La fotografía
2020 

4.9
256
Romance. Drama
Cuando la famosa fotógrafa Christina Eames muere inesperadamente, su hija Mae Morton (Issa Rae) se queda confundida, enfadada y llena de preguntas. Cuando encuentra una fotografía escondida en una caja de seguridad, Mae comienza a investigar la vida de joven de su madre, comenzando al mismo tiempo un apasionado e inesperado romance con un periodista, Michael Block (LaKeith Stanfield). (FILMAFFINITY)
26 de julio de 2020
26 de julio de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La famosa y conocida fotógrafa Christina Eames muere de forma súbita e inesperada. Su hija Mae Morton (Issa Rae) queda en una especie de shock, desorientada y con muchas interrogantes en su interior. En una caja de caudales, Mae encuentra sendas cartas manuscritas de su madre, una para ella y otra para quien fue el amor de su vida, lo cual que la joven emprende una labor de investigación para conocer la vida de su madre cuando era joven. Al hilo de esta búsqueda comenzará un imprevisto y pasional idilio con un periodista, Michael Block (Keith Stanfield).
Cuarta película de la afro-canadiense Stella Meghie, con un guión de la propia Meghie que por vez primera confecciona el libreto ella sola. La película, no sin esfuerzo y excesos consigue llevar a puerto la historia, tanto a través de las imágenes, acompañadas de una fotografía excelente de Mark Schwartzbard, como con la sustancial y en ocasiones excesiva banda sonora de Robert Glasper. S. Meghie transpone y trenza las vidas sentimentales de una madre y una hija a lo largo de los años ochenta hasta el momento actual, desde los orígenes en un sur pobre, al sofisticado Manhattan. Es una cinta de múltiples capas, con un lenguaje visual exuberante y preciso, que pretende invitar al espectador a mirar debajo de la superficie, lo mejor y más bonito de un encuentro azaroso y providencial. Pero no siempre lo logra.
Se trata de un film de verano un tanto meloso, donde un un periodista que se siente guapo, se cruza con la historia de la recién fallecida fotógrafa y la de su hija, a la sazón una conservadora del Museo de Queens en New York, muchacha de color plan pija con ropa cara y bolsos de Prada en ristre, que confluirá en un amor almibarado que acaba siendo digerido mejor que peor, gracias entre otras a la banda sonora firmada por el pianista y productor Robert Glasper, una música sensual y envolvente que acompaña bien la historia; aunque en ocasiones tanto jazz envuelve de más; y música de la cultura afroamericana, que va desde Al Green a Kendrick Lamar, pasando por los temas de Mos Def o Anderson Paak.
La historia de amor entre los protagonistas, Mae y Michael, entre el joven egocéntrico y carismático y una muchacha bien, amor a primera vista, una relación que Meghie no acierta a dibujar bien, el romance carece de ímpetu y exaltación, y a la mitad del metraje ya se hace aburrido. Unos personajes confrontados a unos miedos un tanto triviales que finalmente pueden unirse plenamente de manera forzada en la cual la protagonista cede ante el apuesto galán que se ha marchado a Londres llevado de su ambición (como antaño hiciera su madre).
En el reparto destacan los protagonistas Keith Stanfield e Issa Rae que aunque sintonizan o mejor, tienen eso que se denomina química en la pantalla, sin embargo acaban por resultar impostados y artificiales, con un exceso de gestos manuales y falta de repertorio para los matices. Para mí, los mejores actores del film son la importante actriz Chanté Adams, que consigue dotar a Christine de una incandescencia de mujer encantada, y Y’lan Noel, que encarna el eterno amor de Christine y pescador de cangrejos en el sur. Acompañando con nivel y profesionalidad actores y actrices como Chelsea Peretti, Kingsley-Ben-Adir o Courtney B. Vance, entre otros.
Una sentida y entrelazada historia de querencias y arrumacos, algunas pinceladas de calidad, un guión al que le falta un hervor cuando poco e historias de amor, la antigua agridulce tirando a amarga (la mejor), y la de los protagonistas jóvenes, predecible y dulzona como para disfrutar durante las vacaciones, sobre todo a los de corazones de delicados.
Cuarta película de la afro-canadiense Stella Meghie, con un guión de la propia Meghie que por vez primera confecciona el libreto ella sola. La película, no sin esfuerzo y excesos consigue llevar a puerto la historia, tanto a través de las imágenes, acompañadas de una fotografía excelente de Mark Schwartzbard, como con la sustancial y en ocasiones excesiva banda sonora de Robert Glasper. S. Meghie transpone y trenza las vidas sentimentales de una madre y una hija a lo largo de los años ochenta hasta el momento actual, desde los orígenes en un sur pobre, al sofisticado Manhattan. Es una cinta de múltiples capas, con un lenguaje visual exuberante y preciso, que pretende invitar al espectador a mirar debajo de la superficie, lo mejor y más bonito de un encuentro azaroso y providencial. Pero no siempre lo logra.
Se trata de un film de verano un tanto meloso, donde un un periodista que se siente guapo, se cruza con la historia de la recién fallecida fotógrafa y la de su hija, a la sazón una conservadora del Museo de Queens en New York, muchacha de color plan pija con ropa cara y bolsos de Prada en ristre, que confluirá en un amor almibarado que acaba siendo digerido mejor que peor, gracias entre otras a la banda sonora firmada por el pianista y productor Robert Glasper, una música sensual y envolvente que acompaña bien la historia; aunque en ocasiones tanto jazz envuelve de más; y música de la cultura afroamericana, que va desde Al Green a Kendrick Lamar, pasando por los temas de Mos Def o Anderson Paak.
La historia de amor entre los protagonistas, Mae y Michael, entre el joven egocéntrico y carismático y una muchacha bien, amor a primera vista, una relación que Meghie no acierta a dibujar bien, el romance carece de ímpetu y exaltación, y a la mitad del metraje ya se hace aburrido. Unos personajes confrontados a unos miedos un tanto triviales que finalmente pueden unirse plenamente de manera forzada en la cual la protagonista cede ante el apuesto galán que se ha marchado a Londres llevado de su ambición (como antaño hiciera su madre).
En el reparto destacan los protagonistas Keith Stanfield e Issa Rae que aunque sintonizan o mejor, tienen eso que se denomina química en la pantalla, sin embargo acaban por resultar impostados y artificiales, con un exceso de gestos manuales y falta de repertorio para los matices. Para mí, los mejores actores del film son la importante actriz Chanté Adams, que consigue dotar a Christine de una incandescencia de mujer encantada, y Y’lan Noel, que encarna el eterno amor de Christine y pescador de cangrejos en el sur. Acompañando con nivel y profesionalidad actores y actrices como Chelsea Peretti, Kingsley-Ben-Adir o Courtney B. Vance, entre otros.
Una sentida y entrelazada historia de querencias y arrumacos, algunas pinceladas de calidad, un guión al que le falta un hervor cuando poco e historias de amor, la antigua agridulce tirando a amarga (la mejor), y la de los protagonistas jóvenes, predecible y dulzona como para disfrutar durante las vacaciones, sobre todo a los de corazones de delicados.
24 de julio de 2020
24 de julio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me ha convencido nada este drama romántico bastante convencional, con unos personajes y diálogos poco convincentes, desarrollándose la historia con gran falta de pasión e interés y algo de confusión.
La película mediante flashbacks alterna historia de amor de Mae y Michael en Nueva York en la actualidad y una historia de amor en 1984 en Louisana de Christina e Isaac que son los que encuentran una fotografía que hará de nexo de unión. Existen algunas similitudes y errores que podrían repetirse, algo que aunque no te cuenten en los saltos temporales llegas a imaginarte.
La música de jazz es constante en todas las escenas y llega a resultar agotadora. Los protagonistas Keith Stanfield e Issa Rae intentan darle el carisma que necesitan los personajes, pero un guion algo torpe no consigue darles la fuerza y romanticismo que necesita la historia.
Dirige y escribe Stella Meghie, que intenta encajar las dos historias románticas a la vez con un resultado mediocre, perdiendo totalmente el enfoque de las tramas, eso si, se salva la estética del film puede resultar medianamente agradable.
Destino Arrakis.com
La película mediante flashbacks alterna historia de amor de Mae y Michael en Nueva York en la actualidad y una historia de amor en 1984 en Louisana de Christina e Isaac que son los que encuentran una fotografía que hará de nexo de unión. Existen algunas similitudes y errores que podrían repetirse, algo que aunque no te cuenten en los saltos temporales llegas a imaginarte.
La música de jazz es constante en todas las escenas y llega a resultar agotadora. Los protagonistas Keith Stanfield e Issa Rae intentan darle el carisma que necesitan los personajes, pero un guion algo torpe no consigue darles la fuerza y romanticismo que necesita la historia.
Dirige y escribe Stella Meghie, que intenta encajar las dos historias románticas a la vez con un resultado mediocre, perdiendo totalmente el enfoque de las tramas, eso si, se salva la estética del film puede resultar medianamente agradable.
Destino Arrakis.com
27 de diciembre de 2020
27 de diciembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la que hay preparada con el Coronavirus, dudo mucho que la mejor forma de reflotar el cine sea con propuestas como esta, la verdad. El caso es que uno termina picando porque el tráiler estaba muy bien montado y resultaba lo suficientemente llamativo como para que la echara un ojo, algo que ha sido un tremendo error.
Porque, sinceramente, uno ya no está para estas pasteladas del montón. A lo mejor es que ya no soy el público objetivo de este género, pero creo que es más que la película es un tostón importante. Chico, periodista con el guapo subido, se interesa por la historia de una fotógrafa recién fallecida y de su hija. Luego está la conservadora del Museo de Queens en New York, a la que no-pero-sí, le mola. Sumadle momentos melosos con música de piano alternada con jazz, cultura afroamericana y tenemos todos los ingredientes de la película.
El caso es que tantas idas y venidas dentro del romance, termina haciendo que pierda el interés en saber si acabarán juntos o no (porque, en el fondo, sé cómo acaban estas cosas). Además, los diálogos sobre Drake tampoco me atraen en exceso y, aunque los protagonistas no están mal, no me caen excesivamente bien los personajes.
En resumen, una de esas de las que pintaba mejor de lo que, en realidad, termina siendo.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Porque, sinceramente, uno ya no está para estas pasteladas del montón. A lo mejor es que ya no soy el público objetivo de este género, pero creo que es más que la película es un tostón importante. Chico, periodista con el guapo subido, se interesa por la historia de una fotógrafa recién fallecida y de su hija. Luego está la conservadora del Museo de Queens en New York, a la que no-pero-sí, le mola. Sumadle momentos melosos con música de piano alternada con jazz, cultura afroamericana y tenemos todos los ingredientes de la película.
El caso es que tantas idas y venidas dentro del romance, termina haciendo que pierda el interés en saber si acabarán juntos o no (porque, en el fondo, sé cómo acaban estas cosas). Además, los diálogos sobre Drake tampoco me atraen en exceso y, aunque los protagonistas no están mal, no me caen excesivamente bien los personajes.
En resumen, una de esas de las que pintaba mejor de lo que, en realidad, termina siendo.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
21 de marzo de 2022
21 de marzo de 2022
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Las comedias románticas tienen un defecto de nacimiento. Que se sabe cómo acaban.
Y como se hacen muchas, los guionistas tratan de enredar por en medio, pretendiendo cierta originalidad. Aquí es que la madre de Mae (Issa Rae, por cierto con un rostro muy masculino) empezó y frustró otra historia romántica. En medio un periodista que investiga la antigua historia y es parte interesada en la actual.
No es ningún lío. La película es casi una tontada por mucho que lo compliquen.
¿Lograrán los amantes unir sus vidas de modo que duren juntos más de un año? La solución en la próxima comedia romántica.
Y como se hacen muchas, los guionistas tratan de enredar por en medio, pretendiendo cierta originalidad. Aquí es que la madre de Mae (Issa Rae, por cierto con un rostro muy masculino) empezó y frustró otra historia romántica. En medio un periodista que investiga la antigua historia y es parte interesada en la actual.
No es ningún lío. La película es casi una tontada por mucho que lo compliquen.
¿Lograrán los amantes unir sus vidas de modo que duren juntos más de un año? La solución en la próxima comedia romántica.
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