Ivanhoe
6.9
15,274
Aventuras
A su vuelta de las Cruzadas, el Rey Ricardo Corazón de León es apresado en Austria. Su hermano Juan se niega a pagar la elevada suma de dinero que exigen a cambio de su libertad, ya que así puede seguir usurpando el trono de Inglaterra. El caballero Ivanhoe, uno de los partidarios de Ricardo, intentará por todos los medios conseguir el dinero del rescate. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2009
24 de enero de 2009
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer film de la trilogía de género histórico que rueda en el RU la MGM durante los primeros años 50. El guión de Noel Langley y Marguerite Roberts (no acreditada) desarrolla un argumento de Aeneas MacKenzie que adapta la novela “Ivanhoe” (1819), de sir Walter Scott. El rodaje se lleva a cabo en escenarios reales de Escocia (castillo de Doune) e Inglaterra y en los platós de Elstree Studios (Borehamwood, Inglaterra). Es nominado a 3 Oscar (película, música y fotografía). Producido por Pandro S. Berman para MGM y Loew’s Incorporated, se estrena el 31-VII-1952 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en Inglaterra en los años 1193-94, en las postrimerías del s. XII. En el camino de regreso a Inglaterra, tras la finalización de la III Cruzada, Ricardo Corazón de León (Wooland) es apresado por el duque Leopoldo de Austria, que pide un rescate de 150.000 marcos de plata. Juan Sin Tierra (Rolfe), hermano de Ricardo y regente del Reino, no quiere pagar el rescate. El caballero sajón Wilfried de Ivanhoe (R. Taylor) busca y localiza al monarca y con la ayuda de colaboradores reúne la suma exigida. Ivanhoe se mueve entre dos amores, el de su antigua prometida lady Rowina (Fontaine) y el de la joven judía Rebeca (E. Taylor). Ivanhoe es valiente, decidido, serio y leal. Rowina, tras casi 10 años de espera, se aproxima a los 30 años, es rubia, tímida e ingenua. Rebeca es muy joven, guapa, seductora y curandera.
El film suma acción, aventuras, drama y romance. Junto con “Los caballeros del Rey Arturo” (1954) y “Aventuras de Quintín Duward” (1955), forma la trilogía de films ambientados en la Edad Media que produce la MGM en el RU en los 50. En estos años el cine histórico (romanos, capa y espada, piratas y caballeros) vive una etapa de recuperación y relativo esplendor, en la que se enmarca el film. Dirigido por Thorpe, un artesano acomodaticio y convencional, contiene tres escenas principales sobre las que se asienta el film (las justas de Ashby, el asalto por Robin Hood del castillo de Torquilstone y el duelo entre el malvado templario Bois-Gilbert (Sanders) e Ivanhoe). Destaca el brillante cromatismo de las imágenes, de intensas coloraciones azules y verdes, que en Ashby compone un espléndido panorama multicolor.
La historia mantiene un adecuado y atractivo tono heroico y aventurero. Hace uso de una ambientación elegante y festiva y se sirve de un realismo vibrante en las escenas de acción, especialmente en la del asalto al castillo. El vestuario es llamativo y vistoso, aunque según especialistas acreditados reproduce diseños posteriores al s. XII. La acción es rápida y el ritmo del film es intenso y trepidante. La historia es de ficción, si bien se enmarca en una época histórica definida, con referencias a protagonistas y hechos reales (Ricardo, Juan Sin Tierra, aristocracia normanda, aristocracia sajona...).
(Sigue en el “spoiler” sin develar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Inglaterra en los años 1193-94, en las postrimerías del s. XII. En el camino de regreso a Inglaterra, tras la finalización de la III Cruzada, Ricardo Corazón de León (Wooland) es apresado por el duque Leopoldo de Austria, que pide un rescate de 150.000 marcos de plata. Juan Sin Tierra (Rolfe), hermano de Ricardo y regente del Reino, no quiere pagar el rescate. El caballero sajón Wilfried de Ivanhoe (R. Taylor) busca y localiza al monarca y con la ayuda de colaboradores reúne la suma exigida. Ivanhoe se mueve entre dos amores, el de su antigua prometida lady Rowina (Fontaine) y el de la joven judía Rebeca (E. Taylor). Ivanhoe es valiente, decidido, serio y leal. Rowina, tras casi 10 años de espera, se aproxima a los 30 años, es rubia, tímida e ingenua. Rebeca es muy joven, guapa, seductora y curandera.
El film suma acción, aventuras, drama y romance. Junto con “Los caballeros del Rey Arturo” (1954) y “Aventuras de Quintín Duward” (1955), forma la trilogía de films ambientados en la Edad Media que produce la MGM en el RU en los 50. En estos años el cine histórico (romanos, capa y espada, piratas y caballeros) vive una etapa de recuperación y relativo esplendor, en la que se enmarca el film. Dirigido por Thorpe, un artesano acomodaticio y convencional, contiene tres escenas principales sobre las que se asienta el film (las justas de Ashby, el asalto por Robin Hood del castillo de Torquilstone y el duelo entre el malvado templario Bois-Gilbert (Sanders) e Ivanhoe). Destaca el brillante cromatismo de las imágenes, de intensas coloraciones azules y verdes, que en Ashby compone un espléndido panorama multicolor.
La historia mantiene un adecuado y atractivo tono heroico y aventurero. Hace uso de una ambientación elegante y festiva y se sirve de un realismo vibrante en las escenas de acción, especialmente en la del asalto al castillo. El vestuario es llamativo y vistoso, aunque según especialistas acreditados reproduce diseños posteriores al s. XII. La acción es rápida y el ritmo del film es intenso y trepidante. La historia es de ficción, si bien se enmarca en una época histórica definida, con referencias a protagonistas y hechos reales (Ricardo, Juan Sin Tierra, aristocracia normanda, aristocracia sajona...).
(Sigue en el “spoiler” sin develar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El relato se apoya en un romanticismo contenido que disimula, tras formas circunspectas, una lucha enconada entre Rowina y Rebeca por el amor del héroe. Se adapta con bastante fidelidad a la novela original, no evita un cierto aire de representación teatral y hace uso de unos diálogos abundantes, más literarios que realistas. Incorpora atractivo suficiente para agradar y emocionar (valentía del héroe, defensa de la inocencia, movilización a favor del monarca legítimo, reconciliación paterna, preeminencia del bien común sobre el interés personal, incluido el amor paternofilial, etc.). El texto está salpicado de humor. Las interpretaciones de R. Taylor, E. Taylor, Joan Fontaine y George Sanders, son gratas y convincentes.
El film apuesta por la colaboración y el entendimiento entre etnias diferentes, propone la integración y la igualdad de derechos de las mismas y aboga por la tolerancia religiosa. Con espíritu documental y crítico muestra las formas rudas y violentas de la Edad Media, los abusos de los poderosos y sus impunidades, las supersticiones (duelos convertidos en “Juicios de Dios”), las supercherías (brujería y hechicería), los códigos caballerescos y de honor, etc. Se complace en mostrar la igualdad y las equivalencias de las enseñanzas de distintas religiones. Reitera los tópicos que rodean a los personajes históricos que intervienen en el film. Presenta a Ricardo como un paladín de la justicia y la integración de sajones y normandos y a Juan Sin Tierra como un usurpador despótico, caprichoso y vengativo. Los tópicos citados no resisten el tamiz de un correcto análisis histórico. Se cometen algunos anacronismos, como las referencias a los conflictos entre sajones y normandos, que en tiempos de Ricardo I ya habían cesado.
La música, de Miklós Rózsa, ofrece una partitura marcial, épica y grandilocuente, de 18 cortes, que se acopla bien al desarrollo de la acción, con pasajes fúnebres, tensos, románticos y triunfales. Sobresalen los titulados “Torquilstone Castle”, “Rebeca’s Love” y “Prelude”. La fotografía, del inglés Freddie A. Young (“La hija de Ryan” Lean, 1970), destaca por la abundancia de encuadres de doble figura, las generosas perspectivas generales, escenas de lucha de gran realismo y planos virtuosos como el travelling sobre los ojos de Elizabeth Taylor.
Obtiene un notable éxito de taquilla. Es un film clásico de aventuras medievales.
El film apuesta por la colaboración y el entendimiento entre etnias diferentes, propone la integración y la igualdad de derechos de las mismas y aboga por la tolerancia religiosa. Con espíritu documental y crítico muestra las formas rudas y violentas de la Edad Media, los abusos de los poderosos y sus impunidades, las supersticiones (duelos convertidos en “Juicios de Dios”), las supercherías (brujería y hechicería), los códigos caballerescos y de honor, etc. Se complace en mostrar la igualdad y las equivalencias de las enseñanzas de distintas religiones. Reitera los tópicos que rodean a los personajes históricos que intervienen en el film. Presenta a Ricardo como un paladín de la justicia y la integración de sajones y normandos y a Juan Sin Tierra como un usurpador despótico, caprichoso y vengativo. Los tópicos citados no resisten el tamiz de un correcto análisis histórico. Se cometen algunos anacronismos, como las referencias a los conflictos entre sajones y normandos, que en tiempos de Ricardo I ya habían cesado.
La música, de Miklós Rózsa, ofrece una partitura marcial, épica y grandilocuente, de 18 cortes, que se acopla bien al desarrollo de la acción, con pasajes fúnebres, tensos, románticos y triunfales. Sobresalen los titulados “Torquilstone Castle”, “Rebeca’s Love” y “Prelude”. La fotografía, del inglés Freddie A. Young (“La hija de Ryan” Lean, 1970), destaca por la abundancia de encuadres de doble figura, las generosas perspectivas generales, escenas de lucha de gran realismo y planos virtuosos como el travelling sobre los ojos de Elizabeth Taylor.
Obtiene un notable éxito de taquilla. Es un film clásico de aventuras medievales.
2 de agosto de 2007
2 de agosto de 2007
47 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es extraño que a Walter Scott le nombrasen Sir. Sus novelas totalmente ficticias contribuyeron como muy pocas que recuerdo a moldear la idea de historia de Inglaterra que tienen millones de personas.
Nunca he entendido muy bien la continua manía absurda que tienen de enfrentar a sajones y normandos como si fuesen dos guetos en la época, cosa totalmente falsa, y mucho más la presentación de sajones igual a gente del pueblo y normandos igual a nobles villanos.
Comprendo que la aversión secular de los británicos a Europa y más concretamente a Francia hiciera que desde el siglo XVIII se igualase normando con francés y se construyese una literatura en su contra.
Pero es que el error está en que el primer afrancesado era el mismo Ricardo Corazón de León, que aunque nació en Inglaterra era casi un francés más.
No existe probablemente un rey más mitificado que este y que más mentiras se digan constantemente, para empezar era un antisemita convencido –al contrario de lo que se intenta vender en la película- y miles y miles de ellos murieron en Londres inducidos por él. Si ya el sentido de la época era belicista, Ricardo lo sumaba al cubo, destruyó e incendió Messina en Sicilia y fue un conocido violador de mujeres. Vamos un angelito, quizá lo mejor que hizo fue perdonar la vida al niño que lo mató.
En cambio al pobre Juan se le presenta siempre de forma tiránica y cruel. Pues no, para nada. Juan no quería que Inglaterra se endeudase, como sucedió, por las continuas Cruzadas y estaba en contra de esas campañas tan costosas por lo que quiso tomar el poder para variar la política exterior, pero ya se sabe que como las crónicas las escribía la Iglesia, esta puso a caldo obviamente a Juan por querer impedir la guerra santa. Si tuvo algún defecto fue que le gustaban más las faldas que un tonto un lapicero, pero siempre es mejor ser un caballo Espartero que no un matamoros como Ricardo. Vamos que si eres un “torie” inglés, te has equivocado, que el europeísta es Ricardo y el aislacionista es Juan, que no te engañen, estás a tiempos de cambiar-
Todo esta introducción me sirve para decir que “Ivanhoe” dirigida por Richard Thorpe, es una película con tantas luces como sombras. En lo primero tenemos muchos puntos positivos tales como la impecable factura de una película de aventuras inigualable, una cantidad de extras y especialistas de primera, la belleza de Elizabeth Taylor en una de las películas donde sale más guapa, el buen hacer de un Robert Taylor en un papel más serio de los que estaba acostumbrado y por supuesto el Technicolor que no falte y un puñado más de pequeñas grandes cosas que la hacen con una mirada más adolescente una obra notable.
Nunca he entendido muy bien la continua manía absurda que tienen de enfrentar a sajones y normandos como si fuesen dos guetos en la época, cosa totalmente falsa, y mucho más la presentación de sajones igual a gente del pueblo y normandos igual a nobles villanos.
Comprendo que la aversión secular de los británicos a Europa y más concretamente a Francia hiciera que desde el siglo XVIII se igualase normando con francés y se construyese una literatura en su contra.
Pero es que el error está en que el primer afrancesado era el mismo Ricardo Corazón de León, que aunque nació en Inglaterra era casi un francés más.
No existe probablemente un rey más mitificado que este y que más mentiras se digan constantemente, para empezar era un antisemita convencido –al contrario de lo que se intenta vender en la película- y miles y miles de ellos murieron en Londres inducidos por él. Si ya el sentido de la época era belicista, Ricardo lo sumaba al cubo, destruyó e incendió Messina en Sicilia y fue un conocido violador de mujeres. Vamos un angelito, quizá lo mejor que hizo fue perdonar la vida al niño que lo mató.
En cambio al pobre Juan se le presenta siempre de forma tiránica y cruel. Pues no, para nada. Juan no quería que Inglaterra se endeudase, como sucedió, por las continuas Cruzadas y estaba en contra de esas campañas tan costosas por lo que quiso tomar el poder para variar la política exterior, pero ya se sabe que como las crónicas las escribía la Iglesia, esta puso a caldo obviamente a Juan por querer impedir la guerra santa. Si tuvo algún defecto fue que le gustaban más las faldas que un tonto un lapicero, pero siempre es mejor ser un caballo Espartero que no un matamoros como Ricardo. Vamos que si eres un “torie” inglés, te has equivocado, que el europeísta es Ricardo y el aislacionista es Juan, que no te engañen, estás a tiempos de cambiar-
Todo esta introducción me sirve para decir que “Ivanhoe” dirigida por Richard Thorpe, es una película con tantas luces como sombras. En lo primero tenemos muchos puntos positivos tales como la impecable factura de una película de aventuras inigualable, una cantidad de extras y especialistas de primera, la belleza de Elizabeth Taylor en una de las películas donde sale más guapa, el buen hacer de un Robert Taylor en un papel más serio de los que estaba acostumbrado y por supuesto el Technicolor que no falte y un puñado más de pequeñas grandes cosas que la hacen con una mirada más adolescente una obra notable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero si la diseccionamos de forma más adulta nos encontramos con una cierta politización en todo el argumento muy evidente –los judíos amantes de Inglaterra, en un momento donde en Oriente Medio la cosa está que arde- y todo el fondo patriótico inglés y sobre todo con una adaptación de la novela insuficiente con un guión con escenas muy largas –realmente son tres escenas (torneo, asalto castillo, duelo final), con algunos añadidos intercalados- y que carece de personalidad, ya que intenta copiar en todo momento el espíritu de “Robin Hood” y que lógicamente se olvida del rigor histórico en vestuarios y muchos detalles de producción.
Por cierto, que manía tienen de luchar en las películas de la plena Edad Media como si se tratasen de películas de piratas con espadas ligeras, blandiéndola en plan espadachines.
Nota: 6,5
Por cierto, que manía tienen de luchar en las películas de la plena Edad Media como si se tratasen de películas de piratas con espadas ligeras, blandiéndola en plan espadachines.
Nota: 6,5
18 de abril de 2007
18 de abril de 2007
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor de esta magnífica película es sin duda su espléndido reparto de actores: Robert Taylor está magistral interpretando al noble caballero medieval "Ivanhoe". Liz Taylor está bellísima e irresistible en su papel de dulce dama judía "Rebecca". Joan Fontaine nos brinda una brillante actuación como Lady Robina, (no sé si es así como se escribe) la novia de Ivanhoe, quien está profundamente enamorada de él. En fin, que esta peli tiene un reparto único e irrepetible, y que ayudó mucho a que el filme gustara a los espectadores de su época. También son muy bonitos y hermosos los decorados y los ambientes, sin olvidarnos tampoco de la brillante fotografía que contiene. Estupendos duelos de espadachines, maravillosas justas en caballo, un colorido precioso, y un vestuario muy bien hecho. Muy recomendable, y además la pueden ver públicos de todas las edades. No se la pierdan.
7 de junio de 2011
7 de junio de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una frase clásica de los críticos de cine es “el dire no tiene mucho que contar” aquí pasa lo contrario: no puede meterlo todo y tiene que sacrificar demasiado. Porque para los que leímos el libro el padre de Rebeca tiene mucha más personalidad, le han quitado el duelo dialéctico entre la propia Rebeca y el Maestre Templario (Uy, cómo se hubiera lucido Liz) Wamba apenas aparece, falta el caballero Negro (¡Ay! Eso duele) y ni nos enteramos que Locksley es Robin Hood, falta el fraile y también la emboscada de Waldemar…mejor no sigo, me dan ganas de llorar. ..esta peli es ejemplo perfecto del problema de tener demasiado que contar.
Y sin embargo la película es buena, como adaptación le da mil patadas a Dune o a los Harry Potter del IV en adelante: clásico cine de caballeros nobles de verdad (¿Quién mejor que Robert Taylor?) templarios orgullosos, damiselas desvalidas, príncipes intrigantes, torneos, asaltos al castillo (la mejor escena de toda la peli: bien filmada de verdad) juicios de Dios, mercenarios ruines que paradójicamente nos caen simpáticos por la franqueza con que admiten que son cínicos (¿Por qué nadie menciona a De Bracy? Es el único personaje que esta mejor que en el libro) y aventuras y romance a carretadas. Si hay una película que ejemplariza el cine de aventuras clásico puro es esta.
Compensa todo lo que falta del libro con tres escenas: torneo, castillo, y Juicio de Dios.
Sobre los comentarios anteriores: lo de los escudos de hojalata se hace adrede hombre: le da dramatismo a la dureza de los golpes, y suspenso a la pelea, al preguntarse el espectador cuándo se romperán. Un simple recurso técnico.
Es cierto que Corazón de León era un tirano, pero Juan era igual de malo, y carecía de la caballerosidad de Ricardo que lo redimía algo de sus errores. (Sin absolverlo, porque hizo más salvajadas que...). Por lo demás ni Cedric ni Ivanhoe parecen pobres ¿No? Y es que aparece así en la novela, no lo puedes cambiar porque es el eje del tema. Y es un acierto que Ivanhoe aparezca más que en el libro. Y es porque no hay metraje para disgregar la trama poniendo al Caballero Negro.
Eso sí: hay que saber lo que vas a ir a ver: se trata de un clásico de los 50 sin mucho respeto histórico, con amor a la espectacularidad visual artesanal de un tiempo en que no había digital, y al dualismo romance-aventura llevado al extremo, no hay que juzgarla como si fuera El Señor de los Anillos, Vamos. Si la ves como cine puro de aventuras y romance ingenuo y puro, puro como la inocencia de un niño, puro como la brisa de primavera, entonces sí: le pones 9.
(No, no estoy siendo generoso, es simplemente que la juzgo por las coordenadas mentales que regían el cine de esa época: y juzgo, precisamente, que es un film que logro lo que quería lograr Y si no le doy el 10 es sólo porque el cine de entonces también produjo El Cid.).
Y sin embargo la película es buena, como adaptación le da mil patadas a Dune o a los Harry Potter del IV en adelante: clásico cine de caballeros nobles de verdad (¿Quién mejor que Robert Taylor?) templarios orgullosos, damiselas desvalidas, príncipes intrigantes, torneos, asaltos al castillo (la mejor escena de toda la peli: bien filmada de verdad) juicios de Dios, mercenarios ruines que paradójicamente nos caen simpáticos por la franqueza con que admiten que son cínicos (¿Por qué nadie menciona a De Bracy? Es el único personaje que esta mejor que en el libro) y aventuras y romance a carretadas. Si hay una película que ejemplariza el cine de aventuras clásico puro es esta.
Compensa todo lo que falta del libro con tres escenas: torneo, castillo, y Juicio de Dios.
Sobre los comentarios anteriores: lo de los escudos de hojalata se hace adrede hombre: le da dramatismo a la dureza de los golpes, y suspenso a la pelea, al preguntarse el espectador cuándo se romperán. Un simple recurso técnico.
Es cierto que Corazón de León era un tirano, pero Juan era igual de malo, y carecía de la caballerosidad de Ricardo que lo redimía algo de sus errores. (Sin absolverlo, porque hizo más salvajadas que...). Por lo demás ni Cedric ni Ivanhoe parecen pobres ¿No? Y es que aparece así en la novela, no lo puedes cambiar porque es el eje del tema. Y es un acierto que Ivanhoe aparezca más que en el libro. Y es porque no hay metraje para disgregar la trama poniendo al Caballero Negro.
Eso sí: hay que saber lo que vas a ir a ver: se trata de un clásico de los 50 sin mucho respeto histórico, con amor a la espectacularidad visual artesanal de un tiempo en que no había digital, y al dualismo romance-aventura llevado al extremo, no hay que juzgarla como si fuera El Señor de los Anillos, Vamos. Si la ves como cine puro de aventuras y romance ingenuo y puro, puro como la inocencia de un niño, puro como la brisa de primavera, entonces sí: le pones 9.
(No, no estoy siendo generoso, es simplemente que la juzgo por las coordenadas mentales que regían el cine de esa época: y juzgo, precisamente, que es un film que logro lo que quería lograr Y si no le doy el 10 es sólo porque el cine de entonces también produjo El Cid.).
18 de diciembre de 2008
18 de diciembre de 2008
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ivanhoe de 1952 es una obra de una estética impecable, mostrando mucho cuidado en su realización. Recreando de una manera creíble y magistral la época de las luchas entre normandos y sajones, con un gran reparto, muy buenas actuaciones y una Elizabeth Taylor irradiando toda su belleza y Robert Taylor con una actuación seria y con escenas demostrando nobleza y sencillez. Grandes decorados, hermoso vestuario y gran puesta en escena. Un guión con apartes notables. Nos muestra esa lucha del hombre por sentimientos tan encontrados como el deseo de libertad a su pueblo y ese corazón que a veces se quiere dividir entre dos amores.
"Redactad el documento que queráis
y lo firmaré en nombre del Rey.
No hacen falta documentos firmados
entre vos y yo.
La promesa de Ricardo
es lo único necesario.
Que prometa justicia
a cada hombre...
...ya sea sajón, normando, o judío...
...porque la justicia
es de todos...
...o de ninguno.
Esa enseñanza
es cristiana.
Aunque le parezca extraño,
nos la han enseñado también."
"Redactad el documento que queráis
y lo firmaré en nombre del Rey.
No hacen falta documentos firmados
entre vos y yo.
La promesa de Ricardo
es lo único necesario.
Que prometa justicia
a cada hombre...
...ya sea sajón, normando, o judío...
...porque la justicia
es de todos...
...o de ninguno.
Esa enseñanza
es cristiana.
Aunque le parezca extraño,
nos la han enseñado también."
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