Bravo Julián !! es una pena verte haciendo éste tipo de producciones, aunque tu personaje esté a la altura. Te comes el argumento, te comes la trama, te comes al resto de personajes... eres muchachada chanante y eso se lleva en la sangre.

Para ser comedia comedia le falta un humor que conecte mejor con el espectador; no es que los chistes y gracias fáciles de Juancarlitros y compañia no sea graciosos, es que no encajan del todo bien. Y para ser romántica romántica le falta también alma, o intención de serlo, porque salvo momentos contados tampoco se encuentra ese romanticismo que enganche al público que busque eso.

Pero es entretenidilla, tiene sus momentos, y al final no te deja mal sabor de boca y ya se sabe, no es poco.

Entretenida esta segunda inmersión del director donostiarra en el largometraje, aunque de ahí no puedo pasar. Con varios números cómicos gracias a Julián o Secun, la historia de intentar recuperar a tu ex es la que muchos hemos vivido, pero demasiado buen final para esa circunstancia.

No Controles no es una gran comedia, pero la recordarás con cariño.
Unax Ugalde es un actor entrañable, que aporta tranquilidad y pausa incluso en una comedia de situación como esta, donde la trama es movida. Yo creo que los actores tranquilos siempre consiguen dejar buen sabor en nuestras mentes. Y en eso Unax, es de los mejores.
Julián López es un figura. Haga lo que haga es gracioso. Y aquí tiene un papel tan genial, que te encantará. Desde luego, uno de los grandes de la comedia española actual. Igual que Secun de la Rosa.
Alexandra Jiménez tiene un problema. No consigue desencasillarse. La veo, y sigo viendo el mismo papel que en Los Serrano.

Una comedia divertida, sin más, con una pareja (Unax y Julián) que encajan perfectamente.

La comedia es simpática y original, pero casi por encima del epicentro de la historia y de saber si el chico se queda finalmente con la chica, se erige el personaje interpretado por Julián López, quien encarna al inefable Juancarlitros puesto en "modo Steve Urkel", es decir, un personaje pesado, cansino, torpe... de esos que te avergonzarían en plena calle y tú desearías que te tragara la tierra por no matarlo y que encima, el muy desgraciado, ni siquiera es consciente de ello, pero eso sí, con un corazón enorme.
Y es el susodicho personaje quien revoluciona la película, quien la sostiene y quien consigue con su descontrol que la película no caiga en el aburrimiento y sea tan anodina como el personaje protagonista.
Una nochevieja para el recuerdo... o para olvidar. Según se mire.