Toda una vida
1974 

6.3
43
23 de junio de 2008
23 de junio de 2008
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director francés Claude Lelouch ha ido desarrollando su más que interesante carrera a la sombra de paisanos más conocidos como Godard y Truffaut. Sin embargo, su filmografía está plagada de interesantes películas y alguna que otra notable, como es el caso de esta Toute une vie, nominada al Oscar en 1975 al mejor guión original.
Poco antes, Lelouch lograba sus mayores cotas de popularidad con Un hombre y una mujer, película generacional que le valió dos estatuillas: mejor guión original y mejor película extranjera, además de suponerle una nominación como director y brindarle la nominación a mejor actriz a la siempre deslumbrante Anouk Aimée. También fue Palma de Oro en Cannes.
Toda una vida es una evocadora y nostálgica película que a la sombra del recorrido generacional de sus protagonistas nos mete de lleno en la historia reciente de Europa. Personajes fríos y tristes imagen de una sociedad de valores materiales, en donde las prioridades de la vida de unos chocan frontalmente con las necesidades emocionales y vitales de otros. En este contexto, Lelouch va describiendo con maestría en la disección de personajes varias historias íntimamente ligadas con un trasfondo que deja ver luz y esperanza pese a todo.
Autor a redescubrir urgentemente, me ha llamado muchísimo la atención los poquísimos votos de esta película.
Poco antes, Lelouch lograba sus mayores cotas de popularidad con Un hombre y una mujer, película generacional que le valió dos estatuillas: mejor guión original y mejor película extranjera, además de suponerle una nominación como director y brindarle la nominación a mejor actriz a la siempre deslumbrante Anouk Aimée. También fue Palma de Oro en Cannes.
Toda una vida es una evocadora y nostálgica película que a la sombra del recorrido generacional de sus protagonistas nos mete de lleno en la historia reciente de Europa. Personajes fríos y tristes imagen de una sociedad de valores materiales, en donde las prioridades de la vida de unos chocan frontalmente con las necesidades emocionales y vitales de otros. En este contexto, Lelouch va describiendo con maestría en la disección de personajes varias historias íntimamente ligadas con un trasfondo que deja ver luz y esperanza pese a todo.
Autor a redescubrir urgentemente, me ha llamado muchísimo la atención los poquísimos votos de esta película.
24 de abril de 2009
24 de abril de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La valoración de una película puede - y suele tener - muchos factores que superan lo meramente cinematográfico y que, sin embargo, hacen de la película lo que la película es para un determinado espectador En este caso, para mi, Toda una vida de Lelouch tiene la imborrable impronta de esa escena, tríptica, en la que ambos protagonistas toman sus taxis rumbo a Orly, destino final NY. Cada uno, por su lado, le pide al taxista que le suba el volumen a la radio, sintonizadas ambas en la misma emisora. La tercera escena muestra a Gilbert Becaud en un estudio de radio donde le preguntan cuál de todas sus canciones es la de siempre, la infaltable y contesta, sin vacilar, Et maintenant. Y suena la canción y la oyen los dos viajeros y entonces, sin encontrarse, los tres se encuentran en ese lugar inubicable que se llama la música, la música con la huella personal de una vivencia.
Una película no debería reducirse a una escena; estoy de acuerdo. Yo no reduzco Toda una vida a escena. La amplifico en esa escena y es esa escena a la que vuelvo y volveré siempre con el pasar del tiempo. Esa es, permitáseme esa emotividad, la magia del cine.
Una película no debería reducirse a una escena; estoy de acuerdo. Yo no reduzco Toda una vida a escena. La amplifico en esa escena y es esa escena a la que vuelvo y volveré siempre con el pasar del tiempo. Esa es, permitáseme esa emotividad, la magia del cine.
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