Atilano, presidente
1998 

4.1
1,542
Comedia
Atilano Bermejo es un fullero de poca monta que se ve envuelto en el timo de su vida: ser presidente del gobierno. Su carisma y su falta de inquietudes sociales le convierten en un candidato político idóneo para un grupo de banqueros que buscan una buena imagen pública tras la que esconderse y disfrazar sus ambiciones. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2025
23 de marzo de 2025
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El fuego fatuo. El candidato. Sic transit gloria mundi. Tu dedo nos señala el camino. El índice de Dios. El gran salto. El sepulturero. El poder y la gloria. El príncipe y el mendigo. Clonación.
Concursante + Espérame en el cielo + Pedro Páramo + Romero + Crematorio + Volar por los aires + El político + El truco final + El ilusionista + Veredicto final + Carne de gallina.
Un tebeo muy mal hecho. A ratos o restos (sobre todo el tramo central, el noventa por ciento de la película por lo tanto, por los bordes o extremos, en cambio, al principio y al final, mejora o no tanto empeora o derrapa depaupera) es tan mala, pero tanto, tanto, que te da o provoca, además de asombro, ¿bochorno?, constante, ternura, si no pena. Lo único realmente destacable (más allá del punto de partida o premisa que podría ser la mar de interesante) son los maravillosos actores (la gran mayoría, desgraciadamente, ya muertos), o qué decir de los feos Carlos Lucas, Paco Maestre, Enrique Villén, Fernando Vivanco, Florentino Soria (o, mejor, Pepe Donoso), Ramón Barea, Luis Prendes, Saturnino García, Txema Blasco y las guapas Laura Conejero y María Isbert, y, claro, Manquiña, estupendo, y, también, alguna salida de tono tan cafre o lisérgica (el apuntador me gustó), tan idiota u oligofrénica que te das (yo sí me doy) por vencido, ni abasto, el mercado de abastos, pero así en general es más bien deprimente (un deleznable ¿no tan? querible disparate), un producto tan desangelado, simplón, pobretón, torpe, pedestre, simpático y cutre que pareciera la obra de un club de jubilados (con todos los respetos y pidiendo mil perdones a todos ellos, haberlos haylos) que en su día formaron un cine club, arte y ensayo tampoco mucho, Acorralado, ¿porno?, y que pretenden, a la vejez viruelas, reverdecer viejos laureles, rememorar antiguas leyendas, el esplendor en la hierba, la gloria en las flores, dices de mili, algo patéticamente triste y deliciosamente espantoso, intelectualmente transparente y artísticamente indecible, del dicho al hecho hay un paso o trecho, lo mismo que de la idea a la realización, por supuesto, nos perdimos por el medio, adecentando la estancia o el vacío, ni una dimos.
En ningún momento logran la deseada, eso parece, mezcla entre la realidad (tal cual) y el esperpento (grotesco), la fusión de la sátira y/con el modelo que imita (o descojona), no se dan cuenta de que para retratar crítica ácidamente algo tienes que parecerte o asemejarte a ese algo aunque solo sea mínimamente, a sus mecanismos o ajustes para que el hecho (cinematográfico, o de cualquier otro tipo o entidad) resulte, de verdad, salvaje o potente o veraz o analítico o inteligente, o, si no, de lo contrario, no intentar fingir cierto naturalismo o realismo (con personajes, psicologías, motivaciones, dimes y diretes, hechos convencionales, polvos y lodos, intrigas y emociones o misterios, sorpresas y catacumbas, matasuegras, de guion jirones) e ir directamente, tirarte a la piscina de cabeza, de bruces, de hoz y coz, a tumba abierta, a lo loco, con dos cojones, sin miedo ni freno, a tomar por culo las bicicletas, al delirio y tentetieso y santas pascuas, aquí paz y después miseria, en esa irresolución o indefinición o duda metódica o cobardía timorata o de talento o criterio esencial falta, ni Pinto ni Valdemoro, se pierde (para los restos) o hunde estrepitosamente en el fango de la vaguedad ano/nada/da este proyecto tan bien intencionado (cagarse en la democracia toda y en la España nuestra entera con cariño majadero) como desastroso (es tan inofensiva o inane y pueril y nula como el pedo de un, sí, ya, por fin, muerto del todo).
Su posible irreverencia o iconoclastia (de cántaro almas, en vela) queda, en el mejor de los casos, en agua de borrajas, tigres de papel, ositos de peluche, mimosines, su análisis o visión del mundo, de la política y los manejos (monsergas) entresijos (aberraciones) del poder es de parvulario (una vez más por lo mismo, no por el diagnóstico, plano y palmario, evidente y supino, sino que por los medios utilizados para plasmarlo tan rudimentarios o cochambrosos), El cónclave, tan inocente y obvia, no valga la parajoda, como un periodista, para variar, lameculos o un de cine crítico, no me lo creo, viendo el último estreno tan enorme empalmado o mojado, su cierto aire de fábula Capra o Héroe por accidente o Peter Sellers de jardinero electo, su inercia caricaturesca paupérrima, su feria de las vanidades, las mejores intenciones, son o suponen, como mucho, un pellizco de monja, un achuchón o beso de abuela, una eyaculación precoz, un gatillazo, un patinazo, un paganfantas, un muermo, un roto y un descosido, un café aguachinado, un pan sin tortas, una blanda bagatela ¡mierda?, en todo caso no fue intención de los creadores, nada más que una mera casual coincidencia, cualquier cosa, no se hacen responsables, de nada, gracias.
La acupuntura funciona, la banca gana y yo, mientras tanto, el cuerpo aguante, me hago un jersey de lana.
Berlanga y La codorniz son solo rumores, tacones lejanos, ecos, maledicencias, sombras, niebla, fantasmas, del pasado, los sonidos del silencio, olas, balas, el callejón de los pasos, y las almas, perdidos, de las tinieblas, parientes ausentes, primos, en combate desaparecidos, hace (tanto) tiempo, en la Argentina, seguro, se fueron a por tabaco, y nunca, en la Pampa, más se supo de ellos o regresaron, gauchescos, con el Martín Fierro, se busca, Wanted, en paradero desconocido.
El pueblo unido jamás será vencido.
Lo mejor es cómo convence rápidamente a toda la pobre gente, lógicamente, a quién (si) no, a mí mismamente, vo(mi)ta (me).
Lo peor es que matan (otra vez, siempre, el eterno retorno, bucle melancólico, loop, revival, souvenir) a Carrero, por qué.
Fue un mal día para empezar a dejar de fumar.
Concursante + Espérame en el cielo + Pedro Páramo + Romero + Crematorio + Volar por los aires + El político + El truco final + El ilusionista + Veredicto final + Carne de gallina.
Un tebeo muy mal hecho. A ratos o restos (sobre todo el tramo central, el noventa por ciento de la película por lo tanto, por los bordes o extremos, en cambio, al principio y al final, mejora o no tanto empeora o derrapa depaupera) es tan mala, pero tanto, tanto, que te da o provoca, además de asombro, ¿bochorno?, constante, ternura, si no pena. Lo único realmente destacable (más allá del punto de partida o premisa que podría ser la mar de interesante) son los maravillosos actores (la gran mayoría, desgraciadamente, ya muertos), o qué decir de los feos Carlos Lucas, Paco Maestre, Enrique Villén, Fernando Vivanco, Florentino Soria (o, mejor, Pepe Donoso), Ramón Barea, Luis Prendes, Saturnino García, Txema Blasco y las guapas Laura Conejero y María Isbert, y, claro, Manquiña, estupendo, y, también, alguna salida de tono tan cafre o lisérgica (el apuntador me gustó), tan idiota u oligofrénica que te das (yo sí me doy) por vencido, ni abasto, el mercado de abastos, pero así en general es más bien deprimente (un deleznable ¿no tan? querible disparate), un producto tan desangelado, simplón, pobretón, torpe, pedestre, simpático y cutre que pareciera la obra de un club de jubilados (con todos los respetos y pidiendo mil perdones a todos ellos, haberlos haylos) que en su día formaron un cine club, arte y ensayo tampoco mucho, Acorralado, ¿porno?, y que pretenden, a la vejez viruelas, reverdecer viejos laureles, rememorar antiguas leyendas, el esplendor en la hierba, la gloria en las flores, dices de mili, algo patéticamente triste y deliciosamente espantoso, intelectualmente transparente y artísticamente indecible, del dicho al hecho hay un paso o trecho, lo mismo que de la idea a la realización, por supuesto, nos perdimos por el medio, adecentando la estancia o el vacío, ni una dimos.
En ningún momento logran la deseada, eso parece, mezcla entre la realidad (tal cual) y el esperpento (grotesco), la fusión de la sátira y/con el modelo que imita (o descojona), no se dan cuenta de que para retratar crítica ácidamente algo tienes que parecerte o asemejarte a ese algo aunque solo sea mínimamente, a sus mecanismos o ajustes para que el hecho (cinematográfico, o de cualquier otro tipo o entidad) resulte, de verdad, salvaje o potente o veraz o analítico o inteligente, o, si no, de lo contrario, no intentar fingir cierto naturalismo o realismo (con personajes, psicologías, motivaciones, dimes y diretes, hechos convencionales, polvos y lodos, intrigas y emociones o misterios, sorpresas y catacumbas, matasuegras, de guion jirones) e ir directamente, tirarte a la piscina de cabeza, de bruces, de hoz y coz, a tumba abierta, a lo loco, con dos cojones, sin miedo ni freno, a tomar por culo las bicicletas, al delirio y tentetieso y santas pascuas, aquí paz y después miseria, en esa irresolución o indefinición o duda metódica o cobardía timorata o de talento o criterio esencial falta, ni Pinto ni Valdemoro, se pierde (para los restos) o hunde estrepitosamente en el fango de la vaguedad ano/nada/da este proyecto tan bien intencionado (cagarse en la democracia toda y en la España nuestra entera con cariño majadero) como desastroso (es tan inofensiva o inane y pueril y nula como el pedo de un, sí, ya, por fin, muerto del todo).
Su posible irreverencia o iconoclastia (de cántaro almas, en vela) queda, en el mejor de los casos, en agua de borrajas, tigres de papel, ositos de peluche, mimosines, su análisis o visión del mundo, de la política y los manejos (monsergas) entresijos (aberraciones) del poder es de parvulario (una vez más por lo mismo, no por el diagnóstico, plano y palmario, evidente y supino, sino que por los medios utilizados para plasmarlo tan rudimentarios o cochambrosos), El cónclave, tan inocente y obvia, no valga la parajoda, como un periodista, para variar, lameculos o un de cine crítico, no me lo creo, viendo el último estreno tan enorme empalmado o mojado, su cierto aire de fábula Capra o Héroe por accidente o Peter Sellers de jardinero electo, su inercia caricaturesca paupérrima, su feria de las vanidades, las mejores intenciones, son o suponen, como mucho, un pellizco de monja, un achuchón o beso de abuela, una eyaculación precoz, un gatillazo, un patinazo, un paganfantas, un muermo, un roto y un descosido, un café aguachinado, un pan sin tortas, una blanda bagatela ¡mierda?, en todo caso no fue intención de los creadores, nada más que una mera casual coincidencia, cualquier cosa, no se hacen responsables, de nada, gracias.
La acupuntura funciona, la banca gana y yo, mientras tanto, el cuerpo aguante, me hago un jersey de lana.
Berlanga y La codorniz son solo rumores, tacones lejanos, ecos, maledicencias, sombras, niebla, fantasmas, del pasado, los sonidos del silencio, olas, balas, el callejón de los pasos, y las almas, perdidos, de las tinieblas, parientes ausentes, primos, en combate desaparecidos, hace (tanto) tiempo, en la Argentina, seguro, se fueron a por tabaco, y nunca, en la Pampa, más se supo de ellos o regresaron, gauchescos, con el Martín Fierro, se busca, Wanted, en paradero desconocido.
El pueblo unido jamás será vencido.
Lo mejor es cómo convence rápidamente a toda la pobre gente, lógicamente, a quién (si) no, a mí mismamente, vo(mi)ta (me).
Lo peor es que matan (otra vez, siempre, el eterno retorno, bucle melancólico, loop, revival, souvenir) a Carrero, por qué.
Fue un mal día para empezar a dejar de fumar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El vivo al bollo y el muerto al hoyo, resucita, levanta, el país, Lázaro, a verlas venir.
Erecciones generales.
Erecciones generales.
28 de diciembre de 2008
28 de diciembre de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierre a la trilogía de "España, por la puerta de atrás" ("Justino" y "Matías, juez de línea"), ahora La Cuadrilla arremeten (es un decir) contra la política tras haber pasado revista a los toros y al fútbol. Un vulgar empleado del crematorio municipal (Manquiña) será utilizado como candidato para las elecciones generales, con la soberana sorpresa del triunfo final. Y es que cualquiera purde ser presidente (¿va por Aznar, no?). Mediocre comedia, invisible e inane en sus objetivos de crítica/análisis del corrupto mundo político, plagada de defectos -o virtudes mal asumidas- como su empalagoso eclecticismo (Berlanga, el superéxito "Airbag", De la Iglesia...) o un estilo inexistente que solo esconde un afán de protagonismo y originalidad más molesto que a tener en cuenta, a través de un guión muy flojo, que produce en el film una negativa sensación, a veces, de producto absurdo. Solo es elogiable (y ahí toda la trilogtía) la oportunidad que da a actores secundarios de demostrar su talento en principales, pese a no estar ni siquiera decentemente respaldados por un texto y una puesta en escena.
21 de noviembre de 2015
21 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película modesta con un guión de cuento (en el buen sentido) del más humilde pícaro que puede llegar a ser presidente de gobierno. El actor interpreta su personaje tan bien y sin perder el estrato social al que pertenece que me parecía medianamente creíble. En cambio algunos extras o secundarios sobreactúan un poco en la actuación con todos mis respetos. Hay algunas sorpresas y pequeños giros en la trama.
El guión es muy sencillo, no esperen discursos políticos como en largometrajes de dirigentes históricos o idealismo profundo. Aquí lo que cuenta es ¡convencer al votante, ganar las elecciones y llevarse algo por los esfuerzos! :).
El film tiene su identidad española en su ambiente y le recordaran a las producciones de otras películas de bajo presupuesto pero es evidente que lo hicieron lo mejor posible.
El guión es muy sencillo, no esperen discursos políticos como en largometrajes de dirigentes históricos o idealismo profundo. Aquí lo que cuenta es ¡convencer al votante, ganar las elecciones y llevarse algo por los esfuerzos! :).
El film tiene su identidad española en su ambiente y le recordaran a las producciones de otras películas de bajo presupuesto pero es evidente que lo hicieron lo mejor posible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El largometraje empieza bien presentando a los personajes para un guión de pícaros españoles de los noventa contra los todopoderos. Una crítica a la política española y el capital privado que domina el país apoyando a los candidatos a la presidencia para tenerlos como marionetas.
Me divertí bastante al ver actores que más adelante han protagonizado películas y han colaborado en series. A más de uno se ha visto el progreso de su interpretación desde esta película hasta ahora. También algunos discursos irónicos y mínimamente irrisorios aunque a nuestro pesar más de uno le daría la razón en la economía, dirección de gobierno y sociedad que se trata en el argumento.
Los pequeños giros de guión al matar a la amante del protagonista, lo ladrones que eran los trabajadores de la funeraria y breve e irreal encumbración del presidente. Me sorprendió para lo que estamos acostumbrados a veces del moralista final de los enamorados,
Me divertí bastante al ver actores que más adelante han protagonizado películas y han colaborado en series. A más de uno se ha visto el progreso de su interpretación desde esta película hasta ahora. También algunos discursos irónicos y mínimamente irrisorios aunque a nuestro pesar más de uno le daría la razón en la economía, dirección de gobierno y sociedad que se trata en el argumento.
Los pequeños giros de guión al matar a la amante del protagonista, lo ladrones que eran los trabajadores de la funeraria y breve e irreal encumbración del presidente. Me sorprendió para lo que estamos acostumbrados a veces del moralista final de los enamorados,
27 de diciembre de 2008
27 de diciembre de 2008
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mínimo que se le puede pedir a una comedia es que te haga reir, al menos una vez y esta no lo consigue en ningún momento.
Hace llorar más que muchos dramones que dan por ahí un Domingo por la tarde. Muy patética.
De lo poco bueno que tiene es que a partir de esta película los pollos que firman la cinta han dejado o eso parece de hacer cine, por el bien de la humanidad. Y es que.. de donde no hay ni pizca de talento no sale nada de nada.
Hace llorar más que muchos dramones que dan por ahí un Domingo por la tarde. Muy patética.
De lo poco bueno que tiene es que a partir de esta película los pollos que firman la cinta han dejado o eso parece de hacer cine, por el bien de la humanidad. Y es que.. de donde no hay ni pizca de talento no sale nada de nada.
1 de abril de 2024
1 de abril de 2024
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La cuadrilla, no es que sea el dúo que haga filmes redondos, de hecho la película de Saturnino, a un servidor se le hizo aburridísima y la de Matías el linier, hacia la mitad del filme se iba de madre, sin embargo uno aún así tenía intenciones de ver que podría sacar este dúo de una sátira política.
¿Y el resultado?
Cercano a nefasto. Le salvan un par de detalles ingeniosos y algunos giros, pero la verdad es que la película es de lejos lo peor que hizo este dúo.
Carente de gracia, de personajes con gracia (el propio Atilano apenas tiene aristas) con un montón de cameos para que los amigos del dúo aparezcan, situaciones que no consiguen elevar la sátira sino que mantienen al filme en un limbo desconocido... en otras palabras un filme que no tienen las intenciones claras.
Para clarificarlo.
Aparecen periodistas, pero no hacen nada. Aparecen políticos, pero no hacen nada. Se hace campaña, pero no se profundiza en nada.
Porque esto va de un personaje sin aristas yendo y viniendo y diciendo lo que se le pasa por la cabeza en vez de lo que piensa.
¿En otras palabras?
Vean Bulworth o La ventana de Humo. Son dos películas de un marcado carácter satírico y que acercan mucho mejor lo patética que puede ser la política.
Desgraciadamente, en este desaguisado, salvo un par de chistes y alguna situación...poco se puede salvar.
¿Y el resultado?
Cercano a nefasto. Le salvan un par de detalles ingeniosos y algunos giros, pero la verdad es que la película es de lejos lo peor que hizo este dúo.
Carente de gracia, de personajes con gracia (el propio Atilano apenas tiene aristas) con un montón de cameos para que los amigos del dúo aparezcan, situaciones que no consiguen elevar la sátira sino que mantienen al filme en un limbo desconocido... en otras palabras un filme que no tienen las intenciones claras.
Para clarificarlo.
Aparecen periodistas, pero no hacen nada. Aparecen políticos, pero no hacen nada. Se hace campaña, pero no se profundiza en nada.
Porque esto va de un personaje sin aristas yendo y viniendo y diciendo lo que se le pasa por la cabeza en vez de lo que piensa.
¿En otras palabras?
Vean Bulworth o La ventana de Humo. Son dos películas de un marcado carácter satírico y que acercan mucho mejor lo patética que puede ser la política.
Desgraciadamente, en este desaguisado, salvo un par de chistes y alguna situación...poco se puede salvar.
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