Solo un mago del cine como George Meliés puede hacernos disfrutar frente a la pantalla con una historia tan fantástica como encantadora.

“El inquilino diabólico” es una película del año 1909 en donde el director francés hace uso de muchos de los trucos y efectos especiales que lo hicieron famoso en su época.

La cinta nos cuenta la historia de un hombre que alquila un departamento vacío y que de su valija hace salir todo el mobiliario con el que decorará su nueva vivienda. Así veremos emerger de su maleta toda una serie de elementos de decoración como sillas, mesas, un piano de cola y hasta sus parientes. En un abrir y cerrar de ojos, este hombre y su familia se encontrarán cómodamente instalados. Todo funcionará a la perfección hasta el momento de pagar el alquiler.

La película cuenta con la actuación del propio Meliés y fue rodada en blanco y negro pero luego coloreada, es decir pintada fotograma a fotograma.

Imprescindible para los amantes del cine.

En un departamento cuyas paredes están siendo pintadas, entra el dueño junto al inquilino flamante. Este tiene un equipaje de mano de considerables dimensiones. Pide algo de comer y cuando el propietario deja el lugar, su primer acto consiste en arrojar al operario por la ventana. A partir de allí, con movimientos estrambóticos y al mejor estilo David Coperfield -el mago- empieza a sacar objetos inesperados de su equipaje, como una mesa, un gran espejo de marco dorado, un piano y hasta personas y una sirviente, produciendo un efecto de un amoblamiento burgués y ostentoso. Luego se sucederán ciertas incidencias cuando el dueño ingrese al inmueble con una bandeja de comida...filmada con interés y buenos recursos para la época el breve film mudo se deja ver gratamente con un ritmo bastante dinámico y dada su antiguedad se lo puede considerar bastante notable.

Como en casa en ninguna parte.
IKEA + Houdini. Este es bastante deslumbrante por lo que propone o demuestra, sea, la realidad entera es una cuchufleta o chufla, cabe en una caracola, cornucopia o (La chica con la) maleta, es decir, la materia (de la que están hechos los sueños) o el mundo o cosas es un bucle, no necesariamente melancólico, la vida entera y su corporeidad no tienen (ninguna) consistencia, goma, borra, falsa apariencia, pantomima, partitura, farsa, risa, todo sale de una chistera, a lo que hay que sumar el concepto visionario del bricolaje a gran escala, del LEGO como forma de vida, El existencialismo es un humanismo, de la ferretería cuando serás mía, construye o hazte (oír) tu propio hogar con tus mismas Manos (en la masa): The hands of fate, maravilla.

Méliès de nuevo, sigue en sus trece de presentar cortos de trucos de magia. Aunque aquí va a lo que mejor se le da: el corte. No profundiza más, quizás en engañar al ojo humano transformando objetos de 2D a 3D, nada más.

Aunque valoro también el trabajo de colorear la película a mano, algo que veo que no se hace de forma muy frecuente, seguramente por el coste y también por el tiempo empleado para ello.