Bumblebee
5.8
8,418
Ciencia ficción. Acción. Aventuras
Tratando de escapar, en el año 1987, Bumblebee encuentra refugio en un depósito de chatarra en una pequeña ciudad en la costa Californiana. Charlie (Hailee Steinfeld), a punto de cumplir 18 años y tratando de encontrar su lugar en el mundo, descubre a Bumblebee, dañado durante una batalla y descompuesto. Cuando Charlie lo revive, aprende rápidamente que éste no es un VolksWagen amarillo normal. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2019
5 de enero de 2019
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira que iba con la mente preparada para divertirme con una peli que no tuviera más aspiraciones que entretener. La película es mala de principio a fin. Ñoña, sin grandes efectos, y con poca acción. Han debido coger algún ordenador que quedó encendido desde la última de Transformers y con eso lo han hecho todo: un poco de cgi por aquí, me transformo y me retransformo unas cuantas veces y voila, coctelera para producir el conjunto de tópicos más predecible y aburrido que uno pueda temer. Para dormirse, ahorra tu dinero.
27 de diciembre de 2018
27 de diciembre de 2018
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinco entregas de los Transformers. Eso es lo que hemos tenido hasta el momento. Bueno, y con esta precuela, seis, nada menos. Han sido varios años de explosiones, hormonas revolucionadas, entretenimiento y momentos bochornosos.
La pregunta clave es: ¿Era necesaria una nueva entrega a modo de precuela? A priori la respuesta es no, pero hay sorpresa. Si os interesa, comentaré brevemente las anteriores entregas, antes de entrar en materia. La primera es una gran película de acción y humor, un hito en su momento (en lo que a efectos especiales se refiere) y que defenderé hasta mi último aliento, porque creo que las secuelas la han perjudicado y dado mala imagen, porque sí, las secuelas son tan entretenidas como fallidas (sobre todo las dos últimas, las peores de lejos), ya que les faltaba algo importante, que sí tiene esta nueva entrega: corazón.
“Bumblebee” ha recibido excelentes críticas (97% en Rotten Tomatoes, que se dice pronto), que han alabado su tono más pausado y el alma de la película, como un entretenimiento familiar de primer orden. Por el contrario, ha sido un enorme fracaso de taquilla (pero terrorífico, sobre todo para los productores), que pone de manifiesto que la gente no tenía muchas más ganas de una nueva entrega de los carismáticos robots. Y es que esta precuela debería haber llegado después de la tercera…
Ahora sí, toca comentar la película. La dirección de Travis Knight (director de la fallida y olvidable “Kubo y las dos cuerdas mágicas”), es más que correcta, y a pesar de no lograr la espectacularidad de Michael Bay (director criticado donde los haya, pero yo me lo paso pipa con su cine… bueno, en sus inicios), se defiende muy bien en los momentos de acción e impregna de magia los momentos más íntimos de la cinta. Mención especial para el impactante prólogo, que, ahora sí, no tiene nada que envidiar a Bay.
Luego tenemos el guion, con un cambio de tono importante, ya que se renuncia a los excesos y los adolescentes descerebrados y con las hormonas desatadas, y se apuesta por una trama familiar (puro cliché, eso sí), donde destaca una protagonista muy bien dibujada y que tiene muy buena química con el protagonista robótico, con el que es fácil encariñarse (al igual que en las anteriores entregas de la saga).
Mención especial al toque “ochentas”, con canciones y guiños de toda clase, que consigue transportarte a esa época, y que no está metido con calzador ni juega con la nostalgia del espectador (como sí hacen otras cintas), ya que recuerda al mejor cine de esa década, donde aventuras y humor se daban la mano. Una historia con corazón y alma, algo que le faltaba a las secuelas de esta saga.
En cuanto al reparto, tenemos a una espectacular Hailee Steinfield, que nos regala una interpretación perfecta, repleta de carisma y emoción, y que merecía más estar nominada a los Oscars, que algunas que se colarán este año. Le auguro un gran futuro (aunque ya tiene un buen presente).
Por otro lado, John Cena vuelve a demostrar (al igual que en la recomendable comedia “Sexpact”, de la que os hablé aquí) que ha espabilado y tiene carisma y humor que ofrecer, en un personaje nada fácil, del que sale airoso. El resto del reparto más que correcto.
También se ha dicho que se trata de la mejor entrega de la saga Transformers. Discrepo, ya que la primera, como ya he indicado, es una cinta a reivindicar, pero no puedo negar que, quizás, esta nueva entrega esté a la altura.
En conclusión, estamos ante una gran precuela y película de la saga de los robots, llena de emoción, corazón y alma, que cambia el tono y las intenciones, consiguiendo un entretenimiento familiar (con magia “ochentera”) que contentará a los que quieran pasar un rato agradable y con mensaje. De lo mejor del año, y eso es decir mucho de una película de la que (casi) nadie esperaba gran cosa.
Más críticas: ocioworld.net
La pregunta clave es: ¿Era necesaria una nueva entrega a modo de precuela? A priori la respuesta es no, pero hay sorpresa. Si os interesa, comentaré brevemente las anteriores entregas, antes de entrar en materia. La primera es una gran película de acción y humor, un hito en su momento (en lo que a efectos especiales se refiere) y que defenderé hasta mi último aliento, porque creo que las secuelas la han perjudicado y dado mala imagen, porque sí, las secuelas son tan entretenidas como fallidas (sobre todo las dos últimas, las peores de lejos), ya que les faltaba algo importante, que sí tiene esta nueva entrega: corazón.
“Bumblebee” ha recibido excelentes críticas (97% en Rotten Tomatoes, que se dice pronto), que han alabado su tono más pausado y el alma de la película, como un entretenimiento familiar de primer orden. Por el contrario, ha sido un enorme fracaso de taquilla (pero terrorífico, sobre todo para los productores), que pone de manifiesto que la gente no tenía muchas más ganas de una nueva entrega de los carismáticos robots. Y es que esta precuela debería haber llegado después de la tercera…
Ahora sí, toca comentar la película. La dirección de Travis Knight (director de la fallida y olvidable “Kubo y las dos cuerdas mágicas”), es más que correcta, y a pesar de no lograr la espectacularidad de Michael Bay (director criticado donde los haya, pero yo me lo paso pipa con su cine… bueno, en sus inicios), se defiende muy bien en los momentos de acción e impregna de magia los momentos más íntimos de la cinta. Mención especial para el impactante prólogo, que, ahora sí, no tiene nada que envidiar a Bay.
Luego tenemos el guion, con un cambio de tono importante, ya que se renuncia a los excesos y los adolescentes descerebrados y con las hormonas desatadas, y se apuesta por una trama familiar (puro cliché, eso sí), donde destaca una protagonista muy bien dibujada y que tiene muy buena química con el protagonista robótico, con el que es fácil encariñarse (al igual que en las anteriores entregas de la saga).
Mención especial al toque “ochentas”, con canciones y guiños de toda clase, que consigue transportarte a esa época, y que no está metido con calzador ni juega con la nostalgia del espectador (como sí hacen otras cintas), ya que recuerda al mejor cine de esa década, donde aventuras y humor se daban la mano. Una historia con corazón y alma, algo que le faltaba a las secuelas de esta saga.
En cuanto al reparto, tenemos a una espectacular Hailee Steinfield, que nos regala una interpretación perfecta, repleta de carisma y emoción, y que merecía más estar nominada a los Oscars, que algunas que se colarán este año. Le auguro un gran futuro (aunque ya tiene un buen presente).
Por otro lado, John Cena vuelve a demostrar (al igual que en la recomendable comedia “Sexpact”, de la que os hablé aquí) que ha espabilado y tiene carisma y humor que ofrecer, en un personaje nada fácil, del que sale airoso. El resto del reparto más que correcto.
También se ha dicho que se trata de la mejor entrega de la saga Transformers. Discrepo, ya que la primera, como ya he indicado, es una cinta a reivindicar, pero no puedo negar que, quizás, esta nueva entrega esté a la altura.
En conclusión, estamos ante una gran precuela y película de la saga de los robots, llena de emoción, corazón y alma, que cambia el tono y las intenciones, consiguiendo un entretenimiento familiar (con magia “ochentera”) que contentará a los que quieran pasar un rato agradable y con mensaje. De lo mejor del año, y eso es decir mucho de una película de la que (casi) nadie esperaba gran cosa.
Más críticas: ocioworld.net
17 de diciembre de 2018
17 de diciembre de 2018
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La salvación de Transformers”, la han llamado.
Y bueno, salvación sería si hubiera llegado hace dos películas como prueba de que hay otros caminos expresivos para la saga, más próximos a la esencia ochentera de la serie televisiva (diseños incluidos) que al entretenimiento descerebrado asociado a la franquicia actual.
Ahora, más bien queda como simpático recordatorio de que alguna vez lo pasamos bien entre robots transformables, pero toca que el último apague la luz.
‘Bumblebee’, creo, tiene un concepto erróneo de si misma, porque bucea demasiado tiempo en tópicos como para que su relación chica-robot pase de lo superficial.
Aunque sí, es maravilloso preocuparse, por primera vez, de que haya un genuino centro emocional en el argumento, y en cierta medida todo pase por en medio de dos seres que, cada uno a su modo, han perdido una guía vital, sintiéndose desplazados en un planeta que no les comprende.
También, es fantástico que Charlie sea la primera protagonista tridimensional en una tradición de hombres muy machotes salvando a damiselas hipersexualizadas, a la cual una foto de padre e hija pesa como una losa de tiempos más felices que parece no volverán.
Y sienta muy, muy bien alejarse de la destrucción en grandes ciudades, y enfocarse en una población rural de esas donde el tiempo y la adolescencia se han detenido.
Bumblebee llega allá huyendo de la guerra civil en Cybertron, y lo primero que recibe son disparos muy parecidos a los que le dedicaban los Decepticon, trazando un punzante paralelismo en que no importa tanto la especie, porque en todas partes de la galaxia hay una batalla en curso (si bien los humanos somos los que la practicamos por diversión).
Por una serie de avatares, acabará siendo el amarillo Escarabajo de Charlie en su cumpleaños, y ambos dos encontrarán consuelo de su soledad mientras el cerco sobre el Transformer se estrecha, y otros tantos robots malos vienen dispuestos a jorobarle el refugio. La nota realmente curiosa la tendrá que poner un ejército norteamericano presto a colaborar con los Decepticon, porque no vaya a ser que se pasen al bando ruso.
Justo ahí empiezan los problemas para la cinta, preocupada por ripear el sabor de los 80 en infinitas canciones y constantes referencias, repitiendo clásicas situaciones de extraterrestre marginado, y pasándose por la bujía cualquier coherencia interna con tal de resultar majeta: ¿a cuento de qué Bumblebee a veces se comporta como niño asustado y otras como guerrero vengador, según convenga animar risas o excitar adrenalina, con escenas enteramente dedicadas a su supuestamente entrañable torpeza?
Pues fácil, porque mola saquear un subgénero y estamparle una marca reconocida, a ver si suena la flauta de la taquilla.
No es que se cargue nada, pero a veces molesta invocar una ternura que simplemente no está ahí, y es más construcción artificial que verdadero elemento de guión: los personajes y su entorno son tópicos de tópicos de tópicos, rara vez yendo un poco más allá de lo que todos estamos esperando que hagan.
Con todo, con sus aciertos tontainas y sus floridos errores, este desvío de la épica principal entre buenos y malos metálicos comprueba de nuevo el archiconocido menos es más, y deja abierta la pregunta de si no merecía la pena centrarse en un corazón de hojalata desde el principio, para que la acción espectacular fuera bien acompañada.
Llegando tarde a su propia fiesta, esta recuperación se siente maniobra de marketing, y mucho menos la fresca historia juvenil de atardeceres aventureros y ojitos azules que quiere ser.
Bee, huye de vuelta a Cybertron, que los humanos después de la primera caricia van a querer ordeñarte a ti y a todos tus compañeros.
Y bueno, salvación sería si hubiera llegado hace dos películas como prueba de que hay otros caminos expresivos para la saga, más próximos a la esencia ochentera de la serie televisiva (diseños incluidos) que al entretenimiento descerebrado asociado a la franquicia actual.
Ahora, más bien queda como simpático recordatorio de que alguna vez lo pasamos bien entre robots transformables, pero toca que el último apague la luz.
‘Bumblebee’, creo, tiene un concepto erróneo de si misma, porque bucea demasiado tiempo en tópicos como para que su relación chica-robot pase de lo superficial.
Aunque sí, es maravilloso preocuparse, por primera vez, de que haya un genuino centro emocional en el argumento, y en cierta medida todo pase por en medio de dos seres que, cada uno a su modo, han perdido una guía vital, sintiéndose desplazados en un planeta que no les comprende.
También, es fantástico que Charlie sea la primera protagonista tridimensional en una tradición de hombres muy machotes salvando a damiselas hipersexualizadas, a la cual una foto de padre e hija pesa como una losa de tiempos más felices que parece no volverán.
Y sienta muy, muy bien alejarse de la destrucción en grandes ciudades, y enfocarse en una población rural de esas donde el tiempo y la adolescencia se han detenido.
Bumblebee llega allá huyendo de la guerra civil en Cybertron, y lo primero que recibe son disparos muy parecidos a los que le dedicaban los Decepticon, trazando un punzante paralelismo en que no importa tanto la especie, porque en todas partes de la galaxia hay una batalla en curso (si bien los humanos somos los que la practicamos por diversión).
Por una serie de avatares, acabará siendo el amarillo Escarabajo de Charlie en su cumpleaños, y ambos dos encontrarán consuelo de su soledad mientras el cerco sobre el Transformer se estrecha, y otros tantos robots malos vienen dispuestos a jorobarle el refugio. La nota realmente curiosa la tendrá que poner un ejército norteamericano presto a colaborar con los Decepticon, porque no vaya a ser que se pasen al bando ruso.
Justo ahí empiezan los problemas para la cinta, preocupada por ripear el sabor de los 80 en infinitas canciones y constantes referencias, repitiendo clásicas situaciones de extraterrestre marginado, y pasándose por la bujía cualquier coherencia interna con tal de resultar majeta: ¿a cuento de qué Bumblebee a veces se comporta como niño asustado y otras como guerrero vengador, según convenga animar risas o excitar adrenalina, con escenas enteramente dedicadas a su supuestamente entrañable torpeza?
Pues fácil, porque mola saquear un subgénero y estamparle una marca reconocida, a ver si suena la flauta de la taquilla.
No es que se cargue nada, pero a veces molesta invocar una ternura que simplemente no está ahí, y es más construcción artificial que verdadero elemento de guión: los personajes y su entorno son tópicos de tópicos de tópicos, rara vez yendo un poco más allá de lo que todos estamos esperando que hagan.
Con todo, con sus aciertos tontainas y sus floridos errores, este desvío de la épica principal entre buenos y malos metálicos comprueba de nuevo el archiconocido menos es más, y deja abierta la pregunta de si no merecía la pena centrarse en un corazón de hojalata desde el principio, para que la acción espectacular fuera bien acompañada.
Llegando tarde a su propia fiesta, esta recuperación se siente maniobra de marketing, y mucho menos la fresca historia juvenil de atardeceres aventureros y ojitos azules que quiere ser.
Bee, huye de vuelta a Cybertron, que los humanos después de la primera caricia van a querer ordeñarte a ti y a todos tus compañeros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tal vez lo más agradable tendrá que ver con adaptar al argumento el clásico “mucho más de lo que tus ojos ven”:
Un tipo duro militar puede convertirse en un aliado que sigue sus instintos en lugar de órdenes.
Un supuesto estado del bienestar puede apoyar invasores, solo porque traen tecnología atractiva para sus intereses.
Y un robot amarillo puede simplemente estar necesitado de cariño bajo su bélico casco amarillo.
A Charlie también le parecía que solo son su padre sería feliz, y sin embargo la foto que pasa a hacerle compañía a la anterior, al final, le dice que sus temporadas felices no se han terminado.
Si es que puedo entender por qué vaya a gustar esta película, pero nadie entiende que no empezaran por aquí.
Un tipo duro militar puede convertirse en un aliado que sigue sus instintos en lugar de órdenes.
Un supuesto estado del bienestar puede apoyar invasores, solo porque traen tecnología atractiva para sus intereses.
Y un robot amarillo puede simplemente estar necesitado de cariño bajo su bélico casco amarillo.
A Charlie también le parecía que solo son su padre sería feliz, y sin embargo la foto que pasa a hacerle compañía a la anterior, al final, le dice que sus temporadas felices no se han terminado.
Si es que puedo entender por qué vaya a gustar esta película, pero nadie entiende que no empezaran por aquí.
3 de enero de 2019
3 de enero de 2019
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todas las anteriores, para mi, solo se salvaba por originalidad, por hacer verosímil la antigua serie de dibujos animados, la primera de todas. Tenia acción y efectos especiales, pero lo necesario. La acción y los efectos se ponían a disposición de la trama. En el resto de películas el guión se ponía a disposición de los efectos especiales y eran a cual peor y el entretenimiento era inversamente proporcional al numero de batallas, y no es que me disgusten la acción o los efectos especiales, al contrario, pero cuando se ven forzados...
Esta es para mi, sin duda la mejor de todas, y por desgracia sera la mas penalizada por la fama (merecida) que la precede.
La película esta ambientada en los ochenta, y no, no resulta forzado. No se abusa de nostalgia, aparece solo como ambientación, ademas de que es una época ideal dado que la serie animada se emitía en aquella época, y Bumblebee era un VW Beetle en aquella época.
El proyecto esta respaldado por Steven Spielberg y de forma directa o indirecta se nota su influencia, para bien. Con un Bumblebee atemorizado por los humanos. En el spoiler mencionare el motivo sin entrar demasiado en detalles para que sea poco... spoiler.
El guión vuelve a hacer verosímil, dentro de lo inverosímil que es que vengan unos robots alienígenas que se transforman en coches, la historia de los Transformers. ¿Y porque digo verosímil, cuando eso ya lo hizo la primera? Por que aunque podría enlazar con la primera como precuela de ésta, ami me da, que si la acogida fuese buena, sería un reboot y no una simple precuela.
Esta es para mi, sin duda la mejor de todas, y por desgracia sera la mas penalizada por la fama (merecida) que la precede.
La película esta ambientada en los ochenta, y no, no resulta forzado. No se abusa de nostalgia, aparece solo como ambientación, ademas de que es una época ideal dado que la serie animada se emitía en aquella época, y Bumblebee era un VW Beetle en aquella época.
El proyecto esta respaldado por Steven Spielberg y de forma directa o indirecta se nota su influencia, para bien. Con un Bumblebee atemorizado por los humanos. En el spoiler mencionare el motivo sin entrar demasiado en detalles para que sea poco... spoiler.
El guión vuelve a hacer verosímil, dentro de lo inverosímil que es que vengan unos robots alienígenas que se transforman en coches, la historia de los Transformers. ¿Y porque digo verosímil, cuando eso ya lo hizo la primera? Por que aunque podría enlazar con la primera como precuela de ésta, ami me da, que si la acogida fuese buena, sería un reboot y no una simple precuela.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La historia introductoria no es nueva, Bumblebee llega como avanzadilla de los Autobots a la tierra. Y un combate con un Decepticon que le sigue la pista nos muestra porque perdió la voz, y como tras la dura batalla, pierde también la memoria y queda prácticamente como un niño asustado que no recuerda quien es, ni su pasado, convirtiéndose justo antes de perder las células de memoria en un VW escarabajo, para pasar inadvertido.
Por otro lado tenemos a una adolescente de los años ochenta, que ha perdido a su padre y con una verdadera obsesión por tener coche, como todos cuando cumplimos los 18. Así que Autobot desmemoriado convertido en coche y una chica de 18 años buscando ser propietaria de un coche...
Luego la película bebe de fuentes del típico argumento; Niño conoce y se hace amigo de alíen, que es la principal pega que le ponen algunos críticos. Pero es que lo normal es que si un extraterrestre se convierte en tu mejor amigo hagas todo por quererle, cuidarle y protegerle de un mundo hostil hacia lo desconocido. Aunque es verdad que hay una escena en concreto que parece sacada de ET, y otra sacada del Gigante de Hierro, no son la tónica, y es que en la trama, parecería extraño que alguno de los dos protagonistas se comportasen de forma distinta solo para no parecerse a dichas películas. Aparte esas escenas, muy cortas, hacen ver que la película no esconde cuales, entre otras, han sido sus influencias cinematográficas.
En suma, la película sería como una película de los ochenta que ha envejecido muy bien, y a la que se ha podido dotar de los efectos especiales actuales y tiene la parte de acción lógica de combates Autobots-Decepticons creíbles y disfrutables.
Por otro lado tenemos a una adolescente de los años ochenta, que ha perdido a su padre y con una verdadera obsesión por tener coche, como todos cuando cumplimos los 18. Así que Autobot desmemoriado convertido en coche y una chica de 18 años buscando ser propietaria de un coche...
Luego la película bebe de fuentes del típico argumento; Niño conoce y se hace amigo de alíen, que es la principal pega que le ponen algunos críticos. Pero es que lo normal es que si un extraterrestre se convierte en tu mejor amigo hagas todo por quererle, cuidarle y protegerle de un mundo hostil hacia lo desconocido. Aunque es verdad que hay una escena en concreto que parece sacada de ET, y otra sacada del Gigante de Hierro, no son la tónica, y es que en la trama, parecería extraño que alguno de los dos protagonistas se comportasen de forma distinta solo para no parecerse a dichas películas. Aparte esas escenas, muy cortas, hacen ver que la película no esconde cuales, entre otras, han sido sus influencias cinematográficas.
En suma, la película sería como una película de los ochenta que ha envejecido muy bien, y a la que se ha podido dotar de los efectos especiales actuales y tiene la parte de acción lógica de combates Autobots-Decepticons creíbles y disfrutables.
14 de abril de 2019
14 de abril de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que rompe con el estereotipo de acción de la franquicia de Hasbro. "Bumblebee" (2018) funciona como el perfecto homenaje a "E.T. the Extra-Terrestial" (1982). Chistes que funcionan, increíble química entre Charlie Watson (Hailee Steinfeld) y Bumblebee, la bonita aparición de Memo (Jorge Lendeborg Jr), los pequeños detalles al fan-service y la gran mezcla de inocencia y desesperación que maneja la cinta. Lejos está, de ser una de las mejores películas del 2018, pero sí ha sido el gran batacazo del año. Esta franquicia sobre los Autobots y Decepticons ha traído problemas desde su primer filme. Ahora, podemos decir, que quizás esto pueda tratarse de un buen fin, o un maravilloso nuevo comienzo.
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