Sky of Love
27 de octubre de 2010
27 de octubre de 2010
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo sé. Sé perfectamente que un diez es una nota excesivamente alta. Y no es una cuestión de que me haya vuelto loca o que haya dejado de tener verdadero sentido crítico. Conozco perfectamente todas las carencias técnicas y no técnicas de “Koizora”. Pero aún así seré implacable con quién la lapide y firme ante mi nota. Y es que a mí “Koizora” me pierde.
También lo sé. Que es más excesiva que un culebrón sudamericano en lo que refiere al drama. Que tiene una factura muy televisiva. Que es cursi y empalagosa en demasía en absolutamente todos los aspectos, incluida la BSO. Incluso auguro que seré la única en cascarle un diez y sentirse plenamente orgullosa de ello. Porque realmente si digo que me parece una de las mejores películas de amor adolescente de las realizadas hasta la fecha no estoy exagerando, ni ironizando: estoy construyendo una frase verídica.
“Koizora” tiene una capacidad intrínseca, sin edulcorantes ni arengas innecesarias: causar emociones absolutamente contrarias y constantes en el espectador. Se me hace muy difícil contabilizar las veces que he amado y odiado a Hiro en esta película, cómo se me hace difícil contabilizar las lágrimas derramadas la docena de veces que he visto este film. “Koizora” no sólo puede traer diferentes recuerdos a la memoria del que la visualiza (primer amor; momentos difíciles; pérdida de un ser amado), no sólo tiene la capacidad de dejar al espectador abatido y destrozado, sino que además de todo eso, deja esa sensación de tristeza durante horas e incluso días y perdura en la memoria durante mucho, muchísimo tiempo.
No lo niego: esta película adolescente, cursi, relamida y probablemente mediocre para el crítico curtido es mi película de sentir, llorar y revivir. Y que una película cause tantas emociones es muy complicado.
Cómo curiosidades, destacar que “Koizora” es un absoluto fenómeno en Japón, dónde la historia se hizo inmensamente popular siendo publicada por capítulos para los móviles. Además de la película, se han escrito dos libros (Koizora & Kimizora), se ha hecho un manga y un dorama . La BSO la firma entre otros, la misma Yui Aragaki (con la canción “Heveanly Days”) y Mr.Children. La misma canción de éstos que aparece aquí fue cabecera de otro dorama (14 Sai No Haha) que también trataba el embarazo adolescente y cuyo padre de la criatura era un Miura Haruma jovencísimo. Y que quién hace aquí de Aya, hace en el dorama de Saki.
Finalizando: una pequeña joya sencilla y nada pretenciosa que yo recomendaría ver libre de prejuicios y dejándose llevar. Si te sucede cómo a mí, irás dejando de lado tus maduros sentimientos para adquirir emociones simples y muy intensas gracias a unos personajes tremendamente carismáticos (Mika, conductora del espectador y Hiro, del que ambos se enamorarán). Volverás, en definitivas cuentas, a ser un adolescente. Con todo lo que ello conlleva, por supuesto.
También lo sé. Que es más excesiva que un culebrón sudamericano en lo que refiere al drama. Que tiene una factura muy televisiva. Que es cursi y empalagosa en demasía en absolutamente todos los aspectos, incluida la BSO. Incluso auguro que seré la única en cascarle un diez y sentirse plenamente orgullosa de ello. Porque realmente si digo que me parece una de las mejores películas de amor adolescente de las realizadas hasta la fecha no estoy exagerando, ni ironizando: estoy construyendo una frase verídica.
“Koizora” tiene una capacidad intrínseca, sin edulcorantes ni arengas innecesarias: causar emociones absolutamente contrarias y constantes en el espectador. Se me hace muy difícil contabilizar las veces que he amado y odiado a Hiro en esta película, cómo se me hace difícil contabilizar las lágrimas derramadas la docena de veces que he visto este film. “Koizora” no sólo puede traer diferentes recuerdos a la memoria del que la visualiza (primer amor; momentos difíciles; pérdida de un ser amado), no sólo tiene la capacidad de dejar al espectador abatido y destrozado, sino que además de todo eso, deja esa sensación de tristeza durante horas e incluso días y perdura en la memoria durante mucho, muchísimo tiempo.
No lo niego: esta película adolescente, cursi, relamida y probablemente mediocre para el crítico curtido es mi película de sentir, llorar y revivir. Y que una película cause tantas emociones es muy complicado.
Cómo curiosidades, destacar que “Koizora” es un absoluto fenómeno en Japón, dónde la historia se hizo inmensamente popular siendo publicada por capítulos para los móviles. Además de la película, se han escrito dos libros (Koizora & Kimizora), se ha hecho un manga y un dorama . La BSO la firma entre otros, la misma Yui Aragaki (con la canción “Heveanly Days”) y Mr.Children. La misma canción de éstos que aparece aquí fue cabecera de otro dorama (14 Sai No Haha) que también trataba el embarazo adolescente y cuyo padre de la criatura era un Miura Haruma jovencísimo. Y que quién hace aquí de Aya, hace en el dorama de Saki.
Finalizando: una pequeña joya sencilla y nada pretenciosa que yo recomendaría ver libre de prejuicios y dejándose llevar. Si te sucede cómo a mí, irás dejando de lado tus maduros sentimientos para adquirir emociones simples y muy intensas gracias a unos personajes tremendamente carismáticos (Mika, conductora del espectador y Hiro, del que ambos se enamorarán). Volverás, en definitivas cuentas, a ser un adolescente. Con todo lo que ello conlleva, por supuesto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Mika encuentra su móvil… “¿Tanto te molesta perder tus números? Si alguien quiere hablarte entonces te llamará
- Un rastro de humo: el recuerdo de una primera noche “juntos”.
- Primer encuentro: “¿Por qué estás maquillada? Tú no eres así”
- Nunca una despeinada fue tan romántica y signo de identidad de nadie.
- Una primera vez muy especial… truncada por la confusión de nombre… “Fue la primera vez que experimenté ese dolor. Y ese dolor realmente partió mi corazón”… Y el del espectador, también.
- La presentación del lugar de reflexión para Hiro y el rechazo que sufre de Mika… “Prefiero ser el cielo antes que un río. De esa manera no importa dónde estés, te encontraré siempre”… Esas manos entrelazadas.
- Hiro borrando pizarras y amenazando al alumnado… “Si volvéis a hacer esto, aunque sea una chica, la mataré. No importa lo que pasé, protegeré a Mika”
- “La amable luz del sol aparece lentamente en la tierra. La amable luz que sólo pude ver después de haberte perdido. La luz que Hiro me trajo”
- Hiro huyendo de la cafetería cuándo Mika le cuenta que va a ser padre… Y Hiro volviendo con un regalo para ella... “¡Felicidades! Ten al bebé porque definitivamente os haré felices.”… Aunque no comparta la decisión, no deja de ser entrañable la forma en que se toma.
- La compra de los anillos que simbolizan su unión ante la creación de una nueva familia.
- Mika descubre a Hiro con otra chica. Otra vez odié a Hiro.
- “Hiro es mi primer amor, así que no se cómo debe acabar una relación… Si terminar una relación es así de doloroso, entonces no quiero volver a enamorarme”. Cómo Mika espera en medio del pasillo y con tensión el saludo del ahora su exnovio y cómo éste no sólo no se produce, sino que es capaz de pasar por su lado sin tan siquiera dirigirla una mirada es demoledor.
- Mensajes en la pizarra: ¿Fuiste alguna vez feliz?... Fui muy feliz…
- El reencuentro de Hiro y Mika en el hospital. A estas alturas mis glándulas lacrimales están en huelga a la japonesa: hiperproductividad.
- “Dios por favor, no te lleves a Hiro. No importa cuántos obstáculos pongas en mi camino., está bien. Por favor no te lleves a Hiro, deja que el milagro ocurra”... ¿Y quién no ha dicho algo parecido ante la impotencia de ver cómo se va extinguiendo la vida de alguien a quién quieres?
- Cuándo él sale del hospital y van a despedirse de sus sitios especiales. Cómo él cambia la frase de la pizarra para transformarla al presente (“soy muy feliz”). El momento del casamiento, dónde él expresa su deseo de sobrevivir.
- Aceptación de la muerte… Conversación lacrimógena sobre la posibilidad de no ir al cielo, sino ser el cielo
- La despedida final es absolutamente lacrimógena, video llamada de por medio… “Mika, sonríe”. Una sonrisa de quién amas para morir en paz.
- Hiro salva a Mika de suicidarse. O al menos a estas alturas el espectador así quiere creerlo. El dibujo de Hiro es realmente enternecedor.
- Un rastro de humo: el recuerdo de una primera noche “juntos”.
- Primer encuentro: “¿Por qué estás maquillada? Tú no eres así”
- Nunca una despeinada fue tan romántica y signo de identidad de nadie.
- Una primera vez muy especial… truncada por la confusión de nombre… “Fue la primera vez que experimenté ese dolor. Y ese dolor realmente partió mi corazón”… Y el del espectador, también.
- La presentación del lugar de reflexión para Hiro y el rechazo que sufre de Mika… “Prefiero ser el cielo antes que un río. De esa manera no importa dónde estés, te encontraré siempre”… Esas manos entrelazadas.
- Hiro borrando pizarras y amenazando al alumnado… “Si volvéis a hacer esto, aunque sea una chica, la mataré. No importa lo que pasé, protegeré a Mika”
- “La amable luz del sol aparece lentamente en la tierra. La amable luz que sólo pude ver después de haberte perdido. La luz que Hiro me trajo”
- Hiro huyendo de la cafetería cuándo Mika le cuenta que va a ser padre… Y Hiro volviendo con un regalo para ella... “¡Felicidades! Ten al bebé porque definitivamente os haré felices.”… Aunque no comparta la decisión, no deja de ser entrañable la forma en que se toma.
- La compra de los anillos que simbolizan su unión ante la creación de una nueva familia.
- Mika descubre a Hiro con otra chica. Otra vez odié a Hiro.
- “Hiro es mi primer amor, así que no se cómo debe acabar una relación… Si terminar una relación es así de doloroso, entonces no quiero volver a enamorarme”. Cómo Mika espera en medio del pasillo y con tensión el saludo del ahora su exnovio y cómo éste no sólo no se produce, sino que es capaz de pasar por su lado sin tan siquiera dirigirla una mirada es demoledor.
- Mensajes en la pizarra: ¿Fuiste alguna vez feliz?... Fui muy feliz…
- El reencuentro de Hiro y Mika en el hospital. A estas alturas mis glándulas lacrimales están en huelga a la japonesa: hiperproductividad.
- “Dios por favor, no te lleves a Hiro. No importa cuántos obstáculos pongas en mi camino., está bien. Por favor no te lleves a Hiro, deja que el milagro ocurra”... ¿Y quién no ha dicho algo parecido ante la impotencia de ver cómo se va extinguiendo la vida de alguien a quién quieres?
- Cuándo él sale del hospital y van a despedirse de sus sitios especiales. Cómo él cambia la frase de la pizarra para transformarla al presente (“soy muy feliz”). El momento del casamiento, dónde él expresa su deseo de sobrevivir.
- Aceptación de la muerte… Conversación lacrimógena sobre la posibilidad de no ir al cielo, sino ser el cielo
- La despedida final es absolutamente lacrimógena, video llamada de por medio… “Mika, sonríe”. Una sonrisa de quién amas para morir en paz.
- Hiro salva a Mika de suicidarse. O al menos a estas alturas el espectador así quiere creerlo. El dibujo de Hiro es realmente enternecedor.
10 de abril de 2011
10 de abril de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿El rio o el mar?
Una película interesante, cumple con el objetivo de entretener, con momentos bastante buenos, aunque la duración es reprochable, así como los momentos lentos, aunque es un buen film.
Maneja temas bastante interesantes, el chico raro que no es aceptado, la niña embarazada y cosas por el estilo, logra engancharte con los mensajitos, pero con todo lo bueno que tiene, está llena de detallitos que no son tan buenos.
Esta entre el filo de ser buena o quedarse en un interesante, pero sus buenos momentos me agradaron mucho.
Una película interesante, cumple con el objetivo de entretener, con momentos bastante buenos, aunque la duración es reprochable, así como los momentos lentos, aunque es un buen film.
Maneja temas bastante interesantes, el chico raro que no es aceptado, la niña embarazada y cosas por el estilo, logra engancharte con los mensajitos, pero con todo lo bueno que tiene, está llena de detallitos que no son tan buenos.
Esta entre el filo de ser buena o quedarse en un interesante, pero sus buenos momentos me agradaron mucho.
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