La palabra central de esta película puede ser "nostalgia". A cada instante nos vienen los recuerdos que parecían sucumbir; en cada plano, con cada estrella, con cada voz, reaparecen nuestros mejores años de la radio rockera mundial. Es una película que vas a disfrutar mucho si has participado de esas generaciones que intercambiaban cassettes y acetatos con cierto temor y hasta celo, pero al fin y al cabo se prestaban. No iban a durar para siempre, ni las generaciones ni sus long plays.
Rhys Ifans está fantástico: suena y provoca rock n' roll, con todo lo que estos deseos implican. Por allí aparece también genialmente, como es habitual, el señor Sturridge y el rubio Seymour Hoffman. Y durante unos minutos de placer, January Jones (Mad Men) nos muestra por qué su belleza enmarca nuestro presente pero con fervor por lo clásico.

Radio encubierta resulta delirante y absurda, atractiva para los que somos de la generación que descubrió la música sobre todo a través de la radio, en revistas especializadas de música y nos dejamos sorprender después por los "videoclips" de los primeros años ochenta.
Aunque las vivencias de los personajes resulten a menudo absurdas, transmiten diversión en esa insólita convivencia que los une en su pasión por la música y la radio como forma de vida.
Hacía tiempo que no veía una pelìcula donde se fumase tantísimo durante todo el metraje, la presencia de los cigarrillos y los micrófonos como un tándem inseparable.
Surrealismo hipnótico en la escena del padre y el hijo sumergidos bajo el agua junto a los vinilos y de fondo el tema de Cat Stevens, "father and son".
Entretenida para ver y escuchar, sobre todo si conectas con la música rememorada.

Una pena, la idea es muy buena, podría haber dado para una gran película, pero al final se queda en nada. Y nada funciona del todo bien. Ni los gags, ni la química entre los personajes, no sé, nada. Para mi solo vale la escena en que dan calabazas al protagonista, y luego suena "So long Marianne" de Cohen. El momento de consolación de los dos amigos frikis, sin pronunciar palabras, me recordó a las buenas películas de Chaplin. Ese momento es brillante.
El resto es muy pretencioso y previsible, y por una razón u otra simplemente no funciona.
Sin duda esta película es un ejemplo claro de la importancia de un buen casting. O del cuento de la lechera: buena idea, buenos actores, buena música = éxito seguro, pensaron ellos... No iban mal encaminados, pero sencillamente no pasó.

Ritmo, entretenida, buenos personajes, mejores actores, dosis necesarias de humor, de emoción, buena música. Puede que no sea una película que pase a los anales del cine, pero sin duda es una película que cumple con creces su cometido.
Mi nota un siete alto, tirando a ocho.
En su conjunto todo funciona y lo mejor, como he dicho, cumple su cometido: entretiene, divierte. Y además lo hace con unas interpretaciones que están al nivel de lo que se espera de ellos: toda una lección de interpretación.

Sin lugar a dudas, una película altamente recomendable y muy agradable de ver.

Esta película es una de las mejores que se pueden ver ya que es entretenida divertida la mejor banda sonora de todos los tiempos aprovechando el obvio hecho de su influencia en el rock de los 60s lo experimenta con las escenas mas divertidas del cine la película es fresca con mucha personalidad y experimenta y muestra el lado bueno del sueño adolescente a lo que es ser una estrella de rock Richard Curtis homenajea a muchos músicos sencillo por que la película logra tal Hazaña
Una dirección excelente de Richard Curtis que no puede estar más dentro de su elemento
Un elenco esforzado y efectivo que con solo mirar ya se sabe que es una comedia
Un guion de lo más original
Una fotografía efectiva sencilla
Por todo esto y mucho más superan todo lo conocido en el mundo de la comedia con claro no los chistes más originales pero si efectivos