Un perezoso guion, ya que esta historia la hemos visto en cantidad de ocasiones; sin embargo, en manos del director Martin Campbell que dirige bien películas de acción como "Casino Royale","Goldeneye", "El zorro" o "Limite vertical" consigue no perder el ritmo y darle un toque bastante aceptable para quedar como un film atractivo y entretenido.

Anna es rescatada cuando era una niña de Vietnam después de un baño de sangre por Moody, un asesino a sueldo que se convertirá en su mentor. Matan a la gente mala por dinero y no se sienten ni el más mínimo remordimiento. Ella también es dueña de una librería un tanto rara que sirve de tapadera. Pero después de matar a Moody en lo que resulta ser un complot, se desatara la furia de venganza...

Maggie Q que ya hizo de "Nikita" en la serie de TV interpreta a esta heroína tan segura de sí misma. El incombustible Samuel L. Jackson es su "padre adoptivo" y Michael Keaton que, aunque tenga 70 años todavía puede estar para dar caña en pantalla. El peor papel es para Robert Patrick que interpreta al líder de una banda de motoristas un tanto ridícula.

Las peleas son sangrientas y despiadadas, y los diálogos contienen algunas notas de humor para aumentar la tensión. Pero como era de esperar no sorprende nada, ya que casi todo es bastante predecible. Así que para disfrutarla no hay que cuestionarse nada de lo que estamos viendo y seguirle el juego.
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Curioso que a estas alturas Maggie Q protagonice un filme. Me alegro por ella. Mal no lo hace. Está claro que ya tienen muy vista a Lucy Liu, Ming Na Wen le pillaba mayor y no habrán querido tirar de actrices chinas, será porque no hay una coproducción detrás.

Por lo demás es una rutinaria y predecible película. Demasiado tópica y típica. Casi sabemos lo que va a pasar en cada secuencia. Todo en sí es demasiado simple, desde los personajes arquetípicos hasta la trama de medio-pelo. No sabemos que pintan moteros americanos en Vietnam, ni mucho menos Robert Patrick. Tampoco está muy claro el arranque del filme ¿Qué narices pasó en Vietnam en 1991? ¡La guerra acabó mucho antes! Así que partimos de una historia tipo "El mecánico" o "Colombiana" evolucionando a otra tipo "Venganza" mezclada con cualquier imitación barata de John Wick. Fintas y acrobacias en los tiroteos. Todo mil veces visto. Maggie Q tonteando con alguien que podría ser su padre, un Keaton en modo automático, al igual que Jackson. Hay que pagar las facturas. Hay que reconocer que Martin Campbell aún conserva el pulso para las escenas de acción, pero elige cada mediocridad de proyecto...

“La protegida” se desarrolla en un supuesto mundo de asesinos profesionales, extremadamente competentes, tremendamente organizados, capaces de acabar con cualquiera, por protegido que esté, siempre que la retribución económica esté a la altura. Si bien es un un concepto no demasiado explotado, no es, en modo alguno, novedoso con variantes para todos los gustos: más técnicas, como “The mechanic”; más imaginativas, como la saga John Wick; más líricas, como “Asesinos”... y, naturalmente, las hay protagonizadas por chicas de armas tomar como “Nikita”, “Colombiana” o esta “La protegida” que, desde luego, no ha venido a descubrir ni revolucionar nada.

Con bastante sensatez, “La protegida” apuesta por un buen reparto y la siempre elegante factura de Martin Campbell, el hombre capaz de sacar adelante películas con cualquier presupuesto. ¿Que hay recursos? Pues el tío reinventa a James Bond. ¿Que andamos tiesos de presupuesto? Pues es capaz de hacer un thriller político-policiaco cien por cien en serio con Jackie Chan enfrentándose al IRA. Para mí, un puñetero e infravalorado genio. En este caso tiene buenas cartas como una actriz ni desconocida ni muy encasillada que encaja en el rol de killer acrobática requerido, el fascinante Michael Keaton y un hombre espectáculo como Samuel L. Jackson.

Por la parte que le toca, Campbell hace un excelente trabajo tratando de lidiar con un esperpéntico guion escrito por aficionados, pero la película discurre a dos calidades en dos niveles. A nivel de escena o de secuencia, “La protegida” raya a gran altura, mucha clase, cada cosa en su sitio, los actores en sus marcas diciendo las frases correctas en el momento que causan mayor impacto y con coreografías de acción vertiginosas y bastante verosímiles. A nivel de trama o argumento, la película carece de credibilidad. En otras palabras, el desarrollo de la película es un despropósito en el que tengo que pensar que es posible que concurran veintisiete casualidades para que la protagonista acabe encerrada en una celda rodeada de fornidos mercenarios, pero Campbell consigue que me crea que la chica puede salir de ahí.

Desgraciadamente, el guion parece empeñado en que “La protegida” no alcance un nivel mínimo de seriedad y en poner a prueba la capacidad de apagar fuegos de Campbell. «Oye, Martin, se nos ha ocurrido que Maggie Q (la protagonista, que dudo que llegue al metro cincuenta y pase de cuarenta kilos) levante a pulso a un villano de ciento veinte kilos, a ver qué se te ocurre». O «Venga, figura, necesitamos que la asesina y su archienemigo se enfrente a muerte y acaben haciendo un trío en la misma escena». O «Martin, tío, perdona de verdad, ya sé que tienes la peli casi hecha pero se nos ha ocurrido un flashback en pleno clímax, ¿te importa echar un vistazo a ver cómo lo integramos?». No sé. De verdad que parece que los guionistas hayan estado dedicado a putear al director y que “La protegida” es fruto de una inocentada. Pero claro, por mucho talento que le eche Campbell, la película se va resintiendo patochada a patochada hasta que cruza la línea en que empiezas a tomarla a broma y te dejas ir. Conviene no ver los cinco últimos minutos en los que “La protegida” dilapida su último capital de dignidad.

En fin. Típico producto de relleno para plataformas que podría haber sido mucho más.

Un film entretenido pero que te lo sabes entero desde el principio hasta como va acabar.
La química entre Maggie Q y Keaton es sensacional con ese puntito un poco macarra (se respetan pero solo puede quedar uno).
Los demás cumplen con su cometido en la película.
Me lo pase bien viéndola.
Le pondré un interesante(6)
Besitos y saludos.

Otro producto sin alma que muestra todas sus carencias desde el primer minuto. Todo tipo de estereotipos encajan perfectamente en un rutinario dispendio de localizaciones sin sensación de novedad.
En conjunto, la película son fragmentos de otras, desde Nikita a Colombiana sin olvidarnos de Salt y El extranjero del mismo director.
Martin Campbell ha perdido el crédito, aunque le quedaba poco. El guión de Richard Wenk es una tomadura de pelo con un juego ramplón y sumamente aburrido. Ni Michael Keaton es capaz de salvar la mediocridad de este batiburrillo de acción.