El nuevo mundo
2005 

6.0
15,389
Aventuras. Romance. Drama
América colonial, principios de siglo XVII. Aventura épica sobre el enfrentamiento de dos culturas durante la fundación de la colonia de Jamestown (Virginia) en 1607. Inspirada en la leyenda de John Smith y Pocahontas, un ambicioso colonizador y una apasionada nativa de alto linaje que se encuentran divididos entre sus deberes y sus sentimientos. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2006
15 de marzo de 2006
46 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Malick tocó techo con La delgada linea roja, con esta parece haber tocado fondo (o eso espero, por lo menos). El magnífico director que ya nos deleitó en un pasado, en esta cinta se empeña en ser demasiado abusivo con los recursos de la película y empaña un trabajo que podría haber sido realmente notable.
En su obra, Malick nos cuenta una historia conocida por todos, donde una joven india se enamora de un valeroso soldado y de como se van desencadenando una serie de peripecies que, parece ser, de nada servirán para separar a la unida pareja.
Pese a su ritmo bastante lento, cosa que a mi nunca me ha molestado en absoluto, ese no es su peor inconveniente, sino el empacho de la voz en off, esa fotografía delicada pero por momentos aborrecible y la poca profundidad que el director estadounidense otorga a su película, puesto que en ningún momento logra que nos sintamos identificados con la historia que se desarrolla en pantalla o con los personajes que en ella intervienen.
Técnicamente, y como de costumbre, es casi impecable, fotografía, como ya he dicho, delicada y bella, aunque en ocasiones mal usada, banda sonora maravillosa (que, todo sea dicho, no entiendo como muchos la pueden criticar siendo uno de los mejores elementos de la cinta), correcto montaje y pasable vestuario.
Si hubiese que remarcar alguna de las actuaciones esa, sin lugar a dudas, sería la de Christian Bale, que se merienda a cualquier otro actor que se de cita en este trabajo, ni el protagonista Colin Farrell, que está bien pero poco creible en su papel, ni Q'orianka Kilcher, que realiza una correcta labor, logran hacerle sombra al muchacho inglés.
Para colmo, el final es horrendo, a media hora de la conclusión el nivel empieza a decaer, todo tiene aspecto de artificial y emperifollado, además de contener un final carente de credibilidad y demasiado frío. Vamos, que Malick parece haber perdido el rumbo totalmente con este último trabajo, esperemos que en el próximo recupere el buen gusto por la naturalidad y deje el artificio y las pretensiones para otros...
En su obra, Malick nos cuenta una historia conocida por todos, donde una joven india se enamora de un valeroso soldado y de como se van desencadenando una serie de peripecies que, parece ser, de nada servirán para separar a la unida pareja.
Pese a su ritmo bastante lento, cosa que a mi nunca me ha molestado en absoluto, ese no es su peor inconveniente, sino el empacho de la voz en off, esa fotografía delicada pero por momentos aborrecible y la poca profundidad que el director estadounidense otorga a su película, puesto que en ningún momento logra que nos sintamos identificados con la historia que se desarrolla en pantalla o con los personajes que en ella intervienen.
Técnicamente, y como de costumbre, es casi impecable, fotografía, como ya he dicho, delicada y bella, aunque en ocasiones mal usada, banda sonora maravillosa (que, todo sea dicho, no entiendo como muchos la pueden criticar siendo uno de los mejores elementos de la cinta), correcto montaje y pasable vestuario.
Si hubiese que remarcar alguna de las actuaciones esa, sin lugar a dudas, sería la de Christian Bale, que se merienda a cualquier otro actor que se de cita en este trabajo, ni el protagonista Colin Farrell, que está bien pero poco creible en su papel, ni Q'orianka Kilcher, que realiza una correcta labor, logran hacerle sombra al muchacho inglés.
Para colmo, el final es horrendo, a media hora de la conclusión el nivel empieza a decaer, todo tiene aspecto de artificial y emperifollado, además de contener un final carente de credibilidad y demasiado frío. Vamos, que Malick parece haber perdido el rumbo totalmente con este último trabajo, esperemos que en el próximo recupere el buen gusto por la naturalidad y deje el artificio y las pretensiones para otros...
26 de noviembre de 2007
26 de noviembre de 2007
52 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poeta dicen unos, ¡y una leche! Malick es una nenaza. Es un aburrido y un preten (que viene de pretencioso, por eso de abreviar). Desgraciadamente para mí, la duración de esta película no son los 133 minutos que hasta ahora pone en la ficha (les he mandado un e-mail para ver si la rectifican) sino unos enormes y largísimos 150 minutos, vistos todos, sin pestañear y sin ir al aseo… por si me perdía alguno de los muchos fantásticos planos del Malick.
Visualmente es hermosa, sí. Su banda sonora es jodidamente buena, sí. Pero la historia es una ñoñería sin precedentes. Colin Farell es un palo, no me gusta nada, me parece que estaba de vacaciones, que pasaba de todo, que estaba también de poeta con el Malick. Imposible apreciar nada de esta actuación, y perjuro que lo intenté, que gente a al que respeto dice que no está tan mal… horrible. No puedo decir lo mismo de Bale. A mi juicio es lo mejor junto con el apartado de fotografía y música de toda la cinta. Christian Bale se muestra comedido, su personaje me hace reflexionar, me creo sus dudas y su miedo a la perdida. Me gusta lo que hace y me fastidia que tuviera que esperar más de hora y media a que apareciera. Mientras, mientras tragaba con Farell, tragaba con una historia que no arranca ni dios. Dicen que es una historia hipnótica, claro, para dormir. Su guión esta cojo, falto de alma, falto de talento que intentan suplir con imágenes ostentosas y planos innecesarios.
Intento aún meditar, el por qué de tanto pájaro volando (la primera vez ya bastaba) el por qué de tanta agua y tantas nubes. Si todos sabemos lo que son las nubes (y gracias a la publicidad sabemos hasta a qué huelen). Cansado de tanto sol (Malick no sabe que el sol provoca melanomas), de tantas miradas absurdas (todo lo que me parece absurdo en Farell le encuentro sentido cuando lo hace Bale).
Los indios de Malick son imposibles. Y en esto incluyo a Q'orianka Kilcher en un papel que le viene grande. Indios que no hay por donde cogerlos, igual que a este Nuevo Mundo.
Visualmente es hermosa, sí. Su banda sonora es jodidamente buena, sí. Pero la historia es una ñoñería sin precedentes. Colin Farell es un palo, no me gusta nada, me parece que estaba de vacaciones, que pasaba de todo, que estaba también de poeta con el Malick. Imposible apreciar nada de esta actuación, y perjuro que lo intenté, que gente a al que respeto dice que no está tan mal… horrible. No puedo decir lo mismo de Bale. A mi juicio es lo mejor junto con el apartado de fotografía y música de toda la cinta. Christian Bale se muestra comedido, su personaje me hace reflexionar, me creo sus dudas y su miedo a la perdida. Me gusta lo que hace y me fastidia que tuviera que esperar más de hora y media a que apareciera. Mientras, mientras tragaba con Farell, tragaba con una historia que no arranca ni dios. Dicen que es una historia hipnótica, claro, para dormir. Su guión esta cojo, falto de alma, falto de talento que intentan suplir con imágenes ostentosas y planos innecesarios.
Intento aún meditar, el por qué de tanto pájaro volando (la primera vez ya bastaba) el por qué de tanta agua y tantas nubes. Si todos sabemos lo que son las nubes (y gracias a la publicidad sabemos hasta a qué huelen). Cansado de tanto sol (Malick no sabe que el sol provoca melanomas), de tantas miradas absurdas (todo lo que me parece absurdo en Farell le encuentro sentido cuando lo hace Bale).
Los indios de Malick son imposibles. Y en esto incluyo a Q'orianka Kilcher en un papel que le viene grande. Indios que no hay por donde cogerlos, igual que a este Nuevo Mundo.
7 de febrero de 2006
7 de febrero de 2006
27 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nuevo Mundo es prodigiosa de principio a fin. Una obra maestra sin rival alguno. El público seguramente no la aceptara. Quien vaya buscando una película de conquistadores que llegan al nuevo mundo, conocen a los nativos, se llevan bien, pero… de repente algo falla, la cosa se tuerce, los nativos atacan de noche, hay peleas, batallitas, luchas, una historia de amor metida con calzador, y al final la gran lucha entre el bueno y el malo… que se olvide. Esto no es mierda Hoollywoodiense. Esto no es Gladiador, El rey Arturo o El Reino de los cielos, no. La nueva película de Terrence Malick es un poema de amor, una poesía contada en imágenes. Visualmente es arrolladora, probablemente la película más (visualmente) inventiva y cautivadora jamás filmada. Nunca había experimentado una sensación similar en un cine, esa sensación de pureza, de que lo que me están contando me lo están contando desde el corazón, desde la sabiduría, de que no me están engañando. Las actuaciones por su parte son colosales. Colin Farell nunca estuvo mejor, su John Smith es genial, se apodera del personaje, lo hace suyo. Su forma de mirar, de hablar, de narrar (siempre por supuesto en V.O). Por otro lado, la joven que interpreta a la princesa Pocahontas esta perfecta en su papel. Aunque nunca llegando a las cimas de Farell. Quien si se iguala a la altura del actor de Tigerland, es Christian Bale. El protagonista de American Psycho borda su personaje: Sus dudas, su forma de amar y de sufrir. Ambos actores merecían al menos una nominación al oscar.
La película es estéticamente compleja, así como narrativamente también lo es. La primera hora de metraje, casi cine mudo, somete al espectador a una montaña rusa de imágenes de una belleza alarmante, donde Malick deja bien claro lo que pretende. Son tres los personajes que narran la película en primera persona, intercalándose durante la primera mitad. Podríamos decir que la primera parte del film pertenece a Farell (Pocahontas es tan solo un personaje secundario, y Bale aun no hace aparición), la segunda parte pertenecería a Phocahontas (Farrel pasa a ser un personaje secundario, y Bale aun en el anonimato), y la tercera parte pasa a ser de Bale (Pocahontas como personaje secundario, y Farrel ya desaparece). El film apenas sigue una línea argumental estructurada cinematográficamente, básicamente se nutre de los personajes y sus emociones. Citar también las breves apariciones de Christopher Plummer, Ben Chaplin, Wes Studi (impresionante su visita “virtual” por los jardines de los palacios Londinenses. Ese es, realmente, El Nuevo mundo) , Eddie Marsan, Noha Taylor, John Savage, y un largo etc.. Una película pues, prodigiosa, grande, sublime,.. Soy incapaz de explicar al espectador lo que va ha ver, porque es imposible hacerlo, la única forma es viendo el film, pero advierto que no es, para nada, lo que el 100% se espera. Créanme. No deja indiferente.
P.D: Obra Maestra. .
La película es estéticamente compleja, así como narrativamente también lo es. La primera hora de metraje, casi cine mudo, somete al espectador a una montaña rusa de imágenes de una belleza alarmante, donde Malick deja bien claro lo que pretende. Son tres los personajes que narran la película en primera persona, intercalándose durante la primera mitad. Podríamos decir que la primera parte del film pertenece a Farell (Pocahontas es tan solo un personaje secundario, y Bale aun no hace aparición), la segunda parte pertenecería a Phocahontas (Farrel pasa a ser un personaje secundario, y Bale aun en el anonimato), y la tercera parte pasa a ser de Bale (Pocahontas como personaje secundario, y Farrel ya desaparece). El film apenas sigue una línea argumental estructurada cinematográficamente, básicamente se nutre de los personajes y sus emociones. Citar también las breves apariciones de Christopher Plummer, Ben Chaplin, Wes Studi (impresionante su visita “virtual” por los jardines de los palacios Londinenses. Ese es, realmente, El Nuevo mundo) , Eddie Marsan, Noha Taylor, John Savage, y un largo etc.. Una película pues, prodigiosa, grande, sublime,.. Soy incapaz de explicar al espectador lo que va ha ver, porque es imposible hacerlo, la única forma es viendo el film, pero advierto que no es, para nada, lo que el 100% se espera. Créanme. No deja indiferente.
P.D: Obra Maestra. .
6 de octubre de 2010
6 de octubre de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Nuevo Mundo de Terrence Malick es algo nuevo, y es un mundo. Eso es innegable.
Luego ya, puede resultar un estimulante poético para los sentidos, y mantenerte despierto en medio de su fascinante travesía al alma de la Madre Tierra, puede llegar a hacerte sentir que estás en comunión con su bella y pura fuerza. Como dice un crítico de la ficha: "Más que una pelicula es un medio de transporte". Y lo consigue esgrimendo un talento audiovisual portentoso: Un sentido de la imagen flexible y una fotagrafía preciosista, casi ornamental, que dotan a la belleza de una profundidad sensitiva que va más allá del paisajismo de postal, solo hay que mirar con algo de interés. Y algo muy sorprendente en ese aspecto es el sonido, concretamente el montaje de sonido. Música y sonidos ambientales se combinan, sus violines, cantos de pájaros, el sonido del agua, el viento, la hierva... y cuando irrumpe el ser humano todo se apaga bajo su ruido estridente y destructor: Hachas cortando troncos, cañones, civilización destructora... un juego sonoro que al principio chocaba bastante por sus contrastes, pero al final son esos contrastes los que te hacen sentir la diferencia entre la pureza divina de un mundo virgen de la corrupción ambiental de la civilización humana.
La historia es una metáfora pura, no es un romance entre un hombre y una mujer, eso es sólo una materialización: Pocahontas no es una mujer, es un hija de la Tierra, una personificación del Nuevo mundo. Ella reune toda su pureza, frescura y naturalidad, su riqueza de espíritu, eso es lo que enamora a Smith y a Bale, es una historia del amor del hombre con la naturaleza pura, virgen, de espiritu divino. Un amor hacia algo superior. Un amor condicionado por las circunstancias. Amor metafórico susurrado por la madre tierra, por ello se justifica la voz en off de los personajes: los personjes hablan poco porque juegan un papel más protagonistas los pensamientos y las sensaciones que la comunicación directa. Por eso esta historia tiene que ser susurrada, deslizada sobre los sentidos.
La primera hora es realmente fascinante: Bella, dura, fluida y mística. Después...
Fallos innegables:
-El argumento más claro, más real, el de las peripecias de convivencia entre indios e Ingleses, es algo incoherente, tiene flecos y demás, pero lo dicho, eso es sólo el envoltorio del aútentico contenido del filme.
- A partir de la primera hora, se hace más espesa conforme avanza hasta que aparece Bale, y de nuevo la ultima media hora, el final, es demasiado candencioso y dilatado. Y no es que sea un mal final, es un final más significativo de lo que parece y metafórico (véase Spoiler), pero no es un final muy impactante ni impresionante, de pronto resulta pobre, pero no lo és (Spoiler), luego se da cuenta uno.
Afortunadamente para mi, no llegó a cansarme, conecté con ella y me ha gustado mucho, yo la considero una joya, una maravilla, aunque imperfecta.
Luego ya, puede resultar un estimulante poético para los sentidos, y mantenerte despierto en medio de su fascinante travesía al alma de la Madre Tierra, puede llegar a hacerte sentir que estás en comunión con su bella y pura fuerza. Como dice un crítico de la ficha: "Más que una pelicula es un medio de transporte". Y lo consigue esgrimendo un talento audiovisual portentoso: Un sentido de la imagen flexible y una fotagrafía preciosista, casi ornamental, que dotan a la belleza de una profundidad sensitiva que va más allá del paisajismo de postal, solo hay que mirar con algo de interés. Y algo muy sorprendente en ese aspecto es el sonido, concretamente el montaje de sonido. Música y sonidos ambientales se combinan, sus violines, cantos de pájaros, el sonido del agua, el viento, la hierva... y cuando irrumpe el ser humano todo se apaga bajo su ruido estridente y destructor: Hachas cortando troncos, cañones, civilización destructora... un juego sonoro que al principio chocaba bastante por sus contrastes, pero al final son esos contrastes los que te hacen sentir la diferencia entre la pureza divina de un mundo virgen de la corrupción ambiental de la civilización humana.
La historia es una metáfora pura, no es un romance entre un hombre y una mujer, eso es sólo una materialización: Pocahontas no es una mujer, es un hija de la Tierra, una personificación del Nuevo mundo. Ella reune toda su pureza, frescura y naturalidad, su riqueza de espíritu, eso es lo que enamora a Smith y a Bale, es una historia del amor del hombre con la naturaleza pura, virgen, de espiritu divino. Un amor hacia algo superior. Un amor condicionado por las circunstancias. Amor metafórico susurrado por la madre tierra, por ello se justifica la voz en off de los personajes: los personjes hablan poco porque juegan un papel más protagonistas los pensamientos y las sensaciones que la comunicación directa. Por eso esta historia tiene que ser susurrada, deslizada sobre los sentidos.
La primera hora es realmente fascinante: Bella, dura, fluida y mística. Después...
Fallos innegables:
-El argumento más claro, más real, el de las peripecias de convivencia entre indios e Ingleses, es algo incoherente, tiene flecos y demás, pero lo dicho, eso es sólo el envoltorio del aútentico contenido del filme.
- A partir de la primera hora, se hace más espesa conforme avanza hasta que aparece Bale, y de nuevo la ultima media hora, el final, es demasiado candencioso y dilatado. Y no es que sea un mal final, es un final más significativo de lo que parece y metafórico (véase Spoiler), pero no es un final muy impactante ni impresionante, de pronto resulta pobre, pero no lo és (Spoiler), luego se da cuenta uno.
Afortunadamente para mi, no llegó a cansarme, conecté con ella y me ha gustado mucho, yo la considero una joya, una maravilla, aunque imperfecta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-Cuando Farrell se va, y Pocahontas se queda dentro del bastión, va progresivamente "civilizandose", es adoptada por la colonia, y Bale se enamora al conocerla, pues todavía tiene esa aura suprema, ese aire fresco como Hija de la Tierra. Ella no lo ama, pero conecta con su humanidad, que és grande y pura. Así, tiene un hijo, se civiliza cada vez más y se convierte en una dama encorsetada, llega a inglaterra, y se encuentra con Farrell, pero ya no es más que la sombra de lo que era, a perdido su pureza. Farrel no la ama ya, porque el amaba precisamente su forma nativa, la que representaba a la naturaleza pura y virgen, su lado de "espíritu divino".
Y ya lo ha perdido... resignados, va cada uno por su lado, a su destino, Farrell se ha labrado uno nuevo, su historia se cierra. Y Pocahontas muere "de una extraña enfermedad".
Esto és porque se ha marchitado, es como una flor, arraigada en la tierra es bella y está llena de vida, pero arrancada de su medio no puede existir. No es una mujer, es una extensión propia de la Madre Tierra, y como a contaminado su esencia, "muere", o sea, vuelve al seno de la madre tierra, a su esencia.
Y ya lo ha perdido... resignados, va cada uno por su lado, a su destino, Farrell se ha labrado uno nuevo, su historia se cierra. Y Pocahontas muere "de una extraña enfermedad".
Esto és porque se ha marchitado, es como una flor, arraigada en la tierra es bella y está llena de vida, pero arrancada de su medio no puede existir. No es una mujer, es una extensión propia de la Madre Tierra, y como a contaminado su esencia, "muere", o sea, vuelve al seno de la madre tierra, a su esencia.
19 de marzo de 2010
19 de marzo de 2010
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Planos intimistas, sensoriales, sugerentes, monólogos interiores, sensaciones y recuerdos, acompasados con las notas acariciadoras que James Horner concedió a este pequeño regalo espiritual. El tacto de la hierba, del viento en la cara, el aroma exultante de la plenitud. El amor triunfa allende el mar, allende las fronteras, allende razas y credos. Una comunión mística con la Madre Tierra, con los elementos, con cualquier dios imaginado por el hombre. Estar en paz con el sol, con la luna, con el fructífero suelo, con la brisa salobre, con los congéneres. Llevar la luz dentro, derramarla fuera, ser la luz misma. Haber nacido con ese fin: iluminar la vida como una llama votiva.
La visión romántica, bucólica y amorosa que Malick ofrece sobre Pocahontas llena de sosiego y esperanza cada minuto. Su versión libre de la leyenda, atribuyéndole un amor imposible entre ella y el capitán Smith, el colonizador pionero de Norteamérica, cae como pétalos de rosas sobre los ojos y las mejillas, esparciendo una dulce fragancia que perdura.
Malick pinta a una muchacha pacificadora, bienhechora, enamorada… Un espíritu libre cuyo destino cambia por completo desde que los navíos ingleses echan anclas en las costas de Virginia en 1607. A partir de entonces, su alma libre se encadena voluntariamente. Lejos de Inglaterra, lejos de la viciada Europa, en un nuevo continente, en un nuevo comienzo, con la promesa de un horizonte virgen, no hollado por las sucias botas del Viejo Mundo, el capitán John Smith saborea las mieles de un amor puro y telúrico. Con gusto a tierra recién mojada de lluvia, a flores silvestres, a sal marina, a la piel en eclosión y la mirada como un lago oscuro y sereno de una joven que ya no conoce más hogar que los brazos de su amado. Ella es el refugio en el que alejarse de los disgustos, de las miserias, de la carga de liderar a un puñado de colonos que batallan encarnizadamente por la supervivencia. El vergel, el Edén, el Paraíso, es lo que Smith paladea cada día en los bosques en los que se reúne con ella. Atrás quedan los problemas. Atrás el mundo entero. Hasta el viento se detiene y suspira con el aliento compartido de los amantes.
Pero, como en todo sueño, al final siempre hay que despertar…
Y siempre habrá un nuevo comienzo.
Relato lírico en imágenes primorosas sobre un aventurero que ha recorrido medio mundo para hallar su puerto en una chica que contiene todas las estrellas en sus ojos negros. Para vivir después lamentando haberlo dejado pasar de largo.
Poema sobre una mujer sencilla y afortunada que agradece y disfruta de los muchos dones que se le conceden. Que vive para amar. Que constata que las gentes son similares en cualquier parte.
Que da una lección de humildad y encanto al aceptar con alegría que la vida es como es, y que hay que absorberla con cada poro del cuerpo.
El Edén puede ser la persona que camina de la mano con nosotros.
La visión romántica, bucólica y amorosa que Malick ofrece sobre Pocahontas llena de sosiego y esperanza cada minuto. Su versión libre de la leyenda, atribuyéndole un amor imposible entre ella y el capitán Smith, el colonizador pionero de Norteamérica, cae como pétalos de rosas sobre los ojos y las mejillas, esparciendo una dulce fragancia que perdura.
Malick pinta a una muchacha pacificadora, bienhechora, enamorada… Un espíritu libre cuyo destino cambia por completo desde que los navíos ingleses echan anclas en las costas de Virginia en 1607. A partir de entonces, su alma libre se encadena voluntariamente. Lejos de Inglaterra, lejos de la viciada Europa, en un nuevo continente, en un nuevo comienzo, con la promesa de un horizonte virgen, no hollado por las sucias botas del Viejo Mundo, el capitán John Smith saborea las mieles de un amor puro y telúrico. Con gusto a tierra recién mojada de lluvia, a flores silvestres, a sal marina, a la piel en eclosión y la mirada como un lago oscuro y sereno de una joven que ya no conoce más hogar que los brazos de su amado. Ella es el refugio en el que alejarse de los disgustos, de las miserias, de la carga de liderar a un puñado de colonos que batallan encarnizadamente por la supervivencia. El vergel, el Edén, el Paraíso, es lo que Smith paladea cada día en los bosques en los que se reúne con ella. Atrás quedan los problemas. Atrás el mundo entero. Hasta el viento se detiene y suspira con el aliento compartido de los amantes.
Pero, como en todo sueño, al final siempre hay que despertar…
Y siempre habrá un nuevo comienzo.
Relato lírico en imágenes primorosas sobre un aventurero que ha recorrido medio mundo para hallar su puerto en una chica que contiene todas las estrellas en sus ojos negros. Para vivir después lamentando haberlo dejado pasar de largo.
Poema sobre una mujer sencilla y afortunada que agradece y disfruta de los muchos dones que se le conceden. Que vive para amar. Que constata que las gentes son similares en cualquier parte.
Que da una lección de humildad y encanto al aceptar con alegría que la vida es como es, y que hay que absorberla con cada poro del cuerpo.
El Edén puede ser la persona que camina de la mano con nosotros.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here