El iceberg

Sí, es algo diferente, en parte notorio, se ha atrevido a tratar de hacer humor de una forma atípica. Pocos juegos de cámara, poquísimos diálogos, algo de comedia rebuscada en el absurdo de la vida cotidiana. Y sin embargo no me llena.
Es llamativa la forma de la que prescinden de los díálogos -lo cual les viene bien, porque las pocas veces que estos aparecen dicen aproximadamente lo mismo siempre-, y la tibia forma de los personajes de conjugarse con la historia. Otro rasgo interesante: el uso de un enorme plano abarcativo frontal que se vuelve la herramiente preferida de los directores a la hora de crear sus situaciones "cómicas". Dicho sea de paso que muchas de estas abusan de la ridiculez y que muchas veces notamos, con algo de lástima, que sí, que esa escena que no nos dice nada en realidad está tratando de hacernos reír. No es para menos, si después de todo tardan como cinco minutos para cerrar cada chiste y todos se construyan de forma repetitiva que se vuelve exasperante.
El chiste del final está bueno. Hay dos o tres más que también.