Out of the Dark, conocida en España como "El Asesino de la Máscara", es un slasher bastante decente y entretenido. A pesar de seguir la fórmula clásica del slasher, mantiene un ritmo constante que atrapa al espectador desde el principio hasta el final. La película pone mucho énfasis en la investigación policial, lo que le da un toque de thriller y permite explorar el misterio detrás de los asesinatos, enriqueciendo la historia y manteniendo el interés a lo largo de la película.

La película presenta dos tramas principales: la de los protagonistas, Kevin (Cameron Dye) y Kristi (Lynn Danielson-Rosenthal), quienes buscan pistas sobre la identidad del asesino (un maniaco con careta de payaso que se hace llamar "Bobo") mientras tratan de despejar las sospechas que recaen sobre el propio Kevin, cuyo trabajo es fotografiar chicas, lo cual lo pone en el punto de mira de la policía. La otra trama es la de los dos detectives que, aunque muestran empeño en resolver el caso, no son precisamente los más listos de su clase. Esta dualidad entre los personajes principales y los detectives aporta dinamismo a la narrativa.

Los personajes, en particular Kevin, Kristi y Stringer (Bud Cort), resultan bastante creíbles gracias a sus interpretaciones. Cada uno aporta su propio toque al desarrollo de la historia, con Kevin y Kristi desempeñando roles fundamentales, mientras que Stringer ofrece una actuación oscura que aumenta el misterio de la trama.

El asesino resulta ser un personaje completamente trastornado que amenaza telefónicamente a las chicas de un servicio erótico antes de dar con ellas y matarlas (generalmente por estrangulamiento). Su manera de hablar deja claro que es un ser depravado y completamente desequilibrado. Bobo resulta amenazante, lo que aumenta la sensación de peligro a lo largo de la película.

La película busca constantemente atmósferas oscuras y sórdidas, lo que aumenta la sensación de inquietud y le da un tono oscuro y atrapante. Aunque no se trata de una obra maestra, Out of the Dark es un slasher que se disfruta gracias a su mezcla de terror, investigación policial y unas actuaciones más que decentes.

Película muy representativa del cine de finales de los setenta y comienzos de los ochenta del siglo pasado, dentro del género del psycho killer y que hoy en día bien puede inscribirse en el slasher.

Lo cierto es que es bastante mediocre, pero se puede ver, más por la simpática y agradable presencia de algún intérprete de postín o al menos popular en aquél entonces, como Karen Black, Tracey Walter, Paul Bartel o Divine, quien fallecería ese mismo año.

Yo, la comencé a ver por el título, no en vano existe un film de cierto predicamento, casi de culto, titulado "El asesino tras la máscara" y esta es "El asesino de la máscara". Casi casi, pero no.

Tics, maneras, tópicos... vistos en otras cintas de parecido pelo y no aburrimiento por lo menos. Al menos consigue mantener cierto interés desde el comienzo hasta el final, un final de aquellos que, según los productores, tanto gustaba al público de la época y que yo, generalmente, aborrecía.

No tiene mucho que contar, salvo la belleza y sensualidad de las actrices, que salvo Karen Black y los antes mencionados, lo hacen con poco tino y convicción.

Se puede ver, pero no es nada buena.

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