Extraterrestre
Ciencia ficción. Comedia. Romance
Aunque Julia y Julio no se conocen, despiertan en la misma cama, después de una borrachera de la que no recuerdan nada. Él se enamora al instante; ella, no. En esta incómoda situación, se enteran de que no pueden salir de casa porque un gigantesco OVNI flota sobre la ciudad. (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2012
24 de marzo de 2012
43 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película llena de detalles de alguien que disfruta, vive y respeta el cine.
Recomendable y a ratos tronchante. Me corté a la hora de aplaudir al final, pero no sería por ganas. Ojo. A ver si alguien se va a creer que es la mayor Obra Maestra de todos los tiempos. No es eso. No quiero levantar expectativas tan altas como el Monte Olimpo de Marte y que luego te aplanes hasta llegar al fondo de la fosa de las Marianas.
Personalmente, hacía tiempo que no veía una película donde no tienes ni repajolera idea de lo que sucederá en la escena siguiente. Vigalondo es un crack.
El director te lleva por donde quiere. Juega al despiste como un viejo tahúr y no sabes si la carta que estás viendo es el as, un rey o el loco e impredecible comodín.
Francamente, no me considero una persona con un cociente intelectual elevado, pero no he visto una sola fisura en el guión. Cada uno de los personajes tiene un trasfondo rico y profundo. Se podría hacer una película con cada uno de ellos (incluida la regidora del estudio de TV).
Me encantaron dos planos (personalmente me resultaron simpático e inquietante respectivamente). Las varillas suecas sacaojos y su inutilidad (y de paso tumbamos la estantería). Nacho se ríe del icono cotidiano de una generación de españoles y les hace un guiño con los productos de una multinacional sueca cuyo logo ovoide (¡coño, un platillo volante) combina amarillo y azul.
El segundo plano es un picado ligero del rostro de Villagrán iluminado con un corte de luz justo en la mitad de la cara, en medio de una noche cruda, peligrosa y paranoica. Detrás de él, en el negro y profundo cielo, una enorme nave espacial de otro mundo nos observa. La cara de Villagrán le dice al espectador «Yo soy el alienígena ¿lo ves?».
Le he puesto un Ocho. Comedia con punto tróspido. Funciona y parece que es sencilla y facilona, pero cualquiera que tenga un poco de criterio, cultura y espíritu crítico sabe que no lo es.
Atentos a los diálogos. Algunos cortan como cuchillas. Otros juegan con los malentendidos y los sobreentendidos. Conversaciones cruzadas que tenemos todos los días. Diálogos automáticos que mantenemos con quien no nos interesa hablar, errores fatales de interpretación que cometemos por no prestar atención…
Una película genial. La ví ayer. Me sigo acordando de ella. Definitivamente Extraterrestre de Nacho Vigalondo no es de esa clase de películas. Esa cuya categoría reza: pagar, ver y al salir del cine, olvidar.
Recomendable y a ratos tronchante. Me corté a la hora de aplaudir al final, pero no sería por ganas. Ojo. A ver si alguien se va a creer que es la mayor Obra Maestra de todos los tiempos. No es eso. No quiero levantar expectativas tan altas como el Monte Olimpo de Marte y que luego te aplanes hasta llegar al fondo de la fosa de las Marianas.
Personalmente, hacía tiempo que no veía una película donde no tienes ni repajolera idea de lo que sucederá en la escena siguiente. Vigalondo es un crack.
El director te lleva por donde quiere. Juega al despiste como un viejo tahúr y no sabes si la carta que estás viendo es el as, un rey o el loco e impredecible comodín.
Francamente, no me considero una persona con un cociente intelectual elevado, pero no he visto una sola fisura en el guión. Cada uno de los personajes tiene un trasfondo rico y profundo. Se podría hacer una película con cada uno de ellos (incluida la regidora del estudio de TV).
Me encantaron dos planos (personalmente me resultaron simpático e inquietante respectivamente). Las varillas suecas sacaojos y su inutilidad (y de paso tumbamos la estantería). Nacho se ríe del icono cotidiano de una generación de españoles y les hace un guiño con los productos de una multinacional sueca cuyo logo ovoide (¡coño, un platillo volante) combina amarillo y azul.
El segundo plano es un picado ligero del rostro de Villagrán iluminado con un corte de luz justo en la mitad de la cara, en medio de una noche cruda, peligrosa y paranoica. Detrás de él, en el negro y profundo cielo, una enorme nave espacial de otro mundo nos observa. La cara de Villagrán le dice al espectador «Yo soy el alienígena ¿lo ves?».
Le he puesto un Ocho. Comedia con punto tróspido. Funciona y parece que es sencilla y facilona, pero cualquiera que tenga un poco de criterio, cultura y espíritu crítico sabe que no lo es.
Atentos a los diálogos. Algunos cortan como cuchillas. Otros juegan con los malentendidos y los sobreentendidos. Conversaciones cruzadas que tenemos todos los días. Diálogos automáticos que mantenemos con quien no nos interesa hablar, errores fatales de interpretación que cometemos por no prestar atención…
Una película genial. La ví ayer. Me sigo acordando de ella. Definitivamente Extraterrestre de Nacho Vigalondo no es de esa clase de películas. Esa cuya categoría reza: pagar, ver y al salir del cine, olvidar.
24 de marzo de 2012
24 de marzo de 2012
34 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala, de principio a fin. Actuaciones pésimas, historia ciertamente original, pero totalmente incoherente.
Los personajes actúan como si decidieran su vida tirando una moneda: ahora te digo que si, ahora te digo que no. Motivo? ninguno. Eso hace que la gran parte de las situaciones sean forzadas e irreales (me pasé media película con la mano en la cara, facepalm style).
El único que me parece medianamente digno en la película es Areces, que aunque hace el mismo papel que siempre, es el único que tiene un mínimo de gracia.
Lo dicho, al ver la nota puesta aquí, y viendo los responsables del proyecto y quienes actuaban (menos Jenner), me esperaba infinitamente más de esta película.
PD: que esta peli tenga más puntuación que, por ejemplo, "El topo", aunque sea un misero 0.1 más, es casi un insulto.
Los personajes actúan como si decidieran su vida tirando una moneda: ahora te digo que si, ahora te digo que no. Motivo? ninguno. Eso hace que la gran parte de las situaciones sean forzadas e irreales (me pasé media película con la mano en la cara, facepalm style).
El único que me parece medianamente digno en la película es Areces, que aunque hace el mismo papel que siempre, es el único que tiene un mínimo de gracia.
Lo dicho, al ver la nota puesta aquí, y viendo los responsables del proyecto y quienes actuaban (menos Jenner), me esperaba infinitamente más de esta película.
PD: que esta peli tenga más puntuación que, por ejemplo, "El topo", aunque sea un misero 0.1 más, es casi un insulto.
23 de marzo de 2012
23 de marzo de 2012
21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Vigalondo va por libre es una suerte que tenemos los aficionados al cine, acostumbrados a comernos lo mismo una y otra vez y que esperamos con los brazos abiertos propuestas sorprendentes, nuevas y de calidad.
Lo que en un principio comienza como una película de ciencia-ficción, va evolucionando a una comedia surrealista, absurda a más no poder, para finalizar como una comedia romántica de las buenas (sin caer en tópicos ni cursilerías).
Lo cierto es que me lo he pasado pipa, me he reído y me ha desconcertado a partes iguales, aún así no sabría a quién recomendarla, por inclasificable, por surrealista, por rara de narices... La vis cómica de todos los integrantes del reparto es espectacular pero su humor quizás no llegue a todos los públicos.
Lo que en un principio comienza como una película de ciencia-ficción, va evolucionando a una comedia surrealista, absurda a más no poder, para finalizar como una comedia romántica de las buenas (sin caer en tópicos ni cursilerías).
Lo cierto es que me lo he pasado pipa, me he reído y me ha desconcertado a partes iguales, aún así no sabría a quién recomendarla, por inclasificable, por surrealista, por rara de narices... La vis cómica de todos los integrantes del reparto es espectacular pero su humor quizás no llegue a todos los públicos.
19 de julio de 2012
19 de julio de 2012
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala de solemnidad. Así es el último bodrio de Vigalondo. Cierto que cuenta con buenos actores entregados a una causa inexistente (bueno, el pobre Raul Cimas -y me jode porque es paisano- no entra en la categoría de buen actor... su actuación es penosa). Pero lo peor es el guón, prácticamente inexistente, como esa causa que decía antes.
La sensación de aburrimiento llega en el minuto 3. Y no te abandona en los 90 siguientes. Y aún hay algo peor: dice Vigalondo que no se explica el fracaso de la película.... debe ser que, aunque la haya escrito y dirigido... no la ha visto.
Absolutamente poco recomendable. No la vean. Huyan como de la peste. Y no se fien de las críticas españolas... porque Vigalondo se lleva bien con casi todos los que la han aplaudido -curiosamente-.
Eso sí, el film me ha vuelto -después de muchos años- a poner de acuerdo con Carlos Boyero. Como él dice, es muy mala. Pues eso.
La sensación de aburrimiento llega en el minuto 3. Y no te abandona en los 90 siguientes. Y aún hay algo peor: dice Vigalondo que no se explica el fracaso de la película.... debe ser que, aunque la haya escrito y dirigido... no la ha visto.
Absolutamente poco recomendable. No la vean. Huyan como de la peste. Y no se fien de las críticas españolas... porque Vigalondo se lleva bien con casi todos los que la han aplaudido -curiosamente-.
Eso sí, el film me ha vuelto -después de muchos años- a poner de acuerdo con Carlos Boyero. Como él dice, es muy mala. Pues eso.
19 de octubre de 2011
19 de octubre de 2011
24 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vigalondo ha logrado sacar partido a un grupo reducido de personajes viviendo al límite bajo la amenaza perenne de un platillo volador de tropecientosmil kilómetros sobrevolando Madrid.
Vamos, que el platillo volador es su famosa Bat Bola. Porque, como bien dice la sipnosis oficial, no hay extraterrestres en toda la película, más allá de los que imaginan los personajes del bodevil. Lo que sí hay son carcajadas aseguradas, con un guión ágil, hilarante, que tira de flahsbacks de una forma magistral, con los tiempos muy bien trabajados y realizado básicamente con un presupuesto escaso, lo máximo, para comprar un tarro de melocotones y diez cajas de pelotas de tenis.
Francamente, su propuesta es tan diferente de su anterior y primer largometraje, que solo por ello vale la pena verla. Además, tienes a Cimas, Areces, Villagrán y Noguera junto a la dolorosa belleza de Jenner. Qué más quieres?
Imperdible, que no imperdonable, no verla.
Vamos, que el platillo volador es su famosa Bat Bola. Porque, como bien dice la sipnosis oficial, no hay extraterrestres en toda la película, más allá de los que imaginan los personajes del bodevil. Lo que sí hay son carcajadas aseguradas, con un guión ágil, hilarante, que tira de flahsbacks de una forma magistral, con los tiempos muy bien trabajados y realizado básicamente con un presupuesto escaso, lo máximo, para comprar un tarro de melocotones y diez cajas de pelotas de tenis.
Francamente, su propuesta es tan diferente de su anterior y primer largometraje, que solo por ello vale la pena verla. Además, tienes a Cimas, Areces, Villagrán y Noguera junto a la dolorosa belleza de Jenner. Qué más quieres?
Imperdible, que no imperdonable, no verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay gags descacharrantes, si no es suficiente ver el careto de Areces en su personaje prototípico de la Hora Chanante. Miguel Noguera, con cada aparición, hace que te salten más lágrimas. Cimas está enorme, como siempre, desenfrenado, loco, fríamente apasionado. Jenner está preciosa, nada nuevo, pero hace de florero, encajando todas las emociones del trío calavera y tratando de colarnos la química con Villagran, que cumple el papel de antihéroe a la perfección. De hecho su cara triste y su físico desgarbado ayudan muchísimo a darle ese aspecto. Y las situaciones son tan comunes, pero pilladas por ese lado caricaturesco, que hacen que te sientas inmediatamente identificado con las situaciones. Como espectador, todo se te es mostrado. Por ello puedes entrar en el film y sentirte uno más. Eso Vigalondo lo ha bordado.
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