Llevo tiempo sin escribir una crítica, ya hay muchas y tampoco es que me haya llegado esa necesidad de gritar al mundo mis chorradas, hasta hoy.

Como las criticas se pueden leer en cualquier momento pondré al lector en el contexto del que escribe. Bien, en este año recién estrenado de 2019 vivimos en Europa momentos de incertidumbre, con el Brexit, el ascenso de las opciones políticas más radicales (VOX sumó muchos votos en Andalucía) y en el imperio manda Trump. en el tiempo corto acabo de ver una estrafalaria gala de los premios Goya y he estado leyendo algunas entrevistas previas, en una de ellas Almodóvar decía lo siguiente :"No son buenos tiempos para el cine español: el cine no le importa a los políticos ni a los espectadores"...

Ya... Pedrito, ya. Otros actores han seguido la tradición de leer la cartilla a espectadores y población en general sobre lo mala que es la gente, reivindicaciones propias "hay que ver como maltratan al cine y porque ven a los americanos y no a nosotros", y otras de índole social, muchas de las cuales puedo compartir, pero no se puede ser tan plomo señores porque cuando estás diciéndole al mundo constantemente lo que deben hacer, la gente sale hasta los huevos y acaban haciendo lo que no quieren solo por llevarte la contraría y tocarte los huevos, por pasarte ejerciendo de catequista.

¿Qué tiene que ver este párrafo con una crítica cinematográfica? no mucho, no hay nada mejor que caer en lo mismo que criticas y soltar tus neuras, traumas y soflamas aprovechando que tienes un micro en los morros, en mi caso un teclado.

Pero volvamos a "los amantes pasajeros", ya que estamos. Esta bien eso de llevar la bandera de tu sector, también lo está indicar, de vez en cuando, los déficits de la sociedad, pero ya que te dedicas al cine, estaría bien también hacer buen cine. Si, Pedro ha hecho buenas películas, pero esta no lo es, rezuma noventismo en cada escena, alguien lo comentó, solo faltaba Puigcorbé, pero con una diferencia, antes las escenas zafias y los comentarios abochornantes estaban circunscritas al mundo heterosexual, con Pedro vemos más variedad. Bien, apoyemos todos al colectivo LGTB, yo el primero, pero en el caso de esta película ni el colectivo puede salvarla de la montaña de caspa en la que se entierra.

Espabila, si quieres que los espectadores te vean, dales algo.

Aún la estoy viendo, he estado mirando a ver cuando acaba, porque se me hace eterna. Parece que la puntuación en la página es media, no he leído otras críticas, desconozco si la mía coincidirá o no con el resto, sospecho que poco.

La premisa una familia amplia, con toques modernos que pretenden alejarse del modelo convencional, bueno, podría ser interesante, pero es tan plomo, tan pesada en el desarrollo, tan poco atractivos los personajes que acabas desconectando.

Si me preguntan de que va la película, a pesar de haberla visto me siento incapaz, al poco de estar viéndola ya andaba con la mirada distraída, mirando la pared, pillando catálogos de publicidad que andaban por la mesita, y pensando en que echarían en otras cadenas, pero como la empecé a ver, pues aguantar hasta el final como un campeón.

No seáis tan idiotas como yo, y en efecto, es un tostón, dejarlo y dedicad el tiempo a otra cosa.

Película que he sufrido casi desde el primer minuto con esa banda sonora irritante a más no poder, hasta el final al que llegué con la lengua fuera y solo por el gusto de verla terminar.

No se como calificarla, no se si tiene referencias cultas que se me escapan, si hay segundas lecturas, de hecho no se exactamente que pretendía el director con ella. De lo que puedo hablar es de sensaciones, lo que se ve es una persona que llega a un pueblo y un empleo y desea agarrarse a el como un clavo ardiendo, y entre tanto vive una tensión colosal, y esa tensión se trasmite al espectador haciéndole pasar un rato agobiante durante todo el metraje.

¿Es una buena película? sinceramente no lo se. La historia es creíble, los personajes son reales, y si el objetivo era poner al público al límite, sin duda es un logro conseguido. Pero he de decir que no he disfrutado viéndola, que no la recomendaría y que en el futuro voy a tratar de evitar a este director como si se tratase de la peste. Al verla me acordaba de esas parodias que hacen los americanos en referencia al cine de autor europeo, en las que exhiben imágenes desoladoras de individuos sentados mirando caer las gotas de un grifo con cara de angustia. No es que en "Yo" no pase nada, vemos una historia de miedos cotidianos buscando la aceptación, pero está servido huyendo de toda concesión al entretenimiento, más bien parece estar hecha a conciencia milimétrica para ganarse el apelativo de cine culto.

Bien, mi nota no califica la calidad de la película, no diré que esté mal hecha, ni que los actores hayan fracasado creando los personajes, porque no es así, lo que califico es su valor como secuestradora de tiempo, que para mi no puede superar el 3, pues si, al acabarla tendrás el recuerdo de una película agobiante y rara, pero estoy convencido que nadie podrá considerar ese momento perdido en la vida como sublime, ni tan siquiera diría como un buen rato, de hecho lo que me queda es mal cuerpo, y eso, eso no se lo deseo a nadie.

No esperen otra cosa, esto es Disney en vena.

Entre las muchas categorías que dividen a la humanidad Disney es de las que marcan frontera, o te gusta o lo odias, yo soy de los que entraría en los estudios Disney con una antorcha ardiendo dispuesto a purificar el cine de semejante engendro.
El cine Disney es ñoño, de una profundidad mínima, repleto de insoportables números musicales, arquetipos simplones, historias facilonas y un sentido del humor azucarado que provoca arcadas en los que no comulgamos con el tito Walt.

¿Por qué aventurarse en Frozen si odias Disney?, yo lo hice esperando que la cercanía con Pixar hubiera hecho mella, y quizás se hubieran desembarazado de parte de su tradicional equipaje empalagoso, pero no, fue un error. Frozen lejos de evolucionar es un canto a las esencias Disneyacas envuelto en papel de regalo con purpurina y muchos lacitos.

La historia, un mundo de hielo, parece un punto de partida curioso, y los escenarios, la imagen, está lograda, pero el desarrollo de la historia es muy plano y poco original, y demasiadas veces interrumpido con canciones, que serán éxitos en la voz kids, OT, o cualquier otro programa infame de ese estilo que se os pase por la mente, y seguramente acaben desembocando en otro lamentable musical Disney dispuesto a recaudar dinero en los teatros Broadway, Londres, Madrid etc...

No se, durante la película (en especial cuando la paran y se ponen a cantar) mi mente viajaba esperando/deseando que se diera un giro loco, y apareciera un monstruo de fuego apocalíptico típico del anime, arrasando con todo ese mundo Barbie, pero no, la película es un clásico Disney de principio a fin.

Solo para muy cafeteros, al resto os recomiendo absteneros.

Spielberg es un experto en estafas, hace años que cada vez que veo su nombre relacionado con algo me pongo en guardia, y pienso algo así como "espera ¿es buena idea aceptar el caramelo de este señor mayor que me invita a ir a su casa?" y no, no es buena idea.

Este señor le interesa una cosa, meterte en la cabeza el arquetipo del "ciudadano que debes ser", claro, desde su punto de vista. Siempre, siempre adoctrina, te plantea una situación que hay que recomponer, un divorcio, alguien rebelde (pero light), malas relaciones hijo padre, etc... Nunca acepta salidas alternativas, solo hay un "buen ciudadano", no plantea circunstancias de moral difusa, el camino es claro, el espectador lo ha de visualizar, y la serie, película, lo que sea, siempre llega a ese fin perseguido.

Todo ello lo suele envolver en un engaño, te presenta un mundo ajeno al habitual, monstruos terroríficos, grandes efectos, pero el nudo, lo gordo, son interacciones personales, solo hace melodramas casposos.

¡¡¡Que le den señor Spielberg, a otro niño con sus caramelos!!!