Ésta es la historia del hábito y el monje, en la que el espectador asiste perplejo a la transformación en monstruo de un joven alemán. Willi Herold es un desertor que huye del campo de combate y encuentra el uniforme de un capitán de la Luftwaffe que utiliza para protegerse del frío y favorecer su huida. Es mágico el proceso por el que comienza a darse cuenta de que todo aquel que se cruza asume automáticamente que es un oficial de alto rango. La pantalla refleja cómo el ser humano llega a ser capaz, no sólo de cometer, sino también de justificar los actos más terribles. Y al mismo tiempo, denuncia cómo puede contemplarlos sin intervenir.

El estilo narrativo bordea en ocasiones el absurdo, consiguiendo reforzar la fuerza e impacto de su mensaje. La fotografía, por su parte, es bella y sobria, en contraste con las macabras imágenes que muestra. Es difícil de entender el uso del blanco y negro, que parece más un capricho y que un recurso estilístico, pero tampoco desluce el producto final. Aunque no siempre es capaz de mantener una fuerza constante durante todo el metraje, el resultado es sobrecogedor.

El Capitán es una película rotunda, delicada y terrorífica al mismo tiempo. Es una mirada al origen del mal en la que la cercanía de la cámara la convierte en un cuento de miedo susurrado al oido. Para el recuerdo queda, cuando uno cree que ya no puede sufrir más impacto que el plasmado en la cinta, el regalo final de los títulos de crédito: un asombroso epílogo y colofón al dilema moral planteado, que trasciende las salas de cine y acompaña al espectador allá donde vaya.

En un género tan trillado como el cine bélico y una guerra tan cinematográfica como la Segunda Guerra Mundial, es difícil que una película te sorprenda. Pues bien, "El Capitán" lo hace de manera magistral por varios motivos.En primer lugar, la historia que nos cuenta esta película basada en hechos reales no nos habla de la linea de frente, no veremos batallas entre nazis y aliados. Tampoco veremos campos de concentración de judíos,de hecho no veremos ningún judío ni ningún soldado aliado en toda la película.

La acción de la película se desarrolla fuera del campo de batalla, y nos va a describir la figura de los desertores esos que por unos motivos u otros quieren huir del conflicto.
Asistiremos estupefactos a una función fantasmagórica, en una especie de mundo paralelo de seres vacíos, desmoralizados (en todos los sentidos), donde los más bajos instintos salen a relucir en un lugar donde la ley predominante es la del más fuerte y por supuesto la del más listo. El instinto de supervivencia está activado al cien por cien en unos momentos en los que el final de la guerra parece próximo y los alemanes se han dado cuenta de que la derrota es inminente.

Con una fotografía en blanco y negro de matricula de honor que nos va a manejar a su antojo en los diferentes escenarios y situaciones de la película, seguiremos junto al enigmático «soldado» Willi Herold en su camino por la supervivencia. Como casi siempre en la vida cuando todo parece perdido una pizca de suerte puede cambiarlo todo, pero también para los que le rodean.

"El Capitán" es un complejo estudio de la psique humana, y más cuando esta se ve sometida a situaciones y presiones insoportables. Veremos hasta dónde puede llegar el ser humano para seguir vivo, veremos las causas de las atrocidades de la guerra en la psicología de personas completamente normales, la pérdida de la moral, la deshumanización, el efecto del poder y el totalitarismo.

Por poner un pero a la película, quizás Willi Herold, el personaje principal no esté lo suficientemente descrito para que tengamos alguna noción de como era en realidad antes de la guerra y así poder comprender sus decisiones esos últimos días del conflicto. Por lo demás, un gran ejercicio de cine que nos va a mantener sobrecogidos durante todo el metraje, y con un guiño final con mucha intención por parte del director que nos avisa del incierto futuro que se cierne sobre la vieja Europa de nuestros días. Así que dejar pasar la lista de créditos hasta el final. Estáis avisados.

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Artículo incluido en la publicación Compromiso y Cultura

Una picaresca historia a finales de la II Guerra Mundial (con el nazismo en descomposición) que causa horror. Fría, cruda e incómoda. Tiene un problema: su protagonista, un joven desertor nazi que se encuentra un uniforme de capitán y se arroga su impunidad, es un enigma. Pero así, creo, lo pretende el director. No conocemos su pasado y su presente es puro nihilismo; no empatizo. Avanza con morosidad. Espléndido blanco y negro.

@pildoras_de_cine

Pues a mi me a parecido un cagarro mayúsculo.
Para empezar, creo que su estilo se basa en usar recursos que destacan mucho en otras películas y juntarlos todos. Me ha recordado a cuando de pequeño juntaba todos los champus de casa para hacer un superchampu y al final tenias una cosa color naranja que olia a coco y no sacaba una mierda de espuma.

Planos poco imaginativos o interesantes en general, bastante apersonal y poco incisiva. El tema del blanco y negro le quita el poco color que ofrece. Parece que han querido darle un tono serio a lo lista de Schindler y solo han conseguido que pierda fuerza y en ocasiones parezca una comedia negra, y mala.

No es que la trama haga aguas por todas partes, pero hay huecos tan grandes que se dejan a la imaginación/interpretación que la historia no se sostiene (para ser un drama bélico resulta completamente inverosímil y mira que esta basada en hechos reales) y el ritmo se va al carajo. Como resultado, pierdes el interés bastante rápido.

Tampoco es lo suficientemente seria como para horrorizarte por los actos que se cometen. Lo que pasa o pueda pasar te importa un carajo, porque es imposible identificarse con ningún personaje (no te dan tiempo ni razones). La sucesión de hechos no hacen que en ti crezca la intriga o el horror por la amoralidad y cuando finalmente te dan el "susto", pues no pasa nada y te ríes. Para explicarlo fácil, con esta peli parece que estas viendo El Hundimiento y al segundo siguiente te cascan una escena de Tropic Thunder. Como consecuencia, tu cerebro entra en modo WTF? y la credibilidad se va a la mierda. En ciertos momentos es tan confusa que parece una mala copia de una peli de Tarantino.

Los personajes son falsamente profundos. Acabas la película y te das cuenta que realmente no sabes nada de ellos. No sabes porque se mueven ni cual es su objetivo mas allá de una megalomanía sacada de quicio. Ya os digo que en algunas escenas me he reído bien a gusto y no creo que fuera la intención del director.

En cuanto a actuaciones se refiere, yo al protagonista no me lo creo en ningún momento. Pienso que no da la talla en general. No impone, no transmite locura, nooo... nah. El resto del reparto están bastante mas creíbles.

BSO... de relleno. En las escenas que requerían tensión han utilizado notas graves, distorsionadas y mantenidas al estilo de 12 años de exclavitud (no funciona). Se nota la falta del presupuesto en el tema de CGI pero esta bastante bien conseguido; vamos, que ni de lejos es el problema de esta peli. Vestuarios vehículos y decorados resultan notables la verdad.

Con otra dirección y un guion mejor elaborado a la trama se le podría haber sacado mucho mas partido, y con el tono adecuado podría haber sido una película notable, pero se queda en una historia interesante mal contada que creo que le hace flaco favor al cine europeo. Eso si, en blanco y negro, que queda muy pro.

En resumen, una pena.

Schwentke, alemán formado cinematográficamente en Hollywood ha consolidado una carrera poco más que apañadita a base de media docena de títulos comerciales en los propios USA, dejando aparcada su faceta inicial en Alemania donde escribía sus propios guiones. Uno fantasea conque las dos últimas entregas de la serie "Divergente" han colmado el vaso de su paciencia y se ha vuelto a Alemania a retomar la escritura y levantar este ambicioso e interesante proyecto que si bien le puede subir la moral como autor no acaba de cuajar como debiera. Supuestamente basada en un hecho real nos narra una historia de perdedores, de lobos heridos que en su agonía final son los más peligrosos, de un sálvese quien pueda, de un pícaro que en la desesperación final se ve convertido en reina macabra por un día y ya perdida la brújula de retorno a un norte al que en ningún momento se hace referencia, quizás porque ya no exista, se dedica a apurar su propio cáliz ejerciendo de diosecillo cruel.

Uno intuye que para los soldados alemanes desperdigados fuera y dentro de su país debieron ser tiempos de locura y caos. La impecable fotografía en blanco y negro de Florian Balhaus da empaque a todo el asunto que progresivamente se va diluyendo y perdiendo fuelle sin que las atrocidades cometidas en el errante periplo del personaje principal, bien interpretado por Max Hubacher, consigan evitar la sensación de que al director/guionista se le va la cosa de las manos y no acaba de centrarse en lo que quiere contarnos. Algunas escenas rayanas en el surrealismo trufan fuera de tono la narración y la coda final en los títulos de crédito  se abre a interpretaciones a gusto del consumidor entre ellas la de un último intento final de que pensemos que lo que hemos visto ha sido más importante de lo que en realidad fue.

cineziete.wordpress.com