El bosque infinito (Miniserie de TV)

Ver esta serie tranquilamente en el sillón de tu casa episodio tras episodio es como sentarse a escuchar una diatriba de uno de tus temas favoritos, en el que estás interesado, pero en una habitación completamente a oscuras.

Y es que la narración de esta serie se oscurece dentro de sí misma. Tiene un gran reparto y plantea una historia que podría haber sido apasionante dado el libro en el que está basada, además no tiene excusa esta serie en ser tan larga, fría, aburrida y deprimente pues cuenta con un buen reparto, en el que si bien no son todos conocidos, bordan sus personajes la gran mayoría.

David Thewlis está mermado en un personaje de chupasangres colono, obsesionado con su masonería y tierras idílicas solo en su mente, contraste con la locura humana al tener poder.
Anaeurin Barnard es el segundo mejor actor y personaje, un casi Gregoire de Fronsac (el héroe de "El pacto de los lobos" que viajaba también con una amigo nativo), contratado para investigar la masacre de la colonia francesa.

El resto son más de lo mismo, y es que ese es el problema. No todos los personajes deberían ser lineales. La codicia y la ambición europea son retratada en cada uno de los personajes con villanía, todos son sucios, malos, egoístas, lujuriosos, ladrones, mentirosos, cobardes, asesinos....no hay ni un hombre decente en toda la serie.

Es así que no hay elemento discriminativo, en una tierra donde ni los héroes ni la gente decente puede llegar a existir ni existe, ningún malvado puede por ello sobresalir, ya que se desdibujan en el negro de esta visión igual, en la que solo se aprecia oscuridad, no hay ni un solo elemento claro.

No brillan los buenos porque no hay, no brillan los malos, porque todos lo son.

Falla el guión, falla el ritmo, con situaciones que se desarrollan apenas en episodios y episodios, mientras el público se cansa de jamás obtener respuestas a sus misterios y apagan la televisión.

Carente de buenas interpretaciones , fotografía realista, fiel retrato a la representación de ese siglo. Mal vestuario y poco creíbles aventuras personales.