Me gusta opinar en caliente sobre una película, porque los sentidos están aun en plenitud, y acabando recién de ver esta película magníficamente interpretada e inobjetable desde el punto de vista técnico es que lo hago; ahora bien ¿porque titulo mi crítica con sensaciones encontradas?, quizá por el extremo minimalismo, teniendo en cuenta que es un road movie me animaría a decir que estamos en presencia de la ortodoxia minimalista en materia cinematográfica, no obstante y con ese sentido la película alcanza la meta, es eficaz, te llega, te toca, te transmite, etc…, alguien me podría decir que no, que las paradas, los parajes, el almuerzo, etc… ¡si! ¡si! es cierto, si alguien me lo dice, tiene razón, ¿ pero donde empieza el minimalismo?, si claro la abstracción podría ser mayor o menor, en este caso hubiera preferido esta última opción, pero la historia se nos presenta así y es inobjetable como tal, lo tomas o lo dejas, y su vez tratas de ser objetivo y te resulta lenta, de tomas repetitivas, como ese malestar quejumbroso y silencioso de Rubén y la incomodidad de Jacinta, en la primera mitad de la película, esto la convierte en algo monótono, al punto que uno agradece la existencia de las fronteras, y momentáneamente dejas de adherir a Imagine de John Lennon, la segunda mitad tiene más matices, ahora bien ¿ será porque salen más de la cabina?, ¿porque cambia esa atmosfera tensa inicial?, esas preguntas me sigo haciendo, pero bueno eso va en cada uno, en definitiva la película es buena, para aquellos que apreciamos el buen cine y los que estamos sedientos de originalidad, cansados de remakes taquilleros, esta película es balsámica.