Extraña película hispano-francesa del terror más clásico, intentando emular los filmes de serie B de la Hammer y no el fantaterror español encabezado por Paul Naschy. Rodada en Francia, en lugares llamativos, desde el castillo a la costa atlántica y las planicies que aparecen. Incluso el director, en su única película, trata de ofrecernos planos artísticos y elaborados, jugando con sombras en la pared o con originales encuadres, aunque también nos tortura con planos exteriores generales inacabables, propios de su inexperiencia.

La historia tiene una idea interesante: un mad doctor, en forma de egiptólogo, trae a su castillo el sarcófago que contiene una momia sin vendas y que resulta ser un vampiro raro. Sin embargo, a los quince minutos se quedan sin ideas, sin carburante. A partir de entonces veremos repetidamente como el sicario de turno rapta una chica tras otra, las veremos huir, ser perseguidas por distintos parajes, ser atrapadas y llevadas ante la momia, lasciva, que parece abusar de ellas, tras golpearlas, antes de morderlas. Y así hasta unas cinco veces o así. Es horrible. Es la pura incapacidad de escribir algo medianamente interesante. Y una BSO especialmente insoportable durante estas persecuciones lleva a tirarte de los pelos.

Un final al estilo de Roger Corman cuando adaptaba narraciones de Edgar Allan Poe no salva el filme por cuanto el aburrimiento y el hastío se ha apoderado del espectador. Dudo que mucha gente sea capaz de verla completa. Un intento muy fallido de hacer algo distinto en el fantaterror español.