Tomboy
7.1
7,202
Drama
Tras instalarse con su familia en un barrio de las afueras de París, Laure, una niña de diez años, aprovecha su aspecto y su corte de pelo para hacerse pasar por un chico. En su papel de "Michael", se verá inmersa en situaciones comprometidas; y Lisa, una chica de su nuevo grupo de amigos, se siente atraída por ella. (FILMAFFINITY)
11 de febrero de 2012
11 de febrero de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tomboy" nos cuenta una historia sencillísima, sin alardes, ni rodeos, ni distraccciones que nos molesten más allá de lo que nos quiere contar.
Lo mejor de todo, es que su argumento es creible, hermoso y hasta tierno.
Y la intepretación de Zoe Heran: sobresaliente.
Sin duda, una interesante, modesta y buena película, cien por cien recomendable.
Lo mejor de todo, es que su argumento es creible, hermoso y hasta tierno.
Y la intepretación de Zoe Heran: sobresaliente.
Sin duda, una interesante, modesta y buena película, cien por cien recomendable.
15 de febrero de 2012
15 de febrero de 2012
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Céline Sciamma, guionista y directora de Tomboy, explica en esta película los problemas de identidad sexual de Laure, una niña adolescente que se siente más cómoda haciéndose pasar por un chico, lo que le permite competir en ellos, en igualdad de condiciones, en los diversos juegos y actividades que realizan. Para poder seguir con su doble identidad no tiene más remedio que implicar a su hermana pequeña, con los cual los acontecimientos comienzan a tomar un cariz bastante complicado, hasta el punto de que tienen que intervenir sus padres.
Céline Sciamma toca un tema tan controvertido socialmente, como los problemas de identidad sexual, de una forma tan natural que los convierte en una especie de juego de niños, aprovechando la cámara para presentar la película de forma casi documental, donde la historia adquiere todo el protagonismo.
Muy bien el trabajo de todos los niños, pero para mí, aunque valoro mucho el trabajo de Zoé Héran (Laure), me ha impresionado más el de Malohnn Lévana en el papel de su hermanita Jeanne, papel que realiza con una naturalidad sorprendente dada su corta edad.
Céline Sciamma toca un tema tan controvertido socialmente, como los problemas de identidad sexual, de una forma tan natural que los convierte en una especie de juego de niños, aprovechando la cámara para presentar la película de forma casi documental, donde la historia adquiere todo el protagonismo.
Muy bien el trabajo de todos los niños, pero para mí, aunque valoro mucho el trabajo de Zoé Héran (Laure), me ha impresionado más el de Malohnn Lévana en el papel de su hermanita Jeanne, papel que realiza con una naturalidad sorprendente dada su corta edad.
8 de abril de 2013
8 de abril de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me ha resultado difícil entender la identidad de género. ¿Qué significa tener un cuerpo de hombre y sentirse mujer? ¿Y al revés? He leído sobre ello, he discutido sobre transexualidad con los colegas, he tenido colegas transexuales… pero a pesar de todo, sigo sin comprenderlo del todo. De todas formas, manifiesto mi respeto y apoyo a toda persona que no se identifique con el género asociado a su sexo biológico. Es más, siento admiración por su valentía al ser como son, enfrente de un mundo que no les entiende y que puede llegar a ser muy cruel.
Esta película nos presenta el tema de la identidad de género desde la niñez, con una perspectiva espontánea e inocente. Cuando uno es niño, los prejuicios interiorizados son casi inexistentes, ya que se está descubriendo cómo funciona el mundo, a medida que se va experimentando. El niño muestra de forma más sincera lo que realmente siente, sin preocuparse demasiado por lo que puede pasar a su alrededor. En la película, Michaël va construyendo su identidad con aquello con lo que se identifica: conducir un coche, vestir ropa de chico, jugar al fútbol, las peleas, la chica que le gusta, beber cerveza,…
Para mí, la película va más lejos que un simple juego. Jugar significa adoptar un rol durante un tiempo para luego volver a la realidad. Michaël en cambio siente lo que hace y lo siente las 24 horas. De todas formas no es mi intención juzgar lo que Michaël siente o quiere. Creo que él es la persona más indicada para ir descubriéndolo por sí mismo.
Esta película nos presenta el tema de la identidad de género desde la niñez, con una perspectiva espontánea e inocente. Cuando uno es niño, los prejuicios interiorizados son casi inexistentes, ya que se está descubriendo cómo funciona el mundo, a medida que se va experimentando. El niño muestra de forma más sincera lo que realmente siente, sin preocuparse demasiado por lo que puede pasar a su alrededor. En la película, Michaël va construyendo su identidad con aquello con lo que se identifica: conducir un coche, vestir ropa de chico, jugar al fútbol, las peleas, la chica que le gusta, beber cerveza,…
Para mí, la película va más lejos que un simple juego. Jugar significa adoptar un rol durante un tiempo para luego volver a la realidad. Michaël en cambio siente lo que hace y lo siente las 24 horas. De todas formas no es mi intención juzgar lo que Michaël siente o quiere. Creo que él es la persona más indicada para ir descubriéndolo por sí mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La niñez, a parte de la inocencia también se caracteriza por la fragilidad. Fragilidad porque el niño es vulnerable. El niño necesita de la gente adulta para protegerlo de los peligros que le esperan ahí fuera y darle la autonomía suficiente para ser como es y enfrentarse a las nuevas situaciones.
Michaël, dentro de su descubrir, se encuentra con dificultades. Pero en especial, me gustaría resaltar dos situaciones que le crean fuertes inseguridades. Por un lado cuando están jugando al fútbol y los chicos mean al lado del campo. Por otro lado, cuando se va al lago con la pandilla del barrio y tiene que ponerse un bañador. En estas dos situaciones, el sexo biológico es un problema ya que no se corresponde con su género. El sexo biológico está tan fuertemente ligado al género que hasta Michaël sabe que esa línea no la puede traspasar.
A lo largo de la película, a cada paso que daba, yo me alegraba de ver que él era más feliz: jugar al fútbol, sacarse la camiseta, peleas en el lago, bailando con Lisa, su primer beso,… Pero por otro lado, me preocupaba cada vez más por cómo iba a ser el desenlace. Inevitablemente, las dificultades van en aumento, hasta que al final quiebra la situación y su madre le coloca en su sitio.
Aquí me parece interesante resaltar los dos tipos de censura, por un lado la censura externa: la madre de Michaël, la pandilla del barrio,… Por otro lado la censura interiorizada de Michaël, es decir, aquello que él mismo decide no mostrar. Estas dos censuras actúan de guardián del discurso dominante sobre cómo debe comportarse socialmente una persona en función del sexo biológico que tenemos al nacer.
La película me ha traído recuerdos de cuando yo era pequeño. Yo también tenía mis deseos, mis fantasías y mis emociones, que no las compartía con nadie. Pero al igual que Michaël, pasé el límite y tomé consciencia de las normas que rigen el mundo. Yo, como forma de supervivencia, decidí esforzarme por ser “normal” para no ser apartado de la comunidad. Por lo que fui creando capas y más capas, una encima de otra para ir tapando esa parte de mí.
Ahora ya han pasado los años y todo lo que viví lo veo con distancia y con otra perspectiva. A veces me esfuerzo por rescatar mis recuerdos, lo que sentía cuando era pequeño, quitando las capas que se han ido acumulando a lo largo de más de 20 años. Y me emociono al revivirme. Me emociono al verme a mí mismo de pequeño descubriéndome. A veces me digo a mi mismo: Ese soy yo.
Michaël, dentro de su descubrir, se encuentra con dificultades. Pero en especial, me gustaría resaltar dos situaciones que le crean fuertes inseguridades. Por un lado cuando están jugando al fútbol y los chicos mean al lado del campo. Por otro lado, cuando se va al lago con la pandilla del barrio y tiene que ponerse un bañador. En estas dos situaciones, el sexo biológico es un problema ya que no se corresponde con su género. El sexo biológico está tan fuertemente ligado al género que hasta Michaël sabe que esa línea no la puede traspasar.
A lo largo de la película, a cada paso que daba, yo me alegraba de ver que él era más feliz: jugar al fútbol, sacarse la camiseta, peleas en el lago, bailando con Lisa, su primer beso,… Pero por otro lado, me preocupaba cada vez más por cómo iba a ser el desenlace. Inevitablemente, las dificultades van en aumento, hasta que al final quiebra la situación y su madre le coloca en su sitio.
Aquí me parece interesante resaltar los dos tipos de censura, por un lado la censura externa: la madre de Michaël, la pandilla del barrio,… Por otro lado la censura interiorizada de Michaël, es decir, aquello que él mismo decide no mostrar. Estas dos censuras actúan de guardián del discurso dominante sobre cómo debe comportarse socialmente una persona en función del sexo biológico que tenemos al nacer.
La película me ha traído recuerdos de cuando yo era pequeño. Yo también tenía mis deseos, mis fantasías y mis emociones, que no las compartía con nadie. Pero al igual que Michaël, pasé el límite y tomé consciencia de las normas que rigen el mundo. Yo, como forma de supervivencia, decidí esforzarme por ser “normal” para no ser apartado de la comunidad. Por lo que fui creando capas y más capas, una encima de otra para ir tapando esa parte de mí.
Ahora ya han pasado los años y todo lo que viví lo veo con distancia y con otra perspectiva. A veces me esfuerzo por rescatar mis recuerdos, lo que sentía cuando era pequeño, quitando las capas que se han ido acumulando a lo largo de más de 20 años. Y me emociono al revivirme. Me emociono al verme a mí mismo de pequeño descubriéndome. A veces me digo a mi mismo: Ese soy yo.
26 de abril de 2014
26 de abril de 2014
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La familia de Laure acaba de mudarse a un nuevo barrio residencial donde conocerá a un nuevo grupo de amigos y aprovechará su aspecto para hacerse pasar por un chico (Michael) con la complicidad de la hermana pequeña. Estamos al final del verano, la madre está embarazada y el padre muy ocupado. Las horas de calle y los juegos en el bosque y el lago conformarán la trama en la que se va descubriendo un cuerpo en el inicio de la pubertad y una identidad para definir.
El mérito de esta maravillosa película es múltiple. En primer lugar, el magnífico resultado si tenemos en cuenta el escaso (en comparación con otras producciones) presupuesto de medio millón de euros y los exiguos veinte días de rodaje utilizados. También cabe destacar la dificultad de rodar con niños y la conexión intensa que se establece entre las dos hermanas. Las escenas íntimas de las dos son de una naturalidad y capacidad de transmisión para recordar.
Finalmente y como elemento central de la cinta, hay que hacer mención de la delicadeza, el lenguaje gestual y la empatía con las que se trata un tema extremadamente complejo como es todo lo que rodea esta etapa trascendente y crítica en la vida de una persona. Un viaje agridulce, como la vida misma, a través de los ojos de una preadolescente confusa que busca su identidad sexual no sin toparse con dificultades, pero todas ellas sin caer en el tremendismo y dejando suficiente espacio para la interpretación personal, sobre todo al final. Es igualmente digno de elogio el buen gusto y la inteligecia con la que la directora, Céline Sciamma, nos muestra, echando mano únicamente de los elementos justos para no sobrecargar ninguna escena, el transcurrir de los días y las preocupaciones de la chavala protagonista, que dicho sea de paso realiza una interpretación contenida y admirable.
Recomendable para los que quieran disfrutar de un sencillo y personal relato de un episodio vital lleno de autenticidad durante una edad de "mudanza".
El mérito de esta maravillosa película es múltiple. En primer lugar, el magnífico resultado si tenemos en cuenta el escaso (en comparación con otras producciones) presupuesto de medio millón de euros y los exiguos veinte días de rodaje utilizados. También cabe destacar la dificultad de rodar con niños y la conexión intensa que se establece entre las dos hermanas. Las escenas íntimas de las dos son de una naturalidad y capacidad de transmisión para recordar.
Finalmente y como elemento central de la cinta, hay que hacer mención de la delicadeza, el lenguaje gestual y la empatía con las que se trata un tema extremadamente complejo como es todo lo que rodea esta etapa trascendente y crítica en la vida de una persona. Un viaje agridulce, como la vida misma, a través de los ojos de una preadolescente confusa que busca su identidad sexual no sin toparse con dificultades, pero todas ellas sin caer en el tremendismo y dejando suficiente espacio para la interpretación personal, sobre todo al final. Es igualmente digno de elogio el buen gusto y la inteligecia con la que la directora, Céline Sciamma, nos muestra, echando mano únicamente de los elementos justos para no sobrecargar ninguna escena, el transcurrir de los días y las preocupaciones de la chavala protagonista, que dicho sea de paso realiza una interpretación contenida y admirable.
Recomendable para los que quieran disfrutar de un sencillo y personal relato de un episodio vital lleno de autenticidad durante una edad de "mudanza".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me encantó el final, en el que Lisa, la chica del mismo bloque que se enamora de quien ella cree que es un niño, una vez descubierta la verdad le pregunta a Laure cómo se llama, se presentan y comienzan a conocerse de nuevo. Es una escena preciosa, ya que muestra cómo los niños hacen naturales ciertas situaciones que los padres o adultos podemos tomarnos a la tremenda o exagerar hasta la preocupación. Para ellas esta preocupación no existe, ambas saben que pueden ser amigas sin problema y así lo demuestran sencillamente al final de la película.
12 de marzo de 2014
12 de marzo de 2014
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Laure es una niña de diez años que se traslada con sus padres y su hermana pequeña a vivir a un nuevo barrio en las afueras de París. Allí hace nuevos amigos, y aprovecha su aspecto para hacerse pasar por chico diciendo que se llama Michael. Una niña del grupo se enamora de ella, convencida de que es un chico.
Lo primero que quiero decir es que me impresionaron mucho los trabajos de todos los niños. Actúan tan bien que muchas veces parece que estás asistiendo a un documental. Me parece espectacular sobre todo la hermana pequeña, de cinco o seis años, que actúa como si no actuase, como si verdaderamente ella fuese la hermana de quien hace de hermana, y sus padres fueran quienes hacen de padres. Creo que aquí hay un trabajo de dirección de actores fantástico.
La película es totalmente creíble. Te puede interesar más o menos, pero te la crees de principio a fin. Está muy bien hecha. Además, la ausencia de música, los silencios, los primeros planos de gestos y miradas, contribuyen a la sensación de que no es una película sino que estás mirando lo que pasa en la casa de Laure.
El tratamiento que se hace de la transexualidad infantil es excepcional, con una elegancia y una belleza muy difíciles de conseguir. La película evita el morbo y trata la situación con una limpieza y naturalidad que no es nada habitual en el cine. Normalmente se buscan los golpes de efecto, el morbo, la polémica. Aquí es todo lo contrario. Desde el primer momento se sabe que ella es una chica que se hace pasar por chico, no hay golpes de efecto, la película rebosa sutileza, ternura, tacto, delicadeza…. normalidad. Y la normalidad suele estar reñida con lo cinematográfico. O al menos, es difícil conjugarlo. Aqui tenemos un gran ejemplo de como hacer películas sobre temas controvertidos con total naturalidad y sin hacer trampas.
La película me ha gustado mucho. No solo es el tema de la transexualidad, es que yo creo que aborda muy bien el de la niñez. Cualquiera que haya sido niño se puede ver reflejado en esas escenas en las que juegan al pañuelo, al fútbol, a verdad o atrevimiento, esas peleas en el agua, esas crueldades infantiles, el chivarse, esas continuas rutinas de la infancia no nos son ajenas y por eso nos parece que la película tiene una gran dosis de verosimilitud. Y con esto vuelvo al principio: los niños actores están excelentes. Sin hacerlo tan bien, nada de esto sería posible.
En fin, una película muy recomendable para almas sensibles y para degustadores del cine sin artificios. Una vez más, el tema es lo de menos. Porque en este caso está tratado con tanta delicadeza y respeto, sin posicionarse en ningún sentido, que no vemos al niño o a la niña, sino a la persona. Y eso, tratándose del tema que se trata, no lo consigue cualquiera.
Pero esta película es especial. Hay que verla.
http://keizzine.wordpress.com/
Lo primero que quiero decir es que me impresionaron mucho los trabajos de todos los niños. Actúan tan bien que muchas veces parece que estás asistiendo a un documental. Me parece espectacular sobre todo la hermana pequeña, de cinco o seis años, que actúa como si no actuase, como si verdaderamente ella fuese la hermana de quien hace de hermana, y sus padres fueran quienes hacen de padres. Creo que aquí hay un trabajo de dirección de actores fantástico.
La película es totalmente creíble. Te puede interesar más o menos, pero te la crees de principio a fin. Está muy bien hecha. Además, la ausencia de música, los silencios, los primeros planos de gestos y miradas, contribuyen a la sensación de que no es una película sino que estás mirando lo que pasa en la casa de Laure.
El tratamiento que se hace de la transexualidad infantil es excepcional, con una elegancia y una belleza muy difíciles de conseguir. La película evita el morbo y trata la situación con una limpieza y naturalidad que no es nada habitual en el cine. Normalmente se buscan los golpes de efecto, el morbo, la polémica. Aquí es todo lo contrario. Desde el primer momento se sabe que ella es una chica que se hace pasar por chico, no hay golpes de efecto, la película rebosa sutileza, ternura, tacto, delicadeza…. normalidad. Y la normalidad suele estar reñida con lo cinematográfico. O al menos, es difícil conjugarlo. Aqui tenemos un gran ejemplo de como hacer películas sobre temas controvertidos con total naturalidad y sin hacer trampas.
La película me ha gustado mucho. No solo es el tema de la transexualidad, es que yo creo que aborda muy bien el de la niñez. Cualquiera que haya sido niño se puede ver reflejado en esas escenas en las que juegan al pañuelo, al fútbol, a verdad o atrevimiento, esas peleas en el agua, esas crueldades infantiles, el chivarse, esas continuas rutinas de la infancia no nos son ajenas y por eso nos parece que la película tiene una gran dosis de verosimilitud. Y con esto vuelvo al principio: los niños actores están excelentes. Sin hacerlo tan bien, nada de esto sería posible.
En fin, una película muy recomendable para almas sensibles y para degustadores del cine sin artificios. Una vez más, el tema es lo de menos. Porque en este caso está tratado con tanta delicadeza y respeto, sin posicionarse en ningún sentido, que no vemos al niño o a la niña, sino a la persona. Y eso, tratándose del tema que se trata, no lo consigue cualquiera.
Pero esta película es especial. Hay que verla.
http://keizzine.wordpress.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando Laure habla por primera vez con la chica (Lisa), ésta le pregunta su nombre y aquella contesta “Michael”, y se nota que se le acaba de ocurrir. Que se ha dado cuenta de que ella le ha tomado por chico, y le sigue el juego, porque además le gusta hacer ver que es un chico. Pero todo esto queda claro por lo que se ve en la película, en unos segundos, las miradas lo dicen todo, las sonrisas, los gestos.
Es gracioso ver como, a partir de que la empiezan a tomar por chico, ella se esfuerza por convertirse en chico. No basta con vestirse como un chico y cortarse el pelo, no. Ser chico es algo más. Es jugar al fútbol, escupir, hablar como los chicos, pelear… y a todas esas cosas se pone Laure a aprender, aprendiendo así a ser Michael. No se me va la sonrisa cada vez que me acuerdo de cuando van a ir a bañarse al rio y se mete un trozo de plastilina en el bañador para que parezca que es un chico. La película está llena de momentos brillantes.
Y Michael deja de ser Michael y vuelve a ser Laure cuando llega a casa. Entonces es dulce y tierna, con su hermana, con sus padres. Prodigan los abrazos, las caricias. Las emociones traspasan la pantalla.
Luego está la historia con Lisa, que se enamora de él/ella. Porque una cosa es vestirse y comportarse como un chico y otra cosa es ser homosexual. Laure es lo que llamamos un “marimacho”, pero no queda claro que sea lesbiana, aunque parece que si. Pero Lisa… a ver, se enamora de él o de ella? Eso no queda claro y es digno de un buen debate postpeliculero. Yo voto porque Lisa sí es lesbiana, pero ya digo, no queda claro, cada cual sacará sus conclusiones.
Es gracioso ver como, a partir de que la empiezan a tomar por chico, ella se esfuerza por convertirse en chico. No basta con vestirse como un chico y cortarse el pelo, no. Ser chico es algo más. Es jugar al fútbol, escupir, hablar como los chicos, pelear… y a todas esas cosas se pone Laure a aprender, aprendiendo así a ser Michael. No se me va la sonrisa cada vez que me acuerdo de cuando van a ir a bañarse al rio y se mete un trozo de plastilina en el bañador para que parezca que es un chico. La película está llena de momentos brillantes.
Y Michael deja de ser Michael y vuelve a ser Laure cuando llega a casa. Entonces es dulce y tierna, con su hermana, con sus padres. Prodigan los abrazos, las caricias. Las emociones traspasan la pantalla.
Luego está la historia con Lisa, que se enamora de él/ella. Porque una cosa es vestirse y comportarse como un chico y otra cosa es ser homosexual. Laure es lo que llamamos un “marimacho”, pero no queda claro que sea lesbiana, aunque parece que si. Pero Lisa… a ver, se enamora de él o de ella? Eso no queda claro y es digno de un buen debate postpeliculero. Yo voto porque Lisa sí es lesbiana, pero ya digo, no queda claro, cada cual sacará sus conclusiones.
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