Querelle
6.5
2,285
2 de abril de 2010
2 de abril de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La llama de los cuerpos de acero sucios, sudorosos, que un hombre contempla con una grabadora en la mano para narrar sus deseos hacia el marinero, Querelle. Los alegatos más sombríos y desesperanzados, sus secretos tallados en una cinta que conforma el diario de a bordo repleto de palabras inteligentes, serias, una veneración.
El escenario recreado como en un teatro, cartón-piedra en el que mostrar formas fálicas en cada rincón, la predominante cruz de este puerto en el que ancló su barco. Una vez pisa tierra firme, todo se dispone a los pies de Querelle para que le veamos como un ángel que conoce nuevas experiencias, y todos sus actos le llevan a la beatificación de sus maldades. Jugando con la propia iglesia, sus creencias y símbolos conforman un paralelismo en algunas escenas que aquí se representan de un modo lascivo.
La mujer mantiene el papel inútil en este mundo donde los machos son los predominantes y los mansos, y se sirve en manos de Jeanne Moreau, con su canción, sus cartas y los hermanos amantes que anhela, prueba pero no consigue retener porque no hay un lugar preciso para ella.
El vestuario de cada personaje que diferencia sus oficios y no su actividad o pasividad cuando se encuentran unos frente a otros, pues los dados apuestan toda la turbación en sus vidas y les permite penetrar en sus cuerpos y decidir qué significa la dominación y la sublevación en la vida.
Todos adoran a Querelle, es la carne fresca, el hombre fuerte, el ser inalcanzable que cada uno de ellos en algún momento puede tocar, se crean aliados, mártires, enemigos, semejantes mientras él contempla su paso por aquel puerto.
Algo más que un icono gay, un obra de teatro para la que cayó el telón antes de comenzar, que doblega el discurso y convierte luchas en coreografías y amor en indecisión y fuerza bruta.
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El escenario recreado como en un teatro, cartón-piedra en el que mostrar formas fálicas en cada rincón, la predominante cruz de este puerto en el que ancló su barco. Una vez pisa tierra firme, todo se dispone a los pies de Querelle para que le veamos como un ángel que conoce nuevas experiencias, y todos sus actos le llevan a la beatificación de sus maldades. Jugando con la propia iglesia, sus creencias y símbolos conforman un paralelismo en algunas escenas que aquí se representan de un modo lascivo.
La mujer mantiene el papel inútil en este mundo donde los machos son los predominantes y los mansos, y se sirve en manos de Jeanne Moreau, con su canción, sus cartas y los hermanos amantes que anhela, prueba pero no consigue retener porque no hay un lugar preciso para ella.
El vestuario de cada personaje que diferencia sus oficios y no su actividad o pasividad cuando se encuentran unos frente a otros, pues los dados apuestan toda la turbación en sus vidas y les permite penetrar en sus cuerpos y decidir qué significa la dominación y la sublevación en la vida.
Todos adoran a Querelle, es la carne fresca, el hombre fuerte, el ser inalcanzable que cada uno de ellos en algún momento puede tocar, se crean aliados, mártires, enemigos, semejantes mientras él contempla su paso por aquel puerto.
Algo más que un icono gay, un obra de teatro para la que cayó el telón antes de comenzar, que doblega el discurso y convierte luchas en coreografías y amor en indecisión y fuerza bruta.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El día que conoció la muerte de Fassbinder, Andy Warhol dijo que era un tipo extraño, y lejana queda la conexión entre ambos, Fassbinder murió antes de dar a luz esta película y Warhol hizo un cartel para la misma. Siempre quedará reconocer que pese a la transgresión de las obras de ambos, pese a ser dos tipos extraños, peculiares, de vidas extremistas, se mantenían en mundos paralelos dentro del arte.
Fue mi interés por Warhol lo que me llevó hasta esta película, y aunque no me descubrió nada sobre él, me sorprendió la capacidad de Fassbinder para narrar su propia versión de una historia creada por otro, creando sátiras con inteligencia y descaro. Mientras muere el conocimiento de Warhol, tal vez nazca la atención hacia Rainer en este preciso instante.
Fue mi interés por Warhol lo que me llevó hasta esta película, y aunque no me descubrió nada sobre él, me sorprendió la capacidad de Fassbinder para narrar su propia versión de una historia creada por otro, creando sátiras con inteligencia y descaro. Mientras muere el conocimiento de Warhol, tal vez nazca la atención hacia Rainer en este preciso instante.
31 de agosto de 2022
31 de agosto de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que la controversia acompañó hace 40 años a QUERELLE, aunque he de admitir que, debido a la nota global en filmaffinity ganan los que le ha gustado.
¿A mi me ha gustado? mmmmmmm no podría decirlo. Tiene una fotografía magnífica en tonos dorados, que la hace sugestiva, y sus intérpretes son todos hombres con un atractivo físico indiscutible... Pero claro contar con tan solo esos elementos no es suficiente, si no se acompaña de algo mas.
¿La historia? Lo que cuenta no tiene mucha lógica y los personajes no están definidos. No me he sentido decepcionado, aunque entiendo también, a quién sí le haya sucedido.
Estuve pensando un buen rato, la nota que le daría... Honestamente no puedo aprobarla.
¿A mi me ha gustado? mmmmmmm no podría decirlo. Tiene una fotografía magnífica en tonos dorados, que la hace sugestiva, y sus intérpretes son todos hombres con un atractivo físico indiscutible... Pero claro contar con tan solo esos elementos no es suficiente, si no se acompaña de algo mas.
¿La historia? Lo que cuenta no tiene mucha lógica y los personajes no están definidos. No me he sentido decepcionado, aunque entiendo también, a quién sí le haya sucedido.
Estuve pensando un buen rato, la nota que le daría... Honestamente no puedo aprobarla.
9 de abril de 2016
9 de abril de 2016
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una fotografía de tonos aplastantemente rojizos, una atmosfera asfixiante y decadente( como de cabaret berlines de los años 30). Fassbinder nos propone un viaje al lado oscuro de la homosexualidad mas sórdida y enfermiza con un protagonista supuestamente fascinante,aunque creo yo que la fascinación del protagonista brilla por su ausencia y la del resto del reparto también, con un Franco Nero despistado que pasaba por ahí, una Jeanne Moreau ya en franca decadencia y una historia que en la literatura de Genet quedaría muy bien pero aquí queda mas artificiosa que otra cosa, para fans incondicionales de Fassbinder.
19 de mayo de 2011
19 de mayo de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empiezo por decir que mi calificación no tiene tanto que ver con el contenido como con la calidad de la filmación, las escenografías, música, imágenes, sugerencias, etcétera, etcétera... Estamos, sin dudas, ante un gran filme, ante una obra de CINE.
No conozco la novela y no puedo opinar sobre quienes reclaman mayor o menor fidelidad a la misma. Pero a quienes en sus críticas reclaman ambiente turbio y pornográfico, no caben dudas que Fassbinder lo logra. A quienes la ven como ícono de la homosexualidad, francamente no lo creo. Prefiero mil veces recomendar "Le placard", con su tono humorístico, que es vitriolo sobre la hipocresía de la sociedad actual.
LO DESTACADO: Me extrañó no encontrar en otras críticas lo que más me impactó de esta película. Su SOFOCANTE, INSOPORTABLE, sentido religioso. Perdón, me corrijo: no es religioso, sino católico-apostólico-romano. Ese encuadre sí que da con el summun de lo tortuoso, lo insoportable, lo verdaderamente pornográfico; lo que da asco y ganas de vomitar, al contrario de lo que produce la escena supuestamente "más hot", de la apuesta perdida, que me pareció bellísima.
En fin, contradicciones de las millones de miradas que una buena filmación puede generar.
Saludos a todos los que han opinado antes.
No conozco la novela y no puedo opinar sobre quienes reclaman mayor o menor fidelidad a la misma. Pero a quienes en sus críticas reclaman ambiente turbio y pornográfico, no caben dudas que Fassbinder lo logra. A quienes la ven como ícono de la homosexualidad, francamente no lo creo. Prefiero mil veces recomendar "Le placard", con su tono humorístico, que es vitriolo sobre la hipocresía de la sociedad actual.
LO DESTACADO: Me extrañó no encontrar en otras críticas lo que más me impactó de esta película. Su SOFOCANTE, INSOPORTABLE, sentido religioso. Perdón, me corrijo: no es religioso, sino católico-apostólico-romano. Ese encuadre sí que da con el summun de lo tortuoso, lo insoportable, lo verdaderamente pornográfico; lo que da asco y ganas de vomitar, al contrario de lo que produce la escena supuestamente "más hot", de la apuesta perdida, que me pareció bellísima.
En fin, contradicciones de las millones de miradas que una buena filmación puede generar.
Saludos a todos los que han opinado antes.
24 de abril de 2010
24 de abril de 2010
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jardín de flores raras es este dichoso cine.
¿Y el jardinero del jardín?
Multiformes artífices se reparten sus hábitos.
Para jardinear como Dios manda hay que tener alguna dureza en el tronco, no basta con
saber y sentir. El jardinero de este jardín debe ser un raro y un olvidadizo, un pedante y a veces un goloso.
Yo creo que la jardinería del cine es cosa nunca susodicha ni sabihonda.
Por eso a veces ciertas flores hacen jardín aparte, y alguien por ahí se molesta.
¿Y el jardinero del jardín?
Multiformes artífices se reparten sus hábitos.
Para jardinear como Dios manda hay que tener alguna dureza en el tronco, no basta con
saber y sentir. El jardinero de este jardín debe ser un raro y un olvidadizo, un pedante y a veces un goloso.
Yo creo que la jardinería del cine es cosa nunca susodicha ni sabihonda.
Por eso a veces ciertas flores hacen jardín aparte, y alguien por ahí se molesta.
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