Película entretenida y que no se hace pesada. Seguramente no sea una de las mejores películas de animación de la historia pero cumple muy bien su cometido y te echas una risas.

Max es un perrete acomodado de casa bien que vive muy bien solo siendo el ojito derecho de su dueña hasta que un día, otro perrazo llamado Duque es adoptado e invade su hogar. Del previsible enfrentamiento salen perdiendo los dos y terminan enfrentándose a la perrera, a mascotas abandonadas que no les ven con buenos ojos y a un adorable conejo psicópata llamado Pompón. El regreso al hogar ayudado por su novia secreta Bridget y amigos del bloque centra una historia ya muy vista y sin más alicientes que la moraleja de que tenemos que querer más a nuestras mascotas y, por supuesto, no ser de esos malnacidos que las abandonan.

Muy colorista, pero ni técnica ni argumentalmente pasará a la historia. Tiene un cierto humor ligero, pero muy ligero, casi evanescente, con alguna mascota que es simpatica de por sí, por inercia, sin pretenderlo. Luego la historia es normal con persecuciones y escenas de acción no excesivamente destacables.

Si tuviera 6-12 años, no me llamaría mucho la atención.

No guardo mucha confianza en la animación contemporánea, así que de entrada no tenía demasiado interés en "Mascotas". Sin embargo nada más ver los créditos hay esperanzas. No es de Pixar, gracias a Dios, ni de Disney, ni de DreamWorks sino de Universal Pictures e Illumination Entertainment, o sea, de los creadores de "Gru, mi villano favorito" (2010), entre otras, esas piernas tan finas de los personajes los delatan. De hecho, aquí nos encontramos a uno de los directores de la susodicha, Chris Renaud. Así que las posibilidades de ver una película decente se dispararon. Eso mismo debieron pensar los espectadores cuando llevaron a "The Secret Life of Pets", título original, al sexto lugar de las más taquilleras del mundo con más de 875 millones de dólares recaudados y la cuarta en los Estados Unidos con más de 386,3 millones.

En cualquier caso el largometraje se presenta como una obra netamente familiar, gustará a niños, jóvenes y adultos, aunque se nota que es un producto pensado para los más pequeños. De hecho, "Mascotas" es más bien lineal y su trama es endeble y poco original. A muchos nos sonará a una versión rejuvenecida "Toy Story" (1995), con guiños a "Buscando a Dory" (2016), aunque ahora que lo pienso a ver quién se ha copiado de quién porque "Mascotas" se produjo y estrenó antes. Tampoco la historia romántica funciona, se nota que es un auténtico pegote. Sin embargo, las virtudes de este trabajo se acaban imponiendo. La animación cumple, la banda sonora es notable y los animales son monos, atención a ese conejito o a Gidget. La película no tiene pretensiones pero es siempre entretenida y graciosa por su continuo carrusel de gags.

Es una peli muy mona y divertida, que tiene algunos puntitos geniales, como algunos diálogos o ciertos guiños a grandes clásicos del cine, y también la idea central de respetar y cuidar a las mascotas. Principalmente me gustaron el comienzo y el final, con unas escenas de lo más tierno que, cuando no tienes animales, te da la sensación de que eres un pobre humano solitario en este mundo. Es cierto que el desarrollo de la trama es la parte más floja e infantil, pero qué queremos, no todo puede ser Shrek o Toy Story. Para 80 minutos y si te gusta el cine de animación está muy bien.

Dudaba entre el 5 ó el 6 a la hora de valorar la película. Finalmente la impecable calidad técnica de la animación y el mensaje siempre positivo en cuanto a los valores de amistad, compañerismo y valentía cuando es necesaria, me hacen inclinarme al 6. Por lo demás, la película es más correcalles que la primera y parece que todas las mascotas están un poco histéricas o atacadas en menor o mayor medida (memorables las escenas en la sala de espera del psicólogo veterinario o con la abuelita recogegatitos callejeros).
Gags divertidos que te hacen reír, sentimientos animales (más humanos que otra cosa) y diversión asegurada con los peques en una tarde de palomitas en familia.