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Críticas de Mario L Díaz
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
2
26 de enero de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por dónde empezar...?

Creo que es justo afirmar que Billie Eilish es una artista en auge y constante evolución. Es temprano aún para decir que su peculiar Electro Pop llegará lejos, pero hay un pálpito común de que será así, recordando a ejemplos de carreras prolíficas y que han demostrado una buena calidad, como la de la extravagante Lady Gaga.
Esta chica lo tiene todo para llegar a lo más alto. Una voz afinada y sinuosa, un estilo a medio camino entre lo lúgubre y el Skate, y unos cuantos singles que se te graban en la memoria con apenas una escucha. Podemos decir entonces que la californiana se encuentra casi en la cresta de la ola... de la que también puede ser fácil caerse si se dan demasiados pasos en falso tan tempranamente.

Por eso, a pesar de lo ya dicho anteriormente, uno tiene que hablar también de lo malo, de esos pasos en falso que a veces, por querer alcanzar más rápido la cima e intentar ser accesible para otros oídos, pueden jugarnos una mala pasada. Está claro que un artista debe reinventarse, buscar otras vías por las que captar todavía más atención, pero con cuidado, que también se puede hundir en el fango de quién ansía demasiado deprisa...
Pero para meternos en verdadera materia, tenemos primero que hablar de la otra mitad que la conforma, y no es otra que Rosalia, de la que podríamos optar por un copia y pega de lo ya dicho de Billie Eilish para definir su corta pero intensa carrera. Pero con algunas grandes diferencias entre líneas.

El caso de Rosalia es un poco más dramático. Polémica por naturaleza, ya sea fuera o dentro de los escenarios, y con un innegable talento para ciertos estilos musicales como la Copla, se ha convertido (medianamente por méritos propios) e un filón musical de nuestro país, con esa mezcla tan extraña entre el Latino y el folclore más ancestral, a la vez que también ha sido objeto de críticas constantes, llegando incluso a acusarla de una Apropiación Cultural indebida, un tema que daría casi para un libro, o mínimamente para un buen debate entre cafés.

Y habiendo diseccionado superficialmente a nuestras dos protagonistas, por fin podemos abordar el verdadero meollo del asunto, y por el que escribo hoy aquí, el tropiezo (siempre desde mi humilde opinión), por esta rocambolesca colaboración entre las dos...

Lo vas a olvidar a mi parecer no es más que un producto sin alma que pretende aupar la carrera de ambas, dándonos en su intento un pastiche sin mucho que resaltar o más bien, rescatar... Y es que aún habiéndose juntado dos de los talentos más resultantes de los últimos años, ni la una ni la otra consiguen hacer sentir nada a quien las escucha en este revoltijo de sonidos entre el Electro y ¿la Copla?.
Billie Eilish, en su intento de meterse a los españoles en el bolsillo, entona un correcto español que no empaña del todo sus sutiles giros vocales, pero lo de Rosalia es otro cantar, y nunca mejor dicho... Por que si ya nos cuesta entenderla normalmente en los temas donde ella se mueve bien, aquí resulta aún más difícil, cante en inglés o español, aunque lo que podemos adivinar de la letra tampoco invita demasiado a intentarlo... pero eso al final da igual, pues lo que más llama la atención del videoclip no es la música (olvidable al 100%), si no el constante movimiento que hace de sus ostentosas uñas, un sello personal de la catalana, y que Eilish intenta imitar torpemente de vez en cuando.

La imagen del videoclip, muy al estilo de las producciones de Billie Eilish, oscuro y romántico, está bien rodado, sin más, porque ni tan solo en la producción de este hay mucho que destacar, salvo un potente foco iluminando las pobres escenas de perezoso contoneo, un par de fundidos encadenados de cámara y un fondo inerte.

Seguiremos viendo esta clase de colaboraciones entre estilos tan dispares, algunos de gran acierto al menos.
Mario L Díaz
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6
18 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena ola de conspiraciones, historias que quitan el sueño y un sinfín de rumores sobre la dominación mundial de ChatGPT si se toma un par de copas con Skynet, a mi también me ha dado por la fiebre de las máquinas pensantes, más que nada para prepararme, por si las moscas! Y he querido comenzar mi periplo particular de la mano del bueno de Will Smith.
¡Allá vamos!

A pesar de que (en mi personal opinión) el actor no esté pasando por un buen momento en cuanto a películas se refiere, no podemos negar que la década de los 2000, fue clave en su prolífica carrera, destacando sobretodo títulos como Soy Leyenda (2007), Ali (2001) o el film del que hablamos hoy, Yo, Robot.
Hace un tiempo, también estuve disfrutando del ingenioso Binary Domain (2012), un videojuego de mis queridos genios nipones de SEGA, con un sólido argumento en el cual se tratan temas de cierta complejidad con pericia, utilizando términos creíbles de lo que verdaderamente supondría un avance casi imposible de la IA (Inteligencia Artificial) o dando un nuevo sentido a las tres leyes de la robótica elaboradas por el escritor Isaac Asimov en un futuro ficticio, y que en muchos aspectos también recuerda a películas como Minority Report (2002) o Yo, Robot.
Después de embarcarme y disfrutar como un crío Binary Domain, era obvio, tenía ganas de volver a ver todo tipo de películas sobre cyborgs asesinos y máquinas futuristas.
La primera por la que he empezado ha sido la cinta de Will. Aunque no se trate de mi película favorita dentro del género, el tiempo tampoco la ha tratado demasiado mal, y hay que reconocer que tiene encanto y cuenta con un guión firme, con sentido, y que estudia bien el terreno por donde se mueve, volviendo, al igual que el juego de SEGA, a introducirse ampliamente en el campo de la Robótica.

Quizás lo más destacable del largometraje (aparte de Smith) sea el personaje de Sonny, un robot humanoide dotado de una inteligencia comparable a la nuestra, que comienza a “experimentar” sensaciones que solo un ser vivo podría tener, acusado de matar a su propio creador.

Si te gusta el cine de acción y futurista, Will Smith, las máquinas asesinas y el Audi R8, no te la pierdas!
Mario L Díaz
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3
18 de enero de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son muchísimas las películas de Terror y Slasher que los 80's nos trajeron de principio hasta final de la década, algunas de ellas convirtiéndose casi instantáneamente en clásicos, otras de una calidad más cuestionable y algunas injustamente olvidadas y tapadas dentro del género.

El caso que tenemos por aquí, se podría decir que es peculiar, y nos viene de tierras francesas...
Game Over cuenta con una de esas premisas típicas a día de hoy, pero que en su momento llegaron a ser hasta originales. En la actualidad, al darle la oportunidad, es inevitable no acordarse de Macaulay Culkin preparando trampas, en ciertos momentos del metraje incluso llegas a pensar que van a irrumpir en pantalla los torpes ladrones de poca monta interpretados por Joe Pesci y Daniel Stern, y es que Game Over tiene más de una sonada similitud con Solo en Casa, un niño rico y muy ingenioso solito en su morada en plena navidad y prácticamente incomunicado, que se las tiene que ver con un visitante inesperado. Es cierto que las similitudes son más que obvias, pero no nos olvidemos de que esta película es anterior a la obra de Columbus, es por eso que la originalidad no se ve tan cuestionada a la hora de juzgar esta desconocida cinta.

Hablando de las diferencias del film, también son varias. Mientras que Culkin se las tiene que ver con un par de mangantes idiotas, el nene de esta película, Thomas (Alain Musy), una especie de pequeño Rambo adicto a las tecnologías, se enfrenta cara a cara ayudado de sus mil y un artilugios, con un despiadado psicópata disfrazado de Papá Noel que se ha colado en su inmensa casa para ¿jugar?, o al menos eso es lo que le repite una y otra vez al chico sarcásticamente, quien no se lo pondrá nada fácil a la hora de capturarlo.
Una vez llegados a este punto del argumento, esta se aleja totalmente del aire amable de la mayoría de las películas navideñas, para convertirse en un Slasher lleno de persecuciones angustiosas por los intrincados pasillos de la mansión.

Aunque a veces esté falta de sentido, es una película medianamente disfrutable, siempre teniendo en cuenta que es una producción menor, a pesar de ello, visualmente cumple bien siendo conscientes de que nos encontramos en pleno 1989. Pero no nos engañemos, salvando algún que otro buen momento, es básicamente una peli olvidable, apta para fans de la serie B que buscan desbancarse por momentos del aluvión Hollywoodiense.
Mario L Díaz
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6
18 de mayo de 2023
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Últimamente Daniel Radcliffe nos tiene acostumbrados a trabajos muy alejados del papel que le dio la gran fama mundial, interpretando al joven aprendiz de mago Harry Potter, y demostrándonos además que puede sentirse muy cómodo en otros roles totalmente diferentes.
Y hoy tenemos aquí otra prueba más sobre ello.

La cinta rinde un sentido homenaje a los verdaderos protagonistas de una fatídica aventura por la selva amazónica de Bolivia en el año 1981.

Radcliffe encarna a Yossi Ghinsberg, uno de los supervivientes de aquella historia. Su interpretación convence y refleja a la perfección los desesperantes días de aquel hombre, atacado por la inanición y al borde de la locura, luchando hasta casi su último aliento por la propia supervivencia.

Una película bien contada, directa y con un buen reparto encabezado por Daniel Radcliffe. Fotografía de calidad y un escenario natural, bello y salvaje que atrapa al espectador.
En definitiva, recomendable.
Mario L Díaz
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Pinocchio (C)
CortometrajeAnimación
Francia2021
6.1
85
Animación
6
12 de diciembre de 2022
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Un corto de una calidad técnica bastante sobresaliente, a medio camino entre la estética "TimBurtonniana" y un toque muy personal de los propios realizadores. A nivel argumental no ofrece nada nuevo, pero su puesta en escena y la elección de ser filmada en b/n, nos mantiene anonadados durante la duración del cortometraje.
También podría pasar perfectamente por ser el avance de un videojuego al más puro estilo Little Nightmares o Limbo.
Bonito de ver.
Mario L Díaz
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