College Coach
4.2
21
3 de julio de 2024
3 de julio de 2024
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Comedia ambientada en el mundo del deporte universitario, que puede considerarse de las obras más flojas del director.
Pat O’Brien interpreta un personaje sin escrúpulos con el que resulta difícil sentir empatía, lo cual es un problema al rotar toda la historia en torno a su figura, respaldado por el empalagoso Dick Powell y la sensual Ann Dvorak.
Las situaciones que se van sucediendo no tienen el interés necesario para atrapar al espectador, ya desde un punto de partida un poco forzado e insustancial, y la resolución de algunos conflictos puede considerarse inocentes o superficiales, que no se arregla ni con un happy ending previsible y metido con calzador.
Lo mejor de largo está en la realización de las escenas deportivas, que mezclan de forma admirable escenas reales de planos generales con detalles cercanos filmados, en un trabajo habilidoso de montaje y planificación.
Con un guion flojo que hace difícil sentir interés por la historia, era complicado sacar adelante una película con cierto empaque. Es el problema de tener una producción tan prolífica como la de Wellman en esos años, se lo imagina uno dirigiendo sin descanso un proyecto tras otro, y es normal que grandes títulos, que los tiene y de forma habitual, se alternaran con otros de menor interés o resultados insatisfactorios. De los 9 filmes que he visto hasta ahora de este director de entre 1930 y 1933, es el único que realmente me ha parecido decepcionante. Ya firmaba yo una estadística parecida.
Pat O’Brien interpreta un personaje sin escrúpulos con el que resulta difícil sentir empatía, lo cual es un problema al rotar toda la historia en torno a su figura, respaldado por el empalagoso Dick Powell y la sensual Ann Dvorak.
Las situaciones que se van sucediendo no tienen el interés necesario para atrapar al espectador, ya desde un punto de partida un poco forzado e insustancial, y la resolución de algunos conflictos puede considerarse inocentes o superficiales, que no se arregla ni con un happy ending previsible y metido con calzador.
Lo mejor de largo está en la realización de las escenas deportivas, que mezclan de forma admirable escenas reales de planos generales con detalles cercanos filmados, en un trabajo habilidoso de montaje y planificación.
Con un guion flojo que hace difícil sentir interés por la historia, era complicado sacar adelante una película con cierto empaque. Es el problema de tener una producción tan prolífica como la de Wellman en esos años, se lo imagina uno dirigiendo sin descanso un proyecto tras otro, y es normal que grandes títulos, que los tiene y de forma habitual, se alternaran con otros de menor interés o resultados insatisfactorios. De los 9 filmes que he visto hasta ahora de este director de entre 1930 y 1933, es el único que realmente me ha parecido decepcionante. Ya firmaba yo una estadística parecida.
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