El sacrificio del ciervo sagrado
2017 

6.6
20,748
Thriller. Drama
Steven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un chico de dieciséis años huérfano de padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo. (FILMAFFINITY)
9 de junio de 2018
9 de junio de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Haneke y Kubrick como primos hermanos, esta degradante e hipnótica obra no resulta nada convencional y si del todo recomendable.
Sin ser apta para todos los públicos, solo l gozaran los abiertos al simbolismo poético cruel y sufrido. Malestar constante del espectador estresado. El egocentrismo burgués llevado al paradigma máximo. Frialdad terrorífica contagiosamente colindante.
Sin ser apta para todos los públicos, solo l gozaran los abiertos al simbolismo poético cruel y sufrido. Malestar constante del espectador estresado. El egocentrismo burgués llevado al paradigma máximo. Frialdad terrorífica contagiosamente colindante.
19 de septiembre de 2020
19 de septiembre de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El reconocido director griego Yorgos Lanthimos que nos entregó “Canino” (2010) y “Langosta” (2015), vuelve al ruedo con un filme hipnótico, devastador y fuera de serie titulado “El sacrificio del ciervo sagrado”. Este nombre toma como inspiración el mito griego de Ifigenia, donde al rey Agamenón se le pide sacrificar a su hija por causar la muerte de uno de los ciervos sagrados de la diosa Artemisa.
Aquí no veremos ni a Agamenón, ni a Ifigenia ni a Artemisa, sino que nos encontraremos con Steven un grandioso médico cirujano que vive feliz con su esposa Anna, oftalmóloga, y sus dos amados hijos Kim y Bob. Este entabla una amistad con Martin, un misterioso joven de dieciséis años, hijo de un paciente atendido por Steven que murió durante una operación. Pero, con el paso del tiempo esta relación de amistad-protección se convierte en algo turbio y lleva a Steven a tomar una decisión desaforada.
La congoja acaecida por el filme es bastante, debido a que el ritmo de la narración, a pesar de ser lento y tranquilo, avanza de manera sigilosa desvelando detalles inquietantes y conduciendo al espectador por un camino de muchas dudas.
Partiendo de un guion original escrito por el propio Lanthimos junto a Efthymis Filippou, la historia propone el tema de la venganza como vertiente principal, sin embargo, aparecen otros temas espinosos de índole moral, como tratamientos sobre el sexo, las mentiras, falta de comunicación, entre otros.
Es innegable el parecido que tiene con algunas de las películas de Stanley Kubrick, es la fotografía uno de los aspectos más similares, por su gama de colores y los encuadres y ángulos de cámara, aumentando más esa zozobra y perplejidad que tiene el filme.
Las actuaciones son frías, pero no quiere decir que esto sea un error, sino que van en sintonía con la historia. Sobresalen Colin Farrell y Nicole Kidman.
Aunque produce incomodidad, es cine de autor que se disfruta y ayuda a explorar muchas de las realidades del ser humano que nos gusta sacar a la luz. Estupenda.
Aquí no veremos ni a Agamenón, ni a Ifigenia ni a Artemisa, sino que nos encontraremos con Steven un grandioso médico cirujano que vive feliz con su esposa Anna, oftalmóloga, y sus dos amados hijos Kim y Bob. Este entabla una amistad con Martin, un misterioso joven de dieciséis años, hijo de un paciente atendido por Steven que murió durante una operación. Pero, con el paso del tiempo esta relación de amistad-protección se convierte en algo turbio y lleva a Steven a tomar una decisión desaforada.
La congoja acaecida por el filme es bastante, debido a que el ritmo de la narración, a pesar de ser lento y tranquilo, avanza de manera sigilosa desvelando detalles inquietantes y conduciendo al espectador por un camino de muchas dudas.
Partiendo de un guion original escrito por el propio Lanthimos junto a Efthymis Filippou, la historia propone el tema de la venganza como vertiente principal, sin embargo, aparecen otros temas espinosos de índole moral, como tratamientos sobre el sexo, las mentiras, falta de comunicación, entre otros.
Es innegable el parecido que tiene con algunas de las películas de Stanley Kubrick, es la fotografía uno de los aspectos más similares, por su gama de colores y los encuadres y ángulos de cámara, aumentando más esa zozobra y perplejidad que tiene el filme.
Las actuaciones son frías, pero no quiere decir que esto sea un error, sino que van en sintonía con la historia. Sobresalen Colin Farrell y Nicole Kidman.
Aunque produce incomodidad, es cine de autor que se disfruta y ayuda a explorar muchas de las realidades del ser humano que nos gusta sacar a la luz. Estupenda.
29 de marzo de 2018
29 de marzo de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No conocía la trayectoria de Yorgos Lanthimos y como alguien decía no es por hacer una broma a su nombre pero he sentido que me han timado. Desde hoy ya me ha dejado su tarjeta de presentación lo que pasa es que dudo que pueda acudir a sus próximas citas.
Esta es la típica película y el director que les gusta a los críticos rimbombantes y finolis destacar para resaltar sus egos. Estoy harto de que se vanaglorie a este tipo de gente como Lanthimos que se creen artistas de lo suyo, no les negaré su talento pero si es bastante discutible.
Después de soltar un poco de adrenalina trataré de ser lo más justo posible, cosa que me va a costar lo suyo.
El caso es que la historia que nos propone Lanthimos en un principio es capaz de atrapar y envolverla de forma que estemos pendiente de ella en todo momento. Pero que aproximadamente a la mitad de su duración chirriara por todos lados.
Steven(Colin Farell) es un prestigioso cirujano que pierde a un paciente en la mesa de operaciones y como una deuda de culpa entablará una inverosímil amistad con Martin el hijo de 16 años del paciente fallecido.
Hasta aquí aunque ya empieza a chirriar debido a que al chico se le ve muy afectado por la muerte de su padre no es muy comprensible el lazo afectivo que se crea con el médico. Pues es claramente una situación que debe de tratar un psiquiatra, psicólogo o personas entendidas en los traumas emocionales.
Los encuentros entre Steven y Martin se harán habituales, tanto que incluso el médico le acogerá en su núcleo familiar. Otra cosa que chirría.
Pronto la situación se volverá insostenible y poco a poco iremos notando como el argumento se va tornando cada vez más incompresible mostrando unas escenas inexplicables y en la que la etiqueta de thriller pasará al de comedia vergonzante.
A mitad de película ya ha perdido el norte y no lo volverá a encontrar hasta estrellarse en un final de despropósitos y escenas sin sentido.
El director a través de la excusa sobrenatural querrá dar explicación y disfrazar todo lo que va ocurriendo cuando lo único que provoca es hilaridad y repulsa a partes iguales.
Personas que enferman sin motivo alguno, el único se lo habrá reservado la mente privilegiada de este infundio
y que alcanzaran a conocer solo sus adeptos. El despiporre total llegará cuando las personas empiecen a reptar
como gusanos.
Una película que dura mucho para lo que ofrece, pesada e indigesta. A mi que me perdone el señor Yorgos Lanthimos pero a su invitación de la Langosta no acudiré no vaya a ser que me atragante.
Lo mejor: el título de la película.
Lo peor: no haberle puesto la etiqueta de comedia.
Esta es la típica película y el director que les gusta a los críticos rimbombantes y finolis destacar para resaltar sus egos. Estoy harto de que se vanaglorie a este tipo de gente como Lanthimos que se creen artistas de lo suyo, no les negaré su talento pero si es bastante discutible.
Después de soltar un poco de adrenalina trataré de ser lo más justo posible, cosa que me va a costar lo suyo.
El caso es que la historia que nos propone Lanthimos en un principio es capaz de atrapar y envolverla de forma que estemos pendiente de ella en todo momento. Pero que aproximadamente a la mitad de su duración chirriara por todos lados.
Steven(Colin Farell) es un prestigioso cirujano que pierde a un paciente en la mesa de operaciones y como una deuda de culpa entablará una inverosímil amistad con Martin el hijo de 16 años del paciente fallecido.
Hasta aquí aunque ya empieza a chirriar debido a que al chico se le ve muy afectado por la muerte de su padre no es muy comprensible el lazo afectivo que se crea con el médico. Pues es claramente una situación que debe de tratar un psiquiatra, psicólogo o personas entendidas en los traumas emocionales.
Los encuentros entre Steven y Martin se harán habituales, tanto que incluso el médico le acogerá en su núcleo familiar. Otra cosa que chirría.
Pronto la situación se volverá insostenible y poco a poco iremos notando como el argumento se va tornando cada vez más incompresible mostrando unas escenas inexplicables y en la que la etiqueta de thriller pasará al de comedia vergonzante.
A mitad de película ya ha perdido el norte y no lo volverá a encontrar hasta estrellarse en un final de despropósitos y escenas sin sentido.
El director a través de la excusa sobrenatural querrá dar explicación y disfrazar todo lo que va ocurriendo cuando lo único que provoca es hilaridad y repulsa a partes iguales.
Personas que enferman sin motivo alguno, el único se lo habrá reservado la mente privilegiada de este infundio
y que alcanzaran a conocer solo sus adeptos. El despiporre total llegará cuando las personas empiecen a reptar
como gusanos.
Una película que dura mucho para lo que ofrece, pesada e indigesta. A mi que me perdone el señor Yorgos Lanthimos pero a su invitación de la Langosta no acudiré no vaya a ser que me atragante.
Lo mejor: el título de la película.
Lo peor: no haberle puesto la etiqueta de comedia.
10 de abril de 2018
10 de abril de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steven es un eminente cirujano casado con Anna, una respetada oftalmóloga. Viven felices junto a sus dos hijos, Kim y Bob. Cuando Steven entabla amistad con Martin, un chico de dieciséis años huérfano de padre, a quien decide proteger, los acontecimientos dan un giro siniestro. Steven tendrá que escoger entre cometer un impactante sacrificio o arriesgarse a perderlo todo.
Ya me ganó el original realizador griego Yorgos Lanthimos con su anterior largometraje (‘Langosta’) y lo ha vuelto a hacer a través de una surrealista historia repleta de tintes dramáticos, cómicos y fantasiosos. Otro film bastante completo que engrosa su filmografía.
‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ narra la historia de un hombre, cirujano de profesión, que vive en su apacible casa una vida perfecta con su mujer y sus hijos, pero que parece haber establecido una extraña relación con un joven ajeno a la familia. ¿Qué esconde esta relación? Es curioso que, durante gran parte de la proyección, el espectador no pare de hacer cabalas sobre la relación y, más adelante, sobre ese extraño chico.
Farrell está muy cómodo y convincente como patriarca familiar, perdiendo ese encanto seductor que le acompañó a principios de siglo, asomando pelos en pecho, axilas y un gran barrigón. Lanthimos le ha transformado (ya es la segunda vez que colaboran) no solo físicamente sino en otro tipo de artista. Le lleva a un campo completamente distinto al que nos tiene acostumbrado. A su lado, Kidman parece la perfecta esposa… que también esconde algún que otro secretillo.
Según avanzan los acontecimientos, un pequeño halo fantástico envolverá la trama y habrá quien pida explicación a semejante giro narrativo. Servidor cree que, por la forma de realización (por muchos de los planos) de Lanthimos, todo es una cruel pesadilla, la peor para un padre que tiene que prescindir de uno de sus seres queridos a su elección. De ahí el surrealista desenlace con reunión familiar de por medio.
‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ no será plato de buen gusto para todo el mundo. El director vuelve a plagar el film de sus tics, de sus extraños diálogos y de sus curiosos giros inesperados. No es un film habitual, por lo que si conectas con su historia te mantendrá pegado a la butaca durante dos horas de metraje. Eso, a día de hoy, es difícil de lograr.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Ya me ganó el original realizador griego Yorgos Lanthimos con su anterior largometraje (‘Langosta’) y lo ha vuelto a hacer a través de una surrealista historia repleta de tintes dramáticos, cómicos y fantasiosos. Otro film bastante completo que engrosa su filmografía.
‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ narra la historia de un hombre, cirujano de profesión, que vive en su apacible casa una vida perfecta con su mujer y sus hijos, pero que parece haber establecido una extraña relación con un joven ajeno a la familia. ¿Qué esconde esta relación? Es curioso que, durante gran parte de la proyección, el espectador no pare de hacer cabalas sobre la relación y, más adelante, sobre ese extraño chico.
Farrell está muy cómodo y convincente como patriarca familiar, perdiendo ese encanto seductor que le acompañó a principios de siglo, asomando pelos en pecho, axilas y un gran barrigón. Lanthimos le ha transformado (ya es la segunda vez que colaboran) no solo físicamente sino en otro tipo de artista. Le lleva a un campo completamente distinto al que nos tiene acostumbrado. A su lado, Kidman parece la perfecta esposa… que también esconde algún que otro secretillo.
Según avanzan los acontecimientos, un pequeño halo fantástico envolverá la trama y habrá quien pida explicación a semejante giro narrativo. Servidor cree que, por la forma de realización (por muchos de los planos) de Lanthimos, todo es una cruel pesadilla, la peor para un padre que tiene que prescindir de uno de sus seres queridos a su elección. De ahí el surrealista desenlace con reunión familiar de por medio.
‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ no será plato de buen gusto para todo el mundo. El director vuelve a plagar el film de sus tics, de sus extraños diálogos y de sus curiosos giros inesperados. No es un film habitual, por lo que si conectas con su historia te mantendrá pegado a la butaca durante dos horas de metraje. Eso, a día de hoy, es difícil de lograr.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
25 de noviembre de 2018
25 de noviembre de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película tan fría, lejana, plana, que no llego a meterme nunca en ella. No consigue atraparme en ningún momento. No es que este mal hecho, si no que la lleva a un tono que al director le gustara pero a mí me saca.
El hecho de no saber el porqué de las cosas me molesta mucho y en esta película no sé por qué pasan ciertas cosas, o más bien como hace uno de los personajes para afectar así a los demás.
Los actores, si lo que quería el director, es que fueran fríos como robots, lo han conseguido de pleno, pero a mí una interpretación así no me transmite nada
La iluminación es a veces mejor a veces peor. Eso de meter mucha luz por las ventanas para hacer iluminación naturalista a mí no me gusta, pero está de moda. Aporta poco a la historia, pero no esa mal
El director creo que no hace una buena película. Es una película para muy poca gente. Me recuerda mucho a Kubrick en la manera de rodar, pero en lo malo. Mucho plano general y ver la película desde fuera, sin meterte nunca dentro de ella. Es aburrida y tiene un tempo pausado, lo cual a este género no le va.
Había que verla y la he visto, pero no es recomendable
El hecho de no saber el porqué de las cosas me molesta mucho y en esta película no sé por qué pasan ciertas cosas, o más bien como hace uno de los personajes para afectar así a los demás.
Los actores, si lo que quería el director, es que fueran fríos como robots, lo han conseguido de pleno, pero a mí una interpretación así no me transmite nada
La iluminación es a veces mejor a veces peor. Eso de meter mucha luz por las ventanas para hacer iluminación naturalista a mí no me gusta, pero está de moda. Aporta poco a la historia, pero no esa mal
El director creo que no hace una buena película. Es una película para muy poca gente. Me recuerda mucho a Kubrick en la manera de rodar, pero en lo malo. Mucho plano general y ver la película desde fuera, sin meterte nunca dentro de ella. Es aburrida y tiene un tempo pausado, lo cual a este género no le va.
Había que verla y la he visto, pero no es recomendable
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