En los años treinta, Warner poseía el monopolio de las películas negras o más bien del período pre-negro, es decir el cine de gangsters y un tipo de thriller primigenio que desembarcaba en las brumosas orillas del Harboiled. Por eso sorprende está primera adaptación de la novela de Hammett, hoy en día menos conocida que la versión de Heisler de 1942 con Alan Ladd y Veronica Lake, pero también, a mi parecer, esta versión de 1935 es más pura y concentrada. De hecho "La llave de cristal" de Tuttle, fue un tremendo exito en su momento, teniendo en cuenta la modestia de su producción, una discreta serie A. George Raft era el encargado de defender desde la Paramount (más europea y elegante) las películas de gangster, contra la especializada Warner (realista y social) que disponía de Cagney y Robinson, tras la huida de Muni al melodrama histórico. Y Raft conseguía siempre dinero para la Paramount en este tipo de films, pero La Llave de cristal, a demás, les otorgo un prestigio que acrecentaba la competencia entre productoras