Seamos honestos: McQueen tenía un carisma notables y las set pieces del film son notables: la secuencia de automovilismo sigue siendo mítica y la secuencia en el aeropuerto... fue claramente plagiada por Michael Mann para "Heat".

Sin embargo, la historia nunca me interesa. No entro en ella. Tampoco sé quién es el protagonista, por lo que me cuesta empatizar con él. Y se dejan demasiados cabos sueltos. Es una película demasiado europea en ese aspecto. Luego está la frialdad con la que se trata todo. Hay cierto distanciamiento excesivo que provoca que el film sea ceñudo, parco en sentimientos y morosamente lento.

Y es que con McQueen no basta.

Un film que se ha ganado su fama por su brillante secuencia sobre ruedas. El argumento, personajes y desarrollo son para olvidar.

Aunque está claro que puso su piedrecita en la formación de las action movies modernas.

Debería ser suficiente contar con un contexto urbano como el de San Francisco y un pedazo de actor como McQueen, para muchos sería como Eastwood y el desierto, sinónimo de buena película, palomitas y a disfrutar. Pues no, a Bullitt le digo que no, mi idea de película de crímenes y policíaca ha de tener más mala leche, ha de tener más acción que la nombradísima escena de 11 minutos de la persecución en coche por las calles y ha de tener más garra, más gancho. La idea de un testigo protegido y media mafia de otra ciudad detrás no está nada mal a priori pero podría haber dado más. Algo falla cuando se hace larga, y muy aburrida por momentos. Debo suspender a Bullitt y me doy cuenta de que ya han sido unos cuantos que opinan como yo, por algo será. Si algo tiene de buena es que a partir de este 1968 aparecerán más y mejores inspectores de policía, con más sangre, infalibles porque en eso no hay diferencia, pero con más carisma que el personaje de McQueen. Su falta de personalidad lastra toda la película, se han llegado a decir muchas cosas buenas de esta película, yo no estoy de acuerdo, es irregular y más bien floja.

No deja de ser una película especial y, en cierto modo, llena de paradojas esta "Bullitt" de Peter Yates. De un lado, y a pesar del egocentrismo que profesaban la mayoría de directores de finales de los 60 usando la cámara para experimentar y no poniéndola al servicio de los intérpretes, a pesar de ésto decía, hay que reconocer que Peter Yates 'innova', pero lo hace con acierto. Si la dirección de la famosísima persecución es extraordinaria, también es cuando menos loable, un sorprendente y preciso montaje (Bullitt cena en un restaurante y, de pronto, aparece subido en su coche. Bullitt no ha terminado de hablar por teléfono y lo volvemos a ver al volante de su coche) o ese silencio absoluto en determinadas secuencias sin oírse siquiera el ruido de la calle.
De otro lado, también resulta paradójica la interpretación de McQueen. Está como atontado, sin alma, sin implicación en el personaje, y, sin embargo, no cabe ninguna duda que el poder de su mirada dota a Bullitt de un singular carisma que no sólo eleva el nivel de la historia sino que consigue que el espectador sienta un tremendo afecto por él.

Me esperaba muchísmo más de Mcqueen y de este largometraje. Comienza de forma muy lenta pero esperas que en algún momento, el film despierte y la historia se vuelva más ágil pero ese momento nunca llega, haciendo que el buen guión que tiene se desperdicie por el tedioso ritmo que la película tiene.

Acción no tiene salvo escenas contadas y de corta duración, pero no es eso lo más lamentable, es que la parte policiaca del film, también es errónea y sin pizca de garra.

Presenta unos planos interminables que no aportan nada, tiene escenas que son redundantes, sin interés para el espectador sobre lo que le están contando. Mcqueen interpreta al protagonista de forma eficaz, siendo lo mejor de Bullit, los secundarios cumplen sin más. La película no tiene ningún momento de interés, lo único que es destacable por la calidad y lo bien rodada que está, es la escena de la persecución, magníficamente planteada y desarrollada.

Para mí una decepción muy grande, ya que soy un habitual de Mcqueen, pero esta película no le hace justicia ni a él ni a su personaje por la narración tan cansina que tiene que convierte al film en un tostón, realmente piensas que tanta duración para contar una historia tan simple....

Si de algo no cabe duda en esta mítica película es de que Steve McQueen (o su doble) fue un gran corredor. Se pasa aproximadamente el 80% del metraje corriendo detrás de alguien, bien a pie, bien en coche. Hay una famosísima secuencia de 15 minutos en la que persigue por todo San Francisco a otro coche, cuesta va cuesta viene, que es un poco la madre de todas las persecuciones ya mil veces vistas posteriormente por las mismas calles. Hay que reconocer que Peter Yates, el director, se lo curra.

San Francisco es la otra gran protagonista de esta historia. Sí, esa maravillosa ciudad en la que siempre hay un aparcamiento mágico justo en la puerta del sitio a donde uno va. Esa ciudad milagrosa en la que los coches se persiguen unos a otros a 200 kilómetros por hora, saltándose cruces y semáforos alegremente, sin que nadie resulte nunca muerto ni herido. Todo lo más los coches un poco perjudicados y el malo saltando por los aires, pero ni un solo daño colateral. Debe de ser la única ciudad del mundo con esa particularidad. Aquí en mi tierra te saltas nada más un triste semaforillo y te pegas una hostia fijo y te matas tú o matas a otro, o como mínimo atropellas a cuatro o cinco peatones. En San Francisco no; allí te puedes saltar todos los cruces del mundo y todos los stops totalmente a tu bola que no te va a pasar nada, ni a ti ni a nadie. Mola, eh?

Y luego está Jacqueline Bisset, que hace de novia de McQueen. Bisset un buen día se levanta y se da cuenta de sopetón de que el trabajo de su novio es muy violento y así se lo hace saber, que a ella no le gusta. O sea, tú eres novia de un curtido teniente de la policía desde hace años y no te habías percatado jamás de que ese trabajo no es precisamente como el de monitor en una guardería. Un día te da el volunto y decides que es un curro sumamente desagradable y muy sangriento para ti. Lo flipas. Pero bueno, lo de las persecuciones está guay para los aficionados a estas cosas, por lo menos entretiene.