La tercera ley de Newton
4.2
57
18 de agosto de 2022
18 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ópera prima de Jorge Barrio no es una mala película. Tiene unas notables intenciones aunque su resultado, un tanto “afrancesado” en el peor sentido del término, me deja una sensación de oportunidad perdida por pecar de insulsa. Y eso que la materia prima con la que trabaja es fenomenal: un adolescente de 13 años llamado Mikel ha sido un niño raro y solitario desde siempre y así sigue siéndolo; tiene una sola amiga, Marta, de la misma edad, con la que queda una mañana para hacer fotos porque ambos son aficionados a la fotografía. A partir de ahí, la cinta nos narra todo lo que les ocurre durante un único día cogiendo forma de “road movie” conforme avanza el metraje, dado que acaban haciendo un periplo por buena parte de Bizkaia y encontrándose con diferentes personajes. Ese viaje, como en toda “road movie” que se precie, los va a cambiar y, después de ese día, no volverán a ser los mismos.
Sobre el papel suena mucho mejor de lo que acaba siendo. Algo falla que no llega a emocionar ni a calar en el espectador. Quizás el hieratismo del personaje de Mikel y de la interpretación que del mismo hace Ibai Alonso, que termina repeliendo y, lo que es peor, resultando inexplicables algunas de sus reacciones. Muchísimo más jugo tiene Marta y la fantástica interpretación de María Muro, que es todo lo contrario a su amigo, manejando el ansia experimentadora que sólo se tiene a los 13 años con respecto a la vida, pensando que puede ser devorada sin saber que finalmente es la vida la que te devora a ti.
Falla en este film precisamente la tercera ley de Newton, porque su acción no provoca la reacción necesaria y esperada en el cinéfilo, que más bien la contempla con apatía.
Aunque, para ser sinceros, es obvio que el fallo debe estar en el guión del propio Jorge Barrio, que hubiera necesitado más sustancia dramática para enganchar realmente al espectador. Acaba resultando una buena cinta para pasar un rato agradable pero ojalá hubiera dado todo lo que prometía, que era muchísimo.
Sobre el papel suena mucho mejor de lo que acaba siendo. Algo falla que no llega a emocionar ni a calar en el espectador. Quizás el hieratismo del personaje de Mikel y de la interpretación que del mismo hace Ibai Alonso, que termina repeliendo y, lo que es peor, resultando inexplicables algunas de sus reacciones. Muchísimo más jugo tiene Marta y la fantástica interpretación de María Muro, que es todo lo contrario a su amigo, manejando el ansia experimentadora que sólo se tiene a los 13 años con respecto a la vida, pensando que puede ser devorada sin saber que finalmente es la vida la que te devora a ti.
Falla en este film precisamente la tercera ley de Newton, porque su acción no provoca la reacción necesaria y esperada en el cinéfilo, que más bien la contempla con apatía.
Aunque, para ser sinceros, es obvio que el fallo debe estar en el guión del propio Jorge Barrio, que hubiera necesitado más sustancia dramática para enganchar realmente al espectador. Acaba resultando una buena cinta para pasar un rato agradable pero ojalá hubiera dado todo lo que prometía, que era muchísimo.
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