Inenarrable. El argumento está calcado de "El lago azul", sólo que situando la acción en el desierto y con un villano ridículo incluido. Si la original ya era más bien lamentable, su inconfeso remake, realizado con aún menos ganas y aún menos ideas, cae en el más estrepitoso de los ridículos. Nada que rescatar, excepto quizás las exóticas localizaciones y el tema principal, una canción abominable que no parecía tener más utilidad que la de arropar los trotecillos playeros de los guapitos y panolis protagonistas.

Tan mítica como horrenda, para antología quedó el baño en la cascada con desnudo integral de Phoebe Cates, puntal absoluto en el imaginario erótico de los adolescentes de los ochenta.

Es una regular-mala copia de 'El lago azul'.

Los protagonistas son guapillos pero al chico le falta algo, le falta la chispa que produzca la química, le falta una mejor interpretación, le falta porte... aunque no esté mal del todo. Y se busca mucho exhibir a la protagonista.

La BSO deja mucho que desear.

Lo que tiene de bueno es la idea central, pero está mucho más mejorada en The Blue Lagoon.

Una historieta muy adornada inventada por alguno de sus protagonista para contar lo que los enamorados llaman "mi primera veeeez". Cómo le molaría al rubio o a la morena, entre tanta historia mediocre, alzar la voz y contar toda esta pantomima con un malo malísimo, una huida terrorífica, un oasis paradisíaco, una laguna, cuerpos musculosos, juventud, palmeras, monos... Lo malo es que nadie se la cree.

Es interesante como un idioma tan ultra-conservador como es el Inglés, tenga una cantidad enorme de términos sexuales, cada cual más chocante:por ejemplo, -Bald-headed hermit-. Literalmente, el ermitaño calvo. Se refiere al pene o al glande o por ejemplo, otro término tronchante, -Kinky-. Desviado sexual, o Commodity. n. Genitales femenino. Otro término en la exquisita línea de eufemismo del idioma inglés.

Pero los dos términos con los cuáles "Paradise" (1982) podría ser definida son: -Beaver-, (Beaver. n. Genitales femeninos, especialmente cuando no se ha afeitado el vello púbico. y el segundo -Full-Frontal-: imagen de un cuerpo desnudo al completo.

"Paradise" fue para algunos en los 80's todo un "paraíso" de erotismo puberal, cuando era harto imposible hacerse con material erótico-festivo ya que no existía Internet y las revistas para adultos, eran eso: revistas para adultos.

Sin embargo "Paradise" era una cinta tramposa: por un lado iba vestida de peli de aventuras a lo "Indiana Jones" o la consabida "El Lago Azul", (la excusa perfecta para que la madre o el padre¿? dejaran a sus hijos viendo tan "tierna" cinta) y por otro aderezaba y enderezaba la tórrida tarde onanil en un viaje hacia el erotismo más zafio y gratuito: la película estaba hecha por y para la mera idolatría a la figura de Phoebe Cates. La joven actriz lo enseñaba todo impúdicamente con escenas que eran una mezcla entre el documental de David Attenborough y la peli porno erótico festiva made in Vatican.

En definitiva: Paradise no es más que la excusa de vender una idea reciclada, (El Lago Azul) pero bajo el corsé erótico que, vista hoy día - y con permiso de la bellísima Phoebe Cates- resulta hasta ridícula por lo naïf de su propuesta y ejecución.

He visto... Paradise...
https://www.filmaffinity.com/es/film734921.html

Un 4. Primera película de Phoebe Cates, que ha pasado por mis manos por casualidad y he visto por curiosidad.

Cuando la he empezado a ver, me ha parecido que tenía un aire a El lago azul, cambiando las islas por un desierto. El papel de Brooke Shields le correspondería a Phoebe, a la que le ponen de pareja a Willie Aames, que, para quien lo recuerde, era el rubio guapito de Con Ocho basta.

De hecho, he mirado fechas por si era precursora de El lago azul, pero no. Es dos años posterior. Así que, supongo que si hubo copia, o inspiración, fue al revés.

Resulta un poco escasa hoy en día. Y la pequeña dosis de erotismo a base de mostrarte desnudos de dos chavales teenagers (ella sí y él casi) es muy similar a la de El lago azul. Desde luego la complejidad, ñoñería y estupidez, sigue la misma línea.

Tiene de bueno que es cortita. 90 minutos. Y, en mi caso, conlleva una pequeña dosis de nostalgia, volviendo a ver a dos chavales de mi juventud.