La isla del infierno

Es posible que las otras 2 películas anteriores de John Payne con el mismo director sean más plenas, o más completas, o de más contenido, pero esta tiene una aventura igual de dramática, llena de peligros, de acción, golpes y tiros en la medida que para cualquier adepto a este tipo de películas de antes, quedará contento con ella.

Puede catalogarse como una aventura pero podría entrar por derecho propio en el cine negro porque el planteamiento del negocio al señor encargado del orden en una sala de juegos, Mike Cormack, y el negocio en sí mismo, es reflejo de la famosa El Halcón Maltés (1941) pero no por eso hay que censurarla, son casos que se dan, y muy a menudo, cuando hay intereses económicos por medio.

Transcurre la aventura en escenarios muy típicos para señalar que están en el Caribe, con unos personajes tan acertados y en situaciones tan peligrosas que nos recordarán a hechos similares en otras películas, y eso sumará puntos para agradecerlo. El tema es que John Payne es un actor con carisma, imprime carácter al personaje. Aquí es Mike Cormack, un hombre aún marcado por una novia que tuvo de lo más sensual, Janet, (merece la pena conocerla). Ella le hizo la cobra y se fue con otro, no sabemos exactamente porqué… El caso es que van a volver a encontrarse en esta Isla del Infierno.

Estamos ante otra de esas películas olvidadas, en este caso un noir caribeño. Lo primero que llama la atención es que está dirigido por Phil Karlson, y cuando oímos ese nombre los amantes del noir nos ponemos firmes. Por desgracia, no es este un trabajo que esté al nivel que otros de Phil, me temo. Protagonizado por John Payne, un clásico de este tipo de películas (y un clásico con Karlson) y por la escultural Mary Murphy, que creo que no saca un excesivo partido de su papel de femme fatale. El problema de la película es que es un poco mezcla de clichés, parece que hubieras tomado elementos de veinte películas y los hubieras mezclado todos: una joya perdida, un malo en silla de ruedas, un pozo de cocodrilos, etc, y te sale una cosa un poco rara. Así que no es, desde luego, una gran película, pero aun así se deja ver (o será que a mí me gustan tanto este tipo de pelis que trago con todo). Eso sí, creo que hubiera ganado muchísimo en blanco y negro.

Ni soy de los que piensan que el cine negro haya de ser, necesariamente, en blanco y negro ( porque esto es cine negro y no sé porque no lo califican así en el topic, como si no hubiera otros noirs en color), ni de los que no aceptan las múltiples variantes que resultan acreedoras de películas más famosas, afortunadamente para mí porque, si no, ! a ver con qué películas me entretengo yo en mi vida!.
Dicho esto, eso es lo que vamos a encontrar aquí.
De la mano del magnífico Phil Karlson nos viene esta entrega noir ambientada en el Caribe, cuyos personajes y aun la trama, nos van a hacer evocar inmediatamente otras películas de más enjundia pero, este director nos la presenta de una manera tan atractiva y divertida que un servidor en seguida entra gustoso a perdonar los clichés y los pequeños defectos artificiosos del film, para abrazar con gusto todos esos elementos que, no por ya archiconocidos, dejan de provocar en nosotros un efecto muy placentero.
Aquí tenemos a Payne, muy apto para este papel en el que se verá utilizado como cebo, en la piel de un rastreador de joyas que le proporcionará la excusa para rastrear a su exnovia y al que le costará comprender el berenjenal en el que se ha metido. Nosotros sí que lo entendemos todo desde el principio. A esa mujer ( preciosa Mary Murphy), la calamos en seguida. Una mentirosa patológica de manual, ! qué gustazo!. No es un defecto de guion, es que nosotros no estamos enamorados de ella y él sí y, claro, tal y como se dice en un momento dado en la película " El amor es una droga muy curiosa, amigo mío. Y, algunas veces, un arma. Cuesta mucho tiempo sacársela de la sangre".
También está el orondo de la silla de ruedas, por supuesto. Come cacahuetes. Y el colgado que apadrina cocodrilos. Una pelea de gallos y algunos muertos por aquí y por allá. La voz en off que no falte y el ídolo de barro tampoco. Buenas localizaciones y una intriga bien llevada hacen el resto. No vamos a pretender presentar una obra maestra, claro que no. Pero los aficionados se van a echar un buen rato sin duda. ¿ Qué se apuestan?