The Host
6.0
33,666
Fantástico. Terror. Ciencia ficción. Thriller
Los habitantes de Seúl observan sorprendidos un extraño objeto que cuelga de un puente sobre el río Han. El objeto es, en realidad, una monstruosa criatura mutante que al despertar devora a todo aquel que se cruza en su camino. En medio de tanto horror, la criatura mutante rapta a la hija del dueño de un quiosco que vive felizmente a la orilla del río. Mientras el ejército fracasa una y otra vez en sus intentos de destruir al monstruo, ... [+]
7 de septiembre de 2008
7 de septiembre de 2008
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues me puse esta peli esta mañana pensando que iba a ver un Gozilla más, de las malonas, de las de a lo Matthew Broderick. Y no sé porque me había hecho esa idea la verdad, no sé de donde me lo había sacado. Pero no tenia ganas de ver nada de comerme mucho el coco, me apetecía algo ligerito, y dije "bueno, si es muy infumable la quito y pista". Y la primera escena ya empieza mal, el rollo del científico en prácticas que tira 200 botes de un líquido hipermegacontaminante por el desagüe por no desobedecer a su superior me pareció patético y confirmó por un instante mis expectativas. Pero de repente la peli da un giro de 180º y con ella mi parecer. El monstruo a plena luz del día, persiguiendo a cientos de personas en un parque antes de que se cumpla el minuto 5 de película es algo nunca visto en el cine de terror, y lo nunca visto siempre me atrapa. A partir de ahí la peli se mantiene a un nivel de 9,5. Como ya se ha comentado en otras criticas escenas como la del rapto de la niña, la cena con la aparición o (ver spoiler) son fantásticas, y a mi me hicieron recordar a Old Boy sin nada que envidiarla. Los personajes geniales, la fotografía simplemente perfecta, los efectos especiales en su justa medida, en ningún momento destacan sobre ninguna otra cosa, parecen "naturales" y eso es lo que siempre deberían parecer y nadie consigue, y el tratamiento en general perfecto. Mientras la veía solo le sacaba la pega que arrastraba desde esa primera escena: el argumento "tipicajo" y absurdo de este tipo de pelis, hasta que me dí cuenta de que era una ironía, una parodia del gran problema de este tipo de cine: el responder a la pregunta que más miedo da a los que quieren dar miedo: "¿de dónde ha salido el monstruo?".
Y un último apunte: hay que verla en VSO, como todas las pelis orientales, porque por muy buen trabajo que puedan hacer los dobladores la cultura coreana en este caso, su forma de hablar, su tono, se pierden completamente con el doblaje.
Y un último apunte: hay que verla en VSO, como todas las pelis orientales, porque por muy buen trabajo que puedan hacer los dobladores la cultura coreana en este caso, su forma de hablar, su tono, se pierden completamente con el doblaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
la muerte del abuelo: para mi lo mejor de toda la película, el momento en el que el protagonista cuenta con los dedos los cartuchos que ha gastado de la escopeta, poco tiempo después de que su propio padre defendiera ante sus hermanos su torpeza me parece sublime.
16 de julio de 2011
16 de julio de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película la conocí por primera vez cuando fuí al videoclub con mi tía y de repente ella me enseñó esta película, cuando observé en su caja que había sido premiada por efectos especiales para mí fué suficiente razón para querer verla. Cuando la puse en el lector de DVDs y la empecé a ver tuve que esperar muy poco para la primera aparición del monstruo mutante, su diseño era escalofriante y aterrador al mismo tiempo que espléndido y su ferocidad transmitía miedo hasta fuera del televisor. De verdad que cuando acabé de ver la película fué una de las pocas películas en las que dí saltos de alegría cuando acabé de verla debido a que ultimamente no se puede ver casi ninguna monster movie de calidad pero esta es perfecta: visualmente espectacular, con un grado de profundidad que pocas pelis dominan, un guion bueno aunque a veces algo regular, unas buenas dosis de humor negro... A quién se le ocurre darle solo un 5,9 por favor señores no se merece esa nota, como mínimo la nota que hay que ponerle es un 9,7. Una buena película.
17 de diciembre de 2019
17 de diciembre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revisando la filmografía de Bong Joon-ho he vuelto a ver The Host en compañía de una virgen con este director y os adelanto que la historia no va de una especie de criatura que se quiere comer a todo ser viviente….y es ahora cuando vosotros, los que estáis leyendo esto, me miráis como mi madre –que llevaba diez minutos de película y ya me estaba echando miraditas en plan -ya me ha puesto otra de aliens-. Y es que a Bong Joon-ho no le hizo justicia la publicidad en su día; ni el tráiler –que aún recuerdo-. Tampoco hay que fiarse de los comienzos en sus cintas, ya que tiende a «engañar» al espectador en los primeros minutos o a dar una impresión equivocada de lo que va a contar después. A los diez minutos no pude por menos que mirar a mi madre y decirle:
-Mamá, la peli no trata de esto, es la historia de una familia.
A lo que ella me respondió con una pregunta retórica:
-¿Esto va de una familia? ¡ja!
Mi respuesta fue clara:
-No juzgues nada por su apariencia. Si quieres la veo sola y si no, prepárate para disfrutarla.
Media hora después se estaba riendo con los agudos diálogos, el humor ácido, los protagonistas y sus situaciones que se mezclan entre lo real y lo surrealista.
Bong Joon-ho es un sátiro y nos lo demuestra en cada una de sus creaciones. La banda sonora es espectacular. La fotografía y algunos de los planos son una gozada. La criatura está bastante lograda; según Bong, la inspiración le vino por un artículo sobre un pez deformado y con espina en forma de S que fue capturado en el río Han. Pero aunque este «ser» esté bien hecho, la historia no es suya, sino de toda una familia que tendrá que unirse a pesar de las diferencias que existen entre ellos.
AVISO DE SPOILER (muy poco) pero no me entra todo en la zona.
El principio:
En las primeras escenas vemos a unos científicos discutiendo. El jefe es estadounidense, el ayudante, coreano. Por supuesto el americano quiere tirar por el desagüe un montón de frascos llenos de formaldehido que según él están pasados y además cubiertos de polvo. Al ayudante no le queda más remedio que cumplir con la orden. Años después esto trae consecuencias en el río Han. Pero mientras nos preparamos para lo que está por venir, un poco antes de aparecer el famoso pez gigante con patas, Bong nos presenta a sus protagonistas.
La familia:
Junto al río Han, una familia lleva un puesto de comida. Allí trabajan el abuelo Hee-Bong, un hombre paciente y trabajador junto a su hijo y su nieta. Su hijo Gang-du (Song Kang-ho) tiene pinta de vago y de no ducharse más que una vez a la semana. Se queda dormido cada dos por tres y se come parte de la comida de los clientes. Mientras, su hija, parece todo lo contrario. Hyun-seo es el orgullo de la familia. Es despierta y buena estudiante.
Gang-du tiene una hermana Nam-joo experta en tiro al arco y un hermano, Nam-il, siempre vestido con traje y culpando a los demás de sus problemas.
-Mamá, la peli no trata de esto, es la historia de una familia.
A lo que ella me respondió con una pregunta retórica:
-¿Esto va de una familia? ¡ja!
Mi respuesta fue clara:
-No juzgues nada por su apariencia. Si quieres la veo sola y si no, prepárate para disfrutarla.
Media hora después se estaba riendo con los agudos diálogos, el humor ácido, los protagonistas y sus situaciones que se mezclan entre lo real y lo surrealista.
Bong Joon-ho es un sátiro y nos lo demuestra en cada una de sus creaciones. La banda sonora es espectacular. La fotografía y algunos de los planos son una gozada. La criatura está bastante lograda; según Bong, la inspiración le vino por un artículo sobre un pez deformado y con espina en forma de S que fue capturado en el río Han. Pero aunque este «ser» esté bien hecho, la historia no es suya, sino de toda una familia que tendrá que unirse a pesar de las diferencias que existen entre ellos.
AVISO DE SPOILER (muy poco) pero no me entra todo en la zona.
El principio:
En las primeras escenas vemos a unos científicos discutiendo. El jefe es estadounidense, el ayudante, coreano. Por supuesto el americano quiere tirar por el desagüe un montón de frascos llenos de formaldehido que según él están pasados y además cubiertos de polvo. Al ayudante no le queda más remedio que cumplir con la orden. Años después esto trae consecuencias en el río Han. Pero mientras nos preparamos para lo que está por venir, un poco antes de aparecer el famoso pez gigante con patas, Bong nos presenta a sus protagonistas.
La familia:
Junto al río Han, una familia lleva un puesto de comida. Allí trabajan el abuelo Hee-Bong, un hombre paciente y trabajador junto a su hijo y su nieta. Su hijo Gang-du (Song Kang-ho) tiene pinta de vago y de no ducharse más que una vez a la semana. Se queda dormido cada dos por tres y se come parte de la comida de los clientes. Mientras, su hija, parece todo lo contrario. Hyun-seo es el orgullo de la familia. Es despierta y buena estudiante.
Gang-du tiene una hermana Nam-joo experta en tiro al arco y un hermano, Nam-il, siempre vestido con traje y culpando a los demás de sus problemas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Nudo:
Mientras padre e hijo atienden a los clientes una criatura aparece colgada del puente Wonhyo. Pronto cunde el pánico al darse cuenta de que ESO es muy rápido y ágil y se dirige hacia las personas que lo están observando. Llevados por el pánico, Bong nos regala escenas con una música excelente acompañando, por ejemplo, a una estudiante, que escucha música con sus cascos y que no se da cuenta de nada hasta que es demasiado tarde. En medio de la estampida, Gang-du ve a su hija y le coge de la mano, pero la pierde en uno de sus torpes tropiezos y cuando se da la vuelta ya no es la mano de Hyun-seo la que agarra, si no la de una desconocida.
La bestia se lleva entonces a la niña, cruzando el río, hasta las alcantarillas.
La sátira:
Las denuncias al gobierno –y no solo al coreano, también al norte americano-, a la prensa, a la familia, a los supuestos amigos, al ejército, etcétera, se suceden durante la siguiente hora y media. Nadie escucha a nadie. Todos llaman tonto a Gang-du por perder a su hija. Los científicos norteamericanos, ávidos de descubrir cosas nuevas se inventan un virus inexistente. La prensa, siempre deseando tener carnaza no deja de hablar por la tele de «los infectados», de sus síntomas, haciendo que la población entre en pánico –magistral la escena en la que un peatón escupe y el autobús pasa y salpica a todos los que están esperando para cruzar, habiendo escuchado la noticia de lo contagioso que es-. Bong se ríe de todos. No deja títere con cabeza. Sin embargo también le gusta la unidad familiar. Todos tendrán que dejar sus diferencias para encontrar a Hyun-seo, que por fin ha encontrado el preciado móvil que llevaba tiempo pidiendo y con el que ha podido contactar brevemente con su padre. El guion nos trae situaciones fascinantes para reír o llorar y en realidad nunca tienes claro cuando deberías hacer una cosa o la otra porque se superponen entre ellas sin que te des cuenta.
Desenlace:
Sin querer hacer spoiler –no os creáis, he hecho muy poquito- al final te quedas con frases como la de Gang-du, cuando los médicos y demás personas que están en la sala le preguntan por qué no había dicho nada si sospechaba que la niña estaba viva, a lo que él responde:
-No sé, nadie me escuchaba. ¿Porqué nadie me escuchaba? Yo también soy una persona –o algo así-
Si creéis que os he contado mucho y decidís verla, os daréis cuenta de que solo os daba unas pautas de lo que os vais a encontrar.
Boon Joon-ho se ha convertido en un director al que amas o al que odias. Con nombre propio y en mayúsculas. Las comparaciones son odiosas, pero es mi Lanthimos sur-coreano. Deseando que me sorprenda con más historias como esta. De esas que no tienes que pensar demasiado y aún así sabes que estás viendo algo inteligente. Buenas imágenes, buenos actores, buen guion, excelente música.
Mientras padre e hijo atienden a los clientes una criatura aparece colgada del puente Wonhyo. Pronto cunde el pánico al darse cuenta de que ESO es muy rápido y ágil y se dirige hacia las personas que lo están observando. Llevados por el pánico, Bong nos regala escenas con una música excelente acompañando, por ejemplo, a una estudiante, que escucha música con sus cascos y que no se da cuenta de nada hasta que es demasiado tarde. En medio de la estampida, Gang-du ve a su hija y le coge de la mano, pero la pierde en uno de sus torpes tropiezos y cuando se da la vuelta ya no es la mano de Hyun-seo la que agarra, si no la de una desconocida.
La bestia se lleva entonces a la niña, cruzando el río, hasta las alcantarillas.
La sátira:
Las denuncias al gobierno –y no solo al coreano, también al norte americano-, a la prensa, a la familia, a los supuestos amigos, al ejército, etcétera, se suceden durante la siguiente hora y media. Nadie escucha a nadie. Todos llaman tonto a Gang-du por perder a su hija. Los científicos norteamericanos, ávidos de descubrir cosas nuevas se inventan un virus inexistente. La prensa, siempre deseando tener carnaza no deja de hablar por la tele de «los infectados», de sus síntomas, haciendo que la población entre en pánico –magistral la escena en la que un peatón escupe y el autobús pasa y salpica a todos los que están esperando para cruzar, habiendo escuchado la noticia de lo contagioso que es-. Bong se ríe de todos. No deja títere con cabeza. Sin embargo también le gusta la unidad familiar. Todos tendrán que dejar sus diferencias para encontrar a Hyun-seo, que por fin ha encontrado el preciado móvil que llevaba tiempo pidiendo y con el que ha podido contactar brevemente con su padre. El guion nos trae situaciones fascinantes para reír o llorar y en realidad nunca tienes claro cuando deberías hacer una cosa o la otra porque se superponen entre ellas sin que te des cuenta.
Desenlace:
Sin querer hacer spoiler –no os creáis, he hecho muy poquito- al final te quedas con frases como la de Gang-du, cuando los médicos y demás personas que están en la sala le preguntan por qué no había dicho nada si sospechaba que la niña estaba viva, a lo que él responde:
-No sé, nadie me escuchaba. ¿Porqué nadie me escuchaba? Yo también soy una persona –o algo así-
Si creéis que os he contado mucho y decidís verla, os daréis cuenta de que solo os daba unas pautas de lo que os vais a encontrar.
Boon Joon-ho se ha convertido en un director al que amas o al que odias. Con nombre propio y en mayúsculas. Las comparaciones son odiosas, pero es mi Lanthimos sur-coreano. Deseando que me sorprenda con más historias como esta. De esas que no tienes que pensar demasiado y aún así sabes que estás viendo algo inteligente. Buenas imágenes, buenos actores, buen guion, excelente música.
8 de enero de 2020
8 de enero de 2020
3 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya asomaba una crítica al sistema capitalista en esta pieza popular del cine coreano. Este director se vale de una película de cine fantástico para darnos un paseo por los residuos del neoliberalismo, un capitalismo exitoso en lo económico, pero llevado a ultranza contra los intereses de sus propios habitantes. El monstruo es una alegoría, un cúmulo de desechos tóxicos depositados en las aguas del río Han. Atraviesa la ciudad de Seúl, hurgando entre cientos de cloacas que vierten subproductos de la modernidad hacia una naturaleza que apenas puede oxigenar la inmundicia.
Las víctimas del sistema son siempre los pobres (motivo recurrente de este director coreano), los que observan crecer al monstruo (sufriendo las consecuencias) alejados de los barrios de clases acomodadas. El sistema económico es cruel con este grupo social. La policía no los toma en serio, los considera otro desecho. Si existe una posibilidad de contagio, los pobres serán aislados en albergues y desinfectados como insectos. Las alcantarillas de la ciudad son otro lugar habitual para este director, allí viven las familias que quedan fuera de este sistema de sobreexplotación, sobre ellos recae la basura de la ciudad. Las latas de comida, los depósitos de chatarra automotriz, todo se va acumulando a plena vista de los ciudadanos. El sistema no se preocupa por el bien común, acumula basura de consumidores que se endeudan hasta lo indecible para seguir inmersos en ese estilo de vida depredador. El libre mercado deja atrás a los desposeídos, es más fácil eliminar a un pobre que buscar soluciones al problema medioambiental.
Bong Joon-ho es inteligente al desarrollar su guion. El sistema económico no sólo es un telón de fondo para la problemática de Corea del Sur, el director hace que sus personajes beban de esas aguas envenenadas. Plantea una amenaza omnipresente en la figura de un monstruo y cómo esa familia que no pertenece a la elite debe rascarse con sus propias uñas.
La película es un viaje (no sólo de la familia protagónica) a las cloacas del sistema neoliberal. Bong Joon-ho no rehúye la inmersión en este atrofiado sistema capitalista, lo hace propio y sus personajes lo padecen. El sistema es frío y calculador, pero aún así surgen seres humanos que luchan contra la injusticia.
El capitalismo no ha cedido un ápice, pero el liberalismo atrofiado ya está siendo combatido hacia finales de la segunda década de este nuevo siglo.
Las víctimas del sistema son siempre los pobres (motivo recurrente de este director coreano), los que observan crecer al monstruo (sufriendo las consecuencias) alejados de los barrios de clases acomodadas. El sistema económico es cruel con este grupo social. La policía no los toma en serio, los considera otro desecho. Si existe una posibilidad de contagio, los pobres serán aislados en albergues y desinfectados como insectos. Las alcantarillas de la ciudad son otro lugar habitual para este director, allí viven las familias que quedan fuera de este sistema de sobreexplotación, sobre ellos recae la basura de la ciudad. Las latas de comida, los depósitos de chatarra automotriz, todo se va acumulando a plena vista de los ciudadanos. El sistema no se preocupa por el bien común, acumula basura de consumidores que se endeudan hasta lo indecible para seguir inmersos en ese estilo de vida depredador. El libre mercado deja atrás a los desposeídos, es más fácil eliminar a un pobre que buscar soluciones al problema medioambiental.
Bong Joon-ho es inteligente al desarrollar su guion. El sistema económico no sólo es un telón de fondo para la problemática de Corea del Sur, el director hace que sus personajes beban de esas aguas envenenadas. Plantea una amenaza omnipresente en la figura de un monstruo y cómo esa familia que no pertenece a la elite debe rascarse con sus propias uñas.
La película es un viaje (no sólo de la familia protagónica) a las cloacas del sistema neoliberal. Bong Joon-ho no rehúye la inmersión en este atrofiado sistema capitalista, lo hace propio y sus personajes lo padecen. El sistema es frío y calculador, pero aún así surgen seres humanos que luchan contra la injusticia.
El capitalismo no ha cedido un ápice, pero el liberalismo atrofiado ya está siendo combatido hacia finales de la segunda década de este nuevo siglo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La última palabra en problemas neoliberales viene del lado de los Estados Unidos. Hay subordinación total de las autoridades coreanas a los designios de las organizaciones financiadas por el país del norte, en este caso Organización Mundial de la Salud (OMS). Ellos procederán a administrar un “agente amarillo” sobre las áreas infectadas, asegurando que elimina todo vestigio de cualquier virus introducido por el terrorismo biológico internacional. Será un agente inocuo, pero apuesten su vida a que jamás sería utilizado en territorio estadounidense.
La policía inoperante tampoco dará soluciones y los medios de comunicación esbozan una especie de circo en donde culpan a la familia contagiada de todos los males. Es una crítica feroz a los poderes fácticos, los muestra corruptos y totalmente vendidos a un sistema económico que no asume culpas.
El director focaliza el problema en los efectos del sistema sobre una familia común y corriente. Este grupo no vacilará para encontrar a la nieta que fue capturada por el monstruo. La dinámica familiar es caótica, cometen una infinidad de errores, pero siguen firmes frente a un propósito común. Una búsqueda emprendida por sus propios medios (abandonados por el sistema) donde los demás miembros de la sociedad se mostrarán miserables ante el poder del dinero, la sustancia que mantiene aceitado el sistema y que vuelve corrupta a la sociedad entera. El gobierno hace una lobotomía al personaje principal con objeto de blanquear su dudoso accionar (metáfora de la publicidad ejercida sobre los habitantes). La búsqueda emprendida por esta familia, declarados parias ante los ojos del resto, le otorgará una humanidad extraordinaria a un relato orquestado desde la frialdad de un sistema que funciona para satisfacerse a sí mismo.
El envoltorio externo responde a una comedia, muy bien ejecutada, con tintes de crítica social, pero rápidamente la sucesión de acontecimientos se torna dramática. Los problemas que las autoridades intentan ocultar en la forma de un virus, este director lo desnuda y al espectador no le queda duda de que la polución del ambiente (producto de un sistema depredador) es el verdadero problema que de pronto empieza a contar muertos entre sus consecuencias. Intervienen ejército y científicos, no han encontrado pruebas de ningún virus y aún así pretenden esparcir el agente amarillo sobre la población.
El sistema los engulle (literalmente) cuando el monstruo intenta digerir a la nieta y otro niño. La gente sale a las calles a protestar contra el agente amarillo irradiado sobre la población. El monstruo (neoliberalismo) ha adquirido vida propia, mientras el héroe lobotomizado rescata los cuerpos. El monstruo se resiste a morir y las bombas molotov no surten efecto. Sólo un ser humano de corazón puro podrá vencerlo y alegrarse de haber rescatado al menos a un niño.
En otra escena, lo despierta para darle de comer y el niño le pide que apague el televisor con las noticias que vienen desde los Estados Unidos. Trece años más tarde, Bong Joon-ho volverá a prescindir de estos aparatos que propagan la mentira en su portentosa Parasite (2019).
La policía inoperante tampoco dará soluciones y los medios de comunicación esbozan una especie de circo en donde culpan a la familia contagiada de todos los males. Es una crítica feroz a los poderes fácticos, los muestra corruptos y totalmente vendidos a un sistema económico que no asume culpas.
El director focaliza el problema en los efectos del sistema sobre una familia común y corriente. Este grupo no vacilará para encontrar a la nieta que fue capturada por el monstruo. La dinámica familiar es caótica, cometen una infinidad de errores, pero siguen firmes frente a un propósito común. Una búsqueda emprendida por sus propios medios (abandonados por el sistema) donde los demás miembros de la sociedad se mostrarán miserables ante el poder del dinero, la sustancia que mantiene aceitado el sistema y que vuelve corrupta a la sociedad entera. El gobierno hace una lobotomía al personaje principal con objeto de blanquear su dudoso accionar (metáfora de la publicidad ejercida sobre los habitantes). La búsqueda emprendida por esta familia, declarados parias ante los ojos del resto, le otorgará una humanidad extraordinaria a un relato orquestado desde la frialdad de un sistema que funciona para satisfacerse a sí mismo.
El envoltorio externo responde a una comedia, muy bien ejecutada, con tintes de crítica social, pero rápidamente la sucesión de acontecimientos se torna dramática. Los problemas que las autoridades intentan ocultar en la forma de un virus, este director lo desnuda y al espectador no le queda duda de que la polución del ambiente (producto de un sistema depredador) es el verdadero problema que de pronto empieza a contar muertos entre sus consecuencias. Intervienen ejército y científicos, no han encontrado pruebas de ningún virus y aún así pretenden esparcir el agente amarillo sobre la población.
El sistema los engulle (literalmente) cuando el monstruo intenta digerir a la nieta y otro niño. La gente sale a las calles a protestar contra el agente amarillo irradiado sobre la población. El monstruo (neoliberalismo) ha adquirido vida propia, mientras el héroe lobotomizado rescata los cuerpos. El monstruo se resiste a morir y las bombas molotov no surten efecto. Sólo un ser humano de corazón puro podrá vencerlo y alegrarse de haber rescatado al menos a un niño.
En otra escena, lo despierta para darle de comer y el niño le pide que apague el televisor con las noticias que vienen desde los Estados Unidos. Trece años más tarde, Bong Joon-ho volverá a prescindir de estos aparatos que propagan la mentira en su portentosa Parasite (2019).
28 de agosto de 2007
28 de agosto de 2007
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había escuchado que esta peli tiene bastantes lecturas políticas y humanísticas, por lo que mis expectativas estaban por encima del listón. Aunque no es del todo así. Es infinitamente superior a las monster-movies de hoy en día, pero tampoco va mucho más allá de una leve crítica política y sobre la ineficacia de la burocracia. Pero es que no le hace falta nada más. The Host es una monster-movie. Nada más. Pero es que no le hace falta nada más para ser un peliculón.
Por motivos que se nos escapan, desde un labo americano se lanzan ciertos residuos al rio equis para ocasionar el nacimiento de una criatura que es de lo mejor de la película. A día de hoy, con directores que busquen nuevos enfoques y planos para dirigir escenas de terror, se agradece que haya alguien que lo haya descrito a pie de calle. Tal y como lo verías tú si te encontraras en esa situación (la 1ª escena en la que aparece el monstruo en la orilla del rio), resultando de ello unos primeros 20 minutos absolutamente bestiales, capaces de ponerte la carne de gallina por lo realista y a la vez poco convencional del asunto.
Recomendaría a los que no la han visto que no indagaran mucho más en la peli, que no busquen imagenes del bicho, para que la sorpresa ses mayor. Sobresaliente, por cierto, a Weta por su creación, absolutamente horripilante.
En fin, esta es una de esas pelis que con el tiempo se catalogarán de culto. Una muestra de que oriente sabe aprovechar sus materias primas (como por ejemplo, las pelis de Godzilla) y adaptarlas para el paladar mundial (léase occidental) para que nos demos cuenta de que nosotros, pobres rostros pálidos, no sabemos ni de la misa la mitad. Lo mejor de los dos mundos, vaya. Un goce.
Por motivos que se nos escapan, desde un labo americano se lanzan ciertos residuos al rio equis para ocasionar el nacimiento de una criatura que es de lo mejor de la película. A día de hoy, con directores que busquen nuevos enfoques y planos para dirigir escenas de terror, se agradece que haya alguien que lo haya descrito a pie de calle. Tal y como lo verías tú si te encontraras en esa situación (la 1ª escena en la que aparece el monstruo en la orilla del rio), resultando de ello unos primeros 20 minutos absolutamente bestiales, capaces de ponerte la carne de gallina por lo realista y a la vez poco convencional del asunto.
Recomendaría a los que no la han visto que no indagaran mucho más en la peli, que no busquen imagenes del bicho, para que la sorpresa ses mayor. Sobresaliente, por cierto, a Weta por su creación, absolutamente horripilante.
En fin, esta es una de esas pelis que con el tiempo se catalogarán de culto. Una muestra de que oriente sabe aprovechar sus materias primas (como por ejemplo, las pelis de Godzilla) y adaptarlas para el paladar mundial (léase occidental) para que nos demos cuenta de que nosotros, pobres rostros pálidos, no sabemos ni de la misa la mitad. Lo mejor de los dos mundos, vaya. Un goce.
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