Jurassic World: Dominio

Escribo esta crítica con dolor y decepción. Soy fanático de la película original, y vi todas las secuelas en el cine, pese a que la saga perdió su rumbo hace bastante. Pero Dominio no era una secuela más ya que volvía a reunir el elenco original de Jurassic Park después de casi treinta años. Fui al cine con ilusión, y pese a que puse todo de mi parte para que me gustara, no pude disfrutarla como hubiera querido.

Es muy tentador reencontrarse con los ídolos de la infancia. Volver a ver a los actores que encarnaron esos personajes con los que crecimos y nos encariñamos, pero lamentablemente una película no puede vivir de la nostalgia. Jurassic World: Dominio es un ejemplo más de los muchos que hemos tenidos en los últimos años.

Para mí, la saga venía arrastrando fallos desde Jurassic World, y se fueron agravando hasta llegar a esta decepcionante secuela. El guion es más caótico que nunca. No sólo por la superposición de personajes y tramas, si no porque la película va dando volantazos sin un rumbo claro hasta llegar a un desenlace carente de épica y emoción, en el que se termina desaprovechando lo que se plantea en el primer tramo (sigo en el spoiler). Amén de que el guion está plagado de conveniencias que hacen avanzar la trama cada vez que un personaje necesita un “empujón”. Por ejemplo: ese asistente de Dogson que aparece por ahí cada vez que un protagonista requiere ayuda. O la manera cutre en la que se incorpora la mercenaria del avión al conflicto.

De los raptores amaestrados ya se habló largo y tendido. Sin embargo, creo que uno de los grandes problemas que tuvieron las últimas películas va mucho más allá de esa decisión que, parafraseando a Malcolm, fue el aleteo de la mariposa que causo un terremoto en toda la saga: desde Jurassic World para acá, los dinosaurios perdieron toda sensación de peligro y amenaza (sacando a la Indominus de la cuarta). No sólo los carnívoros (profundizo en el spoiler). Los herbívoros también son animales grandes y peligrosos que podrían matar humanos o derribar estructuras con un solo movimiento (sin quererlo, incluso), y que deberían comportarse como animales salvajes en un ambiente desconocido. En "El Mundo Perdido" se necesitaba todo un equipo armado para capturar a cada herbívoro, y en esta Pratt puede enlazar un Hadrosaurus y calmarlo con una caricia como si nada.

¿Puntos positivos?
-A diferencia de otras sagas en las que los viejos personajes aparecían sólo para justificar el cheque, Sam Neill y Laura Dern tienen muchísimo tiempo en pantalla. Casi tanto como Pratt y Dallas Howard. Y pese a que su relación está un poco forzada, son lo mejor de la película. Podrían haber sido los protagonistas nuevamente, y la película habría mejorado.
-Jeff Goldblum aparece menos, y durante un tramo no menor se pasea por ahí sin saber bien cuál es su rol, pero conserva su carisma intacto y tiene un par de momentos reseñables.
-La banda sonora es decente, a pesar de que ni se acerca a la majestuosidad de la original.
-Pese a que se nota mucho el CGI en algunos momentos, hay dinosaurios para dar y repartir, como se espera en una película así. La secuencia “Skyfall” en Malta me gustó bastante. Tiene la intensidad que le falta a otros tramos.

Crecí con “Jurassic Park”, película de culto y una de las obras maestras de la historia del cine. No hay debate en esto. Vaya por delante que, tras algo así, es muy imponente continuar haciendo películas de dinosaurios y cuyo argumento sea, digamos, atractivo.

El “Mundo Perdido” fue una película atrevida en su momento, desvanecida muchas veces de su antecesora, pero bien estructurada y con unas interpretaciones magníficas. La III parte ya es de pañuelo y un abismal ¡qué habéis hecho!

No contentos con eso, hay que “resucitar” dinosaurios nuevamente, en un proyecto de tres películas que proyectan nostalgia y ostracismo a partes iguales. La ilusión por la que acudes al primer acto, disminuye en el segundo y te dejan con unas ganas locas de llorar en esta infame “Dominion”.

Soy un grandísimo seguidor de la saga la cual me fascinó desde pequeño. Aun recuerdo salir emocionado del cine al que me llevaron mis padres para ver parque jurasico y el mundo perdido y realmente sentir que me había trasladado a un mundo jurásico. Aquellos dinosaurios de los 90 me emocionaban y me hacían estremecer a partes iguales. Fue el pistoletazo de salida a mi “sana” obsesión por los dinosaurios. Como no podía ser de otra forma devoré las novelas de Michael Crichton, las cuales me parecieron extraordinarias y aportan ese extra de detalles y tramas que solo las novelas pueden dar.

Con el tiempo siguieron saliendo películas, que como todo el mundo sabe fueron perdiendo frescura y calidad, lo cual no hacía más que confirmar la gran película de culto que fue parque jurasico. De alguna forma todo se empezó a torcer con la nueva trilogía de jurassic world donde la ausencia de guiones sólidos o novelas en las que apoyarse nos dejaron como resultado películas pobres con marcados agujeros de guión y poco consistentes. Pero esto no importaba. De alguna forma la esencia de la saga seguía ahí….y eso hacía mantener encendida la llama.

Con estos precedentes, acudí al cine a ver la que sería la película final de la franquicia. Las expectativas no eran demasiado altas pero tenía cierta esperanza de que se corrigiera de alguna forma el rumbo tomado por la franquicia y se le diese un final digno, aunque solo fuera por respeto a la primera película de Spielberg. La experiencia no pudo ser más desoladora, resultando una película totalmente indigna. La magia había desaparecido por completo.

Empezando por el guión, este es simple, superficial y poco “creíble”. Es totalmente incomprensible que con un presupuesto tan elevado, además de un tiempo de producción tan grande se haya dado el visto bueno a un guión tan absurdo. Por momentos uno piensa que el guión es simplemente un trámite inevitable por el que los productores deben pasar para poder juntar todas las escenas de acción, las cuales acaban teniendo un punto delirante, o para hacer homenajes a todas la películas precedentes de la saga, el famoso “fan service”. Y aun así hay escenas que son auténticos atentados a la saga como comentaré en los spoilers.

En cuanto a los personajes, la vuelta de Alan Grant, Ellie Sattler e Ian Malcolm, la famosa santísima trinidad jurásica nos da una de las pocas alegrías de la película. Sus actuaciones son sólidas y aunque creo que se podía haber explotado mejor la figura de Ian Malcom, estos consiguen hacernos retornar, aunque sea por unos instantes, a la película de 1993. En cuanto a Owen Grady y Claire Dearing, siento decir que sus personajes nunca me parecieron convincentes. Siempre me chirrió la idea de un cowboy jurásico capaz de adiestrar raptores cual perro con una galletita. Y que decir de Claire. Su metamorfosis de ejecutiva sin escrúpulos de un “zoo” jurásico a activista Greenpeace de los dinosaurios me parece simplemente ridículo.

Y hablando de los dinosaurios. Estos ya no dan miedo e incluso rozan lo cómico en algunas escenas. Se ha infantilizado tanto la película que uno sabe que ya nada va a ocurrir, que siempre un suceso inesperado o la ocurrencia de última hora de uno de los personajes los salvará de caer en las fauces de los dinosaurios. Esto es un problema grave, ya que cuando se va a ver una película de dinosaurios uno espera tener por lo menos la sensación de peligro. Por otro lado, se ahonda demasiado en la humanización de los dinosaurios lo cual es totalmente incoherente puesto que son animales salvajes y como tal se deben comportar. En cuanto a la recreación de los dinosaurios (CGI), se ve poco conseguida e incluso artificial por momentos. ¿Cómo es posible que los dinosaurios de Parque Jurasico parezcan más reales hace 30 años que ahora con todos los avances técnicos que ha habido? Sin comentarios.

Por último comentar, que eché en falta algo más de presencia de la magnífica banda sonora original de John Williams que ha acompañado la franquicia desde 1993. Si algo funciona, no se debe cambiar.

En resumen, sensación de enfado y decepción. Por suerte, siempre podremos revivir la magia de la primera película, con John Hammond dándonos la bienvenida al parque donde la vida se abría camino.

Le doy una estrella porque no le puedo dar 0, con esta saga ha ocurrido lo mismo que con la de star wars, la ha cogido gente que es basura para explotarla y prostituirla. Es anticine. Si le quitas el sonido y la pones en blanco y negro bien podría valer para exhibirla en cualquier feria de principios del siglo xx cuando el cine era un tren llegando a una estación o una carreta de caballos pasando. Pero el cine hoy en día ya no es un truco de magia que se exhibe en una feria frente a analfabetos pueblerinos que trabajan en el ferrocarril. Alguien debería ir a hollywood y decírselo a esa piara de cerdos que manda allí.

La película original de Spielberg abría con una presentación del velocirraptor tensa y terrorífica pero sutil, sin mostrarnos a la criatura en ningún momento más allá de algún fugaz plano detalle. Y a partir de ahí se va construyendo poco a poco esa expectación hasta que, finalmente, el letal velocirraptor aparece. En el minuto 100 de película. Casi al final. Y llevas ya una hora cagándote encima sin haberlos visto nunca.

En Jurassic World Dominion los velocirraptores son una mascota a la que amar con el poder de la Fuerza.