La pelota vasca, la piel contra la piedraDocumental
6.8
12,781
Documental
Documental sobre el conflicto del País Vasco, en especial sobre la lacra del terrorismo, que se desarrolló a partir de 70 entrevistas a personalidades de la vida política e intelectual de Euskadi, pero también a padres de víctimas de ETA y detenidos juzgados por su pertenencia a la banda terrorista independentista. La intención del director era invitar al diálogo político en torno al conflicto vasco y expresar el rechazo a la violencia.
14 de enero de 2008
14 de enero de 2008
182 de 238 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sacado de mi amada wikipedia:
"Debido a algunos elementos como el que se entrevistara a Arnaldo Otegi, el Partido Popular se negó a que ninguno de sus miembros formasen parte del elenco de entrevistados, si bien sí tomaron parte un miembro de Unión del Pueblo Navarro (asociado al PP en Navarra) y el secretario general de Unidad Alavesa, partido que entonces estaba coaligado con el PP en varios parlamentos, además de Alfredo Marco Tabar en la edición de 7 horas del DVD. Según explicó Gustavo de Arístegui en el programa La Ventana de la Cadena SER, el motivo de la no participación es que si bien la cinta critica fuertemente a ETA, no critica tanto al nacionalismo vasco.
Tampoco ningún preso de ETA quiso tomar parte, aunque sí un ex-preso".
Bueno, pues que quieren que les diga, la idea de entrevistar al espectro tanto político como social entorno al País Vasco queda sin conseguir su objetivo. Queda bastante cojo el conjunto, tenemos a varios intérpretes que no aparecen en escena. Sigamos con la wikipedia, que sino me llaman después de todo:
"El día de su presentación en el festival de San Sebastián, la Asociación Víctimas del Terrorismo pidió al alcalde, Odón Elorza (participa en el largometraje) la retirada de la cinta del festival, aunque ésta no se produjo.
Así mismo, durante la Gala de los Premios Goya 2004, desde la semana anterior a la Gala, la AVT convocó una manifestación frente a la gala a causa de que entre las nominadas estaba el documental de Julio Medem, debido a que según ellos equiparaba a víctimas con victimarios; entre las pancartas destacaban las de No al Medem, y No a la Pelota Vasca: la nuca contra la bala."
Bien. Todo un infierno para Medem. ¿Mi opinión sobre la película?
No es un mal documental. Y sobre todo, el tan comentado montaje en paralelo entre la esposa que perdió a su marido y la mujer que va a prisión a ver a su cónyuge, causa comparación, efectivamente. Pero, lógicamente también, por este montaje es más fácil sentirse identificado con las victimas antes que con el entorno del etarra. Con esto llegamos a mi conclusión final: es un documental que trata de parecer objetivo, pero no lo es. No lo es porque si se ve el documental sin prejuicios, se ve claramente que el director (y el montador sobre todo) hace todo lo posible para que no sintamos simpatía por ETA y su entorno, y al resto, parece mostrar cierta simpatía, incluyendo en especial a la izquierda no abertzale y a los partidos nacionalistas.
Necesaria visión, pero objetiva desde luego que no.
Ahora les diría que no le dieran al NO, pero muchos ya habrán pulsado el Si o el No sin llegar leyendo hasta aquí, pues ya votaron nada más ver mi puntuación. Genial. No me extraña que no se atrevan a hacer pelis sobre ETA. Para eso mejor documentales obre flores silvestres. Aunque los radicales de las violetas son un problema.
"Debido a algunos elementos como el que se entrevistara a Arnaldo Otegi, el Partido Popular se negó a que ninguno de sus miembros formasen parte del elenco de entrevistados, si bien sí tomaron parte un miembro de Unión del Pueblo Navarro (asociado al PP en Navarra) y el secretario general de Unidad Alavesa, partido que entonces estaba coaligado con el PP en varios parlamentos, además de Alfredo Marco Tabar en la edición de 7 horas del DVD. Según explicó Gustavo de Arístegui en el programa La Ventana de la Cadena SER, el motivo de la no participación es que si bien la cinta critica fuertemente a ETA, no critica tanto al nacionalismo vasco.
Tampoco ningún preso de ETA quiso tomar parte, aunque sí un ex-preso".
Bueno, pues que quieren que les diga, la idea de entrevistar al espectro tanto político como social entorno al País Vasco queda sin conseguir su objetivo. Queda bastante cojo el conjunto, tenemos a varios intérpretes que no aparecen en escena. Sigamos con la wikipedia, que sino me llaman después de todo:
"El día de su presentación en el festival de San Sebastián, la Asociación Víctimas del Terrorismo pidió al alcalde, Odón Elorza (participa en el largometraje) la retirada de la cinta del festival, aunque ésta no se produjo.
Así mismo, durante la Gala de los Premios Goya 2004, desde la semana anterior a la Gala, la AVT convocó una manifestación frente a la gala a causa de que entre las nominadas estaba el documental de Julio Medem, debido a que según ellos equiparaba a víctimas con victimarios; entre las pancartas destacaban las de No al Medem, y No a la Pelota Vasca: la nuca contra la bala."
Bien. Todo un infierno para Medem. ¿Mi opinión sobre la película?
No es un mal documental. Y sobre todo, el tan comentado montaje en paralelo entre la esposa que perdió a su marido y la mujer que va a prisión a ver a su cónyuge, causa comparación, efectivamente. Pero, lógicamente también, por este montaje es más fácil sentirse identificado con las victimas antes que con el entorno del etarra. Con esto llegamos a mi conclusión final: es un documental que trata de parecer objetivo, pero no lo es. No lo es porque si se ve el documental sin prejuicios, se ve claramente que el director (y el montador sobre todo) hace todo lo posible para que no sintamos simpatía por ETA y su entorno, y al resto, parece mostrar cierta simpatía, incluyendo en especial a la izquierda no abertzale y a los partidos nacionalistas.
Necesaria visión, pero objetiva desde luego que no.
Ahora les diría que no le dieran al NO, pero muchos ya habrán pulsado el Si o el No sin llegar leyendo hasta aquí, pues ya votaron nada más ver mi puntuación. Genial. No me extraña que no se atrevan a hacer pelis sobre ETA. Para eso mejor documentales obre flores silvestres. Aunque los radicales de las violetas son un problema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por cierto, Medem no es nacionalisa. Ni vasco ni español. Incluso se presta a dar voz a IU en esas hermosas tierras del norte. Solo como apunte. No me peguen.
Miedo da leer algunas críticas sobre el documental. Sobre todo de la última página. Por favor, no me envien allí. Dele al sí, que hay cosas como esta: "desde luego que si eres nacionalista, terrorista, comunista o simplemente un ignorante pues te gustará". Vota sí.
...
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Es que falta poco para las elecciones. A ver si dando pena se consigue algo. A muchos les funciona.
Miedo da leer algunas críticas sobre el documental. Sobre todo de la última página. Por favor, no me envien allí. Dele al sí, que hay cosas como esta: "desde luego que si eres nacionalista, terrorista, comunista o simplemente un ignorante pues te gustará". Vota sí.
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Es que falta poco para las elecciones. A ver si dando pena se consigue algo. A muchos les funciona.
23 de junio de 2007
23 de junio de 2007
94 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
De visión obligada para todo aquel que quiera intentar entender un poco el conflicto vasco y que sea lo suficientemente lúcido para entender que las cosas no son "blanco-negro" sino que lo que dominan son los matices y hay tantas tonalidades de gris que no se puede decir que nadie tenga toda la razón ni que nadie esté totalmente equivocado.
Puede gustar o no gustar, se puede o no estar de acuerdo con lo que opinan muchos de los tertulianos, pero si se quiere conocer cómo se perciben las cosas en Euskalherria, las cosas son así.
¿Que la película se escora al lado "nacionalista vasco"? Bueno, pasan dos cosas: Al fin y al cabo, la mayoría social allí es "nacionalista vasca", y además, hubo todo un sector (la derecha española, el "nacionalismo español") que no quiso participar en la película. Por cierto, es curioso cómo después los que no quisieron participar se empeñaron tan visceralmente en criticar la película por "tendenciosa" y "parcial" (los primeros que la escoraron fueron ellos mismos, al negarse a participar).
Como digo, nadie tiene por qué estar de acuerdo con lo que se opina, pero en un país (España) donde se vive desde hace decenios un importante conflicto, no deja de ser chocante lo poco que se conoce (y lo poco que interesa) la opinión de los que viven inmersos en él. Desde luego, jamás se solucionará un problema si cerramos los ojos y nos tapamos los oídos. Tal vez si intentamos escuchar, si intentamos entender, todos estemos más cerca de solucionarlo.
Mi aplauso para Medem. Se metió en terreno peligroso y sufrió las lamentables consecuencias de un deplorable linchamiento mediático por parte de los "sumos sacerdotes de la verdad absoluta". Así nos va.
Soy vasco, pero llevo muchos años en tierra española: conozco uno y otro lado y puedo entender hasta cierto punto los distintos puntos de vista, pero llevo tantos años viendo cómo se desenfoca todo lo relacionado con lo vasco (interesadamente desde los medios y la política, por desconocimiento desde los ciudadanos) que para una vez que se ofrece la oportunidad de intentar acercarse a "cómo somos" (ni héroes ni desde luego demonios, tan solo personas con otra forma de ver las cosas) me deprimió la campaña de boicot promovida por un sector que no deja de representar a buena parte de la ciudadanía española. Es entonces cuando me di cuenta de que jamás nada tendrá solución. Creo que todo lo sucedido desde que se estrenó esta película hasta hoy (junio, 2007) no ha dejado de reafirmarme en que los que se niegan a escuchar tienen buena parte de culpa de que todavía sigamos hablando del "conflicto vasco". Creo sinceramente que la próxima generación tendrá todo el derecho del mundo a echarnos en cara aquello de lo que no fuimos capaces porque no quisimos.
Puede gustar o no gustar, se puede o no estar de acuerdo con lo que opinan muchos de los tertulianos, pero si se quiere conocer cómo se perciben las cosas en Euskalherria, las cosas son así.
¿Que la película se escora al lado "nacionalista vasco"? Bueno, pasan dos cosas: Al fin y al cabo, la mayoría social allí es "nacionalista vasca", y además, hubo todo un sector (la derecha española, el "nacionalismo español") que no quiso participar en la película. Por cierto, es curioso cómo después los que no quisieron participar se empeñaron tan visceralmente en criticar la película por "tendenciosa" y "parcial" (los primeros que la escoraron fueron ellos mismos, al negarse a participar).
Como digo, nadie tiene por qué estar de acuerdo con lo que se opina, pero en un país (España) donde se vive desde hace decenios un importante conflicto, no deja de ser chocante lo poco que se conoce (y lo poco que interesa) la opinión de los que viven inmersos en él. Desde luego, jamás se solucionará un problema si cerramos los ojos y nos tapamos los oídos. Tal vez si intentamos escuchar, si intentamos entender, todos estemos más cerca de solucionarlo.
Mi aplauso para Medem. Se metió en terreno peligroso y sufrió las lamentables consecuencias de un deplorable linchamiento mediático por parte de los "sumos sacerdotes de la verdad absoluta". Así nos va.
Soy vasco, pero llevo muchos años en tierra española: conozco uno y otro lado y puedo entender hasta cierto punto los distintos puntos de vista, pero llevo tantos años viendo cómo se desenfoca todo lo relacionado con lo vasco (interesadamente desde los medios y la política, por desconocimiento desde los ciudadanos) que para una vez que se ofrece la oportunidad de intentar acercarse a "cómo somos" (ni héroes ni desde luego demonios, tan solo personas con otra forma de ver las cosas) me deprimió la campaña de boicot promovida por un sector que no deja de representar a buena parte de la ciudadanía española. Es entonces cuando me di cuenta de que jamás nada tendrá solución. Creo que todo lo sucedido desde que se estrenó esta película hasta hoy (junio, 2007) no ha dejado de reafirmarme en que los que se niegan a escuchar tienen buena parte de culpa de que todavía sigamos hablando del "conflicto vasco". Creo sinceramente que la próxima generación tendrá todo el derecho del mundo a echarnos en cara aquello de lo que no fuimos capaces porque no quisimos.
4 de junio de 2006
4 de junio de 2006
51 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un muy interesante documental que permite escuchar diferentes puntos de vista sobre un problema que necesariamente habrá de resolverse a través de la palabra, y por que no, también a través de la imagen. Nunca están de más propuestas como esta, que nos recuerdan cuales son los adecuados cauces para expresar una ideología, sin necesidad de recurrir a otros tan tristemente frecuentes.
El modo en que logra fusionar las palabras, los paisajes, los lugares y los sonidos me parece muy acertado, logrando que todos se perciban como parte de un mismo universo emocional, independientemente de sus posicionamientos.
Una lástima que parte de los entrevistados no aceptasen aparecer. Si la violencia no es el camino, la intransigencia tampoco.
Un saludo.
El modo en que logra fusionar las palabras, los paisajes, los lugares y los sonidos me parece muy acertado, logrando que todos se perciban como parte de un mismo universo emocional, independientemente de sus posicionamientos.
Una lástima que parte de los entrevistados no aceptasen aparecer. Si la violencia no es el camino, la intransigencia tampoco.
Un saludo.
28 de abril de 2006
28 de abril de 2006
115 de 198 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada, creo conveniente aclarar que en el fondo soy antinacionalista. Y con esto quiero decir que no me gustan las fronteras, ni las de Cataluña, ni las del País Vasco, ni las de Francia, ni las de Estados Unidos... ¡ni las de España! Vamos, que mi utopía sería un mundo unido, sin naciones; incluso con un idioma oficial universal –que bien podría ser el inglés, aunque sería deseable introducir el signo de apertura de interrogación–. Esto no necesariamente implica la desaparición de ningún idioma ni de ninguna costumbre.
¿Que eso no es posible? Ya lo sé, ya he dicho que es una utopía. Para que esto funcionara el ser humano debería ser comprensivo por naturaleza.
En lo referente a la película, comenzaré por decir que la estructuración me pareció patética. En un documental en condiciones, uno se lleva unas preguntas preparadas e intenta formulárselas a todos los entrevistados de igual manera. El desorden del montaje es alarmante: ahora hablo del terrorismo; ahora de la historia del pueblo vasco; ahora meto unas imágenes aéreas; ahora de Franco; ahora meto unas imágenes de Orson Welles, que eso siempre agrada a la crítica... y así se salta de unos temas a otros sin ningún criterio más que el de "queda mejor así".
Falta lo fundamental en un documental de estas características: una idea previa sobre lo que se va a hacer algo más trabajada que la intención de otorgar la palabra a varios puntos de vista.
Yo habría comenzado por la historia del pueblo vasco, y habría continuado siguiendo un orden cronológico de eventos, por ejemplo. Incluso sin contar tanto con los entrevistados. Perdería algo de ese loable afán dialogante, pero sería mucho más serio y aprovechable, pues en una gran parte de las excesivas intervenciones dicen verdades a medias sobre las leyes internacionales y las "conspiraciones españolas" (!).
Tampoco me gustaron los travellings. Uno por cada entrevistado, y ya he dicho que el número de ellos me parece excesivo.
(Continúa en SPOILER por falta de espacio, no porque desvele detalles relevantes.)
¿Que eso no es posible? Ya lo sé, ya he dicho que es una utopía. Para que esto funcionara el ser humano debería ser comprensivo por naturaleza.
En lo referente a la película, comenzaré por decir que la estructuración me pareció patética. En un documental en condiciones, uno se lleva unas preguntas preparadas e intenta formulárselas a todos los entrevistados de igual manera. El desorden del montaje es alarmante: ahora hablo del terrorismo; ahora de la historia del pueblo vasco; ahora meto unas imágenes aéreas; ahora de Franco; ahora meto unas imágenes de Orson Welles, que eso siempre agrada a la crítica... y así se salta de unos temas a otros sin ningún criterio más que el de "queda mejor así".
Falta lo fundamental en un documental de estas características: una idea previa sobre lo que se va a hacer algo más trabajada que la intención de otorgar la palabra a varios puntos de vista.
Yo habría comenzado por la historia del pueblo vasco, y habría continuado siguiendo un orden cronológico de eventos, por ejemplo. Incluso sin contar tanto con los entrevistados. Perdería algo de ese loable afán dialogante, pero sería mucho más serio y aprovechable, pues en una gran parte de las excesivas intervenciones dicen verdades a medias sobre las leyes internacionales y las "conspiraciones españolas" (!).
Tampoco me gustaron los travellings. Uno por cada entrevistado, y ya he dicho que el número de ellos me parece excesivo.
(Continúa en SPOILER por falta de espacio, no porque desvele detalles relevantes.)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Moralmente no me parece tan plural, puesto que deja bien claro que el director es un nacionalista vasco que condena el terrorismo. Aproximadamente el 88% de colaboradores es nacionalista en mayor o menor medida. Más que el diálogo, me atrevería a decir que su propósito era el de dejar clara la diferencia entre nacionalismo y terrorismo.
También me parece que se ceban con el PP. No seré yo quien defienda a esta panda jurásica, pero se incide demasiado en que no quisieron participar en este proyecto. Yo opino que, para ser realmente plural, aunque no contaran con su colaboración, deberían haber intentado ponerse en contacto con periodistas de opiniones afines al PP pero sin afiliación. Estoy segurísimo –es más, me consta– que más de uno habría estado dispuesto a recibir en Madrid (o en otro sitio) a Medem.
También se echan de menos unos minutitos dedicados al miedo y a la extorsión que sufren muchos ciudadanos vascos, aparte de los amenazados que ya salen. Me refiero a esa gente de a pie sin guardaespaldas que no se atreve a llevar la contraria por miedo a la marginación social, como mal menor. No hay excusa: podrían haberles distorsionado la voz y el rostro.
Alcanza momentos sobrecogedores con las historias de las víctimas del terrorismo y con esa chica que describe las palizas recibidas por parte de unos agentes. También es muy interesante el paralelismo entre la cínica mujer del preso (hasta se ríe cuando intenta justificar lo que ha hecho su marido) y la viuda.
También momentos ridículos al considerar importantes algunas hipócritas intervenciones que mencionaban los "derechos históricos". ¿Dónde coño está la igualdad si parte de la población conserva favoritismos que se arrastran desde tiempos "inmemoriales"? Es una gilipollez como la de los títulos nobiliarios y la monarquía constitucional/parlamentaria.
Observo que está cobrando demasiada importancia la religión de la patria. Es tan peligrosa como cualquiera de las otras.
También me parece que se ceban con el PP. No seré yo quien defienda a esta panda jurásica, pero se incide demasiado en que no quisieron participar en este proyecto. Yo opino que, para ser realmente plural, aunque no contaran con su colaboración, deberían haber intentado ponerse en contacto con periodistas de opiniones afines al PP pero sin afiliación. Estoy segurísimo –es más, me consta– que más de uno habría estado dispuesto a recibir en Madrid (o en otro sitio) a Medem.
También se echan de menos unos minutitos dedicados al miedo y a la extorsión que sufren muchos ciudadanos vascos, aparte de los amenazados que ya salen. Me refiero a esa gente de a pie sin guardaespaldas que no se atreve a llevar la contraria por miedo a la marginación social, como mal menor. No hay excusa: podrían haberles distorsionado la voz y el rostro.
Alcanza momentos sobrecogedores con las historias de las víctimas del terrorismo y con esa chica que describe las palizas recibidas por parte de unos agentes. También es muy interesante el paralelismo entre la cínica mujer del preso (hasta se ríe cuando intenta justificar lo que ha hecho su marido) y la viuda.
También momentos ridículos al considerar importantes algunas hipócritas intervenciones que mencionaban los "derechos históricos". ¿Dónde coño está la igualdad si parte de la población conserva favoritismos que se arrastran desde tiempos "inmemoriales"? Es una gilipollez como la de los títulos nobiliarios y la monarquía constitucional/parlamentaria.
Observo que está cobrando demasiada importancia la religión de la patria. Es tan peligrosa como cualquiera de las otras.
21 de octubre de 2011
21 de octubre de 2011
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento de gran trascendencia histórica como el que estamos viviendo con el fin del terrorismo etarra, resulta pertinente citar este documental como ejemplo del compromiso cívico que el cine —y el arte en general— puede y debe aportar ante cualquier conflicto humano. En este caso, sólo cabe lamentar la hipocresía de las opciones políticas que lo acusaron de parcial, cuando fueron ellas las mismas que declinaron participar para exponer su punto de vista.
Lamentablemente, ahora que por fin se abre un horizonte de paz y libertad en Euskadi, y por si no fuera poco el daño irreparable que durante tantas décadas han causado los asesinos, resulta terriblemente triste tener que asistir también a la ruindad moral de ciertos sectores políticos y mediáticos de la ultraderecha española, incapaces de disimular su profunda irritación ante el fin del terrorismo, porqué son incapaces de disimular que los execrables medios eran para ellos tan solo la coartada para justificar su auténtica condena, la de la finalidad.
Porqué no se debe olvidar algo tan obvio que incluso tendría que resultar superfluo escribirlo: matar en nombre de una idea descalifica moralmente al que mata como portavoz de esa idea, pero no convierte la idea en incorrecta. El ideal independentista es tan legítimo como su contrario (el mal llamado antinacionalismo, ya que no deja de ser otra forma de nacionalismo), y tanto negar a las formaciones políticas que aspiran a ese ideal su derecho a apostar por él desde vías exclusivamente pacíficas y democráticas, como pretender negar la legitimidad de sus posibles logros, eso sí es querer imponer un precio político al final del terrorismo.
De todos modos, además, no corresponde a los españoles no vascos dictaminar qué puede ser o qué no puede ser el País Vasco. A nadie más que a la propia sociedad vasca le ampara ese derecho. Es responsabilidad de los ciudadanos vascos, desde sus muy distintas sensibilidades, y siempre desde el respeto mutuo y la concordia, saber dialogar y saber consensuar el futuro que quieren para su pueblo. Y debiera ser responsabilidad ética de la sociedad y las instituciones españolas favorecer ese diálogo (o, como mínimo, no torpedearlo), saber escucharlo y saber respetar sus conclusiones.
"En nombre de la familia, puedo decir que en estos momentos sentimos alegría y emoción" (Rosa Lluch, hija de Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000)
Lamentablemente, ahora que por fin se abre un horizonte de paz y libertad en Euskadi, y por si no fuera poco el daño irreparable que durante tantas décadas han causado los asesinos, resulta terriblemente triste tener que asistir también a la ruindad moral de ciertos sectores políticos y mediáticos de la ultraderecha española, incapaces de disimular su profunda irritación ante el fin del terrorismo, porqué son incapaces de disimular que los execrables medios eran para ellos tan solo la coartada para justificar su auténtica condena, la de la finalidad.
Porqué no se debe olvidar algo tan obvio que incluso tendría que resultar superfluo escribirlo: matar en nombre de una idea descalifica moralmente al que mata como portavoz de esa idea, pero no convierte la idea en incorrecta. El ideal independentista es tan legítimo como su contrario (el mal llamado antinacionalismo, ya que no deja de ser otra forma de nacionalismo), y tanto negar a las formaciones políticas que aspiran a ese ideal su derecho a apostar por él desde vías exclusivamente pacíficas y democráticas, como pretender negar la legitimidad de sus posibles logros, eso sí es querer imponer un precio político al final del terrorismo.
De todos modos, además, no corresponde a los españoles no vascos dictaminar qué puede ser o qué no puede ser el País Vasco. A nadie más que a la propia sociedad vasca le ampara ese derecho. Es responsabilidad de los ciudadanos vascos, desde sus muy distintas sensibilidades, y siempre desde el respeto mutuo y la concordia, saber dialogar y saber consensuar el futuro que quieren para su pueblo. Y debiera ser responsabilidad ética de la sociedad y las instituciones españolas favorecer ese diálogo (o, como mínimo, no torpedearlo), saber escucharlo y saber respetar sus conclusiones.
"En nombre de la familia, puedo decir que en estos momentos sentimos alegría y emoción" (Rosa Lluch, hija de Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000)
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