Haz click aquí para copiar la URL

Audrie y DaisyDocumental

Audrie y Daisy
6.4
924
Documental Una mirada a los efectos del bullying cibernético en los adolescentes y su comunidad. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
8
29 de octubre de 2016
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de decir que me gusta mucho ver todas las películas, documentales o series que tengan relación con redes sociales y los "peligros" de Internet. Y si ya tienen que ver con hechos reales, aunque sean durísimos como el de este documental, al instante tengo que verlo.

Como acabo de decir, este documental es durísimo. Los espectadores que aún no lo han visto (os animo a lo que lo hagáis, en serio) se encontrarán con la historia de chicas abusadas sexualmente, de su historia, de la reacción de la gente de su alrededor ante su abuso, y sobre todo y para mí un punto muy interesante, como las redes sociales han abierto una nueva página en las violaciones. En cuestión de un click, se pueden difundir las vejaciones de una persona, con el fin de aumentar su humillación (porque aún no me entra en la cabeza que quien lo comparta lo hace para enorgullecerse).

El título del documental hace referencia a dos de los chicas que cuentan su historia. Una no pudo soportar la vergüenza de verse humillada en las redes sociales, de la gente pasándose sus fotos, de sus violadores yéndose de rositas. Ella no pudo más. Pero luego están las otras, las otras que o bien porque su sobredosis no fue efectiva, o las salvaron su familia, lograron sobrevivir para contarnos su historia. La cinta acaba con ese pequeño homenaje que, como en numerosas manifestaciones feministas, está dedicada a "las que ya no tienen voz". Esas chicas supervivientes deben de hacer visible su historia no sólo para ayudar a otras muchas que estén en su situación, como para, pese al tiempo supuestamente avanzado en el que vivimos, seguir concienciando.

No he podido evitar mientras veía este documental acordarme del también estupendo "The Hunting Ground" (Kirby Dick, 2014), centrándose este en las violaciones sistemáticas a las jóvenes en los campus universitarios estadounidenses. Yo ahora no puedo entender un documental sin ver el otro, como que no entiendo cómo el ciudadano estadounidense medio puede soportar cada vez más documentales que denuncian las violaciones en su propio país, el de la tierra prometida. Yo sentiría vergüenza.
8
5 de agosto de 2020 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No suelo escribir críticas nunca por aquí, y no pretendo extenderme en exceso en esta. De hecho, realmente esto no es ni una critica en lo formal de lo que vais a ver en este documental, es más una petición y una reflexión personal... (contiene ligeros spoilers sobre algunas decisiones judiciales de los casos)
Solo quiero decir una única cosa: Miradlo. Simplemente, observar lo que está pasando en este documental, los hechos que nos muestran y que se sitúan en algunas ciudades de estados unidos y decidme que no os vienen reminiscencias de hechos que ocurren o que podrían ocurrir en vuestra misma ciudad. No sé que clase de sociedad estamos construyendo, ni cómo estamos educando a los jóvenes que vienen.
No puedo comprender que clase de justicia permite que gente que comete este tipo de delitos se vaya con un "cachete" y la obligación de prometer que no volverá a hacerlo más cuando sus actos han arruinado la vida de alguien. O que clase de justicia permite banalizar hechos tan graves como que una persona, estando inconsciente, sufra una agresión sexual. El debate de qué es y qué no es consentido, a estas alturas, parece ridículo. Aunque oyendo algunos testimonios, la verdad, que solo puedo quedarme a cuadros. En fin, no me quiero extender más, solo os pido que le deis una oportunidad, que lo miréis y analicéis, en los momentos que salen los acusados, si a vosotros os parece que están siendo sinceros o no.
6
22 de diciembre de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
347/17(18/12/24) Loable y recomendable documental, de gran dureza, adusto, aunque no cuenta algo no sepamos, como un déjà vu de cosas ya se sabían, cómo las redes sociales atomizan muchas situaciones, alertando sobre los peligros del alcohol entre los jóvenes, con la denuncia del machismo imperante en la sociedad, se agudiza entre los chicos con hormonas efervescentes, creyéndose con derecho a pernada sobre cualquier chica desvalida. Pero nada no sepamos, no hay nada original en la propuesta, si ensalzable en su mensaje contra este tropel de abusos. El documental dirigido el matrimonio Bonni Cohen y Jon Shenk, tienen sus propios hijos adolescentes, habían estado fascinados por el papel de las redes sociales en las vidas de los adolescentes y se sintieron atraídos por el tema de la historia de Daisy Coleman como "una historia de La letra escarlata de la era moderna". Durante más de dos años, los cineastas filmaron a Daisy Coleman y a los miembros de su familia mientras enfrentaban tanto el trauma del asalto de Daisy como la reacción hostil de su comunidad. La película también presenta al sheriff de Maryville, Darren White, y al alcalde de Maryville, Jim Fall. El doc se acerca a dos casos de violación de adolescentes (sin relación entre los casos, más allá de las similitudes) de secundaria estadounidenses de 2011 y 2012, Audrie Pott de Saratoga (California), y Daisy Coleman de Maryville (Missouri), fueron víctimas de agresiones sexuales por separado, en ambos casos, los perpetradores filmaron su acción y compartieron las imágenes en Internet. En el momento de sus respectivas agresiones, Pott tenía 15 años y Coleman 14. Después de las agresiones, las víctimas y sus familias fueron objeto de abuso y acoso cibernético. Aborda sus desenlaces a través del tiempo, redes sociales, documentos judiciales e investigaciones policiales. Audrie Pott se suicidó en 2012, nueve días después de la agresión sexual.

Daisy Coleman tras intentar también quitarse la vida cofundó SafeBAE (Before Anyone Else), una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es poner fin a las agresiones sexuales en las escuelas, compartiendo sus miedos se apoyan unas a otras, es una nota de esperanza (aunque cuando uno se entera de que pasó queda destrozado, pro como ya nada tiene sentido, *spoiler). Estremece escuchar a todas estas supervivientes queriendo romper el tabú y no sentirse culpables, cuando son las víctimas.

Las entrevistas a los jóvenes violadores que vemos aquí en modo animado, pero conservando las reacciones frías de estos fueron parte del acuerdo de culpabilidad de los chicos. Siendo un grito contra estos comportamientos, no solo de los agresores, si no de quienes los protegen trivializando las vejaciones. También es reseñable la cultura escolar de la popularidad, de como si no eres un joven popular puedes ser marginada.

En una fiesta del fin de semana del Día del Trabajo en 2012, la joven de 15 años Audrie Pott bebió mucho más de lo que podía soportar. Mientras estaba desmayada, la llevaron a un dormitorio en el piso de arriba, unos chicos que conocía desde la escuela primaria le garabatearon cosas obscenas por todo el cuerpo con marcadores Sharpie y luego la agredieron sexualmente mientras uno de ellos filmaba la escena. A la mañana siguiente, presa del pánico y sin tener ni idea de lo que había pasado, Pott no tardó en escribirle a una amiga: “Ahora tengo una reputación de la que nunca me podré deshacer… Mi vida ha terminado”. Audrey sufrió acoso en Facebook y en todas partes. Audrie enviaba mensajes de texto cada vez más suplicantes a uno de los chicos implicados, chico ella creía era su amigo, rogándole le contara que había pasado: “No tienes idea de lo que es ser una chica”. Las imágenes circularon entre su círculo social y Audrie, tan angustiada por la idea de que su reputación estaba arruinada para siempre, En una semana se había ahorcado.

La historia de Daisy Coleman, adolescente de 14 años en Maryville-Missouri, y su mejor amiga, Paige Parkhurst, de 13, también estaban “experimentando con alcohol” cuando aceptaron una invitación de compañeras de equipo del hermano mayor de Coleman, deportista estrella. (Este último, ajeno a todo, estaba durmiendo en la cama cuando se escaparon). Cuando las chicas llegaron a la casa de un chico, cinco jóvenes menores de edad (todavía eran varios años mayores que ellas) les dieron múltiples tragos de licor hasta que apenas se desmayaron. Luego las llevaron a habitaciones separadas, las agredieron y las llevaron a “casa”; a las 5 de la mañana, sus padres encontraron a Coleman medio vestida afuera, con el pelo congelado sobre el césped invernal. Daisy todavía estaba borracha y casi inconsciente cuando su madre la encontró en la nieve fuera de su casa. Y cuando fue a poner a Daisy en un baño caliente, notó indicios físicos alarmantes de que la fiesta iba más allá de la bebida. Su madre la llevó al hospital y luego presentó una denuncia al sheriff, Darren White. Aunque el sheriff del condado de Nodaway grabó en vídeo a Matthew Barnett admitiendo había "tenido relaciones sexuales" con Daisy y a su amigo Jordan Zech reconociendo había filmado el evento, ambos acabaron saliendo impunes. A pesar de ser Daisy la víctima, sufrió acoso escolar, acoso en las redes, donde era insultada como mentirosa y prostituta. Este bullying degeneró en hostigamiento a la familia, llegando su casa a ser incendiada. Esto se comenta, pero no se ahonda en que dijeron las investigaciones policiales sobre ello, o sobre cuando ocurrió, donde estaba la familia cuando pasó, se dice demasiado a la ligera. A causa de esto abandonaron el pueblo y volvieron a Albany, que la habían dejado por la muerte en accidente de coche del patriarca. A Daisy la vemos como en su imagen refleja la pérdida de identidad y confusión que sufre, pasando de ser una rubia extrovertida, a una joven gótica con piercings extravagantes en su rostro, plantando mensajes tristes en las redes. Entre medias intentó suicidarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Siguiendo una estructura narrativa donde se suceden los bustos parlantes, la animación para los culpables, imágenes de archivo, así como capturas de pantalla del acoso nauseabundo. Llama la atención las entrevistas a la policía del caso Daisy, que exponen con crudeza la visión atávica del entorno social, protegiendo a los abusadores en no se qué, de un bien mayor, no dándose cuenta, o no queriendo ver el daño que causaba por el pasotismo de las autoridades, ’Nada de lo que ocurrió esa noche llegó al nivel del delito de violación’, llega a decir el sheriff Darren White del caso, que llega a decir de modo grimante ‘Las chicas tienen tanta culpabilidad en este mundo como los chicos’, pero cuando la entrevistadora le espeta los jóvenes eran culpables este responde de modo socarrón: ‘Lo eran?’. Esto explica mucho de como nuestra sociedad está corrompida en sus arterias con comportamientos arcaicos. Dejan en el aire cierta connivencia por ser estos criminales deportistas de élite del colegio, o sobre todo porque uno de ellos era el nieto del ex senador estatal Barnett. También llama la atención por lo poco empático que resulta el alcalde local Jim Fall, quejándose de la atención mediática y ni cuando construyeron un lago artificial.

Es un documental interesante, pero falto de vigor narrativo, supera en poco la información de un reportaje tv, me interesa lo que me cuenta, pero no tanto el modo ramplón de contarlo. Como labor de calidad le falta garra. Se dispersa entre los dos casos, el modo de narración alterna entre los diferentes testimonios un tanto desordenadamente. Se le da una importancia desproporcionada al hermano de Daisy. Y ante la falta de impulso narrativo acuden a la manipuladora banda sonora.

Spoiler:


Termina el documental con una nota esperanzadora, siguiendo a Daisy a una reunión de otras sobrevivientes de agresión sexual en Washington, DC. Allí, conoce a Delaney, quien ya había escuchado sobre la situación y se acercó a ella para decirle que no estaba sola. Las chicas establecen un vínculo instantáneo por su sufrimiento compartido y le permiten al público conocer sus historias. “Siento que somos un ejército”, dice una. Teniendo el epilogo tributo a los nombres sobreimpresionados de chicas que han sufrido en similares circunstancias.

*Lo que ocurre es que la nota de esperanza que presentan con el grupo de apoyo de estas jóvenes (SafeBAE -Before Anyone Else), que cocreó Daisy Coleman, se te cae en pedazos cuando te enteras que cuatro años después de estrenarse este doc, el 4 de agosto de 2020, Daisy se suicidó después de años de luchar contra la depresión y el trauma. Tenía 23 años. Cuatro meses después, la madre de Coleman, Melinda, también se quitó la vida.

Con lo sabido del suicidio de Daisy se te hace un nudo en la garganta, y parece no haber luz al fondo del túnel si tienes la mala suerte de entrar en este victimario. Gloria Ucrania!!!
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para