Spectre
6.0
27,318
Acción. Aventuras. Thriller
James Bond recibe un críptico mensaje del pasado que le confía una misión secreta que lo lleva a México D.F. y a Roma, donde conoce a Lucía Sciarra, la hermosa viuda de un infame criminal. Bond se infiltra en una reunión secreta y descubre la existencia de una siniestra organización conocida como SPECTRE. Mientras tanto, en Londres, el nuevo director del Centro para la Seguridad Nacional cuestiona las acciones de Bond y pone en duda la ... [+]
9 de noviembre de 2015
9 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
007 está feliz e irremediablemente asociado a mi infancia/adolescencia. Era genial: flipaba con todos los “gadgets”, los coches, los castañazos, las persecuciones, las chicas Bond…todo era deslumbrante y superlativo.
No me importaba si la película era buena, mala, regular, si el guión era bueno, la historia era verosímil o los actores estaban bien dirigidos. Cuanto más increíble y exagerado fuera todo, más alucinábamos.
Pero claro, eran otros tiempos, teníamos otra edad, las expectativas y el nivel de exigencia era otro.
Ahora vemos esas películas con nostalgia y con cariño, asumimos todo lo que tenemos que asumir sobre ellas y las aceptamos como son por los buenos ratos que nos hicieron pasar y porque nos devuelven a esa edad en que sólo queríamos mamporros, malos malísimos y en que todos queríamos ser James Bond de mayores y vivir del cuento rodeado de lujo y pivones.
Pero insisto, la cosa ha cambiado, sobre todo desde que decidieron hacer madurar a 007 y convertirlo en adulto. Eso llegó con la estupenda CASINO ROYAL. Por primera vez descubría en las películas de este macarra con licencia para matar algo más que un carísimo anuncio de coches o de relojes de súper lujo, Pero el espejismo duró poco: la siguiente entrega fue una decepción total, la otra me la ahorré y este SPECTRE es una lápida más digna de un funeral gitano que de un apoteósico supuesto “cierre de saga”.
Vamos a ver, si algo caracteriza a los británicos es que son terriblemente horteras. James Bond es la representación máxima de esa horterez enmarcada en un mundo imaginario de lujo faraónico…lo que viene siendo un anuncio de colonia, relojes, lencería o coches carísimos. Ese es parte de su encanto. Pero para que funcione hay que dejarle que nade en esas aguas en que se mueve con tanta fluidez, o sacarle del todo de ellas. Dejarle en un mundo intermedio, como ocurre con Spectre, no funciona.
O mejor dicho, contarnos ese mundo con las reglas de este en que vivimos, es un error imperdonable,
Por eso Spectre no funciona. Y no funciona casi desde el minuto uno.
Un prometedor arranque en un abarrotado México D.F, un inspirado plano secuencia siguiendo a Bond por una azotea que no aporta nada pero recalca la chulería del personaje y el saber hacer de quien le filma, y después el primer descalabro: una larguísima y aburridísima pelea en un helicóptero tan mal rodada como montada. Lamentablemente, ese va a ser el tono de del resto de la película.
Seguimos con unos títulos de crédito absolutamente empalagosos y empezamos a rezar por que la cosa mejore. No lo hace.
Daniel Craig está ya más harto de su personaje que nosotros, la química con la nueva chica Bond es nula. De hecho Lêa seydoux no cambia el gesto de entre asco y estreñimiento en ni un solo plano, Christoph Watz apenas aporta un par de soliloquios insufribles a un villano más patético que temible, Ralph Fiennes más torpe que el abuelo de Heidi (en todos los sentidos)…y suma y sigue hasta completar un reparto tan mal escrito sobre el papel como filmado.
Sólo se salva la inmensa Monica Belucci, que aparece en tres secuencias marcadamente operísticas y a las que ella sabe dar el tono justo para no caer en lo ridículo. Reconozco también que con esta mujer ni puedo ni quiero ser imparcial.
En resumen, una sucesión de cambio de escenario, de persecuciones y episodios sin apenas hilo conductor que falla cuando quiere ser Bond y se estrella cuando quiere bajar al mundo real. Un desacierto descomunal y carísimo que sólo aporta dos horas y media de aburrimiento, y tedio impropio de un director como Sam Mendes y que jamás debería haber existido.
Porque vamos a ver, ¿cuándo nos hemos preguntado en una película de james Bond de dónde saca un smoking, o un coche o un avión, o un helicóptero, o dónde lo guarda todo, o si nunca le bloquean las tarjetas de crédito, o por qué los malos tienen tan mala puntería, o por qué nunca se rompe nada, o por qué un coche explota al estrellarse o por qué otro no? Nunca, que yo sepa...no nos importa. Aquí sí. Continuamente te preguntas cosas como esas. Mala cosa.
Eso sí, la partitura de Thomas Newman sublime, aunque e la canción de los títulos de crédito interpretada por Sam Smith sea totalmente infumable .
Si lo que querían era cerrar la saga (cosa que no me creo) por todo lo alto, lo que han hecho es dejarla caer desde lo más alto para que se despachurre definitivamente.
Requiescat in pace señor Bond.
No me importaba si la película era buena, mala, regular, si el guión era bueno, la historia era verosímil o los actores estaban bien dirigidos. Cuanto más increíble y exagerado fuera todo, más alucinábamos.
Pero claro, eran otros tiempos, teníamos otra edad, las expectativas y el nivel de exigencia era otro.
Ahora vemos esas películas con nostalgia y con cariño, asumimos todo lo que tenemos que asumir sobre ellas y las aceptamos como son por los buenos ratos que nos hicieron pasar y porque nos devuelven a esa edad en que sólo queríamos mamporros, malos malísimos y en que todos queríamos ser James Bond de mayores y vivir del cuento rodeado de lujo y pivones.
Pero insisto, la cosa ha cambiado, sobre todo desde que decidieron hacer madurar a 007 y convertirlo en adulto. Eso llegó con la estupenda CASINO ROYAL. Por primera vez descubría en las películas de este macarra con licencia para matar algo más que un carísimo anuncio de coches o de relojes de súper lujo, Pero el espejismo duró poco: la siguiente entrega fue una decepción total, la otra me la ahorré y este SPECTRE es una lápida más digna de un funeral gitano que de un apoteósico supuesto “cierre de saga”.
Vamos a ver, si algo caracteriza a los británicos es que son terriblemente horteras. James Bond es la representación máxima de esa horterez enmarcada en un mundo imaginario de lujo faraónico…lo que viene siendo un anuncio de colonia, relojes, lencería o coches carísimos. Ese es parte de su encanto. Pero para que funcione hay que dejarle que nade en esas aguas en que se mueve con tanta fluidez, o sacarle del todo de ellas. Dejarle en un mundo intermedio, como ocurre con Spectre, no funciona.
O mejor dicho, contarnos ese mundo con las reglas de este en que vivimos, es un error imperdonable,
Por eso Spectre no funciona. Y no funciona casi desde el minuto uno.
Un prometedor arranque en un abarrotado México D.F, un inspirado plano secuencia siguiendo a Bond por una azotea que no aporta nada pero recalca la chulería del personaje y el saber hacer de quien le filma, y después el primer descalabro: una larguísima y aburridísima pelea en un helicóptero tan mal rodada como montada. Lamentablemente, ese va a ser el tono de del resto de la película.
Seguimos con unos títulos de crédito absolutamente empalagosos y empezamos a rezar por que la cosa mejore. No lo hace.
Daniel Craig está ya más harto de su personaje que nosotros, la química con la nueva chica Bond es nula. De hecho Lêa seydoux no cambia el gesto de entre asco y estreñimiento en ni un solo plano, Christoph Watz apenas aporta un par de soliloquios insufribles a un villano más patético que temible, Ralph Fiennes más torpe que el abuelo de Heidi (en todos los sentidos)…y suma y sigue hasta completar un reparto tan mal escrito sobre el papel como filmado.
Sólo se salva la inmensa Monica Belucci, que aparece en tres secuencias marcadamente operísticas y a las que ella sabe dar el tono justo para no caer en lo ridículo. Reconozco también que con esta mujer ni puedo ni quiero ser imparcial.
En resumen, una sucesión de cambio de escenario, de persecuciones y episodios sin apenas hilo conductor que falla cuando quiere ser Bond y se estrella cuando quiere bajar al mundo real. Un desacierto descomunal y carísimo que sólo aporta dos horas y media de aburrimiento, y tedio impropio de un director como Sam Mendes y que jamás debería haber existido.
Porque vamos a ver, ¿cuándo nos hemos preguntado en una película de james Bond de dónde saca un smoking, o un coche o un avión, o un helicóptero, o dónde lo guarda todo, o si nunca le bloquean las tarjetas de crédito, o por qué los malos tienen tan mala puntería, o por qué nunca se rompe nada, o por qué un coche explota al estrellarse o por qué otro no? Nunca, que yo sepa...no nos importa. Aquí sí. Continuamente te preguntas cosas como esas. Mala cosa.
Eso sí, la partitura de Thomas Newman sublime, aunque e la canción de los títulos de crédito interpretada por Sam Smith sea totalmente infumable .
Si lo que querían era cerrar la saga (cosa que no me creo) por todo lo alto, lo que han hecho es dejarla caer desde lo más alto para que se despachurre definitivamente.
Requiescat in pace señor Bond.
10 de noviembre de 2015
10 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Bond de antaño ha vuelto con un argumento lleno de homenajes y tópicos sacados de las películas clásicas, y con un villano muy carismático y extremadamente ingenuo. Con varias escenas de acción espectaculares, el mayor mérito de esta cuarta entrega con Daniel Craig al frente, es querer encajar una trama iniciada en las tres anteriores, haciéndonos cómplices de los acontecimientos, y apelando a nuestra nostalgia para que obviemos muchas licencias artísticas y giros "telenovelescos" que sólo perdonamos a esta mítica saga. Un pelín larga, menos seria que las últimas y realizada para los fans de 007, este largometraje se sitúa cómodamente entre la obligada calidad y la saludable diversión.
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10 de noviembre de 2015
10 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenida película de 007. Muy buenas escenas de acción, persecuciones y algún toque de humor, como viene siendo habitual en las películas de James Bond. No es la mejor cinta de la saga Craig, pero está muy bien. Skyfall y Casino Royale las mejores. Esta película cierra un ciclo en la saga, conectando la historia de esta película con las tres anteriores. Posiblemente sea el adiós de Daniel Craig en el papel, pues así lo dejó entrever en sus últimas declaraciones públicas y además se está buscando un nuevo actor Bond. Aunque quien sabe si puede haber sorpresa y Daniel interprete a Bond una vez más. Se echa bastante en falta a Judi Denth en el papel de M, pero Ralph Fiennes lo hace muy bien. Muy buena dirección de Sam Mendes.
En definitiva, pienso que la saga Craig ha sido la mejor de 007 desde los tiempos de Sean Connery, aunque para mi gusto este último sigue siendo el gran y auténtico Bond. Quiero tener en mi filmoteca particular las sagas 007 de Sean y de Daniel.
Ahora a ver si se confirma la despedida de Daniel y a esperar quién será el nuevo Bond.
En definitiva, pienso que la saga Craig ha sido la mejor de 007 desde los tiempos de Sean Connery, aunque para mi gusto este último sigue siendo el gran y auténtico Bond. Quiero tener en mi filmoteca particular las sagas 007 de Sean y de Daniel.
Ahora a ver si se confirma la despedida de Daniel y a esperar quién será el nuevo Bond.
11 de noviembre de 2015
11 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que tengo que decir, ni de lejos es Skyfall.
Es buena película pero en decadencia que va la saga, para abajo y que escarba.
Mónica Bellucci unas escenas y desaparece, y de Christoph Waltz sinceramente me esperaba más, flaco papel de villano que le han colado. ¿Y la chica Bond? No aporta absolutamente nada.
Por el lado bueno, buenos efectos, buena banda sonora y Daniel Craig en su sitio.
Es buena película pero en decadencia que va la saga, para abajo y que escarba.
Mónica Bellucci unas escenas y desaparece, y de Christoph Waltz sinceramente me esperaba más, flaco papel de villano que le han colado. ¿Y la chica Bond? No aporta absolutamente nada.
Por el lado bueno, buenos efectos, buena banda sonora y Daniel Craig en su sitio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo que sinceramente más me ha decepcionado del film es el papel de Christoph Waltz, que papelón más malo le han dado al pobre Waltz, esa penumbra al principio en la mesa, esa entrada en la escena del meteorito, la supuesta "tortura" con la minibroca, esa cicatriz en la cara mal hecha y la pobre escena final en el puente.
12 de noviembre de 2015
12 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas de la película ya deberíamos saber, o al menos suponerlo, que la vigésimo cuarta aventura del agente 007 es en realidad la cuarta, si tenemos en cuenta que en Casino Royale el personaje creado por Ian Fleming renacía a la pantalla no sólo bajo la piel de un nuevo actor, sino como un nuevo concepto de espía o superhéroe de acción. Lo cierto es que Daniel Craig imprimía al nuevo James Bond una frialdad excesiva y un carisma que lo acercaban más a un mamporrero de tres al cuarto que al sofisticado agente secreto que alguna vez fue.
Pero también es cierto que en la tercera entrega de la nueva serie asistíamos a la progresiva “batmanización” del personaje, o a su “bournetización”, si lo comparábamos con la creación literaria de Robert Ludlum y posteriormente cinematográfica de Matt Damon. Puede que algo de responsabilidad tenga en ello la dirección de Sam Mendes, quien ha tratado de devolver al agente británico algo de su esencia primigenia sin perder de vista su renovación y actualización a los nuevos tiempos.
Hemos de decir que de lo primero algo ha conseguido, pero quizá el problema resida en que lo segundo sigue pesando mucho, tanto que en ocasiones los árboles no dejan ver demasiado el bosque, o lo que es lo mismo: que la excesiva acción no permite disfrutar mucho de la parte de la historia que más nos interesa. Al menos a quien esto escribe.
Spectre vendría a ser como la síntesis de las cuatro películas protagonizadas por Daniel Craig, y de alguna forma del propio personaje de Bond. Y tanto es así que, por un lado, tenemos una película llena de guiños cinéfilos a toda la serie, con la mirada puesta en el que fuera enemigo del espía británico en los primeros filmes: la organización Spectra. En otro orden de cosas hallamos las claves del personaje que nos han ido dando sus tres entregas precedentes, así como las ráfagas de acción trepidante que las han inundado. Y el cóctel nos deja una obra que se ve bien, con réplicas por parte de Bond que nos recuerdan sus mejores tiempos, pero que no logra trascender el más puro y básico entretenimiento.
Da la impresión de que Mendes pretende cerrar el círculo iniciado en Casino Royale, a la vez que mostrar su complicidad con los genuinos seguidores de la saga desde sus lejanos comienzos. Una complicidad que se transforma en fugaz mitomanía que no consigue ir más allá del gesto amable, discretamente resultón, y que nos deja una película correcta y entretenida sin más, alejada nuevamente de aquel glamour que tan bien le sentara al personaje en sus primeros tiempos.
Pero también es cierto que en la tercera entrega de la nueva serie asistíamos a la progresiva “batmanización” del personaje, o a su “bournetización”, si lo comparábamos con la creación literaria de Robert Ludlum y posteriormente cinematográfica de Matt Damon. Puede que algo de responsabilidad tenga en ello la dirección de Sam Mendes, quien ha tratado de devolver al agente británico algo de su esencia primigenia sin perder de vista su renovación y actualización a los nuevos tiempos.
Hemos de decir que de lo primero algo ha conseguido, pero quizá el problema resida en que lo segundo sigue pesando mucho, tanto que en ocasiones los árboles no dejan ver demasiado el bosque, o lo que es lo mismo: que la excesiva acción no permite disfrutar mucho de la parte de la historia que más nos interesa. Al menos a quien esto escribe.
Spectre vendría a ser como la síntesis de las cuatro películas protagonizadas por Daniel Craig, y de alguna forma del propio personaje de Bond. Y tanto es así que, por un lado, tenemos una película llena de guiños cinéfilos a toda la serie, con la mirada puesta en el que fuera enemigo del espía británico en los primeros filmes: la organización Spectra. En otro orden de cosas hallamos las claves del personaje que nos han ido dando sus tres entregas precedentes, así como las ráfagas de acción trepidante que las han inundado. Y el cóctel nos deja una obra que se ve bien, con réplicas por parte de Bond que nos recuerdan sus mejores tiempos, pero que no logra trascender el más puro y básico entretenimiento.
Da la impresión de que Mendes pretende cerrar el círculo iniciado en Casino Royale, a la vez que mostrar su complicidad con los genuinos seguidores de la saga desde sus lejanos comienzos. Una complicidad que se transforma en fugaz mitomanía que no consigue ir más allá del gesto amable, discretamente resultón, y que nos deja una película correcta y entretenida sin más, alejada nuevamente de aquel glamour que tan bien le sentara al personaje en sus primeros tiempos.
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