Es cierto, Lupin no mata. Es una serie entretenida, agradable de ver sin más. Muy blanca, se puede ver perfectamente en familia. Pero que nadie espere la gran serie del año, porque está lejos de ser eso.
Tiene un buen reparto, aunque precisamente donde me falla es en el villano principal, muy de opereta. Y es que en mi opinión el actor es el peor de la serie y esto lastra mucho el resultado final.
Por lo demás, correcta. Tiene interés ver las estrategias de Assane para lograr sus objetivos, y a veces son demasiado inverosímiles, pero oye, es ficción al fin y al cabo.

Lupin el ladrón con más clase. Si el anime de Lupin III me encandilaba y Omar Sy me fascina como trabaja. Los metes a ambos en una batidora los mezclas y sale esta maravilla de adaptación. (Que va a conseguir que me haga con alguno de sus libros).

La preparación de los robos y los disfraces de Lupin y su eterno amigo y ayudante son de lo mejorcito de la puesta en escena. Ya si le sumamos el carisma y el humor de Omar Sy dan un Lupin de lo más impactante.

En esta temporada creo que el villano es lo que se queda más cortito, en comparación con las temporadas anteriores. Pero si la cuarta temporada da lo que promete el último capítulo, va a ser genial.

7 capítulos que se pueden ver del tirón, de nota le doy un buen 7.

Disponible en @netflixes que ojalá apueste por el anime también y ingrese en su catálogo la serie antigua.

En la última temporada de Lupin, muestra un gran desarrollo en el uso de los libros de Maurice Leblanc, en la cual aporta la magia en las distintas situaciones que se realiza durante el transcurso de los capítulos, sabiendo anticipadamente los finales airosos del protagonista, pero no quita lo entretenido y mágico. A nivel producción, implementa detalladamente las variadas escenas de la serie. La adaptación contemporánea y el uso de las tecnologías actuales están muy acertadas en cada secuencia de la serie. Lo interesante, es el uso bien logrado de distintos disfraces y maquillajes que utiliza el protagonista, sobretodo cuando hace de entrenador de basquetbol de su hijo.
Esta serie está para acomodarse en un sillón con un snack y gaseosa, y disfrutar al trote de cada capitulo y de las formidables actuaciones de cada protagonista.

Maniquea, en el peor sentido de la palabra.

Si por algo destaca es por las incongruencias de todo tipo.
Ya desde el primer episodio, la intriga y las supuestas sorpresas de un robo (del “Collar de la Reina” que cuenta con vida propia literaria, cinematográfica e histórica, por tratarse de un timo) robo que pretende ser sofisticado, pero resulta barato y burdo y con excesivas licencias.

Pretender que un actor como O. Sy puede comportarse igual o parecido al Arsenio Lupin de las novelas, como que no. ¿De que se va a disfrazar? ¿De obispo? ¿De mujer? ¿Y no dar el cante con su corpachón?

Mucho se ha dicho que la la televisión banaliza,
Visto lo visto, Netflix, ídem.

Lupin no es una de esas series que alargan innecesariamente los conflictos de sus protagonistas. Al terminar el quinto episodio de esta segunda parte de la lujosa producción francesa, el espectador sigue con ganas de más. No son la falta de respuestas las que hace que la audiencia quiera volver a este universo, sino el carisma que desprende en cada una de sus escenas el antihéroe protagonista
Se trata de una serie adictiva, con un protagonista carismático, de las que consiguen atraparte gracias a una historia divertida con toques de misterio y muchos robos de guante blanco. En su adolescencia, la vida de Assane Diop dio un vuelco cuando su padre murió después de ser acusado por Pelligrini de un crimen que no cometió. 25 años más tarde, Assane se inspira en su héroe, Arsène Lupin, para vengar a su padre. La búsqueda de venganza de Assane contra Pelligrini que ha destruido su familia, Lupin acorralado deberá pensar en un nuevo plan, aunque eso signifique ponerse en peligro