A la hora señalada
8.0
28,810
Western. Intriga
Will Kane (Gary Cooper), el sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio; pero, de repente, empieza a correr por el pueblo la noticia de que Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había atrapado y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo en el tren del mediodía para ... [+]
12 de abril de 2014
12 de abril de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ochenta minutos de pura tensión Fred Zinnemann traslada el excelente guión de Carl Foreman a la pantalla, para contarnos la historia de un Sheriff recién casado que debe enfrentarse a cuatro bandidos que vienen a su pueblo a matarlo por una deuda del pasado. La película es una obra maestra sin discusión. Cooper, inmenso, debe recabar apoyo entre sus paisanos para enfrentarse a los forajidos pero todo el pueblo le da la espalda cobardemente no quedándole otro remedio que hacerles frente el solo. La tensión se masca a medida que se aproxima la hora del duelo, la música que suena cuando dan las doce y llega el tren con los pistoleros, es de poner los pelos de punta. Sientes verdadera pena por el bueno de Gary y desprecio por sus vecinos. El drama se acrecienta cuando su recién estrenado matrimonio se resquebraja al anunciarle su mujer que no le esperará para convertirse en viuda nada más casarse. Los personajes secundarios ponen excusas variadas para desentenderse de la ayuda que les reclama el sheriff, todos ellos están magníficos al igual que la bellísima Grace Kelly. Este filme fue uno de los primeros trabajos de Lee Van Cleef.
La trama está contada en tiempo real y no le sobra ni un minuto. El guión del reputado guionista Carl Foreman funciona como un reloj de precisión. Las interpretaciones son de Oscar, Cooper se lo llevó con toda justicia interpretando al héroe de la función. Grace Kelly está exquisita, Thomas Mitchell como siempre perfecto y en general todo el reparto está muy bien escogido. La música de Dimitri Tiomkin es de las mejores partituras que ha compuesto y como maestro de ceremonias encontramos a un inspirado Fred Zinnemann que realiza probablemente su mejor película, superior incluso a la oscarizada De aquí a la eternidad.
Solo ante el peligro es un western de obligada visión por su calidad desbordante. Es una de esas películas que explica por qué el cine está considerado como el séptimo arte.
La trama está contada en tiempo real y no le sobra ni un minuto. El guión del reputado guionista Carl Foreman funciona como un reloj de precisión. Las interpretaciones son de Oscar, Cooper se lo llevó con toda justicia interpretando al héroe de la función. Grace Kelly está exquisita, Thomas Mitchell como siempre perfecto y en general todo el reparto está muy bien escogido. La música de Dimitri Tiomkin es de las mejores partituras que ha compuesto y como maestro de ceremonias encontramos a un inspirado Fred Zinnemann que realiza probablemente su mejor película, superior incluso a la oscarizada De aquí a la eternidad.
Solo ante el peligro es un western de obligada visión por su calidad desbordante. Es una de esas películas que explica por qué el cine está considerado como el séptimo arte.
3 de febrero de 2023
3 de febrero de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mítico western psicológico que se encuentra entre las mejores películas del género, gracias entre otras cosas a la angustia generada durante una espera en tiempo real con la inquietante presencia del reloj, a la creación de una atmósfera llena de suspense o a una fabulosa puesta en escena que sitúa al personaje central en un escenario medroso y huidizo.
El film trata temas como la cobardía, la venganza o la responsabilidad del deber, además de establecer enlaces románticos en un triángulo amoroso de primer nivel (con una espléndida Katy Jurado que imanta todas las miradas con cada aparición en escena).
Gran trabajo en la dirección de Fred Zinnemann, con un talentoso manejo del tiempo narrativo. Además Zinnemann otorga una dimensión diferente a la habitual en este tipo de películas, al centrarse más en la consecución de un desasosegante clima de suspense que en la acción pura y dura con tiroteos sin fin, caballos desbocados y demás circunstancias inherentes históricamente a las películas del oeste.
Gary Cooper se llevó un merecido Oscar por su magistral interpretación en este clásico cinematográfico con producción de Stanley Kramer y guión de Carl Foreman, clásico que supuso además el debut en la gran pantalla de Lee Van Cleef como villano de aviesa apariencia, personaje que perfeccionaría de manera memorable sobre todo en sus posteriores colaboraciones con Sergio Leone.
El film trata temas como la cobardía, la venganza o la responsabilidad del deber, además de establecer enlaces románticos en un triángulo amoroso de primer nivel (con una espléndida Katy Jurado que imanta todas las miradas con cada aparición en escena).
Gran trabajo en la dirección de Fred Zinnemann, con un talentoso manejo del tiempo narrativo. Además Zinnemann otorga una dimensión diferente a la habitual en este tipo de películas, al centrarse más en la consecución de un desasosegante clima de suspense que en la acción pura y dura con tiroteos sin fin, caballos desbocados y demás circunstancias inherentes históricamente a las películas del oeste.
Gary Cooper se llevó un merecido Oscar por su magistral interpretación en este clásico cinematográfico con producción de Stanley Kramer y guión de Carl Foreman, clásico que supuso además el debut en la gran pantalla de Lee Van Cleef como villano de aviesa apariencia, personaje que perfeccionaría de manera memorable sobre todo en sus posteriores colaboraciones con Sergio Leone.
28 de mayo de 2020
28 de mayo de 2020
3 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El héroe solitario es un tópico recurrente en las películas del Oeste. Por lo general, se trata de un vaquero, pero en esta película se centra en el sheriff de un pequeño poblado, que acaba de casarse y entrega su estrella para independizarse trabajando en la ciudad.
Will Kane ha sido el mejor alguacil que recuerde Hadleyville. El pueblo ha crecido desde entonces y Kane fue el encargado de expulsar a los bandoleros, permitiendo que las esposas puedan pasear libremente sin temor a ser violentadas. En épocas más peligrosas tuvo varios ayudantes profesionales, pero en la actualidad va quedando uno, no muy leal, que sólo estará dispuesto a ayudar a Kane si éste lo recomienda para que lo nombren sheriff.
A lo largo de su carrera ha apresado a decenas de criminales, uno de ellos llamado Frank Miller. Kane le arrebató a su chica (la mexicana Helen Ramírez) y tras atraparlo lo llevó ante la justicia. Miller estuvo a punto de ser colgado y lo terminaron condenando a cadena perpetua. Sin embargo, cinco años después lo han puesto en libertad y regresará en el tren de las doce para ajustar cuentas con Will Kane.
La película transcurre en tiempo real y en cada habitación que entra, los relojes le marcan el tic-tac a Kane, como testigos de una crónica anunciada que tendrá lugar a mediodía (High Noon, título original) en las polvorientas calles del pueblo.
La música de Dimitri Tiomkin cumple un rol destacadísimo al reforzar ese tic-tac que avanza inexorable. La cámara se eleva empequeñeciendo a este héroe incomprendido.
Tal como en Shame (dirigida por G. Stevens) Fred Zinnermann construye otro western de índole moral, donde el héroe no es que sea tan valiente, sino que simplemente está cumpliendo con su deber.
Los habitantes del pueblo se vuelcan a las calles en el epílogo. Han observado los acontecimientos amparados en un cobarde anonimato. El rostro de Kane se agiganta y tras subir a la carreta, se aleja junto a su esposa de ese hervidero de malnacidos.
Will Kane ha sido el mejor alguacil que recuerde Hadleyville. El pueblo ha crecido desde entonces y Kane fue el encargado de expulsar a los bandoleros, permitiendo que las esposas puedan pasear libremente sin temor a ser violentadas. En épocas más peligrosas tuvo varios ayudantes profesionales, pero en la actualidad va quedando uno, no muy leal, que sólo estará dispuesto a ayudar a Kane si éste lo recomienda para que lo nombren sheriff.
A lo largo de su carrera ha apresado a decenas de criminales, uno de ellos llamado Frank Miller. Kane le arrebató a su chica (la mexicana Helen Ramírez) y tras atraparlo lo llevó ante la justicia. Miller estuvo a punto de ser colgado y lo terminaron condenando a cadena perpetua. Sin embargo, cinco años después lo han puesto en libertad y regresará en el tren de las doce para ajustar cuentas con Will Kane.
La película transcurre en tiempo real y en cada habitación que entra, los relojes le marcan el tic-tac a Kane, como testigos de una crónica anunciada que tendrá lugar a mediodía (High Noon, título original) en las polvorientas calles del pueblo.
La música de Dimitri Tiomkin cumple un rol destacadísimo al reforzar ese tic-tac que avanza inexorable. La cámara se eleva empequeñeciendo a este héroe incomprendido.
Tal como en Shame (dirigida por G. Stevens) Fred Zinnermann construye otro western de índole moral, donde el héroe no es que sea tan valiente, sino que simplemente está cumpliendo con su deber.
Los habitantes del pueblo se vuelcan a las calles en el epílogo. Han observado los acontecimientos amparados en un cobarde anonimato. El rostro de Kane se agiganta y tras subir a la carreta, se aleja junto a su esposa de ese hervidero de malnacidos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El juez Percy Mettrick es el primero en abandonar el pueblo, al enterarse de que los secuaces de Miller lo esperan en la estación de trenes. El ayudante de Kane (Harvey Pell) ha renunciado a su puesto de alguacil suplente, por lo que Kane deberá encontrar nuevos ayudantes en la hora que resta para el arribo de Frank Miller.
Kane acaba de contraer matrimonio cuando se entera de que han soltado a Frank Miller. Tras entregar su estrella de sheriff, los asistentes de la boda le insinúan que ya no representa a la ley y que su labor ha concluido. Lo suben a una carreta y azuzan a sus caballos, pero a medio camino Kane le dice a su esposa que su deber es enfrentar a la banda de Miller, que él no es un cobarde y jamás ha huido.
Hasta la cantina llega Kane buscando reclutar ayudantes, aunque muchos de los presentes son amigos de Miller. Ese es el comienzo de el peregrinar de este alguacil por los rincones del pueblo. Hombre de pocas palabras, intenta que sus acciones del pasado logren empatía, esta vez en los asistentes de la iglesia. Al parecer, todos en el pueblo prefieren que Kane se vaya lejos, para que así Miller no les haga daño. Son numerosos planos breves a cada uno de los habitantes, intentando el director indagar en las mezquinas mentes de esos pobladores.
Kane intenta reclutar a su mentor y otros antiguos ayudantes, pero todos ellos le dan la espalda. Ahora deambula por las calles, solitario, tras cada minuto que pasa la impaciencia se nota en su rostro (gran actuación de Gary Cooper), incluso el miedo comienza a asomar conforme avanzan los minuteros del reloj.
Una sucesión de primeros planos enfoca finalmente a la esposa (Grace Kelly encarna a Amy Fowler) y a pesar de que aborrece de la violencia, ella estará dispuesta, primero a bajar del tren y luego a secundar a su marido.
Las calles se observan cada vez más anchas y los pórticos vacíos. Will Kane enfrenta a los cuatro hombres y a duras penas sobrevive a sus embestidas. Siguiendo el consejo de Helen, Amy Fowler ha regresado y dispara tras la ventana, dando cuenta del penúltimo secuaz. Entonces Frank Miller la utiliza de escudo, pero ella forcejea y Kane le da muerte a su enemigo.
Kane acaba de contraer matrimonio cuando se entera de que han soltado a Frank Miller. Tras entregar su estrella de sheriff, los asistentes de la boda le insinúan que ya no representa a la ley y que su labor ha concluido. Lo suben a una carreta y azuzan a sus caballos, pero a medio camino Kane le dice a su esposa que su deber es enfrentar a la banda de Miller, que él no es un cobarde y jamás ha huido.
Hasta la cantina llega Kane buscando reclutar ayudantes, aunque muchos de los presentes son amigos de Miller. Ese es el comienzo de el peregrinar de este alguacil por los rincones del pueblo. Hombre de pocas palabras, intenta que sus acciones del pasado logren empatía, esta vez en los asistentes de la iglesia. Al parecer, todos en el pueblo prefieren que Kane se vaya lejos, para que así Miller no les haga daño. Son numerosos planos breves a cada uno de los habitantes, intentando el director indagar en las mezquinas mentes de esos pobladores.
Kane intenta reclutar a su mentor y otros antiguos ayudantes, pero todos ellos le dan la espalda. Ahora deambula por las calles, solitario, tras cada minuto que pasa la impaciencia se nota en su rostro (gran actuación de Gary Cooper), incluso el miedo comienza a asomar conforme avanzan los minuteros del reloj.
Una sucesión de primeros planos enfoca finalmente a la esposa (Grace Kelly encarna a Amy Fowler) y a pesar de que aborrece de la violencia, ella estará dispuesta, primero a bajar del tren y luego a secundar a su marido.
Las calles se observan cada vez más anchas y los pórticos vacíos. Will Kane enfrenta a los cuatro hombres y a duras penas sobrevive a sus embestidas. Siguiendo el consejo de Helen, Amy Fowler ha regresado y dispara tras la ventana, dando cuenta del penúltimo secuaz. Entonces Frank Miller la utiliza de escudo, pero ella forcejea y Kane le da muerte a su enemigo.
19 de septiembre de 2012
19 de septiembre de 2012
16 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Solo ante el peligro" no es una obra maestra pero tampoco un muermo. Es verdad que pese a ser tan breve, (84 minutos) te se hace pesada pues prácticamente no hay guión y apenas sucede nada de interés hasta el desenlace final. Pero también es cierto que el tema que plantea genera cierto debate sobre el proceder del héroe Will Kane (Gary Cooper), el ex-sheriff por un día. Pese al intento de Fred Zinnemann de dejar por los suelos a los habitantes de Hadleyville, me temo que tienen muy buenas razones para desentenderse del asunto. Diría que la culpa de todo la tiene el mismo Will Kane que insiste una y otra vez, con una pesadez espantosa, para que los vecinos, simpes ciudadanos molientes y corrientes, le echen un cable. Yo me pregunto, como uno de ellos hace en la iglesia: si la policía deserta, ¿Por qué me tengo jugar la vida contra unos matones?
Kane puede hacer bien en tratar de enfrentarse con los pistoleros que le buscan y no huir. Pero llegado el momento en que ni siquiera puede contar ni con sus ayudantes habituales, no le queda más remedio que marcharse. Lo que sucede es que ni unos ni otros se aclaran sobre el verdadero objetivo de Frank Miller y sus compañeros. Unas veces parece que el ex-sheriff quiere defender al pueblo contra esos desalmados y otras reconoce que no puede salir corriendo porque le seguirán allá donde vaya, pues se trata de una venganza personal. Sea como fuere la mejor salida para todos es que se marche, ya que no le quieren ayudar. Si Miller quiere asentarse en el pueblo, será problema de estos y del sheriff nuevo que venga mañana. Así que estos se las arreglen. Y si van a por él, tiene que huir y allí donde va buscar la colaboración de las autoridades. Ya se que no parece muy heroico pero siempre será mejor que forzar a otras personas a que den la cara por ti, algo que un muchos momentos parece que es el verdadero móvil de Will. Porque una cosa es la prudencia y otra la cobardía; una la valentía y otra la temeridad.
Dicho lo cual el enfrentamiento final está razonablemente bien rodado. Ahora bien, yo soy el director y le hubiera dado otro giro (SPOILER).De hecho, hubiera sido necesario darle otra vuelta a los personajes para no caer en ese maniqueísmo tan pretendidamente claro que pretende Zinnemann. Por ejemplo, el personaje de Harvey (Lloyd Bridges) es demasiado mezquino sin ninguna necesidad. Y el comportamiento de Will con Amy (Grace Kelly) habría que pulirlo. A mi me resulta inconcebible que no sea él mismo el que le pida a su mujer que se marche hasta que haya pasado lo que tiene que pasar para mantenerla al margen de todo peligro.
Claro que si yo soy Will aplicaría la táctica "Hispania", inspirada en la serie del 2010, que consiste en que una vez has conseguida a la chica, salir corriendo con ella y mandarlos a todos a paseo (lo que debería haber hecho Paulo una vez rescatada Nerea, es decir, Ana de Armas). En este caso yo me subiría en el carro con Grace Kelly, por cierto, más guapa aún de lo que nos tiene acostumbrados por difícil que parezca, con ese vestido y ese sombrerito, y no me ven el pelo los de Hadleyville, ni Frank Miller. Enseguida iba a yo a correr el más mínimo riesgo teniendo a semejante monumento como mujer. "¡Anda y que os den morcilla a todos que yo me voy con Grace Kelly!" les diría.
Kane puede hacer bien en tratar de enfrentarse con los pistoleros que le buscan y no huir. Pero llegado el momento en que ni siquiera puede contar ni con sus ayudantes habituales, no le queda más remedio que marcharse. Lo que sucede es que ni unos ni otros se aclaran sobre el verdadero objetivo de Frank Miller y sus compañeros. Unas veces parece que el ex-sheriff quiere defender al pueblo contra esos desalmados y otras reconoce que no puede salir corriendo porque le seguirán allá donde vaya, pues se trata de una venganza personal. Sea como fuere la mejor salida para todos es que se marche, ya que no le quieren ayudar. Si Miller quiere asentarse en el pueblo, será problema de estos y del sheriff nuevo que venga mañana. Así que estos se las arreglen. Y si van a por él, tiene que huir y allí donde va buscar la colaboración de las autoridades. Ya se que no parece muy heroico pero siempre será mejor que forzar a otras personas a que den la cara por ti, algo que un muchos momentos parece que es el verdadero móvil de Will. Porque una cosa es la prudencia y otra la cobardía; una la valentía y otra la temeridad.
Dicho lo cual el enfrentamiento final está razonablemente bien rodado. Ahora bien, yo soy el director y le hubiera dado otro giro (SPOILER).De hecho, hubiera sido necesario darle otra vuelta a los personajes para no caer en ese maniqueísmo tan pretendidamente claro que pretende Zinnemann. Por ejemplo, el personaje de Harvey (Lloyd Bridges) es demasiado mezquino sin ninguna necesidad. Y el comportamiento de Will con Amy (Grace Kelly) habría que pulirlo. A mi me resulta inconcebible que no sea él mismo el que le pida a su mujer que se marche hasta que haya pasado lo que tiene que pasar para mantenerla al margen de todo peligro.
Claro que si yo soy Will aplicaría la táctica "Hispania", inspirada en la serie del 2010, que consiste en que una vez has conseguida a la chica, salir corriendo con ella y mandarlos a todos a paseo (lo que debería haber hecho Paulo una vez rescatada Nerea, es decir, Ana de Armas). En este caso yo me subiría en el carro con Grace Kelly, por cierto, más guapa aún de lo que nos tiene acostumbrados por difícil que parezca, con ese vestido y ese sombrerito, y no me ven el pelo los de Hadleyville, ni Frank Miller. Enseguida iba a yo a correr el más mínimo riesgo teniendo a semejante monumento como mujer. "¡Anda y que os den morcilla a todos que yo me voy con Grace Kelly!" les diría.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo siento por Grace Kelly pero hubiera sido mucho mejor que hubiera acabado muriendo en el tiroteo final. Primero porque hubiera sido un final con mucho mayor dramatismo que el demasiado fácil que nos ofrece Zinneman. Y por otro lado, y es lo importante, que esa "ayuda" que pide Will, puede costar cara. La idea es que hay que establecer una dicotomía entre ser cobarde y salvarte o ser valiente y morir. Lo que no tiene mucho sentido es ser valiente y salvarse. Si esto fuera así, ¡todos seriamos valientes! O sea, enfrentarse a los pistoleros puede tener un coste y lo lógico es que lo page Amy. Primero, haría avergonzarse a todos los del pueblo que han sido unos cobardes hasta el punto de ser superados en valor por una mujer. Y segundo, le serviría de escarmiento a Will. ¿No querías que se quedara? ¿No querías que se enfrentaran a los hombres de Miller? Pues toma.
21 de abril de 2011
21 de abril de 2011
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cooper espera y yo desespero. Y cuando más espera yo más desespero. Y cuando mayor es la tensión se me ha pasado el arroz. Y cuando es mayor su soledad mayor es Río Bravo. Y para muchos. Y no sólo para los de corazones de bien. Y cuando más espera y está solo Cooper más grande es la de Hawks y más legendaria... y mayor es el amor que siento por el maravilloso género llamado western. Grandes palabras de Pablo Kurt pero se equivocó de película. Y no es mucho mi amor por Solo ante el peligro.
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