Estoy complacido con las actuacion de Nicolas Cage, pero más con la actución de Elisabeth Shue, sin dejar pasar el papel del chulo. Todos formamos parte del mundo; cada uno con su humanidad y laberintos, relacionandonos inexorablemente por una necesidad natural y social. Es un mundo donde las emociones y sentimientos no nos pertenecen a todos por igual; cada uno las vive de acuerdo a sus propias circunstancias, no pasa de ser un ejercicio ponerme en los zapatos de otra persona.

Desde mi punto de vista; desde mi conciencia y sentimientos, opino que la película es Triste; cargada de una impenetrable soledad, que no se llena con nada ni nadie. El film despierta la esperanza en mi como espectador; pero los intentos de bondad y de afecto no conducen al amor y se pierden, para mi desilución y rabia, en la pura violencia y impotencia. Al verla pense que caía en un vacío, pero el dolor y la tragedia de los personajes me trastoca la razón; el verdadero protagonista es el corazón y los instintos; los mismos que me han arrastrado a mi, muchas veces en mi corta existencia en este mundo, a romper las froteras de lo aceptable, de todas las normas impositivas y naturales de supervivencia, viviendo irracionalmente como buscando inconscientemente la muerte. En la película es el suicidio..la locura

Se ajusta a la realidad. Sin moralina, sin sermones, sin llanto fácil. Los dos personajes son inexcrutables, bien trazados y bien interpretados. El drama del alcohol está tan bien planteado como en Dias sin Huella de Wilder. Como la vida misma.

Cinta dramática hasta el extremo en el que Cage desarrolla a la perfección el papel de su vida. Es espectacular la sórdida relación entre un acabado alcohólico y una prostituta con ganas de vivir. El desarrollo es muy bueno y el odio a la sociedad por parte de Cage es brutal. Shue está monstruosa también. Únicamente el guión se estanca en ocasiones, el recurso de "yo te quiero más" sobra en muchas ocasiones, pero el resto junto a los exteriores nocturnos de Las Vegas hacen que sea una película para ver en varias ocasiones.

Dos personas olvidadas o rechazadas por cualquier sociedad decente unen su vidas de la manera menos prevista en el mejor lugar del mundo acorde para dicho evento, Las Vegas, uno toma sin un aparente porque y la otra trabaja como puta para mantener su estilo de vida y el de su proxeneta, quien para variar debe mucho dinero. Todo este preambulo me permite describir uno de los mejores films que he visto en mi vida, la verdad es que es la adaptación de una obra literaria, pero gracias a Dios que se dio esta opción ya que su descenlace es casi perfecto, las actuaciones de Nicolas Cage y Elizabeth Shue son sencillamente incontenibles, cualquiera cree que viven de esta manera, que su actuación es el reflejop de sus vidas y que no actuan para nada, hasta ahora tengo esa duda, dejame vivir como yo quiera sin reproches, sin denuncias y acéptame como soy, solo ámame y no preguntes más, lo mismo ofresco en esta crítica solo disfrútenla, aprecien su extraordinaria calidad y el delirante dramatismo de sus protagonistas, al expresar sus miserable soledades y transformarlas a un estilo de vida, todo esto acompañenlo con la exacta y precisa banda sonora del film donde destaca el buen gusto de Sting en My one and only love y finalmente amen por siempre su apasionado final.

Sin duda con esa frase se resume esta historia de amor en la que Nicolas Cage en el papel de su vida, interpreta a un alcohólico que decide irse a la ciudad de Las Vegas a morir bebiendo, a lo largo del camino contemplamos con desasosiego su actitud hacia un mundo al que ya no pertenece y del que se encuentra muy lejos, su breve estancia en la ciudad del vicio, se convierte en una especie de purgatorio donde su espíritu se libera, se trata de la libertad que te proporciona el no tener ya nada que perder por que ya está todo perdido de antedicho y pasar por encima de todos los convencionalismos que nos encadenan a este mundo, eso sí, siempre pagando religiosamente su tributo al Dios Baco.
La historia de amor con la prostituta, es sincera, sin ningún tipo de superficialidad, como el cariño que le daría una madre a un hijo cuando se hace una herida, de ahí la hermosura de la historia.
Sin duda a cualquier persona con un poco de sangre en las venas le conmoverá esta historia por su brutal sinceridad y falta de pretensiones.
Me encanta la escena en la que Nicolas Cage está sentado en la mesa de un restaurante increíblemente borracho y acabado y su amiga le pide fuego, la estilosa forma que tiene de encenderle la cerilla cuando aparentemente parecía una piltrafa humana con esa penetrante mirada de decisión, es genial, sin duda un personaje que cautiva.