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Avatar

Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
Críticas 1,301
Críticas ordenadas por utilidad
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9
19 de diciembre de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver la película y leer opiniones muy interesantes y otras no tanto se me han quedado grabadas un par de palabras: Convencional, espectáculo, guión pobre y efectos especiales. Sin lugar a dudas el guión es de lo más convencional, pero si miramos atrás en la historia cada vez que una civilización supuestamente más avanzada invade otra ocurre siempre lo mismo; imposición, destrucción, e intentos de cambiar lo que dan por supuesto que es fruto de una forma de vida salvaje. En su afán olvidan algo muy importante, la tradición, la fe y la comunión con la naturaleza. Cameron encontró en el convencionalismo la sencillez y dejó la grandeza del espectáculo para nuestras retinas, pues es una película que hay que ver en 3D, debido a los revolucionarios y cuidadísimos efectos especiales. Ha creado un mundo maravilloso, Pandora, y si ni en un sólo momento quisiste estar allí o ser uno de sus habitantes
es que esta película ni por asomo es para ti.
8
19 de diciembre de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Me parece sublime que los Na'vi tengan uñas y que los robots exoesqueletos tengan espejos retrovisores! Y aunque le hayamos pagado la trilogía entera a Cameron con nuestro propio dinero con el precio del 3D, merece la pena verla en ese formato. Una banda sonora bestial. Unos efectos bestiales. Una historia... simple, pero que al contarlo de manera tan ÉPICA se vuelve bestial. Lo mejor de Star Wars y lo mejor de El Señor de los Anillos se resume en: "No cabrees a la Madre Tierra porque sino... ¡te vas a cag*r!"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y el malo REZUMA CARISMA. Gracias, Stephen Lang, por esa escena en la que observas como todo revienta y salta por los aires mientas te tomas una taza de café.
9
20 de diciembre de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doce años después de que James Cameron se autoproclamara rey del mundo llega por fin uno de los eventos más esperados de nuestro siglo (sí, porque aunque parezca mentira desde que aquel famoso transatlántico arrasara con todo y contra todo no solo hemos cambiado de siglo, sino que hemos asistido a numerosos adelantos en las formas de ver y entender el cine), y lo hace de forma tridimensional con intenciones de revolución absoluta en el campo de la tecnología, con un proyecto meticuloso, concienzudo, que solo un pionero de la técnica como Cameron podría poner en funcionamiento así, como de la "nada", con el ruido y expectación mediática que de un megalómano podría presuponerse, y una vez puesto a su entera disposición las más avanzadas herramientas visuales y, otra vez más, un presupuesto de record, el director menos acobardado de la industria estrena juguete nuevo de manera ultramasiva. Y sin necesidades inútiles de analizar si el fin justifica necesariamente los medios solo se me ocurre una onomatopeya para describir mi experiencia una vez terminada su película: ¡guaaaauuuu! No podría expresarlo con mayor claridad que la que representa la exaltación de un niño desbordado de entusiasmo, ebrio de ilusiones y aventura, aun sobrecogido por el ESPECTACULO extrasensorial que me ha devorado durante 162 minutos de mi vida, para zambullirme sin coartadas de arrepentimientos en un universo infinito y fluorescente llamado Pandora.

Avatar es un paso de gigante en el campo de la revolución digital, crea una ciencia cinematográfica con posibilidades futuras imprevisibles, pero revulsivas, que dan un significado distinto al cine en tres dimensiones y potencia un momento de cambio en el arte del imperio informático que avisa de que al cine todavía le quedan multitud de vías por explorar que amplifiquen su condición de fábrica de sueños. Una obra rupturista que podría honestamente ser equiparable a la irrupción del Cinemascope en los años 50, o los primeros efectos especiales vistos en pantallas con obras tan vinculadas a esta como fueron La guerra de las galaxias. No debemos obviar el hecho de que Cameron es un cineasta hermanado con los modernos adelantos técnicos que de una forma u otra han desatado un hit dentro del campo infográfico, Terminator 2 y los logros en el empleo del agua digital en Abyss, pero que nunca han ocultado su pasión por las historias clásicas que le dan el apelativo de ser un verdadero romántico dentro del sistema. No podremos negar que lo que cuenta en Avatar no se haya expuesto antes, pero de ahí a considerarlo poco creativo o simplista hay un cosmos que no devalúa en absoluto las sensacionales nociones de estar ante una proeza épica “Bigger than life” de la que uno solo debe sacar conclusiones optimistas ante lo que este novedoso formato puede venir a perfeccionar o fomentar en los próximos tiempos.

Continúo en spoiler por falta de espacio
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Enumerar las raíces de la mitología que dan base al film no parecen por obvias, menos provechosas, y a decir verdad clarividentes del momento que nos ha tocado vivir. La era del pacifismo Obama y la urgente sensibilización que los dirigentes políticos están teniendo frente a la destrucción irreversible de nuestro mundo, nos lleva a un claro mensaje ecológico del que, Avatar, es fiel representante. También se forja una caritativa metáfora sobre la conquista de América y la colonización de territorios vírgenes con fecundos recursos naturales por explotar, el mito de civilizaciones por descubrir que den esperanza a una sociedad autodestructiva, empecinada en contaminar todo aquello que desconoce. Se narra pues aquí en Avatar la historia de Pocahontas (un vetusto guerrero que se enamora de una princesa indígena), los elementos de la literatura fantástica de Tolkien o E.R. Burroughs , las premisas argumentales de un monumental cuento de hadas y el sabor de una epopeya en favor de la supervivencia y unión con la naturaleza que sin ser perfecta (hay algunas lagunas narrativas, pero afloran charcos constantes de genialidad), reproduce, materializa lo más parecido a un viaje al corazón de lo alucinante, y haciendo colación a una reciente cita de Rodríguez Zapatero en la cumbre del clima en Copenhague donde imbuido en una extraña filosofía chamanista nos avisó de que la Tierra no era de nadie, salvo del viento, yo diría que ahora mismo la tierra debería de ser de los Na´vi, místicas criaturas de más de tres metros de altura, y el mundo, sin duda, de intenso color AZUL.

LO MEJOR: La sensación de estar dentro de la mundología de Cameron gracias a la total definición de las imágenes y la portentosa profundidad de campo que proporciona la combinación de dos y tres dimensiones, ensimismando a la audiencia en un virtuosismo inconcebible hace tan solo unos años. La partitura musical de James Horner, el que, no sin razón, es considerado uno de los mayores copiones de la banda sonora (todavía resuenan en mis tímpanos las plagiadoras notas hacia el trabajo de John Williams que perpetró en Enemigos a las puertas), se resarce a sabiendas que con Cameron siempre ha salido victorioso y compone un score pletórico, deslumbrante y perfectamente ensamblado con las imágenes de la película. En esta ocasión parece tirar de archivo, pero en todo caso lo hace del suyo propio (los parecidos con Titanic, su único Oscar, son sospechosamente ilustrativos), e incrementa la inmersión al paraíso de Pandora.

LO PEOR: Muchos la acusaran de ser plana y predecible en su senda en pro del exhibicionismo sin pararse a repasar la filmografía de un director que siempre ha forjado títulos con atiborrados condimentos de pan y circo, un gaudeamus de terabytes.
9
20 de diciembre de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer fui al cine para ver una obra que habían tardado años y años en finalizar. Mi idea era la de disfrutar de la brillantez visual de la que tanto había oído hablar… Pues bien, por suerte para mí, no fueron solamente fuegos de artificio, si no que tuve la oportunidad de sumergirme en una epopeya fantástica y minuciosamente diseñada para deleite de quien se deje llevar por ella. El salto evolutivo con respecto a otras películas que basan su fuerza en los efectos hechos por ordenador no tardo en vislumbrarse, ya en los primeros 5 minutos, uno se puede hacer a la idea del increíble mundo que depara en esta al espectador. Aun así, la película tiene algún pequeño (y por otra parte lógico) bajón para una rápida presentación de personajes y alguna broma innecesariamente tópica que en todo caso apenas resta puntos a lo que se podrá ver. A parte de algún pequeño defecto perdonable en ese aspecto, nos encontramos con que los personajes no destacan por su profundidad ni su singularidad, si no que se plantean sus perfiles de tal forma para que el verdadero protagonista sea el magnífico mundo que les rodea. Bien, después de nombrar los a mi parecer fallos mas “graves” de Avatar, solo se puede decir que se está ante un salto cualitativo en cuanto a efectos especiales que se sincroniza a la perfección con el frenético ritmo que lleva la película durante casi todo su metraje. El cual, por cierto, a priori podría parecer incluso excesivo, pero si se sabe disfrutar se pasara volando. Para resumir el argumento se podría decir que es una mezcla de Matrix, El último mohicano y Distrito 9…. Aunque va mas allá de una simple mezcla y no deja con sensación de deja vu como tantas y tantas películas actuales.
En definitiva, si buscas evasión pura y dura pero de calidad, disfrutaras de Avatar. Si lo que buscas es una película profunda que se sostenga en los personajes sin dar tanta importancia a la estética… es posible que te guste, pero que no te deje satisfecho.
9
20 de diciembre de 2009 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por mucho que uno sea fan del cine iraní de línea dura, hay películas que hay que ver, casi porque sí. O porque en cierto modo, forman parte de la historia del cine. Como "La guerra de las galaxias", por poner un ejemplo. O como la que nos ocupa, "Avatar". Que ciertamente puede que tenga un tufillo ecologista, que resulte maniquea, o si uno ahonda en el argumento, que pueda ser una cierta expiación de la mala conciencia colectiva del pueblo americano: ¿cómo hubiera sido "Bailando con lobos" si hubieran ganado los indios? Pero no se puede negar el valor visual de la película, que supera a lo visto hasta ahora. Que nadie piense pues que va a ver una obra maestra capaz de poner del revés el mundo del cine como lo conocemos; acuda a la sala más bien pertrechado de palomitas y refrescos, dispuesto a pasar dos horas y media largas explorando Pandora, y quizás así disfrute de la película.
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