Casablanca
8.4
100,270
Drama. Romance
Años 40. A consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, Casablanca era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gente de todas partes: llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo, que presionaba a la autoridades francesas al mando del corrupto inspector Renault. En este caso, el objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la ... [+]
11 de abril de 2007
11 de abril de 2007
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, ante el diluvio que le cae a la película por aquí me he decidido -no tenía pensado hacerlo- a recordar la primera vez que vi Casablanca: una mañana, enfermo, no había ido a clase. Me tumbé en el salón de mi casa y me decidí a verla -había oído hablar tanto de ella...-. En fin, a los que nos ha gustado me entenderán, fue un momento mágico, la vida merecía un poquito más la pena...
No voy a decir que es mejor película de la historia, no lo sé, ni siquiera que es mi favorita -hasta eso es difícil de decir-, sólo quiero animar al que no la haya visto a que lo haga: es posible que te decepcione, pero vale la pena probar.
No voy a decir que es mejor película de la historia, no lo sé, ni siquiera que es mi favorita -hasta eso es difícil de decir-, sólo quiero animar al que no la haya visto a que lo haga: es posible que te decepcione, pero vale la pena probar.
6 de abril de 2007
6 de abril de 2007
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como una vez muy bien dijo un amigo-hermano mío; EL CINE ES ARTIFICIO. Pues bien, Casablanca, aúna todas las características que llevan a ese genial engaño paralelo a la más increíble de las realidades, se sale Humphrey, se sale la Ingrid, se salen todos y recrean una época, en un lugar, Casablanca, en un momento, donde la historia late, que nadie es capaz de discutir, donde el cine más puro y duro genera unos de los finales más guionescos e impresionantes de la historia del cine. Viva la fiesta de la vida y el cine, donde el AMOR con mayúsculas triunfa por todo lo alto. Lo demás será siempre comparado a tal barbarie artística.
21 de febrero de 2010
21 de febrero de 2010
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Forma parte de la historia del cine y es obligado verla, al menos por parte de aquellos que tenemos interés por todo lo que queda atrás. Se ha escrito y se ha dicho tanto sobre "Casablanca" que no sé si me merece la pena usar mi tiempo en decir la mía. Ejerceré mi libertad de expresión sin embargo y la oportunidad que da FA para opinar y confesaré un par de cosas: la primera y más importante que la acabo de ver por primera vez, ahora mismo y a mis treinta y pico, y segundo que pensando que iba a decepcionarme me he decepcionado conmigo mismo al darme cuenta que, sin ser una obra maestra (eso nunca), me ha entretenido lo suficiente.
He leído cosas como que Bogart era un tapón al lado de la Bergman y que tenía que subirse a unos ladrillos para que no quedara mal, que está llena de errores y que los actores interpretan como la haría uno de cartón. Si me pareciera mala la rajaría de arriba abajo como he hecho con Wilder o con quien sea, pero confesaré que hace unos momentos, tan fresco está en mi pupila, he visto ese final tan mencionado con el avión que despega, la certeza de haber visto historia del cine, los dos recién reconocidos amigos, el desamor desplegado en su totalidad, la musiquilla del pianista de fondo... ¿qué quieren que les diga? no me he emocionado, pero algo tiene que hace que esté convencido que no va a ser la última vez que la vea y sospecho que me arrepentiré de no valorarla mejor.
He leído cosas como que Bogart era un tapón al lado de la Bergman y que tenía que subirse a unos ladrillos para que no quedara mal, que está llena de errores y que los actores interpretan como la haría uno de cartón. Si me pareciera mala la rajaría de arriba abajo como he hecho con Wilder o con quien sea, pero confesaré que hace unos momentos, tan fresco está en mi pupila, he visto ese final tan mencionado con el avión que despega, la certeza de haber visto historia del cine, los dos recién reconocidos amigos, el desamor desplegado en su totalidad, la musiquilla del pianista de fondo... ¿qué quieren que les diga? no me he emocionado, pero algo tiene que hace que esté convencido que no va a ser la última vez que la vea y sospecho que me arrepentiré de no valorarla mejor.
4 de noviembre de 2012
4 de noviembre de 2012
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
192/15(31/08/12) Icono del Séptimo Arte, historia de amor gloriosa, frases y diálogos sublimes, intérpretes en estado de gracia, canción parte de nuestra cultura, y un final antológico. La sinopsis la omito por sabida y por el límite de caracteres. Se basa en una obra teatral "Everybody Comes To Rick's", sin publicarse, de Murray Burnett y Joan Alison, Hall Wallis compró los derechos por 20000 $ (record por una obra de teatro sin representar). Fue rodada cronológicamente, solo la mitad del relato estaba escrito, el genial guión lo iniciaron los gemelos Julius y Philip Epstein, se les sumó Howard Koch, este imprimió el aire místico y escéptico a Rick, un romántico idealista tras una coraza de nihilismo, lo acabaron con la ayuda del sin acreditar Casey Robinson, este perfiló los intensos encuentros entre Ilsa y Rick, hay una última y sibarita aportación de Wallis (spoiler), se escribía día a día, no se sabía el final, con lo que su resultado es un pequeño milagro. Mana lirismo, melancolía, romanticismo, aventura, drama, ello con estupendas dosis de humor, su ritmo fluye como un río de emociones, con temas de dignidad, de idealismo, de sacrificio o del sentido del deber, son tocados de forma sobresaliente. Dirigió el húngaro Michael Curtiz que potenció el romanticismo, y responsable del único minilunar del clásico, el cargante flash-back parisino, una gota de agua en un océano de calidad, el prólogo es del 2º director, Don Siegel, se nos dice la realidad sociopolítica de Casablanca, nos presenta un agitado mercado al aire libre con traficantes de documentos, carteristas y espías, la policía no duda en disparar primero y preguntar después, ello con la demagógica foto de Petain al fondo, y arranca la maestría de Curtiz, entramos en Rick’s, en pocos trazos se presentan los personajes y las tramas que se van a desarrollar, con elegancia excelsa y un dominio de la escena excelente Curtiz nos pasea por el club, con situaciones derivadas de la Guerra, hablan de Rick por todos lados, crean un halo de misterio a su alrededor, por fin aparece su mano para firmar un talón, <O.K. Rick>, fuma y juega solo al ajedrez, despliega en pocos minutos un carisma insuperable, un aura metafísica lo envuelve. Bogart será de por vida Rick (menos mal que George Raft rechazó el papel), su lacónico rol lo borda, siempre con smoking blanco, su aire nostálgico y su cigarrillo, siempre la respuesta adecuada, mítica actuación que se maximiza cuando Ingrid Bergman se le suma, entre los dos la química es atómica, una explosión de amargura mezclada con desencanto y romanticismo exacerbado donde las miradas entrecruzadas emiten estremecedoras emociones, con unos tremebundos primeros planos. La cámara solo tiene ojos para Ingrid, su pulcra belleza es un imán para el espectador, su dulzura y tristeza es fascinante, ella siempre será la tierna Ilsa. Hay una soberbia galería de secundarios, el leal amigo pianista Sam (buen Dooley Wilson, en realidad un batería),… (continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
… el combativo idealista Laszlo (Paul Henreid, con su minuto de gloria en la escena de la batalla de himnos, con el canto de una conmovedora ‘Marsellesa’),los aprovechados momentos de Ugarte (Peter Lorre), la poderosa presencia de Ferrari (Sidney Greenstreet), pero el actor de reparto que se sale es un Claude Rains impresionante como el capitán Renault, desprende una empatía deliciosa, es un sátiro juguetón, un pragmático que siente una admiración cuasi-gay hacia Rick, es el contrapunto al romance central, un rol roba-planos a Bogart y Bergman, uno de los mejores secundarios de la Historia. Hay una gran puesta en escena, realzada por la fotografía de Arthur Edeson, usa las luces y las sombras acercnadose al expresionismo, sutilmente canaliza emociones. La popular canción ‘As time goes by’ de Herman Hupfeld, cantada por Dooley Wilson, era parte de la obra original, Max Steiner, pretendía que el melancólico tema fuera sustituido por uno suyo, por suerte Bergman ya se había cortado el cabello para ‘Por quién doblan las campanas’ y no pudo volver a rodar la escena con la nueva canción. La Warner producía decenas de films al año fabricados en cadena, este año Curtiz hizo 3 y Bogart otro tanto, este solo pretendía ser un producto de propaganda anti-nazi, la trascendencia de esta Obra tropezó con el éxito. Rick es una alegoría de la situación de Roosevelt previa a su entrada en la WWII, los dos residen en (la) Casablanca, el presidente fue neutral mientras pudo, pero al final tiene que tomar partido, como Ferrari le dice <En este mundo de hoy, el aislacionismo ya no es una política práctica>. Cuando se anunció en la ceremonia el Oscar a la mejor película Hall Wallis como productor se levantó a recoger el premio, tuvo que volver a sentarse, Jack Warner estaba en el escenario asiendo la estatuilla, Wallis se sintió humillado y furioso, esto motivó que dejara la Warner. Recomendable a TODOS. Fuerza y honor!!!
22 de mayo de 2008
22 de mayo de 2008
46 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peliculilla sobrevalorada a niveles de psicoanálisis y camisa de fuerza, en la que vemos a un borrachuzo viejuno al que una frígida inexpresiva dejó colgado el día que un avión de Icona reventó el depósito sobre la estación central de Paris, y al que eso le hizo tener cara de empachado para los restos. El tío se pasa toda la peli con la misma jeta de alegría de la huerta, pero es un pedazo de actor o eso creo que dicen los entendidos.
Sale también un negro que toca el piano cantando como Louis Armstrong con escozor de almorranas, un yayo más para allá que para acá tope cargante y chocho, un capitán de policía con más plumas que el corral del Avecrem, y un sindicalista o similar que moja menos que mi hamster, que lleva diez años muerto, pero que se la repampimfla siempre que pueda pegarse unos cantos en un bar en el que sucede de todo, que viene a ser como la cocina de Medico de Familia, que todo pasaba allí entre bricks de Zumosol y de leche Pascual.
El resto de la ciudad no sale, excepto la tienda de un moro que tiene menos pinta de árabe que David Beckham, y un aeropuerto con aviones de cartón.
Si quisiese ir de cinéfilo, diría que es una obraza. Pero como aún recuerdo los bostezos que me pegué, diré la verdad y tan ancho que me quedaré: Una caquita.
Sale también un negro que toca el piano cantando como Louis Armstrong con escozor de almorranas, un yayo más para allá que para acá tope cargante y chocho, un capitán de policía con más plumas que el corral del Avecrem, y un sindicalista o similar que moja menos que mi hamster, que lleva diez años muerto, pero que se la repampimfla siempre que pueda pegarse unos cantos en un bar en el que sucede de todo, que viene a ser como la cocina de Medico de Familia, que todo pasaba allí entre bricks de Zumosol y de leche Pascual.
El resto de la ciudad no sale, excepto la tienda de un moro que tiene menos pinta de árabe que David Beckham, y un aeropuerto con aviones de cartón.
Si quisiese ir de cinéfilo, diría que es una obraza. Pero como aún recuerdo los bostezos que me pegué, diré la verdad y tan ancho que me quedaré: Una caquita.
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