para asumir su propio esplendor. Exigencias aparte, A 20 pasos de la fama es una película inspiradora, luminosa y cargada de buena fe. Ideal para todos aquellos cinéfilos que gusten del género musical como bastión fundamental de entretenimiento liviano. Durante sus escasos noventa minutos de duración, muchos son los regalos visuales y sonoros que se nos ofrecen. No solo a nuestro interés como espectador, sino también a nuestra memoria y a nuestros bellos recuerdos.

Crítica para www.magazinema.es
@WeisGuerrero @MagaZinema
9
6 de junio de 2014 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si volvieras a nacer, ¿qué te gustaría hacer?, ¿quién querrías ser?, ¿qué vida elegirías? Todos nos hemos hecho estas preguntas alguna vez. O alguien nos las ha hecho. Yo siempre respondo lo mismo. Si volviera a nacer, sería estrella de rock. Amo la música. Para mí es vida. Desde que me levanto hasta que me acuesto, ella es mi compañera. Sin embargo, no toco ningún instrumento y no tengo una gran voz. Pero me encantaría. La sensación de subirse a un escenario y arrancar desde lo más profundo de tu ser algo tan bello como es una melodía, ¡guau!, debe de ser increíble. Si alguna vez has sentido este anhelo, no te puedes perderte este sensacional documental.

Vivimos en un mundo en el que lo más importante es la popularidad, ser reconocido, tener un estatus social, dejando a un lado el talento, la verdadera vocación, la pasión… Por eso, hacen falta más documentales como este que muestren lo que significa haber nacido con un propósito. Y no necesariamente el de ser una estrella, sino el de hacer aquello que uno ama. Aquello sin lo cual no podría vivir. Aquello que le da sentido a su vida. Aquello y no otra cosa. De todo esto va A 20 pasos de la fama, la pieza audiovisual que se alzó con el Oscar al mejor largometraje documental (entre otros premios y nominaciones) y que consiguió ponerme la piel de gallina desde el segundo uno y emocionarme y hacerme sonreír de principio a fin.

Morgan Neville ha rodado una película preciosa. Cuenta una historia de sonrisas y lágrimas y lo hace muy de cerca, desde la piel de los personajes, desde sus poros, arrugas y brochazos de maquillaje. Desde el ardiente corazón de los protagonistas y reflejando la personalidad y el estilo de cada uno. Todo para que el espectador descubra la figura de la corista en la música. Para que conozca la importancia que ha tenido en la historia de la música. Y para que comprenda que a todo relato de excitante ascenso, le sigue el de la dramática y obligada caída, tan dura y dolorosa como solo puede ser la que se produce al darse de bruces contra el suelo después de haber tocado el cielo. La película está hecha con emoción, pasión y cariño, el mismo que sienten los protagonistas por su profesión. Tiene la misma belleza, magia y armonía que un grupo de preciosas voces perfectamente empastadas. El documental está lleno de energía, de agradables vibraciones, pero también te deja un regusto agridulce. Por un lado, la pasión y el talento lo invaden todo, llegándote muy adentro; por otro, la más que evidente tiranía de la industria de la música te frustra y te llena de tristeza y decepción.

Pero, sin duda, si amas la música por encima de artistas y géneros, este viaje de melodías e imágenes es para ti.
8
15 de noviembre de 2014 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso y no deja de ser sintomático que el cartel promocional, al menos uno de ellos, del documental que se alzó con el Oscar en la pasada edición, cometa los mismos pecados que pretende poner de manifiesto.
Los nombres que figuran son los de las estrellas consagradas y no los de esas otras estrellas que protagonizan dicho documental y cuyo brillo siempre quedó oculto tras los vocalistas a quienes servían contribuyendo, en muchos casos de forma decisiva al éxito de sus temas.
Se dice y no sin razón que cuando tatareamos o recordamos una determinada canción solemos acudir al estribillo y a los coros que marcan la melodía interpretados por las coristas, generalmente mujeres. Neville especializado en documentales sobre el mundo de la música se centra en las mujeres afroamericanas cuyo origen musical mama de la música de respuesta en las iglesias y que se vieron promocionadas durante un par de décadas en los 70 y 80 por el boon de incorporar esos sonidos al mundo del rock.
Estrellas como los Rolling, Springsteen o Sting con los que colaboraron, entre otros, las alaban durante la proyección que viene a ser más que nada un homenaje a su labor poco reconocida y saca a la luz sus nombres y apellidos y su suerte desigual a la hora de que la vida les haya recompensado con su arte. Sin profundizar demasiado, una banda sonora memorable y con un archivo de imágenes muy notable que atraviesa el tiempo a la velocidad de la luz para reencontrarnos con el contraste de sus protagonistas en la actualidad, las voces y la música de estas mujeres nos arrebata y no tenemos por menos que aplaudirlas y reconocer su talento. La Academia se ha decantado por el optimismo y seguir la estela musical del pasado año donde otro documental excelente "Searching for sugar men" nos sorprendió a a todos, dejando en la cuneta al sobrecogedor relato del horror en indonesia "The Act of Killing". En cualquier caso estamos viviendo una época dorada del género documental en todas sus variantes. Bienvenido sea.
7
29 de diciembre de 2014 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viéndome poco a poco las pendientes de las películas estrenadas en 2014 y que podrían ser destacables, venzo la pereza y me pongo con este documental centrado en las coristas, esas voces que acompañan y complementan en un segundo plano y entre contoneos, a las estrellas en el escenario. No me llamaba en demasía primero por no ser mitómano ni tan siquiera con lo que me apasiona y tampoco me atraía en exceso su premisa pero me he encontrado con un documental, en muchas facetas apasionante y que me extraña ver como poca gente parece haberlo visto y comentado, más aún y sobre todo por el hecho de haber ganado el Óscar en su categoría en la última gala.

El documental nos habla de los inicios de las coristas en el escenario, como estiradas chicas blancas monopolizaban una poco numerosa profesión, que poco a poco se fue llenando con voces negras provenientes de coros de iglesia y hogares con muchos pastores como cabeza de familia, un parece ser, cliché corista. Esto puede seguir sin atraer, incluso también el mencionar la cantidad de caras y voces conocidas de la historia reciente de la música a las que vemos o incluso dejan su testimonio si no se es un apasionado del tema o los mitos, pero lo más destacado y lo más apasionante es ver el camino que siguieron unas y otras, la lucha interna entre conformarse con seguir a 20 pasos de la fama o intentar dar un salto al abismo de la misma, la valentía, la lucha por los sueños, las batallas de egos y con todo ello, al final te ves atrapado en un relato, que parecía darte igual. Si encima eres un apasionado de la música y te encantan las anécdotas y ver entre bastidores a gente como Tina Turner, David Bowie, "The Boss", Stevie Wonder y un largo etcétera, lo disfrutarás aún muchísimo más que yo, aunque lo he hecho más de lo que pensaba en un inicio y de lo que pensaba vista su tramo inicial.

Nota: 6'5
7
31 de agosto de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenido documental porque su profusión de testimonios y fragmentos musicales formidables hace que se vea sin pestañear.
Por momentos parece no tener una estructura clara. Contiene, como he dicho, demasiados testimonios, algunos de mucho peso en el mundo musical, que sin embargo tampoco profundizan en exceso en la tesis principal que se desarrolla en el tercer acto, que es lo que realmente la sube de nivel y la convierte en un documental de primer orden. Eso si, sin llegar a deslumbrar. Quizá el reconocimiento con un Oscar sea excesivo.

Bonita reflexión sobre la fama, la suerte y la profesionalidad.
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