Se necesita un rival
1933 

6.2
26
Comedia. Drama. Romance
El fabricante de zapatos John Reeves deja su empresa en manos de su imprudente sobrino, marchándose de vacaciones. En su retiro conoce a Jane Grey, la hija de su antiguo rival en el negocio del calzado. Aliándose con ella y creando una nueva empresa juntos, se enfrentará a su antigua empresa, en manos de su sobrino. Remake de "Twenty Dollars a Week", del año 1924. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2016
8 de abril de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Setenta y siete minutos de cine. 1933 antes del código Hays (1934). En tres años, Bette Davis ya había hecho 15 films. John G. Adolfi, casi un desconocido, en 1933 ya tenía a sus espaldas 84 films, primero como actor en los inicios del cine y luego con una feliz colaboración con G. Arliss en el sonoro. Una historia entre comedia y cine social. Pero sobre todo una soberbia lección de cine y de teoría política del verdadero liberalismo que fue la doctrina de los padres de la Constitución Americana. La teoría política del contrapoder, como contrapeso del poder y la competencia liberal como desarrollo del capitalismo. Claro que no se tocan los aspectos negativos del peligro del monopolio y el abuso consiguiente y los contrapoderes necesarios para regularlo. Desde una óptica formal, una exposición de los principios que alumbraron esa contradictoria pero mucho mas efectiva y "real" democracia, frente a nuestra "oligocracia". Hay ya aspectos de teoría empresarial, aumento de la inversión, marketting, publicidad, e incluso de ciertos insertos de teoría social en cuanto a la valoración del trabajo competente que debe de ser bien retribuído para lograr el éxito y una reivindicación de la edad como acumulación de la experiencia. Una lección de la moral del trabajo frente al dinero fàcil y la dilapidación. Claro que para muchos "agudos" ( no olvidemos que el ángulo agudo es el mas cerrado) les parecerá una exposición del capitalismo liberal y algunos en su ignorancia lo adscribirán al neoliberalismo.
Señalo estos aspectos, no por entrar en teoría política, sino para mostrar cómo en 1933 el cine americano, eminentemente y totalmente "entertainment" sabía hacer una comedia con más "miga" de lo que aparentemente puede parecer. Pero sobre todo, cómo contar una historia divertida en setenta y siete minutos.
¡Cuántas lecciones para hoy en día!... y no sólo de cine.
Señalo estos aspectos, no por entrar en teoría política, sino para mostrar cómo en 1933 el cine americano, eminentemente y totalmente "entertainment" sabía hacer una comedia con más "miga" de lo que aparentemente puede parecer. Pero sobre todo, cómo contar una historia divertida en setenta y siete minutos.
¡Cuántas lecciones para hoy en día!... y no sólo de cine.
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