Como casi todos los telefilms basados en las novelas de intriga de Mary Higgins, nos encontramos ante un grupo casi inconexo de secuencias, marcadas por elipsis espaciales o temporales, con siete u ocho personajes, que se van repitiendo con un ritmo plano hasta llegar a una solución (o soluciones) al final del metraje. En este caso, la aclaración de los enigmas del argumento señalado en la sinopsis.

Un thriller descafeinado, sin emoción ni inquietud, de baja calidad interpretativa, técnica y estilística, de muy pobre entretenimiento, plagado de los lugares y acontecimientos comunes a los del resto de los consabidos productos televisivos de suspense, y que no alcanza ni la nota de regular: con una calificación de 3 --siendo benévolos-- quedaría perfectamente calificado.