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Visages de femmes

Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
31 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente la película más erótica de la historia del cine africano y transcurre en dos lugares: el poblado de Lopou durante la primera mitad del filme y Abidjan en la segunda en Abiyán, la principal ciudad portuaria de Costa de Marfil, de la que solo se muestra una factoría de ahumado de pescado, el mercado y el porche de una villa residencial.

Como dato curioso hay que señalar que la parte de Lopou se rodó en 1973 y, por razones presupuestarias, hubo que esperar hasta 1983 para grabar la mitad e Abiyán. Cabe señalar también que Visages de femmes fue galardonada con el Premio FIPRESCI en el Festival de Cannes de 1985.

Otra anécdota reseñable, aunque en este caso negativa, es que, precisamente por el alto contenido erótico de una escena bastante sensual, este largometraje fue censurado en toda África por lo que se llegó al absurdo de que una película africana hecha por y para África se podía ver en cualquier lugar del mundo, menos en África, algo que indignó a su director. Poco a poco, algunos países del continente vecino, como Argelia, permitieron su exhibición en salas, llego incluso a las pantallas e Costa de Marfil, pero se trata de una cinta que no ha gozado de distribución estándar en su continente.

¿Y en qué consiste esa escena tan erótica que escandalizó a los censores marfileños? Pues en una secuencia de sexo entre un hombre y una mujer en el interior de un río y en la ribera. Rodado sin prisas y sin artificios, este momento de gran carga erótica de la película cumple una función importante, pues es la mujer la que lleva la iniciativa del coito, o coitos, porque hay más de uno. Así, por ejemplo, en los primeros compases previos al apareamiento, la chica le dice al hombre: “¿Qué haces?”; una pregunta que no haya respuesta, pues la boca del chico está entretenida en la zona genital femenina, y que desconcierta al espectador, que, a su vez, se pregunta: “¿Pero cómo que qué hace? Si ha sido ella quien ha inducido al hombre al sexo”; porque, en efecto, parece que la chica mantiene una actitud ambigua de excitación-rechazo del hombre. Pero no, nada más lejos de la realidad, porque la siguiente frase de la mujer despeja todas las dudas: “Pudiendo follarme y te entretienes con tonterías”.

Por lo tanto, es ella quien está ejerciendo el empoderamiento erótico, es ella quien dirige toda la acción y es ella quien toma las riendas del acto sexual, que es exactamente el mensaje que quiere transmitir Ecaré con Visages de femmes: incluso en un poblado bastante primitivo, el director marfileño reivindica la liberación femenina y un cambio de actitud social que iguale los roles de los dos sexos.

Para mayor abundamiento, una mujer casada mantiene relaciones sexuales con el hermano de su marido, porque así lo ha decidido ella, como si de Emma Bovary o Anna Karenina se tratara, pero en el África profunda, y todo ello, cuando el hombre considera que la mujer es su esclava, algo que no sucedía en la cultura tradicional africana, con un fuerte componente matriarcal, pero se vio subvertido con la llegada de las religiones monoteístas.

El hombre considera que puede castigar físicamente a la mujer y de ahí que el eslabón entre la mitad de la película rodada en el poblado y la grabada en Abiyán sean unas clases de kárate para mujeres con un mensaje bastante elocuente: “Mujer, aprende a defenderte por ti misma”.

El segundo fragmento de esta cinta nos muestra a una mujer en su madurez, que es una empresaria en el sector del ahumado de pescado y que sostiene económicamente a toda su familia, incluido el marido y su (de ella) hermano, pues a tal punto ha llegado su independencia financiera. En esta ocasión, el contrapunto ideológico lo aportan las hijas de la mujer empresario, que consideran que unas buenas nalgas han movido, mueven y moverán el mundo. En ese contexto tan fuertemente testosteronizado, un personaje recrimina a la mujer emprendedora que tenga demasiados proyectos para ser mujer, pues, no del todo satisfecha con el ahumado de pescado, quiero abrir unos restaurantes de makis.

Rodada sin alardes técnicos y con gran protagonismo de los bailes tradiciones africanos, no puede ser más evidente el apoyo de Ecaré a la liberación de la mujer en este filme.
Fco Javier Rodríguez Barranco
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