El regreso del Doctor X
1939 

5.6
135
Terror. Intriga. Ciencia ficción. Thriller
Una actriz teatral es "asesinada", y un reportero da la primicia a su periódico. Sin embargo, al día siguiente aparece con vida para desmentirlo. El extraño hecho despierta la curiosidad del periodista que, junto con un joven médico amigo, se pone a investigar. La casualidad quiere que uno de los implicados sea el reputado Dr. Flegg, cuyo asistente es el extraño y frío Quesne, que no es otro que el temible Doctor "X", que necesita ... [+]
30 de diciembre de 2023
30 de diciembre de 2023
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Os aseguro que todavía estoy algo impresionado y que voy a tener que pegarme un maratón de películas que incluya títulos como "Casablanca, El sueño eterno, El halcón maltés y El último refugio", para resarcir a mi admirado Bogart a la posición cum laude "Duro entre los duros" en que mi imaginación lo tenía entronizado.
!Eso se avisa hombre!.
No tenía ni idea de lo que iba a ver. Ni había leído la sipnosis, ni conocía el reparto, ni tan siquiera he visto su precuela que, al parecer, está rodada por Michael Curtiz.
Simplemente me he puesto la película, una producción de Warner Bros y me he dado cuenta que Bogart formaba parte de su reparto.
En seguida he pensado que iba a ver una peli de gángsters de los que coprotagonizó en abundancia antes de llegar a alcanzar su estatus de estrella mundial.
Pero no, tampoco.
La peli comienza como un misterio policial, una investigación de unos asesinatos en extrañas circunstancias.
Pero en seguida todo empieza a adquirir tintes fantásticos, como de película de terror, con la aparición de un siniestro doctor con ínfulas de grandeza.
Ahí me he dicho:-!Vaya!, !Parece ésta una de esas películas de la Universal, de herr doctors de las que protagonizó el inolvidable Boris, experimentos científicos incluidos!.
Todavía estaba extrañado de encontrarme ante una producción Warner e intrigado por ver qué clase de papel podía encajar Bogart en una peli de esas características cuando, !de pronto!, !Voilá!. !Aparece Boggie en acción!.
!El susto ha sido morrocotudo!.
Mi cuerpo ha comenzado a temblar. Los dientes me repiqueteaban incapaces de estar quietos. Un sudor frío ha empezado a manar por mi frente mientras un escalofrío recorría lentamente mi columna vertebral.
Su aparición ha sido un shock. Después de reponerme del desmayo y de que mis pulsaciones volvieran a su ritmo normal, pude enfrentarme otra vez a la película.
Un mechón blanco despuntaba entre su negro cabello emulando el peinado, versión masculino, del que inmortalizó nuestra querida Elsa Lanchester.
Una piel cetrina, cadavérica, la mirada fija, el rostro anguloso y un hablar parsimonioso nos indican que si de aquí iba a surgir alguna vez un torrente sanguíneo capaz de dar vida a Phillip Marlowe o a Ricks, iban a hacer falta muchas, pero muchas, transfusiones de sangre del grupo 1 para poder llevarlo a cabo.
Me ha costado reponerme pero lo he hecho.
Y, a partir de entonces, todo ha sido más fácil para mí.
Estamos ante una de esas películas que parecen más propias de la Universal que de Bros. Yo no he podido evitar sustituir en mi imaginación al actor que interpreta al doctor Flegg por el rostro más familiar e inquietante de Karloff. El papel que interpreta Bogart, sin ser fallido ni mucho menos, una vez hayáis podido recuperaros de la impresión, creo que nuestro inigualable Peter Lorre lo habría bordado y Rosemary Lane me parece que está muy bien como está, tiene una belleza enfermiza natural que le sienta muy bien a su papel aquí.
Por lo demás, ya saben.
Experimentos científicos secretos al margen de la ley. Alguno de ellos se le va de las manos al buen doctor. Revivir muertos es lo que tiene, que luego alguno de ellos va y se te desmanda. !Qué desagradecidos!.
El bueno aquí es un poco sosito. !Cómo va a pretender despuntar entre tanto personaje turbio!.
Se deja ver pero no es, ni muchísimo menos, un hallazgo.
!Eso se avisa hombre!.
No tenía ni idea de lo que iba a ver. Ni había leído la sipnosis, ni conocía el reparto, ni tan siquiera he visto su precuela que, al parecer, está rodada por Michael Curtiz.
Simplemente me he puesto la película, una producción de Warner Bros y me he dado cuenta que Bogart formaba parte de su reparto.
En seguida he pensado que iba a ver una peli de gángsters de los que coprotagonizó en abundancia antes de llegar a alcanzar su estatus de estrella mundial.
Pero no, tampoco.
La peli comienza como un misterio policial, una investigación de unos asesinatos en extrañas circunstancias.
Pero en seguida todo empieza a adquirir tintes fantásticos, como de película de terror, con la aparición de un siniestro doctor con ínfulas de grandeza.
Ahí me he dicho:-!Vaya!, !Parece ésta una de esas películas de la Universal, de herr doctors de las que protagonizó el inolvidable Boris, experimentos científicos incluidos!.
Todavía estaba extrañado de encontrarme ante una producción Warner e intrigado por ver qué clase de papel podía encajar Bogart en una peli de esas características cuando, !de pronto!, !Voilá!. !Aparece Boggie en acción!.
!El susto ha sido morrocotudo!.
Mi cuerpo ha comenzado a temblar. Los dientes me repiqueteaban incapaces de estar quietos. Un sudor frío ha empezado a manar por mi frente mientras un escalofrío recorría lentamente mi columna vertebral.
Su aparición ha sido un shock. Después de reponerme del desmayo y de que mis pulsaciones volvieran a su ritmo normal, pude enfrentarme otra vez a la película.
Un mechón blanco despuntaba entre su negro cabello emulando el peinado, versión masculino, del que inmortalizó nuestra querida Elsa Lanchester.
Una piel cetrina, cadavérica, la mirada fija, el rostro anguloso y un hablar parsimonioso nos indican que si de aquí iba a surgir alguna vez un torrente sanguíneo capaz de dar vida a Phillip Marlowe o a Ricks, iban a hacer falta muchas, pero muchas, transfusiones de sangre del grupo 1 para poder llevarlo a cabo.
Me ha costado reponerme pero lo he hecho.
Y, a partir de entonces, todo ha sido más fácil para mí.
Estamos ante una de esas películas que parecen más propias de la Universal que de Bros. Yo no he podido evitar sustituir en mi imaginación al actor que interpreta al doctor Flegg por el rostro más familiar e inquietante de Karloff. El papel que interpreta Bogart, sin ser fallido ni mucho menos, una vez hayáis podido recuperaros de la impresión, creo que nuestro inigualable Peter Lorre lo habría bordado y Rosemary Lane me parece que está muy bien como está, tiene una belleza enfermiza natural que le sienta muy bien a su papel aquí.
Por lo demás, ya saben.
Experimentos científicos secretos al margen de la ley. Alguno de ellos se le va de las manos al buen doctor. Revivir muertos es lo que tiene, que luego alguno de ellos va y se te desmanda. !Qué desagradecidos!.
El bueno aquí es un poco sosito. !Cómo va a pretender despuntar entre tanto personaje turbio!.
Se deja ver pero no es, ni muchísimo menos, un hallazgo.
21 de diciembre de 2024
21 de diciembre de 2024
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Cuando se habla de Humphrey Bogart, es fácil pensar en clásicos inmortales como Casablanca o The Maltese Falcon. Sin embargo, pocos recuerdan, y muchos prefieren olvidar, The Return of Doctor X (1939), una película que marca un extraño tropiezo en la carrera del icónico actor. Este intento de Warner Bros. por incursionar en el cine de terror quedó muy lejos de la calidad esperada, ofreciendo una experiencia mediocre que rozó lo absurdo y puso en peligro el ascenso de Bogart en Hollywood.
Un guion débil y un papel poco digno
La historia de un científico resucitado que necesita sangre humana para sobrevivir, en teoría, podía haber sido un vehículo sólido para el terror gótico. Sin embargo, el guion carece de tensión, profundidad y creatividad. Humphrey Bogart, quien interpreta al doctor Maurice Xavier, parece incómodo y fuera de lugar en un rol que no solo es caricaturesco, sino indigno de su talento. Vestido con maquillaje pálido y un mechón de cabello blanco que parece salido de un cómic de baja calidad, Bogart no logra transmitir ni amenaza ni tragedia. Es un papel que no aprovecha ni su carisma ni su capacidad actoral, reduciéndolo a una figura casi cómica.
Dirección y producción anodinas
La dirección de Vincent Sherman, quien hacía su debut con esta película, carece de inspiración. Aunque la atmósfera del cine de terror de los años 30 había sido definida con gran estilo por películas como Frankenstein y Drácula, The Return of Doctor X no logra capturar ese espíritu. Los sets son genéricos y poco memorables, mientras que la cinematografía carece de los claroscuros expresivos que definían el género.
¿Un desliz en la carrera de Bogart?
Para Bogart, esta película fue un paso en falso que casi descarrila su carrera. Si bien él ya había demostrado su habilidad en películas como The Petrified Forest (1936), la asociación con un proyecto tan mediocre lo posicionó como un actor sin rumbo claro en ese momento. Afortunadamente, sus siguientes trabajos en el cine negro y el drama consolidarían su estatus como uno de los grandes del cine, permitiéndole superar esta mancha en su filmografía.
Conclusión
The Return of Doctor X es una curiosidad cinematográfica que podría estudiarse como ejemplo de cómo no utilizar a un actor de la talla de Humphrey Bogart. Mediocre en casi todos sus aspectos —desde el guion hasta las actuaciones—, la película es un recordatorio de que incluso las grandes estrellas tienen sus momentos bajos. Sin embargo, si algo positivo se puede rescatar, es que este error sirvió como un desvío breve en el camino que llevó a Bogart hacia la grandeza cinematográfica.
Un guion débil y un papel poco digno
La historia de un científico resucitado que necesita sangre humana para sobrevivir, en teoría, podía haber sido un vehículo sólido para el terror gótico. Sin embargo, el guion carece de tensión, profundidad y creatividad. Humphrey Bogart, quien interpreta al doctor Maurice Xavier, parece incómodo y fuera de lugar en un rol que no solo es caricaturesco, sino indigno de su talento. Vestido con maquillaje pálido y un mechón de cabello blanco que parece salido de un cómic de baja calidad, Bogart no logra transmitir ni amenaza ni tragedia. Es un papel que no aprovecha ni su carisma ni su capacidad actoral, reduciéndolo a una figura casi cómica.
Dirección y producción anodinas
La dirección de Vincent Sherman, quien hacía su debut con esta película, carece de inspiración. Aunque la atmósfera del cine de terror de los años 30 había sido definida con gran estilo por películas como Frankenstein y Drácula, The Return of Doctor X no logra capturar ese espíritu. Los sets son genéricos y poco memorables, mientras que la cinematografía carece de los claroscuros expresivos que definían el género.
¿Un desliz en la carrera de Bogart?
Para Bogart, esta película fue un paso en falso que casi descarrila su carrera. Si bien él ya había demostrado su habilidad en películas como The Petrified Forest (1936), la asociación con un proyecto tan mediocre lo posicionó como un actor sin rumbo claro en ese momento. Afortunadamente, sus siguientes trabajos en el cine negro y el drama consolidarían su estatus como uno de los grandes del cine, permitiéndole superar esta mancha en su filmografía.
Conclusión
The Return of Doctor X es una curiosidad cinematográfica que podría estudiarse como ejemplo de cómo no utilizar a un actor de la talla de Humphrey Bogart. Mediocre en casi todos sus aspectos —desde el guion hasta las actuaciones—, la película es un recordatorio de que incluso las grandes estrellas tienen sus momentos bajos. Sin embargo, si algo positivo se puede rescatar, es que este error sirvió como un desvío breve en el camino que llevó a Bogart hacia la grandeza cinematográfica.
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