En el límite del mundo

Biopic de James Brooke un aventurero ingles que en 1839 llego a convertirse en Rajá de Sarawak en Borneo y que sus hazañas inspiraron a los escritores Joseph Conrad en su libro "Lord Jim" y "El corazón de las tinieblas y a Rudyard Kipling para "El hombre que pudo reinar".

Tres exploradores de la corona inglesa desembarcan en la costa de Borneo, la isla más grande del Mar de China Meridional y tres veces el tamaño de Gran Bretaña, estamos en pleno colonialismo y Brooke no reclama Borneo para el imperio, sino que después de enamorarse de una mujer, se proclama Rajá de la isla.

Jonathan Rhys Meyers ofrece una actuación  convincente como Brooke, aunque sus esfuerzos se ven perjudicados ante un terrible guion de Rob Allyn. Su amigo Arthur es Dominic Monaghan.

Una farragosa voz en off y un guion confuso desperdiciando unos paisajes increíbles hacen que el film no esté bien contando y por consiguiente consigue aburrir por culpa de una narrativa poco convincente. No se le hace justicia a este intrépido explorador con una vida muy interesante que el director de videoclips Michael Haussman no ha sabido llevar bien a la pantalla.
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La idea de llevar la vida de James Brooke a la gran pantalla era prometedora. No obstante, la ejecución es tan poco atinada que lo más atractivo que se narra sobre él está escrito en algunas frases al inicio y al final. Y es una pena, porque el film logra despertar la curiosidad acerca de su figura, ciertamente interesante, pero el guion desaprovecha la oportunidad de hacer un buen retrato.

Para empezar, el arranque se sitúa ya en la edad adulta de Brooke, cuando llega a Sarawak, tras una trayectoria fracasada que le ha llevado a huir de sí mismo. Y ahí empieza el desorden: las historias y los personajes se van sucediendo a medias, sin trabajar a fondo ninguno.

Mientras tanto, la voz en off del oficial va interrumpiendo la cronología con un soliloquio que, por momentos, parece postizo, ajeno a la persona que lo pronuncia. Bien orientado, podría haber sido cautivador, pues reflexiona acerca de la conciencia, la ambición o el bienestar pero, igual que sucede con los protagonistas y sus semblanzas, no se profundiza tampoco en ello. De la misma manera, la biografía de Brooke queda desdibujada por la confusión de los relatos y el punto de vista parcial, que no cuestiona sus gestas ni muestra las repercusiones.

Asimismo, no se llega a vislumbrar el modo de gobierno que el militar estableció en la región, los avances que pudo instaurar o su relación a largo plazo con el Reino Unido pues la cinta se distrae complaciéndose repetitivamente en ciertas costumbres de los nativos. En este orden de cosas, la violencia explícita es muy desagradable, y la cantidad de sangre y cabezas cortadas no halla justificación –más allá de en los hábitos de sus ciudadanos–.

Lo que sí merece elogios es la recreación del lugar y la época. Aunque el número de imágenes descriptivas mermen la acción del largometraje, el público puede hacerse una idea precisa de la situación. Sin embargo, no es suficiente para hacer justicia a la sugestiva personalidad a la que se pretende hacer un homenaje.

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*Introducción

El rey del fin del mundo nos cuenta la historia de James Brook. Brook fue un personaje histórico con una vida apasionante y llena de aventuras. Tuve la ocasión de conocer al personaje por su aparición en Flashman y Señora. Tercera novela de las aventuras de Harry Flashman, escritas por George McDonald Fraser. Este personaje también ha hecho su aparición en las novelas de Sandokan de Emilio Salgari, además de ser la inspiración para Joseph Conrad de su Lord Jim.

Su vida estuvo plagada de aventuras. Desde la primera guerra Anglo Birmana (1824-25) pasando por la lucha contra la piratería y la esclavitud. Sin olvidar su ruptura de un compromiso de matrimonio y hasta un hijo ilegítimo. Cabe decir que Errol Flynn intentó llevar su vida al cine en los años 30, pero el proyecto quedó en nada.

Finalmente aquí tenemos este biopic de un personaje tan interesante.

*Planteamiento

En el siglo XXI y con todas las cuestiones sobre descolonización, inclusión e igualdad, se puede hacer bastante complicado la realización una película sobre un aventurero británico en los mares del Sur. Para adaptar al cine la vida de Brook, Haussman y su guionista Rob Allyn, optan por un acercamiento más introspectivo al personaje.

Brook se muestra como un héroe en conflicto entre su huida de la sociedad blanca británica y su integración dentro del conglomerado que suponían los dominios del sultanato de Brunei. Este tratamiento más introspectivo y en detrimento de la aventura novelesca acaba siendo un punto en los que la película flojea un poco.

*Desarrollo

Sin ser en absoluto una mala película, debo admitir que mi propia expectativa ha lastrado la experiencia en la cinta. Yo esperaba una película con un tono más aventurero y con más acción, y en su lugar he encontrado una cinta con más reflexión personal profunda y acercándose a los aspectos más dramáticos y personales de Brooks.

Se incide en sus sentimientos de culpa y arrepentimiento ante la vida que deja en Gran Bretaña y los conflictos que debe afrontar en este reino de los Mares del Sur. Una cosa que sí me ha parecido muy acertada de la película es mostrar la gran diversidad que había en esos momentos por la región. Encontramos artistas marciales chinas expertas con la espada. A cazadores de cabeza de la jungla de Borneo. A gobernantes musulmanes de interpretación laxa en su dogma y estirados miembros de la Royal Navy.

*Conclusiones

Vuelvo a repetir que mi expectativa ha chocado con la realidad de El rey del fin del mundo. Y yo esperaba algo más aventurero, plagado de combates en la jungla, batallas navales y exhibiciones de esgrima y de kung fu. Pero no obstante, el producto al final es bastante interesante, sugerente e introspectivo.

El rey del fin del mundo cuenta con una dirección de fotografía bellísima pareja a la dirección artística. Con bastante rigor histórico en la representación de la época y de los personajes. Aunque evidentemente siendo una película y marcando pues las diferencias entre una obra de creación artística y una obra de divulgación científica.

El rey del fin del mundo es una película bonita sobre un personaje interesante. Espero que abra la puerta a más adaptaciones sobre el Rajah Brook y sus aventuras, además de contar una historia sobre uno de los personajes más interesantes del siglo XIX.

Escrito por Juan Carandell Rojo

La película retoma esas aventuras clásicas de exploración del mundo en el siglo XIX, que aun siendo hechos históricos, me recuerdan el sabor de las novelas clásicas de autores como Julio Verne o Rudyard Kipling (lo cual en este caso no es ninguna casualidad).
Un pequeño grupo de viajeros británicos llega a la zona de Borneo para conocer el país y las costumbres de sus habitantes, hasta que uno de ellos se termina enamorando y adquiriendo la condición de rey.
La pareja de actores protagonistas es buena, pero la película en sí está un tanto desaprovechada.
Quitando algunos bellos paisajes, echo en falta un mejor diseño de producción, y sobre todo un guion con algo más de aventura y épica.
No es aburrida ni mala, pero en general me sabe a muy poco y creo que debería haber estado mejor.
Incluso el tema del choque de culturas y la ambición colonialista no está explotada demasiado bien.
Simplemente, es un film pasable en el que no hay mucha emoción y todo es muy tranquilo. Siempre que parece que se va a poner mejor, vuelve pronto a su lento ritmo.
A pesar de eso, se deja ver y entretiene mientras dura, sin llegar a cansar mucho. Pero creo que se me olvidará muy pronto. Sin duda, la de Sean Connery y Michael Caine está bastante mejor.

Una película que me ha gustado mucho, grandes paisajes y bonita historia basada en hechos reales sobre no se si llamar ¿la conquista de la selva asiática?.

Tiene escenas duras y desagradables, pero a la vez me parece terriblemente bella, tanto el entorno como el choque de culturas.

Evidentemente es muy mejorable, pero creo que la esencia consigue mantenerla y a mi me gustó.