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La doncella

Thriller. Drama. Romance Corea, década de 1930, durante la colonización japonesa. La resuelta joven Sookee es contratada como criada de una rica mujer japonesa, Hideko, que vive recluida en una gran mansión bajo la influencia de su dominante tío. Pero Sookee está allí con un propósito secreto: ayudar a un estafador que se hace pasar por un conde japonés para seducir a Hideko y heredar después la fortuna de su tío. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
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8
1 de junio de 2017 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director surcoreano sublima a nivel estético y formal lo que ya demostró en su anterior trabajo "Stocker". "Inspirada" en la novela "Fingersmitch" ("Falsa identidad" título en español) publicada en el 2002 de la escritora galesa Sarah Waters, quien leído y aprobado el guión hace incapie en subrayar lo de "inspirada". La acción en la Inglaterra victoriana del XIX es trasladada por Chan-Wook a los años 30 del siglo XX en la dominación colonial de Japón sobre Corea. Esto le permite al director una mezcla de estilos asiáticos-occidentales (Japón tenia una fuerte influencia de Inglaterra) para regodearse en atmósferas y espacios de una sugerente belleza donde el abigarramiento gótico inglés se marida con el equilibrio y la simplicidad oriental, para mayor lucimiento de la dirección artística y de vestuario.


El director mima cada plano y ejerce junto con nosotros de voayeur en una relación feminista donde las mujeres luchan por liberarse de ser meros instrumentos en manos masculinas y encontrar su propio espacio y su propia identidad. Las dos actrices, la debutante Kim Tae-ri y la veterana Mim-hee Kim realizan una excelente composición de personajes y su química como amantes funciona sin problemas.

Chan-Wook como es habitual alarga el metraje, a mi juicio excesivamente y la trama se resiente. Trama que se estructura en el llamado efecto "Rashomon" en alusión a la película de Kurosawa, donde los diferentes puntos de vista de los protagonistas sobre los mismos hechos nos van desvelando que nada es lo que parece. Sensual, erótica, preciosista, con sus gotas de violencia marca de la casa, y sus referencias al poder sugestivo de las historias y el mundo de Sade, "La doncella" se constituye en una de las propuestas más sugerentes del año.
7
22 de enero de 2017 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La doncella y la dama, una belleza intercambiada.

Estoy encantada de haberme decidido a ver esta película, pues reconozco que su director y lugar de procedencia me atraían e interesaban, pero me hacía duda su larga duración; error hubiera sido obviar una cita tan juguetona como pícara, ingenua como avispada, engañosa como honesta, pues toda ella es una partida de poker donde adivinar quién va de sincero, quién esconde un as en la manga, quién va de farol o quién es un jugador placebo a quien sólo le interesa el morbo de la tensión, del deseo, de la lujuria, de la traición, de la codicia.
Mentirosos por doquier, donde nadie muestra su verdadero rostro y donde al más listo se le estafa por tonto, todo ello con esa mezcla de diferencia social entre doncella y señora, entre crédula y espabilada, entre estafador y conde, o puede que ambos sean la misma persona, pues nada une parejas tan extrañas y avenidas a conveniencia como el ansiado poder atractivo del dinero.
Un verdadero romance florece entre ese obligado amor, tomado por desesperación de supervivencia, timos y sexo, perversión física y anímica, maltrato obsceno que enseña con su vara de medir a rendir cuentas y a exigir deudas.
Una delicada, cuidada e impresionante fotografía, para cerciorar que cada detalle estético se corresponde con la importancia de la escena; avidez demoníaca, de enredo tergiversado, para exponer tres figuras que encaran la misma situación desde diferentes ángulos, para unirse oportunamente y dar vueltas a un guión travieso, maléfico y oportunista que cede, toda su osada interpretación del engaño supremo, por la lealtad, fidelidad y honradez de los sanos y verdaderos sentimientos del corazón nacidos.
Se apuesta a mujer sumisa y esclava, ante dominador hombre que la turbulenta y maneja a su antojo y voluntad propia; se apuesta a mujer desesperada, que asume su función de ladrona de palabras y emociones, de actuación convincente e impecable, para placer del orquestado director; se apuesta por complicidad femenina, que descubre la fidelidad y coraje de una compañera que la coge de la mano, para guiarla hacia la libertad emocional del puro sentimiento...
...,se apuesta por una satisfacción de argumento y mirada, que se verá guiada y ensimismada a cada paso de afección desvelada, para no desviar la atención y disfrutar de esta retorcida fábula, de sucias artimañas y desbocada seducción, donde la lectura exclusiva de libros eróticos esconde esa visión lasciva y lastimosa, de quien encierra una doble moral siniestra.
Park Chan-wook presenta un magnífico thriller, de astuta complejidad y estimulante ritmo, en un inicial complot que, a través de la presentación de los personajes y sus retrospectivos saltos temporales, deja atrás su simpleza para configurar un enrevesado “cluedo” de misterio, donde el fallecido será la pureza del alma y empatía por el semejante querido.
Una pueril princesa, encerrada en un malvado castillo, vigilada por su indecente tío, a la espera del caballero andante que la libere y se case con ella; en este caso un conquistador embustero, que apuesta a doble banda para llevarse el dinero e introduce, para ello, a su doncella de confianza.
Pasión lésbica adulta, para una narrativa de confusión de identidades, de erotismo, intimidad y dominación, de complicidad y liberación, de excentricidades, exhibicionismo y secretos, de egoísmo, argucias, vileza y felonía, de encanto y elegancia para un humorístico drama, de oscuridad negra y roja sangre.
Es para verla (si ya te pareció impactante “Oldboy”), para no dejarla pasar sin dejarse afectar por su maliciosa tortura y sus caprichos literarios, al combinar diferentes géneros y estilos con ese sabroso deje infantil, de quien juega a obtener lo que quiere, duela a quien sea; críos crecidos, apostando por ser el más pillo.
“La doncella”, venía recomendada, pero se excedió en sus funciones, hay que ver ¡cómo está el servicio!

Lo mejor; como capta tu atención desde el inicio.
Lo peor; abusa un poco del giro narrativo.
Nota 7
interpretación 7 guión 7 fotografía 7,5 música 6,5 realización 7,5 montaje 7

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
8
11 de junio de 2017 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Park Chan-wook se va imponiendo poco a poco como el mejor realizador de la abundante hornada sudcoreana de la´s dos últimas décadas. La doncella es muchas cosas a la vez, y ninguna defrauda: un relato gótico, una novela de intriga, un cuento erótico, un estudio de la naturaleza humana, una película romántica... Preciosista, delicada, descarnada, momentáneamente gore, canto glorioso al sexo lésbico, una miniatura que poco a poco va desvelando toda su belleza, en cada detalle que emerge a la luz en su debido momento.
Lady Hideko vive sojuzgada por su tío, un perverso que habría hecho las delicias del divino marqués. Desde pequeña ha sido adiestrada para leer en voz alta fragmentos de literatura pornográfica, ante un reducido público compuesto por personajes tan repugnantes como su tío. Pero un día se cuela en la casa un impostor, un indeseable, un estafador que se hace pasar por conde japonés. El individuo propone matrimonio a Hideko para hacerse con la fortuna que le corresponde por herencia. No oculta en ningún momento que su oferta no está motivada por el amor o el sexo, sino por el dinero. Al casarse, ambos saldrán ganando. Tiene una cómplice, que entrará como doncella de Hideko para luego jugarle una mala pasada. Pero el pobre conde no cuenta con los sentimientos que, a veces, surgen entre las personas y cambian vidas, planes y perspectivas...
Lo demás es spoiler. Narrada en tres actos, o partes, La doncella va desgranando su intriga, inspirada en una novela de Sarah Waters, notable escritora lesbiana que goza de gran predicamento en la actualidad. Sin miedo al sexo explícito, más estético que apasionado (aquí no encontraréis las arrasadoras escenas de La vida de Adèle), Park Chan-wook construye con parsimonia una obra que debe beberse despacio. Que no asusten a nadie sus 144 minutos. No se notan. Además, 10 son de títulos de crédito. Dejaos absorber por la impagable fotografía, la poética banda sonora, por los meandros de la historia y, sobre todo, por la magia de las dos Kim. Puestos a elegir, elegiría... a las dos. Cuentan las crónicas que Kim Min-hee, con 17 títulos en su haber, conoció a la debutante Kim Tae-ri y se comprendieron ipso facto. La verdad es que se las ve muy a gusto en sus escenas eróticas, lo cual es muy de agradecer.
La doncella bien vale dos horas de vuestro tiempo. Si algo se le puede criticar es su extremada frialdad: en ningún momento te sientes conmovido, excitado o trastornado. Es como estar contemplando un retablo muy hermoso en que la perfección se impone a todo lo demás. Pero volveré a verla, de eso estoy seguro.
7
3 de enero de 2018 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tuviera que definir con una palabra la película de Park sería con el adjetivo de seductora. Todo, la ambientación, el ritmo narrativo, las escenas eróticas, la fotografía, el vestuario, el guión, ..... está programado por el director coreano para seducir al espectador. Y ojo... a veces la seducción tiene ciertos visos de engaño; o trata, con pequeñas muestras a modo de migas de pan que marcan el camino, de atraparnos a un voyerismo que no nos dejará indiferentes; o nos embriaga con un costumbrismo victoriano-japonés lleno de detalles maravillosos. Y la verdad es que Park triunfa en su cometido seductor y nos hace obviar el excesivo metraje, la reiteración de los hechos, el engaño al espectador a la hora de ejecutar el guión o el tramo final, muy efectista, pero pobre y desmerecedor del resto del fim (parece de peli de serie B)
Se divide en tres partes. La primera es esplendorosa. Espectacular. Sensual y detallista, con un guión que atrapa desde el principio y una puesta en escena sencillamente perfecta. Si Park hubiera conseguido mantener este mismo nivel al resto de partes estaríamos hablando de una obra maestra. Sin embargo la segunda parte decae, en cierta medida por la reiteración de los acontecimientos (se da otra visión de la historia) y por el exceso efectista de ciertas secuencias, especialmente la de sexo en la que, sin aportar nada nuevo a la trama, nos convierte en cautivos mirones de una impactante escena erótica. La tercera parte me parece muy floja, flojísima. De serie B. Indigno final, que pasamos por alto a Park dada la seductora belleza de muchas de sus imágenes.

En cuanto a los personajes hay que destacar el gran papel que ejecutan tanto la doncella como la dama, combinando frialdad y pasión en las dosis convenientes. El conde también hace un buen papel, aunque creo que sobreactuado en ciertas ocasiones.

El guión es interesante, aunque echo en falta una mayor profundidad en la psicología de los personajes, una mayor oscuridad o dudas en sus intenciones, cosa que creo que hubiera dado mayor dramatismo a un thriller que se queda dulcificado por el atemperado ritmo y la excelencia del decorado. Desde mi punto de vista, muy inferior a lo que Park consiguió en su anterior film, Stoker.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En resumen, buena película, seductora e impactante que no nos dejará indiferentes y con un buen puñado de escenas maravillosamente filmadas. A modo de ejemplo sin hacer mucho spoiler:: la escena en que la doncella calma el dolor de muelas a la dama en la bañera (escena de extrema sensibilidad y sensualidad); la escena de la noche de bodas de la dama y el conde, con la sirvienta cantando; las sesiones de lectura de historias eróticas de libros con público lascivo; o la liberación final con la destrucción de libros de la biblioteca.
7
6 de mayo de 2021 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por el reconocido director surcoreano Park Chan-wook, adapta la novela inglesa "Falsa identidad" de Sarah Waters. Con un excelente acogimiento por la crítica en su estreno, me animé a ver este film que combina de sabia forma el thriller y el romance. Es un buena película aunque a mi no me llegó tanto como esperaba. Ambientada en los años 30 de Corea, cuenta la historia de Hideko, una mujer rica coreana pero con una miserable vida, vive encerrada en su mansión sometida a su turbio, pervertido y sádico tío y prometido, esclava de él, obligada a leerle libros eróticos de su inmensa colección día sí día también. Pero todo cambia cuando un buen día llega a la casa, de Japón, su nueva criada personal, Sookie, cuya llegada lo cambiará todo, para bien o para mal. La historia se divide en tres partes, la primera desde el punto de vista de Sookie, la segunda desde el punto de vista de Hideko y, por último, el desenlace final. Esto hace que la trama avance lentamente pero no por ello deje de ser interesante. Nos va dando información de a pocos.

Lo mejor: la primera mitad, buena historia, estética impecable (genial el estilo japonés y británico de la casa), muy buena fotografía y actuaciones.
Lo peor: por momentos el ritmo se vuelve un tanto irregular y repetitivo. Y, para mi gusto, las escenas de sexo tan explícito e interminables son innecesarias.
En definitiva, se podría haber contado lo mismo pero sin alargar tanto determinadas escenas. Lo bueno, breve, dos veces bueno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un tema importante de la cinta es la traición y la falta de moralidad y de principios, da igual a quien te tengas que llevar por delante con tal de salir tú beneficiado, especialmente cuando no tienes nada que perder y es la única forma de salir de tu miserable vida, pero ¿realmente vale la pena aplastar a otras personas para tu beneficio? ¿Nuestros personajes tienen algún tipo de ética o empatía hacia el prójimo? En un principio parece que no, o quizás si...

Sookie es la nueva criada personal de Hideko. Entre las dos comienzan a formar un vínculo especial. Pero lo que no sabe Hideko son las oscuras intenciones de Sookie, quien en realidad fue contratada por un estafador, quien se hace pasar por conde ante Hideko, para hacer de celestina entre ambos y, de ese modo, mandarla al manicomio y quedarse con su fortuna. Pero todo da la vuelta cuando descubrimos que Hideko no es tan corderito como parece, pues es quien está detrás de todo, alidada con el estafador, lo que pretenden es mandar a Sookie al manicomio en su lugar, con la identidad de Hideko, y así ella poder salir de ese infierno de vida y conseguir la ansiada libertad por fin. Pero hay una cosa con la que no se esperaba el cabecilla de todo ese meollo; la complicidad que surgiría entre las dos mujeres, quienes de diferentes formas han sido sometidas, vapuleadas y sumisas durante toda su vida, ven la oportunidad de aliarse al descubrir las intenciones que tienen la una con la otra, ¿han de dejarse manipular por ese hombre sin alma?

Me gusta ese giro de que todo lo que te muestran al principio da la vuelta, nada es lo que parece. Te vuelven a contar lo mismo desde otro punto de vista que no tiene nada que ver con lo que veíamos en un principio.
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